lunes, 9 de julio de 2012

¿USTED ES CORRUPTO POR PENSAR DIFERENTE A COMO YO PIENSO?


Usted y yo somos personas diferentes, pensamos diferente, escribimos diferente, nuestras estaturas son diferentes, nuestro color de piel y ojos son diferentes, nuestro equipo de fut bol es diferente, nuestras preferencias religiosas son diferentes, nuestro gusto por la comida es diferente ¿Por qué entonces nuestros gustos políticos deben ser iguales?
Es claro que pueden existir ciertas similitudes en nuestros gustos, pero eso no significa que pensemos igual, a los dos nos puede gustar el agua de limón, pero quizá a mi me guste mas dulce y a usted mas acida.

Pero ¿es justo que yo lo llame corrupto del agua de limón porque le gusta mas acida?

Claro que no, eso me definiría como intolerante, ¿es justo que lo critique porque le gusta el agua con sabor acido? Claro que sí, lo que no es justo es que de alguna manera le prohíba el tomar esa agua a su gusto o prohibirle que tome la cantidad que quiera o que prohíba a quien vende limones el abastecerlo.

En ese orden de ideas cada quien es libre de votar por el candidato de su elección, por su partido político, por su gobernador, diputado o senador, ¿Cómo saber que nuestra elección es la correcta, la única y la que realmente sirve? Seria una equivocación instalarnos en el puesto de ser los dueños de la verdad absoluta.

He criticado a AMLO por muchas cosas y por eso  he recibido diferentes tipos de ataques, desde criticas simples hasta ataques contra mi familia; Sin lugar a dudas el principal artífice de las criticas contra el peje, es él peje mismo, hace unos días en una “conferencia de prensa” (que más bien fue un mitin) AMLO se atrevió a llamar “corrupto” a quien voto por Nuestro presidente electo, Obrador volvió a tirar por la borda el sentimiento de millones de mexicanos, volvió a mostrar el rostro intolerante y violento contra quien no piensa como él.

Obrador volvió a mostrar falta de respeto hacia la libertad de pensamiento y hacia la democracia misma, la cual, según él defiende ¿Acaso la democracia se defiende atacando la decisión de la mayoría?
Los simpatizantes del tabasqueño han actuado igual, volvieron a adoptar la derrota de AMLO como propia, se lanzaron a las calles a manifestar su inconformidad y llamar corruptos a quienes no votaron por el peje, atacan a Televisa y Tv Azteca quienes ellos consideran participes de la victoria de Enrique Peña y derrota de Obrador, eso si, sin pruebas, solo basta su palabra o sus sospechas y esas actitudes son contrarias a derecho.



Ellos dicen que la victoria de Peña nos retrasa 75 años en la historia, pero yo digo que la actitud de Obrador y sus seguidores nos retrasa varios cientos de años a épocas donde gobernaba el más violento y el más intolerante.

Por cierto, en esa conferencia de prensa, varios periodistas hicieron preguntas muy incomodas al peje, quien con una total actitud intolerante y violenta se negó a contestarlas criticando a quienes le preguntaban, sus seguidores ahí reunidos agredieron a varios periodistas e impidieron que los mismos hicieran su trabajo.

¿DE ESA FORMA PENSABA GOBERNAR?

Ezra Shabot - Tres desafíos


Tras los resultados de las elecciones celebradas el 1 de julio, cada una
de las formaciones políticas está obligada a redefinir objetivos y
prioridades en función de la realidad surgida de los propios comicios.
Los grandes ganadores de este proceso, los priístas, refrendaron su
principio según el cual su aparato partidario es invencible mientras se
encuentre unido, libre de divisiones y disciplinado ante un objetivo
común. En este caso y a diferencia de lo ocurrido en los dos sexenios
anteriores, la posibilidad real de regresar a la presidencia evitó
rupturas y reforzó la línea vertical partidaria desaparecida en el 2000,
e incluso unos años antes cuando ya se vislumbraba el fin del partido
hegemónico.

El triunfo de Peña Nieto obliga al PRI de la democracia mexicana a
romper con su pasado. Lo que no quiso o no pudo hacer siendo oposición
durante 12 años, hoy tiene la posibilidad de hacerlo si quiere
transformar el país y mantener viva la opción de gobernar por más de un
sexenio. Peña está obligado a desmontar al viejo PRI corporativo, al de
los sindicatos y las corruptelas, a pesar de lo útil que le haya sido
como gobernador y candidato presidencial. Si quiere una reforma
energética en Pemex, una revolución educativa, y una reforma fiscal que
termine con privilegios inaceptables para un México moderno y
competitivo, habrá que romper con los aliados del nacionalismo
revolucionario todavía vivos en el PRI.

Pero para la izquierda triunfadora en esta elección también existe un
desafío a enfrentar. La figura de López Obrador y su proyecto
estrechamente ligado al mismo nacionalismo revolucionario priísta
reproduce una vez más el choque entre la corriente modernizadora
representada por Ebrard y Nueva Izquierda, y el poder del caudillo
tabasqueño que una vez más hizo demostración de su fuerza electoral,
pero no de su capacidad de conseguir la victoria. Para Ebrard, con
Mancera al frente de la capital, llegó la hora cero.

Es el momento de decidir si toma el liderazgo del PRD para construir
desde los “demócratas de izquierda” una alternativa a la izquierda
dogmática, o seguir subordinado a un poder caciquil dispuesto a tirar
una vez más por la borda el capital político obtenido en las urnas. Si
Marcelo consigue aglutinar a un grupo significativo de diputados y
senadores dispuestos a redefinir a la izquierda mexicana a partir de un
proyecto socialdemócrata viable económicamente, estaría comenzando a
construir una alternativa política hoy inexistente en el país, y por
supuesto abriendo el camino hacia la hoy lejana candidatura a la
presidencia en el 2018.

Para el PAN, la combinación de 12 años de desgaste en el ejercicio del
poder, junto con una campaña desastrosa de panistas y gobierno federal
entorpeciendo el trabajo de una candidata exitosa y con fuerza, llevaron
a una derrota tal que los obliga a replantear el papel de Acción
Nacional como partido de centro alejado de los yunques y otros extremos
que únicamente dañaron su propio proyecto de ciudadanización partidaria.
La campaña panista hizo exactamente lo que no se debe hacer para ganar.
Errores de logística, de comunicación donde los mensajes resultaban
contradictorios, de falta de apoyo de la presidencia y de la traición de
un ex presidente como Fox, que vendió su voto por el financiamiento a su
“centro de investigación”, en un acto de prostitución política abierta.

Hoy el desafío panista es reconstruir el partido, rompiendo estructuras
familiares y cotos de poder que sólo sirven para privilegiar intereses
locales y de grupo, que lo alejan de la sociedad como tal. Si el PAN
quiere volver a ser competitivo requiere de una revolución interna que
actualice principios y plataformas, e incorpore a ciudadanos no
necesariamente pertenecientes a la clase tradicional blanquiazul. De no
hacerlo, se convertirá tarde o temprano en un actor secundario o en una
oposición institucional permanente. Estos son los desafíos de los tres
partidos políticos nacionales.

Fuente: http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2012/07/59412.php

Denisse Dresser- ¿Quién es EPN?

He aquí preguntas para Enrique Peña Nieto:

1) ¿Cómo vas a convencer a tu partido a aceptar reformas que hasta ahora ha rechazado?

2) ¿Cómo piensas desmantelar los cotos construidos y los privilegios protegidos por el propio PRI?

3) ¿Cómo lograrás ser el artífice de la modernidad ante una organización que es su antítesis?

4) En tu libro “México, la Gran Esperanza” (el cual admites no haber escrito pero que sí has leído), argumentas que el rezago del país se debe a “algunas estructuras económicas y sociales que no se transformaron, lo que permitió que algunas de ellas mantuvieran una gran concentración del poder frente a un sistema político desconcentrado, alcanzando la capacidad para bloquear reformas que consideran contrarias a sus intereses”. ¿Cuál es el nombre y el apellido de esos intereses y cómo vas a confrontarlos?

5) ¿Qué harás frente a Elba Esther Gordillo, Joaquín Gamboa Pascoe, Carlos Romero Deschamps, Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego?

6) ¿Cómo vas a domesticar a esas “criaturas del Estado” que ahora lo acorralan? ¿Cómo vas a encarar a los intereses que te propulsaron a la puerta de Los Pinos?

7) Reconoces que “durante los múltiples gobiernos del PRI también se cometieron errores y abusos inadmisibles que tuvieron serias consecuencias para el país”, incluyendo “inaceptables actos de corrupción”. ¿Qué credibilidad tienes para combatir la corrupción cuando todo apunta a que el PRI recurrió nuevamente a ella para que ganaras la elección?

8) ¿Cuáles son los errores y abusos que el PRI cometió durante su paso por el poder y también en los meses y semanas previas a la contienda? ¿Admites, por ejemplo, que hubo compra de votos?

9) Dices que has aprendido de los errores del priísmo para no repetirlos, pero, ¿no es cierto que muchos de ellos revivieron durante la gesta electoral?

10) ¿Cómo justificas aún estar rodeado de personajes asociados con la corrupción como Arturo Montiel y Emilio Gamboa?

11) ¿Por qué políticamente siguen vivos tantos íconos de la impunidad? ¿Por qué tu partido continúa albergándolos en vez de distanciarse de ellos?

12) Propones obtener una “democracia de resultados” a través de la construcción de mayorías estables en el Congreso, de la mano del Partido Verde. ¿Pero no deberíamos temer en lugar de aplaudir esa nueva hegemonía priísta? ¿Qué respondes ante la irresponsabilidad priísta cuando tuvo gobiernos unificados? ¿Qué respondes ante los años de inestabilidad macroeconómica y malos manejos de las finanzas públicas? ¿Ante los años de crisis y devaluaciones? ¿Ante los años en los cuales la ausencia de pesos y contrapesos derivó en políticas económicas fallidas e irresponsables?

13) ¿Cómo vas a “escuchar a la gente” como prometes, cuando te opones a la reelección legislativa y otras medidas que reformarían nuestra democracia disfuncional? ¿Cómo vas a mejorar la calidad de la representación democrática si te opones a reformas políticas que le darían más poder a la ciudadanía?

14) Lamentas la falta de competencia y señalas que de acuerdo con las cifras del Foro Económico Mundial, México ocupa el lugar 120 de 140 economías. Ante ese panorama, ¿piensas poner a Televisa a competir mediante una tercera cadena de television y la obligación del “must carry, must offer”? ¿Piensas obligar a Carlos Slim a cumplir con las obligaciones de su concesión antes de darle acceso a la televisión? ¿Piensas forzar a todos los maestros del país a competir por una plaza? ¿Querrás y podrás enfrentar a los “centros de veto” que el PRI corporativo creó y sigue manteniendo?

15) ¿Crees que por ser del PRI podrás reformar al PRI? ¿Crees que podrás ser el Nixon mexicano que va a China, o en este caso, cambia al PRI desde adentro? ¿Cómo creerte si en esta elección tu partido desplegó muchas de las peores prácticas que lo caracterizan?

16) ¿Cómo vas a arrancarle privilegios a la élite que te llevó al poder? ¿No llegas demasiado amarrado como para hacerlo?

17) ¿Cómo confiar en tu compromiso modernizador si tu partido se opone consistentemente a él? ¿Cómo instrumentar reformas necesarias ante los intereses rentistas que el PRI protege? ¿Cómo componer nuestra democracia descompuesta si el PRI sólo cree en la rotación de élites impunes? ¿Cómo lograr la modernización sindical si el PRI consagró los “derechos adquiridos” en los sindicatos? ¿Cómo desmantelar a los monopolios cuando el PRI fue el responsable de su creación?

18) ¿No eres el virtual presidente electo del statu quo? ¿El que llega precisamente para resguardar al sistema priista -aún vivo- de cualquier cambio que entrañaría abrir, sacudir, confrontar, airear, ciudadanizar o remodelarlo? ¿No eres el presidente electo del país de privilegios que el PRI concibió y del cual sigue alimentándose? ¿No eres el presidente protector de intereses económicos tan poderosos que obstaculizarán cualquier plan de reforma desde adentro?

19) Hablas constantemente de instaurar “el Estado eficaz”. ¿Eficaz para qué y para quién?

20) ¿Cómo respondes al joven que marchó en tu contra hace unos días cargando una manta que decía: “No estoy llorando, es que se me metió un pinche fraude en el ojo”?


Carlos Ramírez Carlos Ramírez - Conflicto pos-pos-pos-pos electoral


Carlos Ramírez

+ Conflicto pos-pos-pos-pos electoral
+ Lucha por el poder, no democracia
Aunque todos lo esperaban, no deja de llamar la atención el conflicto poselectoral de López Obrador, ahora en medios y no en las calles. Sin que PRI o PAN salgan a debatir las acusaciones sobre el origen de los votos, el candidato perdedor del PRD sabe que será casi imposible revertir su desventaja de 3.3 millones de votos y por eso ha escogido la estrategia de ensuciar la elección.
Al final, el IFE y el TRIFE tienen funciones específicas respecto a las irregularidades en la elección y ninguna de ella podría anular el proceso electoral. De ahí que el enfoque de López Obrador sea endosarle desde ahora a Enrique Peña Nieto su epíteto de ilegítimo y con ello salvar la derrota presidencial perredista.
El debate en la política es otro: los espacios de poder del PRI.
La finalización del proceso electoral del 2012 y los resultados sujetos a validación final en septiembre en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha dejado una sensación de que el círculo no se cierra. En efecto, lo que viene ahora es el gran dilema: el candidato ganador se va a quedar con su parcela de poder o tendrá la dimensión del estadista para hacer un diagnóstico crítico y severo del agotamiento del proyecto nacional de desarrollo y buscará un acuerdo para encontrar un nuevo modelo productivo que atienda los rezagos de pobreza.
El poder tiene dos dimensiones: la capacidad de dominar al adversario y someterlo a la voluntad o el ejercicio de las instituciones para atender las demandas de una sociedad marcada por la desigualdad y la marginación. Hay que repetir y repetir el argumento central: el actual modelo de desarrollo sólo tiene capacidad para ofrecerle bienestar real al 45% de los mexicanos; es decir, que el aparato productor de riqueza se hizo chiquito o la sociedad creció demasiado.
Las elecciones del 2012 cumplieron, a jalones y estirones y con denuncias de supuestas o reales irregularidades cometidas por todos los partidos políticos, con la fase procedimental, de cumplimiento de la ley. De nueva cuenta, como ha ocurrido desde 1988, el partido ganador no cuenta con una mayoría absoluta ni con el control del Congreso. Por tanto, carecerá de los instrumentos reales para promover las reformas del modelo de desarrollo.
Lo que viene será la gran decisión del candidato ganador Enrique Peña Nieto y del PRI: administrar su precaria mayoría otro sexenio y remar contra la corriente y la mezquindad de algunas fuerzas políticas o lanzar la gran propuesta de un acuerdo de desarrollo suscrito entre todas las fuerzas políticas, económicas y sociales para rediseñar el proyecto nacional e desarrollo sin los atavismos del pasado. El país bien puede perder otro sexenio en la falta de iniciativa del poder ejecutivo y en el regateo de la oposición, pero el costo será la acumulación de desigualdades, la posposición de reformas y el ir jalando la carreta hasta las próximas elecciones presidenciales del 2018, aunque aumentando la pobreza, la marginación y el desempleo crónico.
Los estadistas se perciben a tiempo o se construyen en la adversidad. Las crisis forjan a los estadistas. Y la visión abierta de los gobernantes abre las posibilidades para las transiciones de una nación en crisis a un país con posibilidades de desarrollo social. Peña Nieto habló de reformas, como todos los candidatos de esta contienda y los del pasado; pero pocos realmente han hecho el esfuerzo de transformar la crisis en despegue.
La democracia es un procedimiento para la elección de los gobernantes, pero éstos se miden por sus propuestas y sobre todo por sus resultados. Peña Nieto ya cerró una etapa, la oposición tiene tiempo no para bloquear al ganador sino para entrarle al debate del futuro nacional. Lo peor que le puede pasar a un país es consolidar la democracia electoral pero pasarse seis años lamiéndoselas heridas. México ya vivió un larguísimo conflicto poselectoral de seis años que nada resolvió y que pospuso la agenda del desarrollo.
La elección ya terminó; ahora son tiempos de definir qué país queremos ser o qué nación novamos a llegar a ser.
RESTAURACIÓN O MODERNIZACIÓN
En los resultados electorales mexicanos del 2012 la púnica sorpresa fue que no hubo sorpresas; si acaso, el hecho de que la ventaja entre Peña Nieto y López Obrador no fue de 14 puntos que perfilaban las encuestas, sino la mitad.
Las encuestadoras no tuvieron la culpa de haber fallado. Como siempre ocurre, existe un votooculto que se conoce en la boca de la urna, además de que existió alrededor de un 15%-20% de votantes indecisos que decidieron su voto en el momento de cruzar la boleta. Y en los saldos finales se registró el efecto de la movilización política contra el PRI y contra Peña Nieto.
Pero lo central está lejos de encontrar a quién echarle la culpa de los fracasos electorales. Lo fundamental es tratar de indagar qué escenario se le plantea al país: ¿la restauración del viejo régimen en una realidad política más competitiva o la modernización que exige una sociedad que no encuentra en el actual modelo de desarrollo los satisfactores?
El PRI tiene que haber un esfuerzo doble para redinamizar las expectativas: primero, para definir a sus fuerzas sociales que van a asumir el gobierno federal; y segundo, para establecer las alianzascon otras fuerzas políticas en la lógica de que la base político-electoral del próximo gobierno será de40% y sin mayoría absoluta en el Congreso.
El punto de partida es complejo: el PRI carece de suficiente fuerza política y enfrenta contrapesos de poder equilibradores como para intentar el regreso al México del 2000; asimismo, el próximo sexenio priísta tendrá que lidiar con una oposición activa y con presencia en todo el país; y también el gobierno priísta va a negociar con poderes no políticos que tienen suficiente fuerza como paracontener absolutismos del pasado. De ahí que a pesar de las tentaciones de la victoria, la restauración estaría más lejana de lo que pudiera suponer el entusiasmo priísta.
En todo caso, viendo el asunto desde otro enfoque, los equilibrios políticos y de poder estarían másfuncionales para pactar ahora sí acuerdos para la transformación del viejo régimen en un sistema de gobierno más democrático. La demanda de empleo, bienestar y capacidad productiva es másprioritaria que cualquier tentación restauradora.
Los partidos deben entender el mensaje de alternancia de la sociedad: ahora más que nunca la sociedad tiene el poder del voto para poner y quitar gobiernos y partidos. El PAN no pensó en ello y sólo duró dos sexenios. A ver ahora si el PRI entendió los mensajes sociales del 2000 y del 2012.
@carlosramirezh




Martínez - Mi primera prisión.


El título de este artículo corresponde a un texto del periodista Ricardo Flores Magón publicado el 18 de mayo de 1908 desde la Cárcel del Condado, encarcelado por participar en los luchas estudiantiles contra la tercera reelección de Porfirio Díaz en la presidencia de México. Es un homenaje a Flores Magón, precursor intelectual de la Revolución Mexicana y fundador del periódico “Regeneración”, un medio independiente desde donde criticó el sistema judicial corrupto de la dictadura porfirista, provocando finalmente su encarcelamiento y después su exilio a Estados Unidos.

La lucha por denunciar el sistema judicial corrupto de México tiene siglos. Y poco han cambiado las cosas en la inoperante y deficiente procuración de justicia y en el sacrosanto estamento de los jueces, ministerios públicos y magistrados. Las prisiones están llenas de gente inocente, mientras los delincuentes y grandes capos del crimen organizado se pasean por las calles con absoluta impunidad. La cárcel, ya se sabe, es para los pobres. Los que tienen dinero salen o nunca son detenidos.

La igualdad ante la ley es una quimera. Se han preguntado ustedes ¿cuántos jueces han sido asesinados por el crimen organizado en México? Sabemos que hay más de 60 mil muertos, 40 mil desaparecidos o 110 periodistas asesinados. Pero ¿qué pasa con los jueces que se supone están combatiendo desde la vía penal a los narcotraficantes, sicarios y delincuentes de los distintos cárteles de la droga? ¿Cuántos han asesinado como consecuencia de su trabajo comprometido y sus duras sentencias?… Peor aún: ¿cuántos jueces sin rostro hay en México, como los cientos que hubo en Colombia protegidos por su lucha contra los grandes capos del narcotráfico?…

Que yo sepa ninguno, o tal vez, demasiado pocos para ser noticia. Seguramente habrá jueces que arriesgan su vida para hacer justicia, pero insisto no hay tantos como para convertirlos en noticia de primera plana. La corrupción de una parte del poder judicial es evidente y transparente en este aspecto y otros tantos. Por eso, cuando una persona se ve inmersa de manera involuntaria en la maquinaria judicial mexicana se introduce en una verdadera pesadilla, un auténtico calvario interminable de irregularidades y excesos. Algunos jueces en este país se creen Dioses.

Seres superiores que al mover el dedo acusador dictaminan el destino manifiesto de los ciudadanos, por encima de cualquier bien común. Están allí dirigiendo las vidas de los procesados y no son capaces casi nunca de tocarse el corazón para dictar una sentencia injusta o improcedente, algo que muchas veces significa la ruina de muchos ciudadanos. Algunos podrán considerar que yo tuve mala suerte porque mis dos asuntos civiles de “convivencia” y “alimentos” le fueron asignados a la jueza Luz María Guerrero Delgado de Leija, una mujer que denuncie desde el 2008 en un reportaje publicado en La Jornada, por secuestrar a la directora de Alternativas Pacíficas, un refugio para mujeres maltratadas y llevarse a dos menores a punta de pistola para entregárselos a su padre poderoso acusado de violencia familiar. Sin embargo, yo no creo en las casualidades, por eso acudí con la presidenta del poder judicial Graciela Buchanan a solicitarle que la jueza Guerrero Delgado se excusara en mis asuntos debido al odio manifiesto que ya había mostrado contra mi y la parcialidad para favorecer a la parte contraria.

Me atendió su secretario y me dijo que eso no tenía nada que ver. No hicieron nada. La jueza denunciada incluso ante organismos internacionales por violar la secrecía de un albergue para mujeres maltratadas y proteger a agresores con sus polémicas decisiones judiciales continúo todos estos años ejerciendo sin problema su cuestionado trabajo. Esperé once meses, para comprobar que el odio manifiesto contra mi, aumentaba. Seguramente la jueza Guerrero Delgado de Leija seguirá trabajando como si nada hubiera pasado. El sistema está hecho para que las denuncias ante el Consejo de la Judicatura sirvan para dos cosas: para nada y para nada. Estoy consciente que detrás de muchas decisiones injustas de los jueces está el dinero. Los abogados ofrecen cantidades ingentes para conseguir fallos favorables. El dinero que corrompe a los jueces y magistrados, es del conocimiento pleno de sus jefes, incluso de los gobernadores.

En Nuevo León, por ejemplo, quien domina parte del aparato de decisiones judiciales de grandes casos es Humberto Medina Ainslie, padre del gobernador del PRI, Rodrigo Medina, a través de su poderoso despacho familiar de abogados. Me dicen que no hay asunto difícil que se le resista. Es un negocio redondo. El señor lo consigue todo, gracias a la falta de independencia del poder judicial del estado. Reporte Índigo dirigido por Ramón Alberto Garza es de los pocos medios locales que se han atrevido a denunciar la corrupción de la familia Medina y su enriquecimiento.

Mi historia es la historia de miles de mujeres en México que se ven envueltas en un sistema judicial arcaico que no permite la equidad entre los procesos de “alimentos y convivencia”; ambos deberían estar unidos y entrelazados. Mi historia es la de miles de mujeres solas que sacan adelante a sus hijos a falta de una pensión y ante la ineficiencia del Estado para hacerla efectiva. Mi historia es la de miles de mujeres que viven la angustia de un sistema de justicia inoperante en materia de violencia familiar; miles de mujeres que padecen el desprecio institucional; miles de mujeres envueltas en tortuosos procesos civiles que terminan por arruinarles su vida y la de sus hijos. Mi espíritu guerrero se revela contra este destino manifiesto.

Esta vez denuncié a una jueza corrupta, pero otras veces más, he denunciado a un buen número de magistrados por decisiones injustas e ilegales, que vulneran los derechos humanos, las garantías individuales de mexicanos y extranjeros. He ido a las prisiones, he contado las historias de las víctimas del sistema judicial corrupto, he denunciado sus arbitrariedades a través de casos concretos de abusos; he narrado las aberraciones judiciales que miles de personas padecen. Si este es el precio que hay que pagar en México por denunciar un sistema judicial corrupto, estoy dispuesta a correr el riesgo. No pienso callarme. Seguiré en pie de lucha. Ahora más que nunca me siento fortalecida por el apoyo de tanta gente, por el cariño de familia, amigos y colegas. Algún día, la denuncia no provocará venganza, sino acción contra el denunciado, no contra el denunciante. Urge una reforma del poder judicial, una reforma de la procuración de justicia, especialmente una reforma de la impartición en materia familiar. Necesitamos reformar nuestro sistema, preparar a los jueces, destituir a los corruptos y favorecer a los honestos. Y conseguir la anhelada independencia judicial.

La noche cae en la prisión de El Alamey. El calor es sofocante, fétido. Las mugrientas paredes relucen ante la luz de una lámpara incandescente encendida siempre. Un lavabo inservible, un inodoro pestilente y un agujero por donde entran y salen las cucarachas irónicamente libres. Aquí están hacinados los mendigos, la escoria humana que afea las ciudades. Los guardan por unas horas: hay drogadictos, rateros, niños halconcitos, trabajadoras sexuales, agresores de mujeres, peleoneros de arma blanca, golpeadores de riñas callejeras. Algunos están sin camiseta, otros más en calzoncillos, entran tísicos, sarnosos, cojos, hombres en sillas de ruedas, sanguinoleontos, con las huellas de la batalla, con un ojo morado, borrachos, libidinosos; agitadores, subversivos, alteradores del orden y de las buenas conciencias…

Es un almacén de carne humana de segunda; el infeliciaje, el lumpen de nuestra sociedad. Estoy aquí, mientras afuera nos peleamos unas elecciones; mientras afuera los brotes de revolución estudiantil intentan impedir un fraude electoral. Estoy aquí mientras el PRI quiere instaurar otra vez una dictadura. Y leo a Flores Magón en un texto de 1908 desde la cárcel, que bien podría haber sido escrito hoy: “Antes de la cinco de la mañana, los gruesos bastones de los capataces despertaron a la gente, golpeando con fuerza el pavimento cerca de la cabeza de los presos….

Comenzó a clarear el día y pudimos vernos bien los rostros, lívidos por el hambre y dos noches sin dormir. Supimos que había más de sesenta presos políticos en diferentes departamentos de la cárcel y varios centenares en la comisarías; supimos también que durante la noche había habido tumultos en varios barrios de la Capital… Así terminaron aquellas jornadas que pudieron ser el principio de un movimiento revolucionario; pero que en realidad fue el postrer sacudimiento de un cuerpo que se entrega al reposo…”.

Y termina: “Muy pronto un movimiento mejor orientado sacudirá ese cuerpo que parece muerto (México), más ya no serán manos vacías las que disputen la victoria a los puños armados de la Dictadura. Los sables de los cosacos ya no caerán impunemente sobre las cabezas de los ciudadanos…”. Sigamos denunciando las injusticas, no formemos parte del silencio cómplice que nutre un sistema corrupto y corruptor, un sistema que entre todos, tarde o temprano lograremos cambiar, para cambiar a México.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/09-07-2012/8072. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Enrique Krauze - La degradación de la palabra

Enrique Krauze
El ciberespacio mexicano ha contraído un virus: Alejandro Rossi lo llamó “corrupción semántica”. La indignación política se desfoga en una violencia verbal incompatible con los instrumentos propios de la racionalidad: la argumentación, la fundamentación, la persuasión, la coherencia, la claridad. En espera de que un filósofo del lenguaje estudie el fenómeno, intento una tipología provisional.

La variante más sencilla y común es el insulto. También es la más pobre, patética e inofensiva, porque revela la impotencia del emisor (y doble impotencia, por tratarse en general de emisores anónimos). A la misma familia corresponden la descalificación y la agresión racista. Ni siquiera necesitan 140 caracteres. Pertenecen al mundo gástrico, no al mental. Se escriben con bilis.

En la siguiente escala está el comentario maniqueo que, por definición, coloca al emisor en el papel del “bueno” y a su víctima cibernética en el papel del “malo”. Este cibernauta binario no distingue matices ni colores: es daltónico. Supongo que el origen de esta distorsión es religioso, pero en su variante geométrica proviene de la Revolución Francesa: ésta es la izquierda que salva y se salva, ésta es la derecha condenada al infierno. Y la “derecha” es un costal en el que caben todos: conservadores, liberales, socialdemócratas.

Emparentada con la anterior está la pomposa manía inquisitorial: el cibernauta que se erige en Juez del Tribunal de la Santa Inquisición (o en Comité de Salud Pública, que es lo mismo) para condenar a la hoguera (la guillotina) a quienes no piensan como él. Quienes practican (o, más bien, padecen) este mal, incurren en una petición de principio: parten de una autoproclamada superioridad moral.

Una variedad más compleja y generalizada está expresada en una frase de Lenin: “No pregunte si una cosa es verdadera o no; pregunte sólo: ¿verdadera o no para quién?”. Según esto, nadie piensa de manera autónoma sino siempre en función de intereses materiales. Pero si todo pensamiento está determinado por una adscripción social o económica, no existe el azar, la libertad, la verdad objetiva, las leyes científicas. Se trata de un pensamiento contradictorio porque la perentoria frase de Lenin implica la afirmación de una verdad no relativa. ¿Desde dónde emiten esa Verdad sus detentadores? Desde una supuesta “representación” del pueblo oprimido. Lo cual recuerda la sentencia de Groucho Marx: “El poder para el pueblo significa el poder para los que gritan el poder para el pueblo”.

Quizá la más maligna variante del virus (muy esparcida) es la teoría de la conspiración. Todo lo que ocurre es obra de un complot tenebrosamente urdido por las fuerzas del “no pueblo” contra el pueblo. Ese pensamiento gaseoso tiene un efecto alucinógeno: hace creer a quien lo inhala que “él es clarividente”, que “él sí sabe cómo está la cosa”, y que por tanto no necesita descubrir pruebas empíricas, descender a los casos concretos. Trasmitido por maestros con aureola de taumaturgos, el virus conspiratorio hace presa fácil de los jóvenes pero tiene adictos en todas las edades.

Y queda la simple y llana mentira, la falsificación que repetida una y otra vez toma fuerza propia. Es la propaganda, y sobre ella Leszek Kolakowski contaba esta parábola: “Dos niñas corren en un parque. La que va detrás grita desaforadamente: ¡Voy ganando!, ¡Voy ganando!. De pronto, la de adelante abandona la carrera y se refugia en los brazos de su madre, sollozando: ‘no puedo con ella, mamá, siempre me gana’”.

Hay especies que cubren el ciberespacio que no deben confundirse con el virus de la corrupción semántica. Me refiero a la denuncia y al repudio, sobre todo si tienen fundamento y son expuestas con seriedad y elemental civilidad. Pero una cosa es indignarse y otra es lanzar una ráfaga asesina disfrazada de “argumentación”. El ciberespacio es una efímera ciudad de palabras e imágenes, una plaza sin leyes ni convenciones, una comunidad anárquica que poco a poco debe irse autorregulando. De no hacerlo, corre el riesgo de vaciarse: de contenido, de visitantes, de interés.

Su mayor peligro es la degradación de la palabra pública bajo el factor aglutinante del odio. Odio personal, odio de clase, odio ideológico, odio racial, odio teológico. El odio al otro, a lo otro, a quien piensa distinto. Por fortuna, el odio no ocupa -ni siquiera ahora- la totalidad del ciberespacio, cuya naturaleza sigue siendo la de una vertiginosa e igualitaria conversación. La gente entra a Twitter -me consta- con ganas de saber, de dialogar y hacer contacto con otra persona. Es un antídoto contra la soledad, un café virtual, una cantina divertida y loca. Pero en un rincón de esa cantina hay unos sicarios con pistolas verbales. Y uno se pregunta cuándo las desfundarán, no en el ciberespacio sino en el espacio.

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/la-degradacion-de-la-palabra

Edgar Allan Poe - Corazón delator


Tell tale heart (Corazón delator)
(1953)
Basado en un cuento de Edgar Allan Poe 
Director: Ted Parmelee 
Música: Boris Kremenliev 


 SINOPSIS: 


Tell Tale Heart es un cortometraje de dibujos animados de 1953 dirigida por Ted Parmelee y narrado por James Mason . El guión de Bill Scott y Fred Grable se basa en el 1843 historia corta del mismo título de Edgar Allan Poe. La trama se centra en un asesino cuya creciente sentimiento de culpa le lleva a creer que él puede oír el corazón de su víctima sigue latiendo por debajo de la tarima donde lo enterraron. A través de los ojos del narrador sin nombre, los surrealistas imágenes de la película ayudan a transmitir su descenso hacia la locura. 








Corazón delator, de Edgar Allan Poe: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/corazon.htm

Cartones de hoy