lunes, 4 de febrero de 2013

Calderón, el omiso.

Por: José Carbonell - febrero 4 de 2013

Esta semana, el Senado de la República difundió un documento que deja muy mal parado al ex presidente Felipe Calderón. Dicho estudio revela que el anterior mandatario dejó sin reglamentar 17 nuevas leyes y 28 reformas legales que también requerían de un reglamento específico. 

Es decir, durante su gobierno 45 instrumentos legales tuvieron –y siguen teniendo– una aplicación parcial o nula, por la simple omisión del Ejecutivo. Lo que resulta más preocupante –cuando no, sospechoso– es que buena parte de estos “olvidos” tiene que ver con asuntos relacionados con el combate a la delincuencia organizada, el tema que se volvió el estandarte del sexenio calderonista.

 Lo paradójico del asunto es que en algunos casos el propio ex Presidente exhortó y presionó al Congreso para que aprobara dicha legislación, ya que consideraba que eran instrumentos indispensables para poder atender los problemas del país. En el caso de la Ley de Extinción de Dominio, por ejemplo, hizo varios llamados para que fuera aprobada: “Es muy importante que podamos disponer cuanto antes de los bienes que hemos incautado a la criminalidad para seguir rompiendo su estructura financiera; incluso para combatir a la propia criminalidad y proteger a la ciudadanía”, dijo el ex mandatario el 17 de marzo del 2009, urgiendo al Legislativo.

Pemex, reforma energética y explosión

Por: Sanjuana Martínez - febrero 4 de 2013

¿Bombazo, accidente o autoatentado?… Son las hipótesis que siguen en la opinión pública mientras el gobierno continúa con su política de ocultamiento y falta de transparencia en materia de información. El martirologio petrolero aumenta, mientras rumores y especulación crecen en torno a la tragedia del edificio B2 de Pemex, una tragedia anunciada y fomentada por la falta de medidas de seguridad y mantenimiento del extenso complejo administrativo de la paraestatal.

 “El incidente”, como al principio lo llamó Enrique Peña Nieto, está envuelto de más preguntas y dudas, que certezas. ¿Cuántos desaparecidos hay? ¿Por qué han prohibido a los trabajadores de Pemex hablar de las razones del siniestro? ¿Cuáles son las líneas de investigación en las que trabajan después de cinco días de labores? Mientras decenas de familias sufren por la pérdida o desaparición de sus seres queridos en la Torre de Petróleos Mexicanos, el señor Peña Nieto decidió tomarse unas vacaciones con su numerosa familia en Punta Mita, Nayarit, luego de decretar Luto Nacional. 

Lo peor no fue que se ausentara para hospedarse en el lujoso hotel St. Regis, sino que, ante las críticas, volviera de su asueto sólo para hacerse una foto en el lugar de la tragedia y luego volver nuevamente a la playa. La tranquilidad y falta de reacción inmediata del nuevo inquilino de Los Pinos, contrasta con la gravedad de los sucesos en Pemex y en otros lugares de la República, como el motín de las Islas Marías o el ejecutometro generado por la narcoviolencia que no cesa y ha avanzado rápidamente durante los dos primeros meses de su gestión: 1,524 personas fueron asesinadas. 

EPN, Punta Mita y el escaso valor de la mentira

Por: Alejandro Páez Varela - febrero 4 de 2013

En vivo, de cara a la nación, el Presidente Bill Clinton negó haber tenido relaciones sexuales con Mónica Lewinsky. La presión era mucha. Los tribunales habían recibido ya una denuncia de la becaria y la prensa repetía el caso hasta el cansancio. Clinton mintió y debió aceptarlo. 

Porque la otra opción era que discutiera que para él, un jugueteo que incluía actos sexuales hardcore no eran “relaciones sexuales” en forma. Y debió aceptarlo y pagar con el descrédito (y la derrota electoral) porque la sociedad estadounidense lo presionó hasta el borde de casi dejarlo en la calle. Casos como el de Clinton se repiten en el mundo cada de cuando en cuando. 

Al que llaman “rey” en España, Juan Carlos, ha debido salir al público a ofrecer disculpas y decir “no lo vuelvo a hacer”, por ejemplo, después de haber asesinado a un elefante (con más virtudes que él, un zángano). No me puedo quitar de la cabeza: ¿Cómo es que los políticos en México, como Enrique Peña Nieto, pueden mentir con tanta facilidad sin que nadie les exija, ni un tribunal ni los ciudadanos, que enfrenten a la Nación? Tengo sospechas.