jueves, 21 de agosto de 2014

Ricardo Alemán - Descontón del PRI

La sorpresa dejó sin aliento y boquiabiertos a no pocos integrantes de la clase política mexicana. Y es que, en respuesta a las iniciativas de consulta popular del PRD y del PAN, resulta que el PRI anunció que también recurrirá a ese ejercicio de democracia directa, para proponer a los ciudadanos la eliminación parcial de la figura plurinominal, tanto en diputados como en senadores.

Así, de golpe y porrazo, el PRI respondió a sus adversarios político-electorales –rumbo a la elección de 2015– con un severo descontón que por lo pronto achicó las consultas de los amarillos y los azules. ¿Y por qué las achicó?

Por una razón de sentido común: porque si bien los tres partidos han decidido utilizar la consulta popular como “zanahoria engañabobos” en tiempos electorales, lo cierto es que la consulta del PRD, para tirar la reforma energética, tiene muy limitadas sus posibilidades de prosperar en la Corte, en tanto que la consulta popular del PAN, que propone elevar el salario mínimo, podría ser viable en por lo menos cinco años.









 En cambio, seguramente no habrá un solo ciudadano mexicano, en edad para votar, que expresaría su voto contra el fin de la beca plurinominal –que se renueva cada tres años–, para 200 diputados plurinominales y para una treintena de senadores. Y es que de prosperar la consulta popular del PRI, los diputados plurinominales bajarían de 200 a 100 y desaparecería un tercio de los 128 senadores.

De esa manera, el PRI estaría entregando en bandeja de plata –y a petición popular– una de las prácticas legislativas más perniciosas y ofensivas de la democracia representativa: los diputados y senadores plurinominales, que si bien en su momento tuvieron una importante razón de ser para equilibrar a los opositores frente al partido hegemónico que fue el PRI, hoy no son más que una grosera carga al dinero público.

Pero para empezar por el principio, primero debemos hacer las preguntas clave. ¿Por qué recurrir a la consulta popular para eliminar una parte de los plurinominales en diputados y senadores? ¿Por qué no se hizo esa propuesta en la recientemente aprobada reforma político-electoral? ¿Por qué recurrir a la consulta popular y no a la iniciativa legislativa, como lo propuso Felipe Calderón en 2009?

Las respuestas también las conocen todos. El PRI “sacó de la chistera” la eliminación de los plurinominales por estrictas razones electoreras. Dicho de otro modo, que para competir con el PRD, que enarbolará con fines electoreros su consulta popular para tumbar la reforma energética, y para contrarrestar la consulta popular del PAN que propone elevar el salario mínimo, el PRI de César Camacho y de Enrique Peña Nieto sacaron de la manga la eliminación de los plurinominales.

Un verdadero acto de magia. “¡Nada por aquí… y nada por allá…!” pero como sacado de un sombrero –y de golpe y porrazo–, el PRI colocó en los cuernos de la luna su iniciativa para acabar con las plurinominales, la catapultó por encima de la consulta popular del PRD y del PAN y, al final de cuentas, deja satisfechos a no pocos mexicanos que por décadas habrían exigido la desaparición de las plurinominales.

Pero si bien se trata de un inteligente y llamativo juego de manos –porque a los políticos del PRI se les puede acusar de muchas cosas, menos de tontos–, lo cierto es que en la letra chiquita de esa iniciativa van escondidos los verdaderos mensajes con dedicatoria para la chiquillería político-electoral, y en especial para Morena. ¿Por qué?

Porque el espectro electoral en donde los partidos chicos tienen mayor posibilidad de alcanzar representación política –tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores–, es en las plurinominales. Y si se achican los lugares a repartir en el Congreso durante una elección, también se reducen el número de diputados y senadores que le tocaría a cada uno de los partidos de la “chiquillería”. Incluso con menos de cinco diputados y/o senadores no pueden crear una bancada y recibir los millonarios beneficios por ese concepto.

Pero además de reconocer que con ese activismo de propaganda electorera arranca de manera formal la contienda electoral de 2015, lo cierto es que el PRI también manda la señal de que no retrocederá un solo milímetro en la búsqueda de los votos que se disputarán en la contienda del año próximo. Así, la llamada elección intermedia será una batalla a muerte en donde el gran ganador podría ser el PRI. ¿Por qué? Porque Morena, el aliado del PRI, dividirá a las izquierdas. Al tiempo.



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/desconton-del-pri-1408604990


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