miércoles, 17 de septiembre de 2014

Sergio Sarmiento - Derecho a insultar

“En una democracia nadie, por poderoso o impotente que sea, puede tener derecho a no ser insultado u ofendido”.

Ronald Dworkin

Por supuesto que los insultos son molestos. Quienes piensan que las palabras no hacen daño no han entendido por qué durante tanto tiempo la pluma ha sido considerada más poderosa que la espada. Pero una cosa es descalificar o cuestionar los insultos y otra muy distinta castigar a alguien por usar una palabra. La libertad de expresión debe incluir, a mi parecer, el derecho a insultar.

El señor Carlos Treviño fue un tiempo secretario de Desarrollo del municipio de Querétaro, aunque ha sido maestro de derecho toda la vida. Hace unos días emitió en su cuenta personal de Facebook una expresión insultante y racista en contra de Ronaldinho, futbolista brasileño de raza negra y brillante trayectoria que acaba de llegar a nuestro país.








Treviño estaba molesto porque el tránsito generado por un partido de futbol le impedía conseguir un taxi. “Detesto el futbol -se quejó en su cuenta- y el fenómeno idiotizante que produce... Lo detesto aún más porque la gente estorba e inunda las avenidas para hacer que tarde dos horas para llegar a casa... Y todo para ver a un simio... Brasileño, pero simio aun (sic)”.


Soy el primero en cuestionar el insulto racista. Pero exigir un “castigo ejemplar” por lo que una persona diga en su cuenta de Facebook me parece un precedente peligroso.

Hace mucho tiempo que se debate si la libertad de expresión debe o no proteger el insulto.
Entiendo la posición de quienes buscan prohibirlo. El insulto duele, a veces más que un golpe, pero además es una forma ineficiente de argumentar que no sirve para convencer. Evitar el insulto, aun en la peor discusión, es una expresión de buena educación. Pero la buena educación no se cultiva con órdenes autoritarias ni se combate con castigos. Aplicar una sanción penal a alguien por proferir un insulto (otra cosa es la amenaza) me parece inaceptable en una sociedad libre.

Lo que para algunos es un insulto, es una expresión de alegría, una descripción realista o una expresión de un sentimiento para otros. Los aficionados mexicanos al futbol, inclusive los homosexuales, ofrecen su “Ehhhh puuuutoooo” como una forma de participación en un partido, aunque para algunos intelectuales y políticos sea un insulto discriminatorio.

Las caricaturas satíricas de Muhammad (o Mahoma) publicadas en 2006 en el periódico danés Jyllands-Posten y reproducidas por otras publicaciones generaron amenazas y ataques violentos de organizaciones musulmanas que afirmaban que no podían dejar pasar un insulto al profeta. La Iglesia Católica ha protestado con frecuencia por textos, películas u obras de arte que considera blasfemos o insultantes, como La puta de Babilonia de Fernando Vallejo o La última tentación de Cristo de Nikos Kazantzakis llevada al cine por Martin Scorsese.

Hoy, sin embargo, los políticos nos quieren tratar como niños y enseñarnos a portarnos bien. En Europa es un delito “negar el holocausto” cuando debería ser un tema histórico definido por pruebas y argumentos. Los gobiernos buscan cada vez más castigar a quienes expresen comentarios racistas o misóginos, como si los prejuicios se eliminaran con la prohibición de ciertas palabras.

Carlos Treviño utilizó un término racista en un comentario en su cuenta personal de Facebook. Esto me parece reprobable. Él mismo lo ha admitido al ofrecer una disculpa pública a Ronaldinho, el ofendido. De ahí a aplicarle una sanción penal o a despojarlo de su empleo me parece que hay un gran trecho. No se cura la falta de educación con un abuso de autoridad.

IMPUESTOS
Hidalgo no pidió en su Grito de Dolores la independencia de México, pero sí protestó por el mal gobierno. Se oponía en particular a la “reforma fiscal” del régimen borbónico que, según José Manuel Villalpando, había subido el impuesto a los indígenas de 1 a 5 pesos al año bajo pena de azotes. También la guerra de independencia de Estados Unidos fue originada por un aumento de impuestos.




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