jueves, 18 de diciembre de 2014

Salvador García Soto - Cambia geopolítica en América




Con la decisión de Estados Unidos y Cuba de reanudar relaciones
diplomáticas, después de más de medio siglo de frialdad, aislamiento y
tensión entre el gigante del norte y la isla comunista del Caribe, la
política y la geopolítica en el continente americano, en Latinoamérica,
y en el mundo dará un vuelco histórico.





Se terminarán así 54 años de un juego político de rispideces y tensiones
que pasó desde la época de la Guerra Fría, el episodio de Bahía de
Cochinos y la crisis de los misiles, hasta el marielazo, los secuestros
de aviones, la toma de prisioneros y el embargo económico a la isla.
Durante todo ese tiempo, la relación entre la Casa Blanca y La Habana
fue un tema recurrente en la política latinoamericana y marcó también
una parte de la historia mundial por el papel de aliado que jugó el
régimen de Fidel Castro con la desaparecida Unión Soviética y el extinto
bloque socialista.

Durante estas cinco décadas México jugó en distintas etapas un papel
clave de enlace y mediador en las tensiones entre Washington y La
Habana. Incluso, en alguna época ese papel posicionó a la diplomacia
mexicana como una de las más importantes en América Latina, aunque eso
cambió con el rediseño de la política exterior hacia Cuba iniciada en el
gobierno de Vicente Fox por el entonces canciller Jorge Castañeda que
prefirió acercarse mucho más a la Casa Blanca que al régimen cubano, con
el que México se distanció a partir de los gobiernos panistas.

Ayer, tras la liberación del contratista Alan Gross y de un agente de
inteligencia estadounidense, a cambio de tres agentes cubanos, la
administración de Barack Obama y el gobierno de Raúl Castro anunciaron
su decisión de normalizar las relaciones diplomáticas suspendidas desde
1961, después del fallido intento de invasión norteamericana, al tiempo
que, ambos gobiernos, hablaron de restaurar los intercambios
comerciales, el libre tránsito de ciudadanos entre sus países y las
operaciones financieras.

Lo único que falta es que el Congreso de Estados Unidos autorice la
eliminación total del embargo económico impuesto por su país a Cuba
desde los años 60 y que se recrudeció en la administración de Ronald
Reagan, llegando a asilar completamente a la economía cubana y
provocando un grave deterioro en la planta productiva y la modernización
del país caribeño.

Ayer en México y en el mundo había expresiones de aceptación y júbilo
ante el anuncio de un reencuentro entre Washington y La Habana, lo mismo
desde Los Pinos que desde las fuerzas políticas. La decisión de la
administración Obama supone no sólo el fin del último resabio de la
Guerra Fría que quedaba en el mundo, sino el restablecimiento de una
relación histórica que beneficiará a los dos países, pero que sin duda
tendrá beneficios directos para los cubanos, tanto en la posibilidad de
inversiones y prosperidad y modernización de su país, como en el
reencuentro de miles de familias de cubano-americanos que habían sido
separadas y divididas por el exilio y la expulsión.

Será interesante ver cómo se plantean los términos de una nueva relación
entre Estados Unidos y Cuba, sobre todo a partir de la condición
soberana de la isla y de su papel histórico como el único enclave en el
mundo que resistió, contra viento y marea, a la presión del mayor
imperio moderno.

*NOTAS INDISCRETAS… *Hay cosas que nunca cambian y los usos y estilos
del viejo PRI son una de ellas. En Tabasco, al calor de la lucha por las
candidaturas priístas a la Cámara de Diputados, varios priístas con
méritos, hombres y mujeres, se han visto aplastados por la prepotencia y
el caciquismo del ex gobernador Manuel Andrade, quien con el apoyo de
César Camacho y Encarnación Alfaro, pretende imponer su candidatura y
ejercer derecho de veto sobre otros aspirantes, incluidas mujeres que
han hecho trabajo de base. No falta en Tabasco quien recuerde que la
historia de Andrade está llena de traiciones políticas. Siendo diputado
local en 98 era operador de Arturo Núñez, el hoy gobernador tabasqueño,
que en esa época aún militaba en el PRI. Cuando la candidatura a
gobernador en aquel año no favoreció ni a Humberto Mayans ni a Núñez,
Roberto Madrazo decidió imponer a Manuel Andrade, quien con toda su
inexperiencia no dudo ni un segundo en traicionar a su amigo Núñez.
Andrade aprovechó la estructura que había armado para Arturo para hacer
su propia campaña y ganó por un margen tan pequeño, que el Trife decidió
anular la elección por la intervención de Madrazo como gobernador. Al
repetirse la elección Andrade volvió a ganar, pero una vez en la
gubernatura traicionaría a su tutor Madrazo cuando éste quiso ser
senador. Desde el gobierno, Manuel pactó con Andrés Manuel López Obrador
para frenar a Madrazo y evitar que ganara el estado. Hoy que quiere ser
diputado, Andrade no ha dudado en buscar a su antiguo amigo, pero
cuentan que Madrazo al verlo venir prefirió tomar otro atajo —como aquel
del maratón de Berlín— y de plano le negó todo apoyo a su antiguo
pupilo. Ni hablar, hay cosas que no cambian… Los dados se aproximan al
cierre del año. Escalera doble para todos los lectores.

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