sábado, 12 de abril de 2014

F Bartolomé - Templo Mayor

LA PREGUNTA del día en Michoacán es: ¿quién cerrará la puerta si encierran a todos los políticos y funcionarios que tienen ligas con los Templarios?

PORQUE, con eso de que el ex gobernador interino Jesús Reyna tiene una lista con los nombres de legisladores, dirigentes partidistas y servidores públicos que se reunían con los cabecillas de esa banda del crimen organizado, la clase política michoacana podría quedar muy mermada en los próximos meses.

BUENO, eso si los muchachos del comisionado Alfredo Castillo y la gente de la PGR demuestran que la operación limpieza va en serio, se ponen a indagar las sospechas y logran confirmarlas.

NO VAYA a ser que, como ocurrió con el “michoacanazo” de Felipe Calderón, a la hora de la hora acaben haciendo de chivo -expiatorio- los uchepos.





René Delgado - La basura en su lugar

"Que el PRI no sea agencia política del gobierno, sino agente político de la sociedad", es la convicción de César Camacho.

Al menos, así interpretó el dirigente tricolor el pensamiento de Octavio Paz, cuando éste estableció (1994) que "la democracia plena sólo será posible cuando el vínculo entre el gobierno y el partido se invierte; quiero decir: cuando el PRI deje de ser el partido del poder y se convierta en un partido en el poder".

La cita y la interpretación del nobel mexicano tuvieron lugar en el homenaje que el tricolor rindió al pensador hace un par de días y, lo que sea de cada quien, resultaron bastante lucidoras. La cosa está en que entre el discurso y la práctica política hay una distancia enorme.





Jaime Sánchez Susarrey - Minuta-Mich.

1. Ya se sabía, pero ha sido confirmado. La fuerza, primero, de La Familia y, luego, de Los Templarios, derivaba, en gran medida, de la corrupción y complicidad de las autoridades municipales y estatales.

2. Michoacán pone en evidencia la incapacidad y mediocridad del gobierno de Felipe Calderón. Fue en ese estado donde arrancó la guerra contra el crimen organizado, donde se produjo el fiasco del "michoacanazo", donde se anunció la muerte de El Más Loco y la desintegración de La Familia.

3. Nadie, sin embargo, está libre de culpa. La exoneración de los 11 alcaldes detenidos fue obra de un juez, que consideró insuficientes las pruebas. Sobra señalar que en Michoacán la complicidad y corrupción incluye a miembros del Poder Judicial.







Raymundo Riva Palacio - Claroscuros en el gabinete

 
PRIMER TIEMPO: Definitivamente, semana mala para don Miguel. Todos los vasos políticos en Michoacán se cimbraron esta semana. Tras la captura del secretario de gobierno Jesús Reyna, el viernes antepasado vino la de José Trinidad Martínez Pasalagua, poderoso líder transportista y uno de los operadores más sólidos del PRI en la entidad, crucial en la victoria de Fausto Vallejo en la gubernatura en 2011. Están señalados de tener vínculos con Los Caballeros Templarios, una acusación que tomó forma hace dos meses, cuando por coincidencia –al menos-, Reyna se confrontó con el comisionado federal, Alfredo Castillo. El comisionado dependía originalmente del secretario de Gobernación,Miguel Ángel Osorio Chong, pero el control le fue arrebatado por Los Pinos. Castillo pasó a depender de Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia, desde donde le dictarían instrucciones y su manejo con los medios. A la tarea política de Castillo se le dieron atribuciones plenipotenciarias no sólo en Michoacán, sino dentro del gabinete que, por diseño, encabeza Osorio Chong. Los golpes no han cesado para el secretario. Michoacán no es su único problema en temas de seguridad alto impacto. En paralelo se desató la lucha dentro del Cártel del Golfo por el control de Tamaulipas. Una detención clave, la del jefe de la banda en Reynosa, Jesús Alejandro Leal el 1 de abril, y el asesinato del jefe de la plaza de Tampico, Aarón Rogelio García el 4, detonaron la violencia que ya llega a casi 50 muertos.
 
 
 
 
 
 

Manuel Espino - Dos caras del PAN frente a la seguridad

Durante casi todo el sexenio pasado, el Partido Acción Nacional siguió la política del aplauso desde el piso. México atestiguó el triste espectáculo de una institución arrodillada ante un Presidente y divorciada de una ilustre tradición democrática.

Ese sometimiento cobarde no solo tuvo consecuencias políticas, también causó un pernicioso impacto en la historia nacional: el apoyo del PAN fue el cimiento desde el cual se lanzó una guerra contra el crimen cuyos saldos de sangre y cuya verdad completa
aún ignoramos.

Aunque algunos, desde dentro y desde fuera de ese partido, dijimos la verdad enfrentando las brutales embestidas políticas de Felipe Calderón, la dirigencia panista solapó la estrategia homicida del entonces presidente.





Beatriz Pagés - Peña Nieto les descompuso el cilindro

La defenestración de dos priistas —Jesús Reyna y Cuauhtémoc Gutiérrez— es un hecho inédito que marca un antes y un después en la vida política del país y en la moral pública nacional.

Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, por mencionar a los cuatro últimos mandatarios, encarcelaron a sus enemigos políticos, utilizaron la Procuraduría General de la República como arma para deshacerse de sus adversarios, pero ninguno de ellos se atrevió a desenmascarar las actividades ilícitas en las que incurrían sus correligionarios. Por el contrario, hacían lo necesario para encubrirlos con el argumento de que un escándalo podía hacer daño a su partido o a su gobierno.
 
La orden de arraigo contra el exsecretario general de Gobierno y exmandatario interino de Michoacán, Jesús Reyna, señalado por la PGR de tener vínculos con el crimen organizado, y la separación de Cuauhtémoc Gutiérrez de la dirigencia del PRI del Distrito Federal, dejó sorprendidos a todos; especialmente al PRD y al PAN, quienes intentan a toda costa contrarrestar el efecto positivo de una decisión que, necesariamente, fue presidencial.
 
 
 
 
 
 

Eva Saiz - EE UU reconoce tener un acuerdo con el hijo del líder del cártel de Sinaloa

El Departamento de Justicia de Illinois ha reconocido este jueves que hace un año firmó un acuerdo con Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, hijo del actual líder del cártel de Sinaloa, Ismael, El Mayo, Zambada. De acuerdo con el trato, a cambio de su declaración de culpabilidad por delitos relacionados con el narcotráfico y del grado de colaboración con la justicia estadounidense, El Vicentillo no se enfrentaría a un tribunal federal y podría ver reducida su condena, que ahora mismo contempla la cadena perpetua, a un mínimo de 10 años.

"Zambada Niebla, de 39 años, se declaró culpable el 3 de abril de 2013 ante el juez de distrito Rubén Castillo", señala el comunicado del Departamento de Justicia. El Vicentillo fue detenido por el Ejército mexicano en Ciudad de México en 2009 y extraditado a EE UU 11 meses después. El Vicentillo es uno de los hijos de El Mayo, el nuevo jefe del cártel Sinaloa, tras la captura en Mazatlán el pasado mes de febrero de Joaquín, El Chapo, Guzmán.






Francisco Martín Moreno - Nuevo León o la Vanguardia Política

Nuevo León puede dar un violento golpe de timón y cambiar el rumbo de México. ¿La hoja de ruta? Aquí va: las candidaturas ciudadanas independientes.

Nuevo León puede sacudirse el extenuante yugo de la frustración y de la corrupción priista de los últimos gobiernos encabezados por Natividad González Parás y de Rodrigo Medina, entre otros tantos más cuyo recuerdo se pierde en la densa noche de los tiempos de una venalidad sin precedentes.

¿Los exgobernadores panistas? Uno más incapaz que el otro comenzando por Canales Clariond, cuyo bienestar material personal también ha empezado a ponerse en entredicho por la prensa local.
Una de las entidades federativas con más capacidad de ahorro y de inversión, con más títulos académicos, con envidiables niveles de ingreso per cápita; la capital industrial y tecnológica de México, el Estado que detonó el desarrollo económico del país, los colosos fundadores del Tec de Monterrey, cuya derrama intelectual hoy enriquece a la nación; Nuevo León, el gran ejemplo de prosperidad, reduce su notable desempeño a hacer meras rayas en el agua, sin que su esfuerzo se traduzca en un explosivo crecimiento a través del cual empiece a abatirse la miseria y a cambiar el rostro del Estado.





Mijail Sholojov - El destino de un hombre

Mijail  Sholojov
1893 - 1985

El destino de un hombre

La primera primavera después de la guerra fue en el Alto Don excepcional: llegó impetuosa, y el deshielo se produjo rápido, a un tiempo. A fines de marzo, soplaron de las costas del mar Azov templados vientos y, dos días más tarde, ya estaban completamente desnudas las arenas de la margen izquierda del Don; se alzó, abombándose, la nieve que llenaba barranquillos y cañadas, mientras los riachuelos de la estepa, rompiendo el hielo, corrían retozones, primaverales, y los caminos se ponían casi intransitables.

En esa mala época de caminos anegados me cupo en suerte ir a la stanitsa de Bukanovskaia. Y aunque la distancia no era grande -cerca de sesenta kilómetros- no resultó tan fácil recorrerla. En compañía de unos camaradas, partí antes de salir el sol. Un par de caballos bien cebados, tensos como cuerda de guitarra los tirantes de los arneses, apenas podían arrastrar el pesado carricoche. Las ruedas se hundían hasta las pezoneras en la arena, húmeda, mezclada con nieve y hielo, y al cabo de una hora, en los ijares de los caballos y en sus ancas, bajo las finas correas de las retranquillas, aparecía ya una espuma abundante, blanca como de jabón, mientras el aire puro de la mañana se llenaba de un olor acre y embriagador a sudor de caballo y al recalentado alquitrán con que fueran pródigamente embadurnados los arreos.

En los lugares más penosos para los caballos, saltábamos del carricoche y seguíamos a pie. Bajo nuestras botas altas chapoteaba la nieve acuosa, costaba trabajo andar, pero a ambos lados del camino se conservaba todavía el hielo -refulgente al sol como el cristal- y por allí era aún más difícil avanzar. Al cabo de unas seis horas sólo habíamos recorrido treinta kilómetros y llegábamos al lugar por donde debíamos cruzar el riachuelo Elanka.






Cartones