miércoles, 1 de julio de 2015

El PRI nos derroto.

Empiezo estas líneas creyendo firmemente que la determinación humana es mas fuerte que cualquier acto de tiranía o de abuso de poder.

Si bien es cierto que México esta atravesando una etapa de reestructuración social, económica y política motivada por las reformas peñistas en el presente sexenio, también es cierto que dichas reformas de ninguna forma o circunstancia llevan en su ejecución la igualdad social en los términos económicos, políticos y de procuración de justicia si no mas bien contemplan una zozobra fundamentada en la inequidad con que el actual gobierno maneja los asuntos de estado generando un disgusto social como pocas veces se ha visto en la historia del país.








Uno de los sectores que ha salido a las calles a protestar es el magisterio, desgraciadamente sus manifestaciones son violentas agrediendo a terceros y a inocentes, llevan más una bandera partidista y personal que una lucha por las garantías de la comuna magisterial, provocando con esto la antipatía y desagrado del resto de la población llegando al extremo que los mismos ciudadanos llegan a agredir verbal y físicamente a los maestros paristas como sucedió en cierto municipio de Oaxaca.

Los otros sectores son más bien “conservadores” ya que sus protestas y manifestaciones las llevan por medio de redes sociales en donde elevan sus desagrados a cuentas de políticos e instituciones gubernamentales, creyendo inocentemente que esas personas leen dichos mensajes, sintiéndose bien consigo mismos porque ya pusieron su granito de arroz, porque ya lucharon desde sus trincheras informáticas y quizá porque es cool el hacerlo, cambian sus iconos de perfil dependiendo que lucha esta de moda, olvidando por completo las protestas pasadas. Algunos hasta se hacen llamar “hacktivistas”.

Eso sí, todos en espera de que “alguien haga algo”.

Estas formas de protestar se me figuran propias de un entorno bizarro donde la comunión de ideas y acciones hacia un bien común es prácticamente nula.

En las escuelas se nos enseño que en la historia del país hay buenos y malos, ricos y pobres, tiranos y héroes, que los ricos son malos y los pobres son buenos y honrados, y que siempre va a surgir un héroe que venga a salvarnos del tirano, pero jamás se nos dijo que nosotros podemos ser ese héroe, siempre debemos esperar a que alguien venga, a que alguien haga algo…

Se nos habla de esos héroes, de su persona, de acciones más bien individuales que colectivas, pocas veces se nos habla de la cantidad de personas que intervinieron en la planeación y ejecución de los movimientos de independencia, reforma y revolución, de la colectividad en las batallas decisivas no se dice nada, solo se dice “el caudillo del sur”, “el centauro del norte”, “el ciervo de la nación”, etc.

Quizá por eso no actuamos en conjunto y solo esperamos a que alguien haga algo.

Y quizá por eso confundimos la miel con la mierda y aplaudimos las vacías acciones de quienes se auto nombran los salvadores de México.



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