lunes, 21 de septiembre de 2015

TEPOZTECO - CONTESTANDO A ALEXJANDRO. PRIMERA PARTE.

CONTESTANDO A ALEXJANDRO. PRIMERA PARTE.

POR TEPOZTECO.

Me voy referir tan solo a un párrafo de tu columna “Un nuevo vasallaje” en donde está sintetizada tu increíble ignorancia (perdón, sí es creíble, al haber ya dado muestras contundentes de la misma, desconociendo que a nuestro país, durante la época de la ocupación española, se le conocía como la Nueva España); así como también, tu exagerada falta de comprensión sobre los sucesos que ocurren actualmente en nuestra querida patria, sus repercusiones y, en general, la reacción de nuestro Gobierno (y sus instituciones) ante la situación internacional adversa a la que se están enfrentando todos los países, no únicamente el nuestro:

“Creo que la devaluación monetaria de los últimos meses en México puede leerse en ese sentido. De nada sirvieron esos años de "apretarse el cinturón" y de "estabilidad económica" porque al fin y al cabo, la suerte de país -y su moneda- no esta en manos de los mexicas sino de los grandes capitales residentes en países desarrollados”.

Al decir. “en ese sentido”, te refieres a tu opinión de que el artículo 39 de nuestra Constitución “no pasa de ser una ilusión para el consumo de los tontos útiles de siempre” y del “consuelo consolador” (???) de muchos pendejos al suponer que “sin la estabilidad lograda, nos hubiera ido mucho peor (peor es el superlativo, en consecuencia, anteponerle “mucho” es una estupidez gramatical). Definitivamente, eres muy bueno para insultar a los que piensan diferente y muy malo para expresarte con propiedad, algo de lo que ya también has dado muchas muestras.

Para empezar, no se trata de una devaluación del peso mexicano sino de una revaloración del dólar con respecto a todas las demás monedas, no únicamente con relación a la nuestra. El dólar incrementó su valor (para que lo entiendas) y, lógicamente, aunque nuestro peso siga manteniendo la misma paridad, con relación a las demás monedas, aumentó la diferencia que tenía con el dólar. ¿Está suficientemente claro para ti?

Cuando se devalúa nuestra moneda (eso ya lo bebieras haber entendido, con tantas ocasiones en que ha sucedido) disminuye su valor con respecto a todas las demás monedas y, automáticamente, al ser menor su poder adquisitivo, se dispara la inflación, es decir, necesitamos más pesos para obtener el mismo bien. Por ejemplo, durante el sexenio de Ernesto Zedillo (última de grandes proporciones) la devaluación alcanzó 225.32% y la inflación el 173.82%. Las repercusiones en la población fueron terribles. Aunque inicialmente este cambio favoreció a los deudores, al disminuir sensiblemente su deuda, los intereses aumentan casi al mismo tiempo, con lo que se desvaneció rápidamente dicha mejora. En esa época los intereses aumentaron hasta el 95% y de crearon los UDIS, por lo tanto, los deudores, lejos de ver disminuida su deuda, finalmente tuvieron que pagar más, a conveniencia de los acreedores, entre los cuales se encontraban, principalmente, los bancos.

Actualmente, a pesar de haber disminuido el peso aproximadamente un 30% con respecto al dólar, tenemos la menor inflación desde 1969, cuando se empezó a utilizar el Índice Nacional de Precios al Consumidor. En el mes pasado, los precios al consumidor aumentaron solamente 0.21%, por debajo de lo esperado, con lo cual la tasa de inflación anual disminuyó a 2.59% y marcó su cuarto nivel mínimo histórico consecutivo. De acuerdo con información de la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, A.C.), las ventas en tiendas de autoservicio aumentaron 7.8% en agosto y en septiembre las ventas de las tiendas departamentales un 6.8%. Las tasas de interés no han variado y se mantienen bajas. Por consiguiente, el aumento en el tipo de cambio, hasta el momento, no ha afectado al grueso de la población. Hasta tú puedes apreciar que la situación es muy diferente, a la correspondiente a una devaluación real de nuestra moneda.

Dicho incremento afecta a los importadores de bienes a EU, aunque pueden cambiar el país de compra, en algunos casos, y disminuir su efecto. El cambio beneficia a los exportadores hacia ese país, al que se dirigen la mayor parte de nuestras exportaciones. También beneficia a aproximadamente 10 millones de familias mexicanas (de medianos y bajos recursos) que reciben remesas en dólares de sus familiares radicados en EU (aproximadamente 11 millones de mexicanos), así como también, a los, aproximadamente, 3.7 millones de empleados del sector turístico. En resumen, dicho incremento tiene repercusiones negativas mínimas, hasta el momento y también varias positivas, por lo cual, es mentira, por lo pronto, sobre los años en que (dices) ha habido necesidad de apretarse el cinturón, los cuales solo existen en tu imaginación y, efectivamente, el Gobierno Federal ha cancelado recientemente algunos proyectos (lo hará también en algunos programas) y propuso al Congreso un Presupuesto Anual austero para el año próximo. Hasta entonces, si habrá necesidad de “apretarse el cinturón” pero, por motivos muy diferentes a la revaloración del dólar, que explicaré posteriormente.

Es verdad que la globalización de la economía perjudica a los países emergentes, como el nuestro, pero no es verdad que estemos plenamente a merced de los países más desarrollados y de las organizaciones económicas internacionales, lo países emergentes, dependiendo de las medidas que tomen sus gobiernos, pueden contrarestar, en gran medida sus intenciones. Pobre de México si todos los mexicanos pensaran como tú: “que la suerte del país no está en manos de los mexicas sino de los grandes capitales residentes en países desarrollados”.

La globalización de la economía podría ser benéfica para todos los países si quienes la controlan obraran de manera diferente. Si realmente quieres entender sobre este tema, te recomiendo la lectura de un libro, escrito por el premio Nobel de economía del año 2000, Joseph Stiglitz, titulado: El malestar en la globalización. En la contratapa dice lo siguiente:

“Joseph Stiglitz ha sido testigo como vicepresidente del Banco Mundial del efecto devastador que la globalización puede tener sobre los países más pobres. Esta obra sostiene que la globalización puede ser una fuerza benéfica que enriquezca a todos, especialmente a los más necesitados, pero siempre y cuando nos replateemos el modo en que ha sido gestionada. El proceso orientado por el FMI y las organizaciones internacionales ha causado un sufrimiento excesivo a los países en desarrollo. La fuerte reacción contra la globalización tiene sus raíces no solo en los perjuicios ocasionados a éstos, sino también en las desigualdades del sistema comercial mundial. Los gobiernos deben y pueden adoptar políticas que orienten el crecimiento de modo equitativo y que reflejen un sentimiento básico de decencia y justicia social”. La última oración, del párrafo anterior, es la que te recomiendo aprenderte.

Nuestro país tuvo oportunidad de convertirse en un país desarrollado, al iniciarse su industrialización, la expropiación y adquisición de las empresas estratégicas para su progreso, por vez primera, desde la Conquista; iniciándose estas medidas con la expropiación petrolera (el 18 de marzo de 1938), sin embargo, la IP aprovechó esa oportunidad para enriquecerse más, no cumpliendo cabalmente con la parte que le correspondía. En esos años apenas se iniciaba la globalización de la economía, por lo que era una oportunidad de oro para hacerlo que, difícilmente se repetirá. La iniciativa anterior fue impulsada por los presidentes priistas a partir de lázaro Cárdenas, aunque no fue continuada posteriormente, como todos sabemos.

Los dos presidentes priistas, anteriores a la “docena trágica”, decretaron tres medidas trascendentales nuestro país:

1.- la creación del IFE por parte de Salinas de Gotari y su autonomía por parte de Zedillo. Con los cual se inició una democratización real en las elecciones de nuestro país, con lo cual desmiente tu percepción de que el pueblo no elige a sus representantes. Posteriormente los partidos desvirtuaron varias de sus facultades para acomodarlas a sus intereses y, actualmente, es el INE quien lo substituye.

2.- La autonomía del Banco de México, por parte de Salinas de Gotari, aunque empezó a operar en el primer año de Zedillo.

3.- La libre flotación del dólar, por parte de Zedillo.

Con las dos últimas medidas, prácticamente se garantiza que no existirá otra devaluación exagerada del peso mexicano, al haberse quitado a los presidentes la facultad de poner a trabajar su maquinita productora de dinero, como lo hizo Echeverría y de fijar el tipo de cambio o retenerlo a su antojo y, posteriormente, tener que dejarlo descender a su nivel real. El valor del dólar, actualmente, es el que tiene en el mercado de valores. La estabilidad económica, la inflación, el ajuste del tipo de cambio, el valor de los intereses y muchas otras funciones más son facultades y responsabilidad del Gobernador del Banco de México, ya no del gobierno en turno.

La estabilidad del país durante la “docena trágica” estuvo a cargo de un priista la mayor parte de los dos sexenios panistas: Guillermo Ortiz Martínez (hasta el 31 de diciembre de 2009) y, posteriormente, del panista: Agustín Carstens, recientemente propuesto por el Presidente y aprobado por el Congreso (a excepción del PRD ?) para continuar con su cargo, debido a su destacada labor. El crecimiento económico sigue estando a cargo de los gobiernos.

Las subastas de dólares que está efectuando el Banco de México tienden a disminuir su valor con respecto al peso, al depender de la ley de la oferta y la demanda; sin embargo, quienes están comprando los dólares es porque los necesitan en sus transacciones internacionales, no los especuladores, de los que querían saber lo nombres algunos foristas. Si se cumple el objetivo del Banco, se abaratará el dólar, en consecuencia, los que los hayan adquirido, perderían en lugar de ganar si los conservan.

La grave crisis actual, que no solamente a ti te pasa de noche, sino también, a muchos mexicanos y medios de comunicación: es por la drástica caída de los precios del petróleo. Es la segunda crisis de este tipo que tenemos y no tiene nada que ver con la globalización pues, el comercio internacional del petróleo empezó mucho antes que ésta se iniciara. Como su exposición es un poco extensa, lo haré en una segunda parte.

Un cordial saludo a todos los foristas.





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