jueves, 18 de agosto de 2016

Ricardo Raphael - Cristiada contra homosexuales

A la Iglesia católica ya le regresó el gusto por marchar. Si la CNTE lo hace en contra de la reforma educativa, ¿por qué no hacerlo en contra de gays, lesbianas y todas esas personas corrompidas por “la ideología de género”?

Ayer las cabezas de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) –máximo órgano de la Iglesia católica en nuestro país– convocaron a todos sus ministros de culto, parroquias y feligreses a tomar las calles para protestar en contra del matrimonio igualitario.

Alrededor del Frente Nacional por la Familia tomarán las principales ciudades del país los días 10 y 24 de septiembre.

La CEM no se mueve sola en estos temas. Detrás está el Vaticano, que decidió dar una discusión global a partir del caso mexicano. Por si nos hiciera falta otro pretexto para pelearnos entre nosotros, aquí tenemos esta provocación.










A nadie escapa que el movimiento lésbico-gay es uno de los más cohesionados y mejor organizados del país. La comunidad LGBTTTI también sabe ocupar la calle y no se quedará cruzada de brazos mientras otros preparan la hoguera para incendiar su identidad y modo de vida.

Debe temerse entonces una confrontación sin precedente entre dos visiones éticas y también calcular las consecuencias violentas que podrían derivarse de ella.

De un lado los curas utilizando el púlpito para arengar con argumentos de fe contra las identidades sexuales no aceptadas por su iglesia. Del otro los liderazgos indispuestos a la hora de permitir que la Santa Inquisición juzgue de nuevo la moral dando la espalda a la inclusión, la diversidad y los derechos humanos.

Cuando Norberto Rivera, Arzobispo de la Ciudad de México, encendió la mecha de la intolerancia contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, su voz sonó como ladrido solitario de perro en azotea.

Sin embargo el grito de guerra trascendió este miércoles a ese polémico señor. Ayer se pronunciaron con igual actitud las cabezas de la CEM, de manera destacada los obispos de Guadalajara, Monterrey, Tehuacán, Piedras Negras, Tlanepantla, Querétaro y Toluca.

Estos líderes de la curia están peleados con su hermano Norberto. Hay que recordar la referencia que el papa Francisco hizo a esta disputa en la catedral capitalina.

Si ahora las dos cuerdas de la soga se han unido para estrangular a la comunidad lésbico-gay es porque, desde el más allá, alguien los unió. Y ese más allá está en Roma, no hay posibilidad de dudarlo.

La pregunta fundamental es ¿por qué? ¿Por qué Jorge Mario Bergoglio secundó a Rivera en su revuelta contra la homosexualidad?

Caben pocas explicaciones. Primera: porque el episodio sirve para que la Iglesia mexicana se reúna alrededor de una misma causa: la cristiada contra la homosexualidad.

Segunda: el Papa se sintió traicionado cuando vino a México y no hablo, tal como se lo pidieron, de Ayotzinapa y otros temas sensibles. Luego, como injusta retribución, recibió la iniciativa presidencial a favor del matrimonio igualitario.

Tercera: calculando la debilidad política en la que se encuentra el Gobierno de Enrique Peña Nieto, la Iglesia encontró un buen momento para hacer avanzar causas pendientes como la educación religiosa en las escuelas públicas.

Cuarta: el Vaticano decidió detonar esta bomba política en México para provocar una discusión planetaria. Dadas las circunstancias de nuestro país –tan observado a nivel internacional y con un gobierno frágil– el choque entre los católicos conservadores y las corrientes progresistas será notica interpretada y reinterpretada a nivel global.

Zoom:

Ya sólo nos faltaba despertar al monstruo de la intolerancia religiosa para completar el retrato de nuestros males contemporáneos. Ayer pudo haber comenzado en Cuernavaca, Morelos, la primera movilización de nuestra segunda cristiada. ¡Qué desastre!



Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/cristiada-contra-homosexuales-1471502348



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