Esta semana comienza formalmente la campaña electoral rumbo al 2012 y ya existe una competencia plena al interior de los partidos políticos.
Mientras Marcelo Ebrard asciende en forma constante en las encuestas a población abierta y se posiciona como opción creíble y sensata, López Obrador mantiene su radicalismo que le garantiza el apoyo de 10% del
electorado pero no más. El voto duro perredista que mayoritariamente se identifica con el tabasqueño, ahuyenta al resto del electorado de modo tal que no tiene posibilidad alguna de triunfar. Sin embargo, la proyección que ha conseguido Marcelo en los últimos meses lo hace verse lo suficientemente poderoso como para enfrentar a sus rivales priísta y panista.
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