“¡No coman ansias!”, decían los abuelos a quienes “en lunes planean el fin de semana”.
Y eso ocurre con muchos políticos, gobernantes y opinantes que hablan de 2018 -y actúan en función del 18-, como si hoy vivieran la víspera de la sucesión presidencial; como si el sexenio hubiese terminado en materia político electoral.
Sin embargo existen pocos sensatos que saben bien que antes de llegar al 18, se debe pasar por el 16 y el 17; por la renovación de gobiernos estatales en la mitad del país, lo que previsiblemente modificará todos los escenarios y la realidad político electoral de todos los partidos y todo el país.
Curiosamente, entre los pocos políticos sensatos está el líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien el 27 de agosto –como aquí lo dijimos-, mandó colocar en la puerta de su oficina la siguiente leyenda: “Se prohíbe pensar en el 2018. Estamos trabajando en las elecciones del 2016”.
Y, en efecto, resulta estúpido –por decir lo menos-, que hoy se elaboren sesudos escenarios para 2018 cuando el atlas político electoral de la sucesión presidencial pudiera ser radicalmente distinto a lo que hoy se vive. En rigor, nadie sabe cuáles serán las fortalezas y debilidades de cada uno de los partidos y de los aspirantes presidenciales luego de 2016 y de junio de 2017, fecha en la que arrancará de manera formal
la sucesión presidencial.
¿Y cuáles serán las variables a considerar en 2016 y 2017?
1.- Como saben, en 2016 se renovaran ejecutivos estatales en 13 estados; Colima, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. En 2017 se renovarán los gobiernos de Coahuila, Estado de México y Nayarit. En total, 16 estados cambiarán de gobierno.
2.- ¿Alguien sabe qué va a pasar en esas elecciones? Unos dicen que con Beltrones a la cabeza el PRI pudiera ganar todos los gobiernos estatales. Otros aseguran que el PAN en solitario está en condiciones de ganar Colima, Puebla, Aguascalientes y Nayarit. Son muchos los que aseguran que el PRI tiene posibilidades sólo en nueve estados…
3.- Lo único cierto, sin embargo, es que el PRD, Morena, el PVEM y el resto de la chiquillería partidista no ganarán ni un solo gobierno estatal y que tienen escasas posibilidades de apoderarse de una capital o un congreso local.
4.- También es seguro que el PAN y el PRD buscarán alianzas en gobiernos estatales con posibilidades de triunfo, como Durango, Tamaulipas y Tlaxcala, entre otras.
5.- Pero lo interesante no son las alianzas que se tejen entre azules y amarillos; entre PAN y PRD. No, lo verdaderamente sorprendente es una alianza de facto que ya opera entre el PRI y Morena justo en aquellos estados en donde azules y amarillos pretenden reeditar las “alianzas contranatura” y que resultaron en un fracaso escandaloso, como Oaxaca, Guerrero y Puebla.
6.- Y las alianzas consisten en que los gobiernos estatales en manos del PRI –en donde habrá elección de gobernador-, trabajarán a favor del fortalecimiento de Morena, lo que debilitará al PRD y al PAN. De esa manera el voto duro del PRI será suficiente para garantizar la victoria estatal.
7.- Y si tienen dudas de esas alianzas entre estados en manos del PRI y Morena, sólo sigan el silencio de AMLO hacia los gobernadores que están financiando a su partido.
No coman ansias. Pensar en 2018 y apostar a la sucesión presidencial obliga a esperar el 2016 y el 2017. En política, la estupidez también es un defecto. Al tiempo.
Leído en
http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/estupido-apostar-al-18-cuando-faltan-16-y-17-1448436250
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