Todos culpables. Todos asesinos. Cargando colectivamente con la responsabilidad de matar a la Ciudad de México. Poco a poco, decisión tras decisión, claudicación tras claudicación. Hemos convertido a la región más transparente del aire en la región más
contaminada del aire. Nues
tra bella, magnífica, caótica
metrópoli cubierta de nata,
de partículas suspendidas,
de ozono. El resultado de
mala planeación, de mala
política pública, de mala
ciudadanía. El producto de
la obsesión con los carros y
las vialidades para permitir
que transiten. Y ahora, el
precio a pagar. Contingen
cias y emergencias y salidas
falsas y autoridades que en
lugar de tomar decisioes
difíciles, las evaden.
Lea la columna completa en este PDF http://hemeroteca.elsiglodetorreon.com.mx/pdf/dia/2016/03/21/21tora07.pdf?i&acceso=57fef1cc5f73622a3605e6c12e9d3728
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