Comparar el clima anímico en el que trabajaba la autoridad electoral -digamos- en los noventa y primeros años del siglo XXI, con el de hoy, puede arrojar cierta luz sobre los problemas que deben enfrentar el INE y los hoy llamados OPLES (institutos locales).
Aquellos años estuvieron marcados por el escepticismo, las novedades y la esperanza. Los años que corren son de escepticismo, rutina (o novedades que no son valoradas) y malestar sordo (desesperanza).
Lea la columna completa aqui http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/ayer-y-hoy-el-clima-animico
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