lunes, 25 de junio de 2012

Leo Zuckermann - Mi apuesta con Macario sobre Peña y una posible restauración


Si gana Peña con mayoría en el Congreso y comienza una restauración autoritaria, estoy dispuesto a aceptar públicamente que me equivoqué.

Leo Zuckermann

Este fin de semana di un par de conferencias junto con mi colega Macario Schettino. Comparto muchos puntos de vista con él. Sin embargo, en esta ocasión tenemos una diferencia. Yo no sé todavía por quién voy a votar.Macario, en cambio, ha revelado que lo hará por Josefina Vázquez Mota. De hecho, está muy preocupado por el posible regreso del PRI a Los Pinos con la posibilidad de una mayoría en ambas cámaras del Congreso. Piensa que, de darse este escenario, vendrá una restauración del régimen autoritario. Yo no lo creo y por eso cruzamos una apuesta.
Schettino piensa que, de ganar Peña con mayoría en el Congreso, los priistas procederían a hacer lo que han hecho en los gobiernos de los estados, es decir, abusar del poder para acumular fortunas y perpetuarse en el gobierno. Dice que utilizarían los programas de combate a la pobreza con fines electorales. A diferencia de hoy, cuando existe transparencia, el nuevo presidente priista regresaría a la opacidad en estos programas para así utilizarlos a su antojo. Bajaría, por ejemplo, los padrones de beneficiarios de Oportunidades del internet. Yo no lo creo. Para empezar, el IFAI le ordenaría al presidente que cumpliera con la normatividad que exige transparencia en la política social federal. Además, la oposición pondría el grito en el cielo y muchos en los medios, incluyéndome, criticarían esta decisión.
Macario argumenta que los priistas le restarían independencia a instituciones como la Suprema Corte de Justicia. Dice que al próximo presidente le tocará nombrar a seis ministros y que tratará de hacerlo con aliados suyos. Esto es posible por la regla existente: el Ejecutivo decide quién ocupa la vacante en la Corte si el Senado no aprueba, con una votación de dos terceras partes, la terna de candidatos presentada por el presidente en dos ocasiones. Todo va a depender, entonces, de la oposición, ya que el PRI no va a tener las dos terceras partes de los votos. Digamos que la oposición siempre le rechaza las ternas al presidente. Tendríamos, entonces, una mayoría de ministros (seis a cinco) impuestos por Los Pinos. Difícil visualizar un escenario así. Amén de que el nuevo presidente se tardaría varios años en esta operación de imponer aliados suyos en la Corte.
Otro de los argumentos de Macario es que los priistas cambiarían el mandato del Banco de México para incluir el objetivo del crecimiento económico aparte de la estabilidad de los precios. De esta forma se perdería el foco de la política monetaria que podría ser más afín a objetivos electoreros promovidos desde Los Pinos. Para ello, sin embargo, se necesitaría una reforma constitucional. Schettino piensa que el PRI podría conseguir este cambio con la izquierda. Yo veo muy difícil que la oposición le otorgue sus votos al presidente para fortalecerlo en éste y otros temas que impliquen reformas constitucionales.
Lo mismo con la posibilidad de eliminar cien diputados plurinominales y desaparecer los senadores de representación proporcional. Esto, como bien apunta Macario, fortalecería la presencia del PRI en ambas cámaras. Pero para ello se necesitaría, otra vez, una reforma constitucional. Schettinopiensa que, en esta reforma particular, el PRI podría contar con los votos del PAN. Yo insisto en que la oposición no le va a dar nada al PRI para fortalecer a un presidente priista.
Hay muchos temas más de cómo podría darse una regresión democrática con un presidente priista con mayoría en el Congreso. Quisiera mencionar, sin embargo, el que más me preocupa porque involucra mi actividad profesional y la de mi colega Macario. Se trata de la libertad de expresión. No hay duda de que estos 12 años de gobiernos panistas los medios hemos tenido total libertad de decir lo que se nos pegue la gana. Las críticas al Presidente, por ejemplo, son cotidianas. Ya no hay instituciones “intocables” como en el pasado. Hasta las Fuerzas Armadas son objeto de la crítica. La pregunta es si los priistas van a aguantar las opiniones que les sean contrarias o van a operar para censurarlas.
Schettino, con razón, cita el caso de los gobernadores del PRI. En los estados controlan a los medios a billetazos. Cuando les disgusta la opinión de un periodista, en lugar de rebatirlo públicamente o de pedir espacio para la réplica, como se espera en una democracia, le hablan a los dueños de los medios a quejarse amenazando con que, si no se alinean a lo que ellos piensan, el gobierno les retirará el presupuesto de propaganda en ese medio. Y como hay mucho dinero involucrado, pues…
Es por eso que Macario prevé seis largos años de presiones gubernamentales a todos aquellos que opinamos en los medios. Yo me resisto a creerlo. Quizá los priistas tengan la tentación de hacerlo. Es costumbre de muchos de ellos. La pregunta es si vamos a dejarnos. Yo no. Tampoco Macario.
Todo lo cual me lleva a la apuesta que cruzamos. Si gana Peña con mayoría en el Congreso y comienza una restauración autoritaria, estoy dispuesto a aceptar públicamente que me equivoqué. Si, en cambio, el PRI regresa al poder respetando las instituciones democráticas y los derechos propios de una democracia-liberal, incluida la libertad de expresión, Schettinoreconocerá que él fue el que erró. Por el bien de México, querido Macario, espero ganarte.
                Twitter: @leozuckermann
2012-06-25 00:51:00
Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=843329


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