En septiembre de 2014, 43 estudiantes universitarios desaparecieron en el estado de Guerrero, en el sur de México. El Gobierno mexicano sostuvo que un cartel de narcotráfico asesinó a los estudiantes y quemó los cuerpos en un basurero. Sin embargo, los investigadores forenses y diversos grupos de derechos humanos plantearon ciertas dudas, mostrando incongruencias en las pruebas y en una investigación federal que, a su criterio, no cumplió con las normas internacionales. Ahora, un renombrado científico experto en materia de incendios afirma que sus experimentos más recientes descartan de manera definitiva la explicación del Gobierno.
Mediante el uso de cadáveres de cerdos en sustitución de cuerpos humanos, José Torero, un experto en incendios de la Universidad de Queensland, Santa Lucía, en Brisbane, Australia, incineró hasta cuatro cerdos a la vez y determinó que la hoguera necesaria para consumir unos 43 cuerpos no podría haber ardido en el basurero. «José sabe lo que dice», afirma John Lentini, investigador independiente experto en materia de incendios de Islamorada, Florida, que no participó en la investigación aunque formó parte de otros casos de alto perfil. «No tiene sentido que pueda hacerse desaparecer a 43 personas de esa manera.»