martes, 10 de julio de 2012

Algunas reflexiones sobre la elección presidencial.

Colaboracion de Tepozteco.


Cuando ya cantábamos victoria por haberse terminado las campañas y la elección presidencial, se inició una etapa en donde la ignorancia se mezcla con unas declaraciones exageradas, otras basadas en falsedades y, prácticamente todas ellas, absurdas, si las analizáramos desde el punto de vista de la lógica, ciencia muy olvidada por los políticos y los partidos y, tal parece, también por gran parte de la población, al concederle credibilidad a las declaraciones que “inundan” diariamente las noticias, difundidas por los medios de comunicación, sobre las declaraciones de AMLO, posiblemente, como una reacción de dichas empresas, a las injustas quejas del mismo sobre su falta de equidad, tratando de demostrar todo lo contrario. Este legendario candidato, actualmente, acapara las noticias, normalmente, sin calificar sus declaraciones (salvo  el caso de algunos columnistas que se atreven a desafiarlo que, conforme aumentan sus exageraciones, va en aumento) pues, para no incomodarlo, solo se difunden, como si expresara la verdad. Si no fuera porque el título: “El asalto a la razón”,  ya fue escogido por un distinguido columnista, estaría muy apropiado para encabezar este escrito.




Si empezáramos con lo más reciente hacia atrás, mencionaríamos las marchas efectuadas el sábado 7 de los corrientes, en varias ciudades de la República, con el objeto de protestar por la “imposición” de EPN, acusando al IFE DE “fraude” y varias incongruencias adicionales, que no vale la pena mencionar, utilizadas como argumento de la inconformidad “generalizada” de la ciudadanía.
Diríamos, con toda justificación, que hay de marchas a marchas si, por ejemplo, se realiza una marcha para protestar en contra de la inseguridad que estamos padeciendo, los que no participamos en ella, los acompañaríamos de corazón pero, si se trata de marchas en contra de la decisión de 19 millones de mexicanos, con los pretextos que sean, la situación  es muy diferente. ¿Con qué derecho, una minoría (si nos atenemos, ya no a las encuestas, sino a la votación), se autonombra árbitro de los comicios electorales? y, sobre todo: ¿Quién les confiere la capacidad para determinar los motivos que tuvieron sus compatriotas para votar por su candidato y de donde obtuvieron el derecho a menospreciarlos, adjudicándoles motivos reprobables, como masoquismo colectivo o votar por la corrupción? Lógicamente, nadie, por la sencilla razón, si es que no lo saben o comprenden, que todos los mexicanos tenemos, exactamente, los mismos derechos. ¿Qué nos incita más respeto, la decisión meditada de millones de mexicanos o los gritos de miles de fanáticos, sin sustento real,  vociferando ofensas para quienes tienen la desgracia de no ser de su agrado? No creo necesario contestar esta pregunta.
Llaman “imposición” a la voluntad de 19 millones de mexicanos, reflejada en las urnas,  y acusan al IFE, con innumerables pancartas de haber cometido un fraude en el proceso electoral, sin reconocer que, dicha Institución no fue la responsable de los resultados, sino un poco más de un millón de ciudadanos, ellos sí, ejemplares en su deseo de colaborar, sin ninguna retribución,  a la limpieza de la recepción y la suma de los votos, cuyas cifras, plasmadas en las actas de escrutinio, son la base de lo obtenido por cada candidato. O son muy ignorantes o los mueve solo el deseo de tratar de engañar al resto de los ciudadanos, como es el caso de AMLO, quien afirma: “Le puedo demostrar al presidente del IFE que tengo boletas que se usaban para el relleno de urnas ya rayadas por el PRI”, ¿Cómo es posible que se atreva a hacer esas acusaciones, sobre algo que, con los candados actuales, es IMPOSIBLE?, solamente es concebible por su experiencia en expresar lo que le convenga, aunque no tenga ninguna base. Mientras se limiten a marchas pacíficas, no pondrán en peligro nuestro futuro inmediato y estamos de acuerdo con ellos en que hagan las que gusten. Afortunadamente, el grupo de jóvenes del movimiento yosoy132, ha recapacitado y mesurado sus pretensiones, según sus últimas declaraciones, se deslindan de quienes han utilizado su emblema para actos de agresión y han acordado, ya no tratar de impedir el que EPN ocupe la Presidencia, sino objetivos tendientes a vigilar que las múltiples acciones del nuevo gobierno, se ajusten a la legalidad y a las necesidades de la población. En caso de actuar de esa manera sí beneficiarán a nuestro país.
De acuerdo con la recopilación realizada por el columnista Raymundo Riva Palacio: “Sin excepción, las 188 encuestas realizadas desde el 3 de marzo de 2011 hasta el 22 de junio de este año por 12 empresas encuestadoras señalan que el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, ganará la elección del próximo domingo”, lo cual es una demostración inequívoca de la preferencia que él mantuvo en todo ese tiempo y culminó, sin cambios, hasta el día de la elección presidencial. También es verdad que varias de las empresas especializadas en este campo sobrestimaron la ventaja que tendría EPN al terminar la elección, considerándola de dos dígitos. Dicho pronóstico, contagió a muchos o pocos, no sabría determinarlo, sobre la teoría del “compló”, esgrimida frecuentemente por AMLO, sin embargo, dicho argumento se “derrumba” ante el hecho de que fueron cinco las que le dieron una ventaja de dos dígitos pero, seis de ellas supusieron una diferencia de solo un dígito (Demotecnia y Mercaei, acertaron al resultado, Berumen, Covarrubias y Asociados, la contratada frecuentemente por el candidato del PRD, Ipsos-Bimba y Reforma, prácticamente, también lo hicieron). En consecuencia, para todos los que no anteponen las pasiones a la razón, se trató de un error, sin ninguna intención en influir en las preferencias, contrario a lo afirmado por los propagandistas de inequidad en la contienda (hay que recordar el número de indecisos, que bien pudieron afectar la supuesta ventaja, los que hayan dejado de ir a votar, confiados en su magnitud y, desde luego, quienes modificaron su decisión a última hora). Es pertinente recalcar que todas las encuestas acertaron en los porcentajes correspondientes al segundo y tercer lugares y sobre quienes los ocuparían, por consiguiente, el error no es tan grave como pretenden hacerlo parecer. Solo existió una encuesta “secreta”, al no revelarse su fuente, en la cual, según AMLO, él aventajaba a EPN, siendo evidente su falsedad, al no solamente ir en contra de todas las demás sino, además, ocultar el nombre de la empresa (si realmente existió) encargada de elaborarla. En base a los porcentajes difundidos periódicamente, existía, no solamente la posibilidad, sino ya, una verdadera certeza, de quien sería el triunfador en la elección. Lo cual se confirmó, al computar los votos, y obtener EPN una ventaja de, aproximadamente, 3 millones, con respecto al segundo lugar, diferencia que, ahora nos pretenden convencer, se debió a votos  “comprados” (y no solo esa cantidad, según lo declarado últimamente por AMLO pues, según él, tiene “pruebas” de que fueron 5 millones, no cabe duda, cada vez miente de manera más increíble) pero, entonces, tendríamos también que creer que las encuestas no tienen ningún valor y la estadística no es una ciencia sino, un simple engaño.  Engaño y colosal, es el intento de hacernos aceptar tan burda mentira, menospreciando nuestra capacidad de razonar y arriesgando temerariamente, que salga a relucir la verdad, como seguramente sucederá. La única manera de medir las preferencias reales de los ciudadanos está basada en las encuestas, con visitas a sus hogares, en donde se encuentran completamente libres de influencias ajenas, ¿Cómo podríamos admitir que el PRI, no obstante su gran ventaja marcada por las mismas, tuvo necesidad de “comprar” 5 millones de votos?, ¿Habrá alguno capaz de creer tamaña mentira?
Los observadores internacionales calificaron el proceso electoral como correcto y, lo más importante,  las ONG que lo vigilaron, también manifestaron, en conferencia de prensa conjunta, que los comicios solo tuvieron incidentes menores, entre los cuales observaron la “compra de votos” de TODOS los partidos pero, no en una medida que pudiera alterar los resultados. Yo tengo, por ejemplo, un recorte de lo publicado por el periódico El Norte, el sábado 30 de junio, en donde se informa el haberse detenido en Cuernavaca, Morelos a dos trailers, cargados de despensas y botellas de agua, con el nombre de Graco Ramírez, y los choferes explicaron que habían llegado desde las tres de la mañana, pero que no habían podido descargar la mercancía por encontrarse ya completamente llenas las bodegas, en donde debían entregarla.
 Sin embargo, en contra de toda la lógica, apoyada en los antecedentes ya mencionados, AMLO, quiere hacernos creer que  ¡millones de votos! (si millones) fueron comprados por el PRI, para lograr que su candidato resultara ganador. Si se le comenta que fueron 19 millones los votos obtenidos por EPN, argumenta que no se compró la totalidad, solo los necesarios pero, ¿Cómo podrían saber de antemano cuántos eran los “necesarios”?, agregando que se gastaron miles de millones de pesos, de procedencia “ilícita”, ya conocemos la facilidad con que López Obrador maneja las cantidades de miles de millones de pesos y la tranquilidad con que difama a sus opositores, solamente que, esas cantidades de dinero no son susceptibles de disfrazarse y debe ser relativamente fácil el comprobar su veracidad. Sin embargo, la estrategia seguida es la de hacer declaraciones impresionantes de fraudes y supuestas pruebas de ellos a los medios de comunicación, no a donde corresponde, porque su interés es solamente manipular a la opinión pública, a sabiendas de que no podrán, finalmente, probar lo que difunden, pero su objetivo es, nuevamente, convencer a la parte de la población que les haga caso, de un nuevo “robo”  a AMLO, en la elección presidencial. En contraste, el PRI, sin convocar a conferencias de prensa y sin obtener difusión a sus reclamos, el viernes pasado, su representante ante el IFE, presentó una ampliación a las  quejas contra AMLO y el presidente de su partido, consistente en evidencias de un nuevo “pase de charola” por 110 millones de pesos, donados por el empresario Julio Villarreal, dueño de Villa Acero.
Aparte de lo inconcebible de orquestar un fraude de 3 millones de votos (5 según la última versión), correspondientes a casi siete puntos (más si nos atenemos a su último “ajuste”), AMLO y quienes lo acompañan, no se han dado cuenta de que esa cantidad de puntos no puede desaparecer, por arte de magia, por tratarse de votos reales, depositados en las urnas y, si no se hubieran acreditado a EPN (en el caso de no haber existido el supuesto fraude), FORZOSAMENTE, se hubiera sumado la mayor de parte de ellos a los suyos y, el resto, a los de JVM, desquiciando completamente los pronósticos de TODAS las encuestas, las cuales, se habrían equivocado, completamente,  en los porcentajes que obtendrían en la elección los tres principales participantes. ¿Podrá alguien, sus cinco sentidos, aceptar la posibilidad de una equivocación de tal magnitud?
Su principal argumento sobre el supuesto fraude, son las tarjetas de Soriana, asegurando que con millones de ellas se compraron a millones de de personas para que emitieran su voto a nombre del PRI, depositándoles una cantidad de efectivo (no especificada) en dichas tarjetas. Sin embargo, la acusación antes mencionada, más parece fruto de la desesperación que de una estrategia, aunque falsa, bien calculada, siendo mi pronóstico que se terminará sabiendo la verdad, por tener, dicha versión, grietas por todos lados aunque, conociendo bien a AMLO y a quienes lo acompañan, nunca lo aceptarán. Soriana empezó aclarando el uso de dichas tarjetas y asegurando categóricamente, que son de cortesía para obtener descuentos especiales pero que, no se les deposita dinero, salvo las que se manejan para los ciudadanos de la tercera edad en el D.F., según convenio con sus autoridades (posiblemente, a sabiendas de que a estas tarjetas sí se le deposita dinero, supusieron, erróneamente, que se hacía en todos los casos). Posteriormente, Soriana pagó planas completas en los principales diarios explicando su utilización y, por último, el Director Comercial de dicha empresa se presentó en una entrevista en el noticiero de las 10 de la noche de Milenio, en donde explicó largamente todo lo relacionado con dichas tarjetas, asegurando que es completamente falso que se haya utilizado ese medio para la compra de votos y, además, que en uno o dos días más entregarían al IFE toda la documentación que les habían solicitado. No considero necesario hacer más extenso este escrito, detallando todas las inconsistencias que presenta el argumento antes mencionado, al estar seguro de que no prosperará.
Como era de esperarse, los representantes del PRD ante el IFE, no aceptaron los resultados finales del cómputo distrital y se dieron el lujo de acusar al PRI de haber gastado 1817 millones de pesos (utilizando una cantidad que pareciera calculada con fundamentos), y se dedicaron a descalificar al PRI, de varias maneras, recibiendo una respuesta muy mesurada de uno de los representante de ese partido: Con todo respeto, más pruebas y menos adjetivos. A nadie sorprenden las declaraciones exageradas para lograr convencer a la ciudadanía de la validez de sus quejas, finalmente, como le dijo otro representante del PRI: No veremos en el Tribunal Electoral. Las declaraciones del presidente del PRD, sí se pueden considerar extremadamente graves, empezó diciendo que EPN no ganó sino compro la elección, lo cual a nadie inquieta, al ser las pruebas las que cuentan, no las palabras pero, terminó con la amenaza de que podría presentarse una situación similar a la del 68.  La irresponsabilidad de este dirigente sí podría causar graves problemas, esperemos que prevalezca la cordura en quienes podrían encabezar lo que presagia.
Un cordial saludo a todos los foristas.

Sheridan - La Verdad como propiedad privada.


Escribió Paul Valéry que “hasta la más complicada mentira es más sencilla que la verdad”. Se nota que no vivió en México. Entre nosotros La Verdad no sólo es complicada: es incomprensible. Si las mentiras
mexicanas son complicadas, La Verdad es una barroca baratija borrosa, alejada ya de cualquier objetividad o consenso. Como dicen los clásicos, a las pruebas me remito: somos un país en que las tortas de papel de
estraza son “nutritivas” y Elba Esther Gordillo es una “maestra”.

Este lío de las tarjetas de Soriana es un puntual ejemplo. Los partidos y movimientos proAMLO proclaman como verdad que las tarjetas son hechura del PRI. El PRI declara de inmediato que la verdad es que se trata de un montaje de los proAMLO que tiene como objeto deslegitimar al PRI. Los proAMLO responden que el hecho de que el PRI los acusa de haber hecho el montaje es, en sí mismo, prueba de la mentira. El PRI argumenta que urdir una estrategia así a sabiendas de que en Iztapalapa es imposible ganarle al PRD habría sido tonto y contraproducente. Los proAMLO responden que la lógica de esa respuesta sólo enfatiza lo bien calculado de la artimaña. AMLO tapiza su cuartel con las tarjetas y dice que las fueron a entregar ciudadanos morales arrepentidos de haber flaqueado. El PRI responde que esa clase de ciudadanos no existe y que, por tanto, es demostración de la hechura de AMLO… etcétera.

Para todo argumento habrá un contraargumento que utiliza al argumento inicial como demostración del contraargumento. De llegarse a probar que alguien mintió, se da por descontado que ese alguien ya tiene listo el argumento para sostener que las pruebas mismas son evidencia de una mentira, y así hasta el infinito. (O hasta el caos, lo que llegue primero.) La única verdad es, de este modo, que la verdad no existe, ni
existirá nunca, y que más nos vale resignarnos a ser un país de mentiras. Y no sólo en el ámbito de la política.

Si las elecciones son un indicador válido del grado de madurez del pueblo, y por tanto, de su amor a La Verdad, poner en duda sus resultados (una vez más) avería no sólo a las elecciones, lo que ya es
grave, sino evidencia de que la idea misma de La Verdad es prescindible, lo que es gravísimo.

Una sociedad madura paga el precio de La Verdad, por elevado que sea. Aceptar La Verdad vigoriza la democracia, fortalece el pacto federal, vitamina la libertad, nutre la separación de poderes, proteiniza al
municipio libre, oclusiona el enriquecimiento inexplicable, mejora la economía, sanea al pasado, alerta sobre el porvenir, higieniza el lenguaje y “coadyuva” a la modernidad. Pero sólo si es La Verdad, por
que si no, no.  ¿En qué medida la madurez del pueblo guarda proporción con su amor a La Verdad? ¿En qué medida las consecuencias de conocer La Verdad maduran al pueblo y lo conducen a exigir más y más Verdad? Una Verdad que requiere cada vez de más Verdad para ser más y más madura y moderna, si está
opacada por más y más mentiras -sean o no sean verdades- acaba por generar un círculo vicioso. Llevamos lustros demandando la simple Verdad de quién gana las elecciones. En la medida en que nos declaramos adictos a La Verdad, la saboteamos. Esto aumenta la demanda de Verdad, hace subir su precio, fomenta su cultivo ilegal en plantíos clandestinos, crea un mercado negro de Verdad. Desde luego, también aumenta los
artilugios para falsificarla y una magnífica sobreoferta de mentiras.

Todos los actores y partidos políticos declaran una y otra vez que el pueblo mexicano ha alcanzado una “madurez” que incluye la necesidad que tiene de La Verdad: “El mexicano es un pueblo maduro con derecho a la verdad”, suelen repetir. La Verdad es propiedad del pueblo y demostración de que es un pueblo maduro (o, para emplear un término moderno, moderno). Parafraseando a Carlos Pellicer, si hay verdades que se caen de modernas, hay pueblos que se caen de maduros: el mexicano es de esos. Sí, con la condición de que acepte que, si bien sólo hay una Verdad, esa Verdad es propiedad privada.

Rafael Loret de Mola - ¿A Quién se Beneficia?/ Oscuridad en el Camino

Rafael Loret de Mola
Habíamos sacado, los mexicanos en general, una buena nota después de varios años en los que nos ubicaban los noticiarios del primer mundo dentro de la franja de noticias relacionadas con la guerra y el crimen. Nos ubicaron como una de las naciones más violentas del mundo y luego, con motivo de la célebre “influenza mexicana” de 2008, además fuimos estigmatizados como un pueblo infectado al que debía evitarse. Por desgracia los mexicanos viajeros se encargaron de exagerar las cosas al pasear con tapabocas por los sitios turísticos como si provinieran de un moderno Valle de los Leprosos que debía ser aislado dl resto del mundo. La precaución exagerada se convirtió en una nueva cruz contra la imagen del país y sus moradores, Y el gobierno, como siempre desde que asumió la Presidencia Calderón en contra de la voluntad de la mayor parte de los mexicanos, no hizo nada más que ver los toros desde la barrera.

Pero resulta que la ciudadanía hizo su trabajo, salió en gran porcentaje a votar –63.7 por ciento- a pesar de la lluvia –que coincidió con la final de la Eurocopa, una gran distractora-, y de las confusiones de buena parte de la población acerca de los postulantes y sus partidos. Y si bien hubo un millón doscientos mil sufragantes que optaron por anular sus boletas –algunos más de cuantos votaron por Gabriel Quadri y la maestra Elba Esther, a quien un millón cien mil votos le dieron aire-, poco más de cuarenta y cinco millones de empadronados optaron por una de las tres opciones con posibilidades de ganar la contienda, sin exaltaciones ni bataholas, ni robos de urnas ni escándalos en las mesas electorales; alrededor de éstas, tres millones de mexicanos –como el IFE ha repetido hasta el cansancio- acudieron responsable y gratuitamente a prestar sus servicios cívicos como funcionarios de casillas o representantes de sus partidos.

Este columnista ha escuchado, en los días recientes, a decenas de padres de familia quienes fueron llamados por el IFE y también a otros que observaron a sus esposas e hijos cumplir con sus deberes cívicos; los más, en casi todos los casos, aguantaron más de una hora para poder sufragar y por eso repudiaron a quienes no hicieron “cola” porque tenían a unos infelices guardándoles el lugar –el mandatario Calderón, so pretexto del estado de salud ocular de su esposa y el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, quien acaso restó un poco más la ventaja de su candidato entre los abucheos que provocó su torpe prepotencia-. En mi casilla, algunos `personajes quisieron simular que algún amigo les permitía ocupar su sitio pero, por fortuna, no soy tan desconocido y evitaron que los capturara en estas líneas. De algo sirve, amables lectores, que ustedes me hayan dado sitio sobre tantos venales que hubieran acaso extendido las manos, listos a vender sus silencios. Y esto se los aprecio enormemente porque en ello va toda mi vida.

Debo confesarles en este punto cierto desasosiego que no me deja tranquilo. Por lo general, a través de muchos años de ejercer con libertad el periodismo, cuando he acudido ante los micrófonos de alguna difusora solían llover los comentarios halagadores por parte de los radioescuchas o televidentes que, por supuesto, servían para fortificar mi voluntad y mi ego -¿por qué no confesarlo?-. Ahora, recientemente, como si se tratara de un ejército dispuesto a cubrir todos los cuadrantes radiofónicos, si no se habla de López Obrador en términos elogiosos, esto es sin la menor discrepancia con sus posturas o actitudes, nos cae encima una tormenta de epítetos que, de ninguna manera, coinciden con lo expresado en el sentido de que, a diferencia de hace seis años, y luego de realizar una excepcional campaña, Andrés Manuel, sencillamente, no ganó las elecciones. Y, en democracia, reconocerlo, es fundamental para andar hacia la plenitud política. Esto es, estamos volviendo a la innecesaria crispación de hace seis años, tirando por la borda la impresión general, de fuera también, sobre la corrección de nuestros comicios... aunque haya retornado el PRI a Los Pinos, como si fuera, para algunos quizá lo sea, el quinto jinete del Apocalipsis negando, de un plumazo, cualquier virtud que haya emanado de este partido y recordando sólo sus tremendas tragedias y afrentas contra los mexicanos. Pongamos la balanza a funcionar y puede que nos llevemos algunas sorpresas. Y, por favor, tengo motivos de sobra para no ser priísta ni pretender –como alguien amablemente sugirió hace días- una postulación. (No por el PRI precisamente).

El hecho es que, luego de los conteos distritales y su recuento de votos, como era predecible –perdón por usar un término ya puesto en boga por Calderón con quien en pocas cosas coincido-, los tres millones de sufragios que separan a Peña Nieto de López Obrador fueron plenamente confirmados. Y ni así se calmaron los exabruptos; al contrario crecieron...hasta hoy cuando la tensión ha subido y los decibeles de la protesta también. Desde luego, no me cabe la menor duda, Andrés Manuel sabe, de sobra, que se enfrenta a hechos incontrovertibles y que no será presidente salvo que pretenda encabezar una asonada, al estilo de los gorilones sudamericanos. Entonces, ¿para quién es el beneficio de la inestabilidad del país, del uso de los jóvenes ingenuos que enfrentaron su primera elección y se asustaron cuando les llegó la primera queja –hace seis años fueron miles y por todo el territorio nacional en una condición de empate técnico, casi imposible de romper-, y el manejo mediático que abraza a la izquierda cuando tanto se queja de que no le favoreció antes de los comicios, lo que se ha demostrado es falso? 

Pensémoslo bien. Desde la lejana década de los ochenta, la poderosa nación del norte ha hecho lo imposible por considerar a México como un “estado fallido” y tener con este argumento, el pretexto de aumentar su ingerencia e incluso tomar para sí la rectoría del gobierno mexicano sin necesidad de invasiones espectaculares; sólo como si se tratara de una “coordinación” contra el crimen que no deja respirar a las autoridades y les ha arrebatado el “monopolio de la violencia”, esto es siendo más sólido que las fuerzas del Estado convirtiendo a éste en fallido. El ensayo es impecable y Calderón nos condujo, con sus torpezas criminales, al linde de esta situación.

Quizá por ello, el propio Calderón, en entrevista televisiva, encendió la hoguera al dar por entendido que llamará a “cualquiera de quien resulte presidente electo”, asumiendo que no lo ha hecho con Peña Nieto e insinuando que éste puede caerse del caballo, atizando con ello el fuego de la rebeldía callejera. ¿Es ésta la conducta de un estadista o de un provocador con banda sobre el pecho? Perdida a su candidata, la del “movimiento”, ahora utiliza el chantaje contra el PRI por dos razones: negociar su impunidad y quedar bien, muy bien, con quienes desde el norte ansían posicionarse de México y separarlo de cuanto venga del viejo continente, especialmente de España que ha invertido tanto que ahora depende del buen curso de sus filiales mexicanas para nivelar cuentas y atajar la tremenda crisis interna que vive.

Tal es el meollo del asunto, amables lectores. Que no los engañen más.

Debate

Me sorprenden la confusión mental y la ligereza con la que López Obrador llama al PAN “de Gómez Morín”, un “partido que siempre ha luchado por la democracia” (sic), a secundarlo en su pretendida exigencia de nulidad de los comicios como si de nada hubieran servido los votos de cuarenta y nueve millones de mexicanos. En primer lugar, más le valdría no solicitar el “voto por voto” en el Tribunal Electoral Federal porque ya vimos, en el conteo de los comités distritales, que sale perdiendo, así sea ligeramente, quien solicita, instalado en una rara esquizofrenia sexenal, la revisión exhaustiva: Andrés bajó algunas décimas y el resultado quedó casi igual, un poco más favorable a Peña Nieto. ¿Para qué tanto ruido?

Por otra parte, ¿cuántos electores recibieron las célebres tarjetas de Soriana? Lo pregunto porque fue el propio Andrés Manuel, siempre tan ocurrente, quien instruyó a la ciudadanía “a recibir todo lo que les ofrezcan” y luego “votar libremente”. Porque es obvio que los ya famosos monederos no brillan ante las mesas electorales y nadie puede certificar, bajo el principio del voto secreto, quien recibió o no tales supuestas prebendas. Además, como ya hemos sostenido, ninguno de los partidos en competencia puede alegar que tiene derecho a tirar la primera piedra cuando todos han incurrido en esta anomalía. ¿Por qué no se reclama, por ejemplo, la hiperactividad perredista en el Distrito Federal en donde el futuro jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, obtuvo medio millón de sufragios más que Andrés Manuel, notivo por el cual no lo ha acercado ni exhibido cerca de él, por pura soberbia. Lo mismo le sucedió a Marcelo Ebrard a quien plantó, literalmente, cuando se matrimonió con Mariana Partas, porque no aguantaba los celos ni sabía como resolver el entramado de desconocer a un gobierno del que su partido formaba parte a través de senadores y diputados... además de la jefatura del Distrito Federal cuyas interrelaciones con el gobierno federal se tensaron durante cuatro años. La lealtad que exige López Obrador es sólo de abajo hacia arriba.

Insisto: quienes ahora protestan, tuvieron seis años para legislar y poner candados a la práctica de compraventas de sufragios que en 2006 encabezó el PAN en cuatro o cinco laboratorios regionales. Pero nada hicieron y sí dejaron, otra vez, llegar los huracanes paralizantes y devastadores. ¿Se vale?

La Anécdota

Hace años, una joven mujer optó por una candidatura para una diputación local. Le tocó el quinto distrito y era priísta, dicho esto para evitar la intención del malaje. Enseguida sus críticos avalaron una sentencia terrible:

--¿Cómo le dieron el quinto... si se mueve mejor que en el cuarto?

Ahora, Josefina Vázquez Mota, tan cambiada y beligerante sin perder el piso como su adversario perredista, convoca al Movimiento “Ola Civil” que, seguramente, Agustín Lara hubiese musicalizado. No me do tiempo, la verdad, de sugerirle un nominativo mejor y más popular, dadas las circunstancias de la contienda electoral:

--Debió llamarse el “Movimiento Cuchi-cuchi”. Todos habrían entendido... hasta los que están en cuarentena por no haber votado por Josefina.

E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx

Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/aquiensebeneficiaoscuridadenelcamino-1325148-columna.html

Ajenjo- La letanía panista.

Según la nota de José Juan Reyes en El Economista de ayer, el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, aseguró que desde ese mismo día, después de la reunión con el Comité Ejecutivo Nacional, se iniciará el proceso para sancionar al expresidente de la República, Vicente Fox, debido a la actitud que mantuvo en el proceso electoral de este año.

Recordará el lector que el Director del Centro Fox expresó días antes de los comicios su apoyo y simpatía hacía el priísta Enrique Peña Nieto. Madero explicó que las declaraciones del expresidentes desilusionaron a muchos panistas que en su momento lo apoyaron.

En opinión del bato chihuahuense lo manifestado por el marido de la señora Marta “es una expresión que no comparte la mayoría de la militancia, es una expresión discordante de Acción Nacional, es una expresión que no refleja el sentir de los panistas; desconcertó y desilusionó a mucha gente que lo estimaba y que ahora se siente muy desencantada y traicionada por esta declaración”.

Explicó que en caso de que se compruebe que Fox Quesada violó los estatutos del partido, se le podría expulsar; sin embargo, no descartó que el PAN únicamente pueda imponer una sanción.

Fuentes fidedignas hicieron saber a este textoservidor que existen panistas que desean un castigo ejemplar para el considerado traidor a su causa y que éste, para que duela, puede consistir en la obligación de permanecer en silencio total durante un mes. Para que el sufrimiento sea más profundo todos los días será expuesto al chacaleo de los reporteros que le harán una y mil preguntas, mismas que tendrá prohibido, bajo pena de cortarle la lengua, contestar.

El juicio (ficción)

No en la fecha deseada por el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, pero sí a su regreso de Europa, Vicente Fox Quesada, se presentó ante un tribunal panista para iniciar un litigio en su contra como presunto traidor a la causa electoral blanquiazul.

El presuntamente acusado llegó a la sede nacional del partido, constituida en juzgado, acompañado de Manuel Espino, a quien nombró su defensor. Hizo su arribo regalando a sus, todavía correligionarios, figuras de la Torre Eiffel en llaveros, pisapapeles, servilleteros, imanes, plumas y dibujos. Tomen cabrones -les dijo despectivamente a quienes alcanzaron souvenir- se los traje de París para que aprendan a hacer monumentos conmemorativos, no como la pinche Estela de Pus que sólo sirvió para dos cosas: para que algunos se llevaran una buena lana y para una chingada.

El juez, el decano don Luis H. Álvarez, da tres golpes en el estrado para llamar la atención de los presentes. Nadie le hace caso. Tiene que entrar en su auxilio el presidente Felipe Calderón, quien en la medida en que se acerca el final de su sexenio más se ha refugiado en el partido: Señores, se inicia el juicio contra Vicente Fox Quesada -dice con voz de Torquemada michoacano-. Tiene la palabra la parte acusadora.

Josefina.- Porque soy mujer, soy diferente y no voy a negociar con el señor Fox a quien serví con lealtad como Secretaria de Desarrollo Social y me pagó con una traición. Yo tengo el valor y tengo la decisión de acusarlo ante esta instancia de infidelidad al partido y a su candidata. Yo voy a ser una acusadora con falda, pero eso sí, con muchos pantalones. He caminado el país, he instalado 3 millones de pisos firmes...

Espino.- Protesto señor juez. Al parecer la acusadora todavía anda en campaña...

Don Luis.- Ha lugar. Concrétese a explicar por qué cree que el acusado pidió el voto para Enrique Peña y no para usted.

Josefina.- Eso es obvio señoría. Cuando el acusado se percató en la Feria del Libro de Guadalajara que el candidato del PRI no pudo decir el título de tres libros que hubiera leído, el señor Fox deseó con todas las fuerzas de su alma que el señor Peña se convirtiera en Presidente de la República para que así él, el acusado, dejara de ser el Mandatario más iletrado que ha tenido nuestra nación.

Espino.- Eso es falso de toda falsedad. Mi defendido, Vicente Fox, al pedir el voto para Enrique Peña Nieto lo hizo para proteger a todo el panismo como a continuación él les va a explicar, si se le concede la palabra.

Don Luis.- Concedida.

Fox.- Amigochas y amigochos, panistas y panistos, ciertamente es muy fácil considerarme traidor por haber llamado al voto por Peña Nieto. Pero tienen que comprender que días antes de las elecciones vi las encuestas, interpreté las cifras y concluí que 50% de los mexicanos es la mitad. Ciertamente, me apantalló el porcentaje de la preferencia de votos que las encuestadoras le daban a Peña, hoy sabemos que la ventaja no era tan dramática, lo cual favorece mi punto de vista porque López Chávez, como le digo yo con ironía a nuestro peor enemigo, estaba más cerca del mexiquense de lo que se pensaba. El apoyo que le di al gallo copetón tuvo dos objetivos: impedir el triunfo del tabasqueño y ayudar a quien dentro de unos meses puede convertirse en nuestro mejor amigo. El que puede borrar de nuestros cuadernos los taches de corrupción. Y digo nuestros porque en el grupo estamos incluidos mi señora, sus parientes, los míos y yo. Así como César Nava, Germán Martínez, Max Cortázar, Alejandra Sota, Guillermo Bustamante y Rogelio Carbajal, todos ellos al comenzar el sexenio vivían en departamentos o en casas rentadas, algunas de interés social y ahora tienen flamantes residencias. También lo hice por Juan Molinar Horcasitas responsable de la subrogación y sus consecuencias de la guardería ABC y hasta por Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala, todos ellos y algunos otros, de haber ganado el loco de Tabasco, estarían huyendo de la justicia. Hasta tú Felipe, te estarían citando en la Corte de la Haya sido como haiga sido. En cambio yo, que me declaré con antelación partidario de Peña, le pediré que a todos nos deje en paz. Sé que por esta acción aquí en el PAN no faltan quienes me mientan la madre al grado que antes de venir para acá iba yo a cortarme una pierna porque prefería que me dijeran: “Hola pinche cojo” a “hola hijo de la chingada”. Fue gracias a la señora Marta que me salvó de hacer tamaña estupidez. Ella me aconsejó: “Para que nadie te miente la madre, a todos diles hermanas y hermanos”.

Orates Frates

Así pues, hermanas y hermanos, los 12 años de panismo están próximos a su fin, el que agarró, agarró, y el que no, hasta que nos vuelvan a favorecer las urnas. Mientras tanto, los convoco a rezar para que el nuevo gobierno no nos persiga.

FELIPE.- Señor ten piedad de nosotros.

FOX- San Enrique Peña Nieto... con tus poderes divinos.

TODOS - Defiéndenos y protégenos cuando ya estés en Los Pinos.

FOX.- Santo varón, Jefe Diego, amo y señor de la transa.

TODOS.- Defiéndenos con tu lanza.

FOX.- Santa Maestra Elba Esther, Virgen de la Cirugía.

TODOS- No permitas que los nuestros caigan en una crujía.

FOX.- Santa Madre TV Azteca...

TODOS-Socórrenos no seas chueca.

FOX.- Santa Madre Televisa.

TODOS.- Que tu ayuda sea precisa

FOX- Santo Norberto Rivera tú que estás en Catedral.

TODOS.- Encúbrenos con tu manto como al Padre Nicolás.

FOX- Santo Roberto Madrazo, santo de buena madera.

TODOS.- Enséñanos un atajo para escapar de carrera.

FOX.- Santo Gamboa Patrón, que estás por allá y acá.

TODOS.- Si alguna ley nos persigue dale pa’tras papá...

FOX- Santos Osorio Chong y Manlio Fabio Beltrones.

TODOS.- No nos vayan a chingar, pinches, ojetes, cabrones.

FOX.- Santo Carlos Salinas, tú que libraste las rejas.

TODOS.- Tápanos con tus orejas. Amén.

Ciro Gómez Leyva - Que despeguen la tarjeta de Soriana que quieran y la traigan


Ciro Gómez Leyva

Humberto Fayad, el director comercial de Soriana, a quien el corporativo ha elegido como vocero para encarar el ciclón poselectoral, se disculpa recurrentemente por su falta de experiencia en estas labores. “Es la primera vez que nos pasa y la primera que tenemos que salir así”, dice sin disimular su nerviosismo. “Nos pusieron en medio de una guerra política y todo de lo que nos acusan es mentira”.
En realidad, solo hay una pregunta que me interesa hacerle, porque creo que de ahí pueden derivarse las demás: ¿se le puede inyectar dinero a las famosas tarjetas de Soriana que supuestamente repartió el PRI para “comprar” votos? “No, definitivamente no”, responde. “No tienen dinero cargado, no lo han tenido y no se les puede cargar”.
Explica que las tarjetas mostradas hasta el momento por el lopezobradorismo son de descuento, de puntos, no de prepago; tarjetas de un convenio con la CTM, firmado el 4 de diciembre de 2009. Insisto en que eso no es lo que aseguran quienes los acusan de corrupción política, pero Fayad no se mueve.
Por qué no los reta entonces, le propongo. Pegaron en las paredes 3 mil tarjetas el jueves, buena escenografía. Dígales que despeguen la que quieran y la muestren en público. Cada una debe tener chip y número de serie. Ustedes dicen que cada operación está registrada. Así será más fácil saber quién está diciendo la verdad y quién no.
“Va, que traigan la que quiera”, responde. “Cada compra está en nuestro sistema”.
--¿Los ha buscado la gente de López Obrador para pedirles información, para aclarar las cosas?
--En ningún momento. Si nos buscan, aquí estamos. 


Reyes Heroles - De idiotas y corruptos.

1. M. A. Mancera, G. Ramírez y A. Núñez reciben sonrientes sus constancias. En la capital el apoyo popular a Mancera (más del 60%) y la integración de la Asamblea con aplastante predominio de las izquierdas (41 de 66 escaños) recuerda los mejores momentos del PRI. Hasta ahora no hay impugnaciones mayores. Los mexicanos del siglo XXI -post alternancia en el 2000- no están peleados con esa forma de gobierno.

2. Hay tres triunfos históricos del Movimiento Progresista: conservar la capital y desplazar al PAN en Morelos y al PRI en Tabasco. En Morelos el escandaloso mal desempeño de los gobiernos panistas y la candidatura del persistente Graco Ramírez explican la victoria. PRI, PAN y ahora PRD, los morelenses buscan soluciones a sus problemas. En Tabasco un personaje de gran experiencia, Arturo Núñez, logra lo que parecía imposible: desplazar más de 70 años de priismo y cacicazgos. Tabasco entra a la alternancia de primera generación y Morelos a la de segunda. Sólo quedan 9 entidades sin alternancia. La evolución política de México continúa. Que las izquierdas lleven al Senado al "autor intelectual" del fraude del 88, M. Bartlett, quedará en el Museo Nacional de la Incongruencia, de los dos lados. Si el lector no entiende, va bien.

3. El PRD obtiene en el orden federal alrededor de un millón de votos más que en el 2006. Es un avance notable, Cárdenas puso en jaque al sistema con cinco millones en cifras oficiales. AMLO ha triplicado la cifra. Un millón en una elección que se decidió por tres millones es muy importante, pero sólo fue 31.59%. No ganó.

4. Para las izquierdas los votos son buenos en las elecciones de Tabasco, Morelos y DF. Sin embargo, ningún instituto electoral local se acerca a la solidez del IFE al que hoy impugnan. ¿¿¿??? Pero los 19,226,784 votos obtenidos por EPN y contabilizados varias veces por ciudadanos y supervisados por el IFE, esos son ilegítimos.

5. Los electores votaron libremente para elegir a más del 60% de sus representantes federales, es decir la suma de votantes del PRD, y aliados, y del PAN para diputados y senadores. Pero esos mismos ciudadanos se corrompieron en la elección presidencial. No se entiende. Hay otra versión: habrá 293 diputados legítimos, los opositores al PRI, y 207 ilegítimos. En el Senado 76 limpios y 52 con mácula. Explicarlo es imposible.

6. Dos son los argumentos centrales para impugnar la elección presidencial. El primero es la manipulación de las televisoras. El segundo es la compra del voto. Cómo le hicieron los medios para manipular a millones que no razonan para la Presidencia pero sí lo hacen en los otros niveles. El PAN gana Mérida, el PRI el estado. El PAN gana Guanajuato, el estado, pero pierde la capital y León después de 24 años. Extraño elector que se opone y se deja manipular al mismo tiempo.

7. Comprar votos es una corruptela practicada por los tres partidos nacionales. Una práctica asquerosa, pero de muy poca eficacia. No es criolla -no seamos vanidosos-, en otros países tiene una larga historia. Suponiendo, sin conceder, que la hubiera habido, los números no cuadran. Votaron 50,323,153 mexicanos. "Comprar" un punto porcentual equivale a 500 mil votos y una inocultable burocracia corruptora. ¿Dónde está? Pongámosle pesos a la compra por voto, 200 pesos, 300 o más. Multiplíquese por 3 millones y medio. Son cientos de millones en efectivo. Cómo ocultarlos. Entre manipulados y corruptos había que sumar decenas de millones. La ofensa es mayúscula.

8. El movimiento #YoSoy132 marchó el sábado en una treintena de ciudades con consignas claras: NO a la imposición televisiva; NO al IFE, "Instituto del Fraude Electoral" y, por casualidad, NO a Peña. También por casualidad marchó el SME, gran referente de honestidad e incluso los pacíficos macheteros de Atenco convertidos en actores principales. Cien mil en la capital y otros tantos miles en otras ciudades pueden ser muy impresionantes pero son una pequeña minoría. El manifestódromo confunde. Quizá por eso perdieron, se lo creyeron.

9. "Yo siempre he creído que el PRI gana a billetazos y con engaños", Madero. "Digamos que Peña no ganó a la buena", R. Gil. "La contienda fue 'inequitativa'", J.V.M. Que AMLO se lance a la impugnación no es sorpresa, no es un hombre ni de instituciones ni de palabra. Que las expresiones salgan del presidente del PAN, del coordinador de campaña y de la ex candidata a la Presidencia desnuda una terrible inmadurez política. No entendieron que son gobierno, no oposición. ¿El PAN atizando a la rebelión? Las derrotas priistas del 2000 y 2006 fueron reconocidas sin escatimar. Quizá por eso volvieron los institucionales.

Peña Nieto ganó legalmente. AMLO perdió, no el PRD. El PAN perdió por su desastre interno. Decenas de millones de mexicanos no son ni idiotas ni corruptos. PAN y PRD deben analizar con seriedad sus derrotas y sus triunfos. Ofender a los mexicanos y minar a las instituciones es perverso y miope. Quizá por eso tropiezan.



Fuente: http://www.reforma.com/editoriales/nacional/664/1327714/default.shtm

Ricardo Alemán - AMLO: de príncipe a mendigo


Ricardo Alemán

Es penoso el extremo al que han llegado las llamadas izquierdas y, en especial, su derrotado candidato presidencial, cuando casi le suplican al PAN reeditar la alianza "contranatura" entre el PAN y el PRD, para tratar de derribar juntos a Enrique Peña Nieto.
Ya lo habían intentado, exitosamente, en las alianzas que pactaron para ganar –con candidatos surgidos del PRI–, los estados de Puebla, Oaxaca y Sinaloa. Sin embargo, y a pesar de que esas alianzas fueron palomeadas por AMLO, el candidato presidencial siempre lo negó. Y hoy, paradójicamente, es el primero en solicitar al PAN, que le ayude para tumbar el gobierno de Peña Nieto.
Y es vergonzoso porque, en el fondo, significa que López Obrador no sólo propone y pide, sino que suplica al PAN y a sus dirigentes –a los que casi destruye con su venganza poselectoral luego de 2006–, que le ayuden a destruir y vengarse del PRI y de Peña Nieto. Y el pecado, ya todos lo saben, que el PRI hizo lo mismo que el PAN hace seis años; ganarle a López Obrador y a las izquierdas, la elección presidencial.
En otras palabras, que frente a su segunda derrota presidencial al hilo, el otrora arrogante candidato presidencial que llegó a rechazar "apoyos chiquitos", que cometió excesos como mandar al diablo a las instituciones, que durante años mandó perseguir al gobierno azul de Felipe Calderón; que se burló del "espurio" y se proclamó "presidente legítimo" –en una grotesca toma de protesta en el zócalo–, que montó una descocada campaña internacional contra Calderón "por genocidio" –a causa de las 50 mil muertes del crimen–, y que ofendió al panismo todo en los dos últimos sexenios, hoy suplica por una alianza con ese mismo PAN al que ayudó a destruir.
¿Y a eso como se le llama?. Los ciudadanos de a pie conocen muchas expresiones para una conducta como la de López Obrador –que primero combate a Calderón y casi destruye al PAN, y ahora suplica una alianza–, pero por decirlo suave, resulta que la segunda derrota electoral consecutiva hizo pasar a López Obrador, de una verdadera condición de príncipe, a una humillante situación de mendigo.
Y es que el llamado que hizo Jesús Zambrano a los jefes del PAN –entre ellos Felipe Calderón–, no es otra cosa que mendicidad política, como si los azules no tuvieran memoria y la sociedad en general no recordara que buena parte del fracaso del gobierno de Calderón se debe a que López Obrador hizo todo lo que estuvo en su mano para reventarlo. Y hoy AMLO le suplica al PAN su apoyo para hacerle a Peña Nieto lo que el propio Andrés López –junto con el PRD, PT y MC–, le hicieron a Calderón y al PAN.
Pero no es todo, hoy, curiosamente, López Obrador reclama al PAN "lealtad política"; una lealtad que el propio AMLO y las llamadas izquierdas no conocen y que, por tanto, nunca han practicado; lealtad democrática que ni en las elecciones de 2006, y menos en 2012, puso en práctica el dos veces candidato presidencial derrotado.
Lo cierto, sin embargo, es que prácticamente son inexistentes las posibilidades que la derecha y las izquierdas lleven a cabo una nueva alianza contra Peña Nieto. ¿Por qué?. Porque una guerra contra el eventual gobierno de Peña Nieto, acabaría por sepultar al PAN, en tanto que dañaría gravemente a los centros de poder que ganó la izquierda en las elecciones presidenciales recientes.
Pero además, la ex candidata del PAN, la señora Vázquez Mota, ya mandó los mensajes pertinentes, para reiniciar una alianza PAN-PRI. En la primera conferencia luego de reconocer la derrota, Josefina le propuso a Peña Nieto legitimar su gobierno, a cambio de las reformas que el país requiere. Entre ellas, claro, una reforma electoral que acabe con la compra de votos.
Y la respuesta del PRI llegó "más rápido que inmediatamente". La respuesta del PRI de Peña Nieto fue un contundente "sí". Y ya hoy, los equipos políticos del PRI y del PAN trabajan en la elaboración de una propuesta de reformas que, en una de esas, y hasta podría entrar a San Lázaro antes que llegue el nuevo gobierno; todo ello mientras que el partido azul se compromete "a ser una oposición leal", con el partido que, en 2006, le ayudó al PAN a instaurar el gobierno de Calderón.
En pocas palabras, que "Chepina" reeditó con Peña Nieto, el pacto entre el PAN y el gobierno de Salinas –acordado hace 24 años–, que no solo favoreció al salinato, sino que llevó al PAN al poder presidencial. Y la resultante es contundente. Otra vez el PAN le ganó la jugada a las izquierdas, que atolondradas no adivinan aún la marca del camión que los atropelló.

EN EL CAMINO.

Por lo pronto, nadie impugnó la elección de Mancera, en donde no hubo fraude.


Cortometraje - El héroe




DIRECTOR: Carlos Carrera
GÉNERO: Animación/Drama
DURACIÓN: 5 min.
PAÍS: México









Sinopsis: En una atiborrada y deprimente estación de metro, un hombre ve a una joven con aparentes intenciones de saltar al anden. Cuando el hombre intenta salvarla, se lleva una sorpresa.