Los empresarios están enojados con el gobierno de Peña, en particular con Luis Videgaray. No quieren al Secretario de Hacienda. Esperaban mucho de él y, según dicen, ha sido una decepción.
Tienen razón si midiéramos el desempeño del Secretario por los resultados económicos del país. El año pasado prometió un crecimiento cercano al 4% y terminó siendo del 1.1 por ciento. Este año volvió a pronosticar que la economía aumentaría 3.9% y ya la bajó a 2.7. Ahí hay un primer enojo por una economía que sigue muy floja.
Pero hay algo que los tiene verdaderamente enfurecidos con Videgaray: la reforma fiscal. A nadie le gusta pagar más impuestos y el Secretario, en un acuerdo con el PRD, está haciendo exactamente eso. La reforma le subió los tributos a los mismos de siempre: los causantes cautivos. En esa lista están los dueños de negocios (grandes, medianos y pequeños) más los empleados que operan en la formalidad. Todos ellos han visto cómo Videgaray les metió la mano en un lugar donde les duele muchísimo: el bolsillo.
Tienen razón si midiéramos el desempeño del Secretario por los resultados económicos del país. El año pasado prometió un crecimiento cercano al 4% y terminó siendo del 1.1 por ciento. Este año volvió a pronosticar que la economía aumentaría 3.9% y ya la bajó a 2.7. Ahí hay un primer enojo por una economía que sigue muy floja.
Pero hay algo que los tiene verdaderamente enfurecidos con Videgaray: la reforma fiscal. A nadie le gusta pagar más impuestos y el Secretario, en un acuerdo con el PRD, está haciendo exactamente eso. La reforma le subió los tributos a los mismos de siempre: los causantes cautivos. En esa lista están los dueños de negocios (grandes, medianos y pequeños) más los empleados que operan en la formalidad. Todos ellos han visto cómo Videgaray les metió la mano en un lugar donde les duele muchísimo: el bolsillo.