Hace dos años sucedió lo que pocos creíamos y muchos nos negamos a creer, el dinosaurio volvió a la vida, se dijo que venia regenerado, que su política era diferente, que era el “nuevo” dinosaurio, que el país crecería a un ritmo nunca antes visto.
Desgraciadamente las cosas volvieron a ser como eran antes, la corrupción volvió a adueñarse de nuestro país, la inseguridad se volvió tan feroz que grupos de delincuentes tienen bajo su dominio a algunos estados de la república mexicana sin que las autoridades de los tres niveles de gobierno puedan o por lo menos intenten hacer algo.