jueves, 23 de febrero de 2012

Educación : Finlandia contra México.

Recomendado por Arpegio.

Este vídeo dura 7 minutos. Menciona una de los grandes problemas de la educación en México que usualmente no se menciona y mucho menos se discute. ( además de los ya sobradamente conocidos ) . Los Padres.






En base a comentarios de Ramn, me permito agregar esta grafica de la OECD. Gasto anual por estudiante. Mexico esta muy por debajo del promedio.


Haz click sobre la grafica para que la veas mejor.


Fuente de Grafica : OECD.

LA GUERRA DEL AZÚCAR. UNA FABULA.



Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, un hermoso reino gobernado por una dinastía de feroces hechiceros. Ni siquiera los viejos eran capaces de recordar una época en la cual esos tiranos no se hubiesen enriquecido a costa de sus habitantes, no hubiesen aplastado a sus rivales y no se hubiesen sucedido unos a otros en un juego de tronos que, según ellos, envidiaban todas las casas reales. Cuando alguien osaba cuestionar las intenciones de los Bienhechores —el nombre que se daban los hipócritas—, recibía una respuesta inobjetable: “Sí, tal vez seamos malvados; sí, tal vez seamos corruptos. Pero dirige tu mirada a los reinos vecinos: ninguno ha gozado de una era de paz tan prolongada como la nuestra”.

            Durante eones, los hechiceros basaron su predominio en esta magra sensación de seguridad ofrecida al pueblo a cambio de una impunidad sin restricciones. ¿Cómo preservaban la paz los Bienhechores? Celebrando pactos más o menos silenciosos y ocultos con sus rivales, y en especial con las gavillas que comerciaban golosinas —horrorosos productos azucarados que provocaban caries y diabetes—, prohibidos en aquel mundo primigenio por la adicción que causaban en niños y jóvenes. Dicho de otro modo: los Bienhechores se hacían de la vista gorda y dejaban que aquí y allá se instalasen fábricas clandestinas de caramelos y charamuscas, las cuales debían pagar una contribución para financiar las alicaídas arcas del reino (es decir: sus bolsillos).
La dinastía de hechiceros parecía destinada a perpetuarse al infinito pero, impulsados por la aburrición y el hartazgo de los vecinos hacia sus dirigentes —y a la debilidad del último de rey de su linaje—, un inesperado día veraniego los seculares enemigos de los Bienhechores se vieron instalados en Palacio, aclamados por multitudes que los consideraban redentores. La algarabía se prolongó por varios meses, hasta que los habitantes del reino constataron que los Puros —el nombre elegido para distanciarse de sus predecesores— gobernaban igual que sus rivales.    
            ¿Qué distinguía a éstos de los Bienhechores? Antes que nada, los Puros presumían su entereza moral: a diferencia de los hechiceros, estaban convencidos de que sus principios eran superiores —lo habían demostrado en los años en que fueron perseguidos— y estaban decididos a poner en evidencia su honestidad a toda prueba. Por desgracia, no tardaron ni unos meses en constatar que el poder corrompe sin remedio: sus recaudadores y mayordomos demostraron un singular talento para las chapuzas.
 Como la corrupción seguía irrefrenable, y el buen gobierno parecía una entelequia, al segundo monarca de los Puros se le ocurrió demostrar su superioridad moral de una manera más escandalosa y contundente: en contraste con sus antecesores, él no desviaría la mirada ante el sórdido tráfico de muéganos que se operaba en el reino, minando la salud de sus consumidores. “La connivencia entre los Bienhechores y los golosinos resulta intolerable”, proclamó el Segundo Puro, “así que he decidido emprender una campaña militar en contra de ellos”.
            Se iniciaron así las que hoy se conocen como Guerras del Azúcar: un largo periodo de inestabilidad y conflictos que se mantuvo por decenios. De un día para otro, el reino se convirtió en un campo de batalla aunque, eso sí, el Segundo Puro insistía en que todas las tropelías eran cometidas por los golosinos y no por sus ejércitos. “Son ellos quienes están al margen de la ley”, insistía, “son ellos los que envenenan a nuestros jóvenes y los que a diario se matan entre sí en nuestras plazas y condados”.
Un día, el heraldo de los Puros anunció el número de víctimas de la Guerra del Azúcar: 50,000 en sólo cinco años. Pero nadie estaba autorizado para rebatir sus afirmaciones: frente a cada ejemplo de un minero, un labrador o un zapatero ajusticiado, sus esbirros respondían que se trataba de una calumnia pagada por los Bienhechores. Luego, cuando alguien señaló que en ese tiempo los Puros sólo habían logrado enjuiciar a una veintena de golosinos, el heraldo se dio media vuelta, refunfuñando: “Otro traidor que defiende a los criminales”. Nadie podía cuestionar la superioridad moral de los Puros: ellos tenían siempre la razón, aunque la realidad se obstinase en desmentirlos. 
Hoy, a tantos eones de distancia, resulta casi ridículo imaginar la suerte de aquel hermoso reino: 50,000 muertos en los primeros 5 años de reinado de los Puros por culpa de la Guerra del Azúcar. El azúcar que, pese a todas las prohibiciones, se podía encontrar en cualquier vecindad y en cualquier senda. El azúcar que por sí misma jamás se cobró 50,000 muertos en cinco años. El azúcar que en nuestros días a nadie se le ocurriría prohibir pese a que unos cuantos adictos —todos mayores de edad— prefieran atiborrarse de glucosa y arriesgarse a una muerte por diabetes. El azúcar que, cuando volvió a ser legal siglos después, provocó la inmediata extinción de los golosinos.

twitter: @jvolpi




UNA FELICITACIÓN QUE NO LLEGÓ.



Ni en el PRI, ni entre los michoacanos, pasa desapercibido que el presidente de la República simplemente no levantó el teléfono para felicitar al nuevo gobernador constitucional de Michoacán, el priista Fausto Vallejo.

Ello, no sólo en la etapa de candidato electo, ni siquiera cuando el Tribunal Electoral determinó la legalidad de la elección, y tampoco luego de que el ex alcalde de Morelia tomó posesión.

Porque, digan lo que digan, no es lo mismo mandar un recadito o enviar a un representante cuando el gobernante electo rinde protesta-así se trate del secretario de Gobernación-, que hacerlo personalmente.

La felicitación personal -ya sea de tú a tú, o vía telefónica- por parte del jefe del Ejecutivo al ganador de una gubernatura, es -o era- parte importante de la liturgia política. En los tiempos del tricolor se le consideraba incluso “la ratificación máxima” del triunfo del vencedor.

Los términos en que el presidente en turno otorgaba esa felicitación al candidato vencedor, eran no sólo importantísimos sino motivo de “lectura” de sus símbolos por parte de la clase política. Lo primero que contaba era el tiempo, la inmediatez con que se le ofrecía tal felicitación al candidato vencedor y la manera como el Ejecutivo anunciaba el hecho. Todo servía como “señales” para calcular qué tan buena, regular, o mala sería la relación del gobierno federal con el gobernador entrante.

Esta costumbre la siguieron todos los mandatarios priistas hasta el final de su estancia en el poder. De hecho, la abrupta felicitación por cadena nacional de Ernesto Zedillo a Vicente Fox -cuando el panista ganó la elección en el año 2000, interrumpiendo incluso el discurso de aceptación de la derrota de Francisco Labastida-, fue la señal enviada desde Los Pinos a todos los priistas para que éstos dejaran cualquier intento por impedir el arribo de la alternancia y asumieran sin más la derrota presidencial.

La felicitación del presidente, pues, no es cosa menor. Tiene un significado político importante. Eso lo saben hasta los panistas. Tan es así, que Fox siguió con la costumbre.

Calderón también lo había hecho. Cómo olvidar sus entusiasmadas felicitaciones a Gabino Cué cuando conquistó Oaxaca y a Mario López Valdés triunfador en Sinaloa; o incluso a Ángel Heladio Aguirre, vencedor en Guerrero.

¿Qué ocurrió con Fausto Vallejo? ¿Qué pasó en su tierra? ¿Es porque la candidata derrotada es su hermana mayor, Luisa María?

La vez que Calderón se tomó la molestia de telefonear al abanderado triunfante del tricolor (a mediados de diciembre pasado), no fue para felicitarlo por haber desbancado al PRD de la gubernatura luego de 12 años en el poder, sino para decirle -advertirle-, que sería “respetuoso” de las decisiones que tomara el Tribunal Electoral del Estado”.

Llegaron las sentencias, Vallejo rindió protesta como gobernador constitucional, y la llamada del presidente no llegó.

¿Por qué? ¿Se trata simplemente de un entripado por la humillación sufrida con la derrota de su hermana -sumada a la de él mismo hace años- lo que no le permite hasta la fecha felicitar al ya hoy gobernador en funciones?

Es probable que esa sea la razón. Pero más allá de especular, la sucesión de acontecimientos a propósito de la elección de noviembre pasado muestran que para el PRI nacional, para el presidente y su hermana, lo que sigue es la venganza.

GEMAS: Le pregunté a Eduardo Sánchez, vocero del PRI, cuál era su lectura política de la ausencia de felicitación del presidente de la República al gobernador michoacano Fausto Vallejo. Contestó: “A lo mejor no comparte su felicidad…”

¡Brillante respuesta de un analista político! ¿verdad?

martha.anaya@24-horas.mx | @marthaanaya




AMLO ¿MÁS DE LO MISMO.






por Denise Dresser.














PRI AFINADO; PAN E IZQUIERDA, A VER A QUÉ HORAS.


por Salvador Camarena.


Al amanecer del jueves pasado, los priístas salieron a fijar la agenda. Con el informe 2010 de la Auditoría Superior de la Federación en la mano, y su líder  nacional a la cabeza, los del Partido Revolucionario Institucional lanzaron una ofensiva mediática para posicionar ese día un solo mensaje: el PAN-Gobierno es ineficaz y despilfarrador. Si bien los datos de la ASF ayudan a pintar ese retrato del cuarto año de gobierno del presidente Felipe Calderón, y del sexenio en general, lo más relevante del caso es constatar que mientras los priístas han echado a andar una maquinaria de posicionamiento de mensajes, la derecha y la izquierda están lejos de mostrar un comportamiento estratégico alineado a los objetivos de sus respectivas candidaturas.
El golpeteo priísta del jueves tuvo como contraparte una tímida reacción del secretario de la Función Pública, Rafael Morgan Ríos. Mientras el PRI puede echar mano, y ofrece a los medios, una baraja de voceros de primer nivel mediático para exponer sus “lecturas” sobre lo revelado por el auditor superior, los panistas están lejos de articular un mecanismo de respuesta que ataje la ofensiva de sus adversarios. Puede ser tanto porque en el accionar del Partido Acción Nacional haya influido que aún estaban (y están) pendientes algunos procesos internos de selección de candidatos blanquiazules, como porque las heridas no se han cerrado del todo entre algunos importantes operadores de Josefina Vázquez Mota y el equipo de Ernesto Cordero, pero el caso es que el PAN-Gobierno no muestra aún articulación alguna para enfrentar a los priístas en el día a día, y la contienda hace mucho que comenzó.
Los correligionarios de Enrique Peña Nieto, en cambio, han sacado a relucir su experiencia y el caso de la auditoría fue la tercera batalla mediática de las dos últimas semanas en que arrastran a los azules. Las anteriores: lograron hacer del defecto una virtud en el caso de los ex gobernadores de Tamaulipas, no solo arropando sin titubear a Manuel Cavazos Lerma sino evadiendo la esencia –la existencia de una acusación de la PGR— y logrando que el tema sea el “oportunismo” político-electoral de la revelación. Y el segundo asunto donde el PAN-Gobierno no supo reaccionar fue en el del titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales. Con pura alquimia, los tricolores lograron sembrar inquietud ante la remoción de un funcionario que tampoco es que en el tiempo que llevaba hubiera concitado los mayores logros o un gran voz pública. Tarde y mal reaccionó el gobierno de nuevo en el caso de la Fepade.
La izquierda, por su parte, pasa fatigas similares a la de los panistas: partidos, figuras y candidato muestran nula coordinación. Lo malo no fue el error de la semana pasada de Andrés Manuel López Obrador, de reconocer su cansancio y su voluntad de irse a La Chingada justo cuando la madre de las batallas aún ni siquiera comienza. Lo peor es que en vez de arroparlo, sus compañeros, Marcelo Ebrard a la cabeza, le hicieron más trabajoso el salir del tema: la frase del jefe de Gobierno –“no hay que irse tan lejos, se puede ir uno a su casa”— incluso generó especulaciones sobre si se podría cambiar de jinete en las izquierdas. Con esas compañías, para qué quiere uno contrincantes.
Los priístas, en cambio, están tocando por nota. Día a día llenarán la intercampaña con acusaciones y todos instrumentarán el mismo mensaje, surgido del cuartel comandado por Luis Videgaray. Pondrán en los medios a gobernadores, legisladores y varios funcionarios del partido y la campaña a machacar su agenda. Son pesos pesados metidos en una férrea disciplina por un lado, mientras la derecha y la izquierda siguen sin siquiera coordinar efectivamente sus esfuerzos de unidad más allá de las fotografías que han logrado tomarse.

EL COMISARIO GALLO ME TAPA LA BOCA.


por Ciro Gómez Leyva.

Escribí ayer que en los hechos del martes afuera del penal de Apodaca, la Policía Estatal de Nuevo León, ahora llamada Fuerza Civil, apareció en las pantallas de televisión sometida, acorralada, arratonada por una turba de no más de 200 personas. Y pregunté que si no podían con una protesta así, qué harían en las celdas atiborradas con Zetas embrutecidos con tubos y puñales.
El gobierno de Nuevo León me pidió escuchar su versión. Así hablé con el comisario de la Fuerza Civil, Felipe Gallo. Me apabulló con información, precisión y elegancia:
—Lo que se vio en televisión fue parte de un gran trabajo y no fue lo único. La actuación de la Fuerza Civil fue conforme al procedimiento y fue ejemplar. Estábamos frente a mujeres, frente a menores de edad, enardecidos, dolidos, porque teníamos un antecedente inmediato, muy doloroso.
Le digo que le prendieron fuego a la reja, los apedrearon, les aventaron orines. Gallo no pierde la serenidad. Me habían adelantado que se trataba de un policía fuera de serie:
—En realidad, no nos hicieron nada. Es nuestro trabajo. La función de una Policía antidisturbios es contener hasta el límite que altere el derecho de terceros o el patrimonio. Nosotros contuvimos la situación, se logró el objetivo, que era asegurar a tres personas dentro del penal y trasladarlos. La misión, afortunadamente, fue un éxito. Los muchachos, que tenían una semana de haber egresado de la formación del Ejército mexicano, lograron un gran trabajo.
Gallo agrega que, en otra circunstancia, habrían detenido a los agresores afuera de la cárcel. Y que ya les advirtió que lo harán si repiten la conducta.    
No me queda, pues, sino ofrecerle, ofrecerles una disculpa por mi primera lectura y mis adjetivos.

LUIS BUÑUEL, ESE EXTRAORDINARIO OBJETO DEL DESEO.


Este miércoles se cumple el 112 aniversario del natalicio del director español Luis Buñuel, considerado uno de los más importantes del Séptimo Arte y quien se mantiene vigente por su obra, la cual fue realizada en su mayoría en México y Francia, y es una influencia para las nuevas propuestas artísticas.
Hace unos días, el Instituto Cervantes de París rindió un homenaje al filme “El discreto encanto de la burguesía”, al cumplirse 40 años de su creación. mismo que ganó un Oscar a la Mejor Película Extranjera en 1972.
El guionista de la película, Jean-Claude Carriére, quien fue también uno de los amigos más próximos de Buñuel, con quien escribió su autobiografía “Mon dernier soupir” (1982), fue uno de los participantes en la apertura del homenaje.
Por otro lado, en España y con motivo del carnaval jurdano o hurdano ‘Los carboneros de El Cabezo’, se escenificará una sarcástica parodia sobre el renombrado director de cine Luis Buñuel y la polémica película que rodara en 1932, “Las Hurdes, tierra sin pan”.
Luis Buñuel, quien nació el 22 de febrero de 1900 en Calanda, Turuel y a lo largo de su carrera fue llamado “Alquimista del Cine”, dirigió en España y Estados Unidos, pero principalmente en México y Francia, además de que siempre trabajó con escaso presupuesto, pero ello no fue obstáculo para que creara unos 30 filmes de los que decía eran “arte con basura”.
Estudió con los jesuitas y posteriormente se licenció en Filosofía y Letras, tras abandonar la carrera de ingeniero agrónomo. En la residencia de estudiantes de Madrid conoció e hizo amistad con el pintor Salvador Dalí y el poeta Federico García Lorca.
En un principio, su gran afición no fue el cine, sino la literatura. En esa época conoció a los más importantes literatos del momento y publicó cuentos y poesías. Muchas de las ideas aparecidas en estas obras fueron utilizadas por Buñuel en sus películas.
En 1925 decidió dedicarse al cine y viajó a París, donde trabajó como asistente y ayudante de dirección. Ingresó en la Académie du Cinema de París, y dos años después, escribió su primer guión para el primer centenario de la muerte del pintor español Francisco de Goya, pero no se hizo por falta de presupuesto.
Después, rechazó hacer otro guión sobre la obra de Ramón Gámez de la Serna, “El mundo por 10 céntimos”. La influencia de Ramón, a quien conoció en su época de estudiante, se manifiesta en su obra, destacando su visión fetichista y el culto por los objetos.
El año clave fue 1928 con la colaboración de Dalí, al crear “Un perro andaluz”, película que fue considerada de manera unánime una de las mejores de la historia y máxima exponente del cine surrealista. En su tiempo fue duramente criticada, incomprendida e incluso prohibida.







MEDICINA PARA CURAR EL ÉXTASIS.



La encarnación divina de Gauranga había entrado en un éxtasis muy profundo. Ausente de todo, perdió el equilibrio y cayó al mar. Unos pescadores lo sacaron con sus redes y, al involucrarse con la encarnación divina, también ellos entraron en éxtasis. Sintiéndose muy felices, ebrios de gozo espiritual, dejaron su trabajo y comenzaron a ir de un lado para otro sin dejar de recitar el nombre de Dios. Los parientes, cuando comprobaron que pasaban las horas y no salían de su trance místico, empezaron a preocuparse. Trataron entonces de sacarles del éxtasis, pero fracasaron en sus intentos. El tiempo transcurría y todos ellos seguían conectados con la Conciencia Cósmica, ausentes de la realidad cotidiana. Impotentes y alarmados, los parientes pidieron consejo al mismo Gauranga, quien les aconsejó:
- Id a casa de un sacerdote, coged un poco de arroz, ponedlo en la boca de los pescadores y os aseguro que se curarán de su éxtasis.
Los parientes cogieron el arroz de casa de un sacerdote y lo pusieron en la boca de los pescadores. En el acto, el arroz del sacerdote se encargó de sacarlos del éxtasis y volvieron todos a su estado ordinario de consciencia.
*El Maestro dice: Muchos sacerdotes sólo son profesionales de la religión, sin corazón puro ni conducta impecable.