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RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
lunes, 25 de junio de 2012
Los muertos de la Narcoguerra.
Recomendacion de Arpegio.
Informacion tomada de : http://josecarbonell.files.wordpress.com/2012/05/mapa930.jpg
Informacion tomada de : http://josecarbonell.files.wordpress.com/2012/05/mapa930.jpg
Jacobo Zabludovsky - AMLO me dijo
Jacobo Zabludovsky |
“Pues no tanto. No se me da mucho hablar de corrido, pero sí seguro. Y bastante tranquilo, conociendo de los temas, dando a conocer mis propuestas, porque eso fue lo que recomendó la gente, mis asesores, que son los ciudadanos. La gente con la que hablo todos los días. Ellos son los que me van guiando, asesorando antes en los actos, en las entradas a los actos, en las salidas, en las vallas a donde voy dando la mano y llevando a cabo una especie de diálogo popular. La gente me va diciendo, me va aconsejando, voy recogiendo los sentimientos de la gente, y en los últimos días insistían mucho en que yo no me enojara, que no atacara, que presentara propuestas. Eso era lo más conveniente: proponer que se conozca el proyecto para que la gente tenga información y no se deje engañar, y que tampoco los espanten con el miedo al cambio. Entonces, les hice caso a mis asesores y nos fue bien”.
Usted ha calificado la presidencia de Felipe Calderón como ilegítima, pero también dice que no va a ejercer venganza, sino que va a aplicar la justicia. ¿La justicia alcanza a una presidencia ilegítima?
“El país requiere de la unidad de todos, está muy mal. Requerimos la reconciliación, necesitamos la unidad y queremos ir al cambio por el camino de la concordia. Entonces, si pensamos en venganzas nos vamos a empantanar. Necesitamos apostar a una etapa nueva poniendo por delante la justicia, pero no con un afán persecutorio. Se acostumbraba o se sigue pensando que si llega un nuevo gobierno para justificarse de que las cosas van a ser distintas o para legitimarse para obtener credibilidad dan golpes espectaculares, metiendo en la cárcel a uno, dos, tres y luego se cae en lo mismo, es decir, la misma corrupción, la misma impunidad, y no se cambia realmente la actuación de los gobernantes”.
En las campañas ha habido cambios.
“Se pusieron muy nerviosos a partir de que empezó a caer Enrique Peña Nieto, porque no tenían un plan ‘B’, estaban en la autocomplacencia, pensaban que la campaña publicitaria iba a bastar para sentar en la silla a Peña Nieto. Estaban muy confiados; de repente, se empieza a desinflar Peña Nieto, que es para mí el candidato de los que realmente mandan en el país. Echaron a andar desde hace algún tiempo una operación de recambio. Como percibieron que no les iba a funcionar el PAN empezaron a hacerlo a un lado, a manejar la idea de que las cosas iban a mejorar en México si regresaba el PRI a la presidencia.
Y empezaron a proyectar a Peña Nieto. De repente ya no les funciona la estrategia, lo descubren los jóvenes que desde hace un mes iniciaron un movimiento extraordinario, movimiento estudiantil noble, fresco, creativo, jóvenes que van al grano, van al fondo del asunto. Dicen ¡no! a Peña Nieto porque está siendo impulsado por la publicidad, porque lo quieren imponer las televisoras, en particular una televisora. Nos va aumentando el apoyo de la gente, ellos empiezan a desesperarse y lo primero que hacen es ponerse de acuerdo con Fox y sale Fox a decir que había que votar por el que llevaba la delantera. Si fuese así, excelente, porque tendrían que estarme apoyando a mí porque yo llevo la delantera. Pero, en fin, desesperado, sale Fox y en verdad es una vergüenza lo que hace, porque no merece su partido ese trato, la candidata de su partido, el partido que lo llevó a la presidencia. Bueno, pues con todo ese desfigure, con el nerviosismo empiezan a convocar. Tengo información de que Vicente Fox está mandando cartas a las casas pidiendo el voto por Peña Nieto y lanzándose en contra mía. Un cambio verdadero para beneficio del pueblo y para beneficio de la nación”.
¿Qué sigue?
“Voy a crear un consejo consultivo para el rescate de la república, a crear consejos ciudadanos por secretaría, que me van a ayudar para garantizar que los contratos de obras, de compras, de bienes y servicios en el gobierno sean transparentes. Cuando fui jefe de Gobierno se dio el caso de la compra de 40 trenes para el Metro, con 400 vagones. No se habían podido comprar los trenes en gobiernos anteriores por la rebatinga, por el quererse quedar con el contrato y sacar provecho. Formé un comité ciudadano y lancé la convocatoria, la licitación y surge este comité ciudadano de profesionistas, periodistas y el director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, un grupo. Y esto ayudó a que el contrato se llevara a cabo conforme lo establecido. Ahorramos dinero, se compraron los trenes a la mitad de precio de lo que habían costado los trenes comprados con anterioridad. Ganó Bombardier y un compromiso fue que hicieran los trenes en Ciudad Sahagún para que crearan empleos en México.
“Esto es lo que quiero hacer”.
Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/amlo-me-dijo
Alejandro Páez Varela - Andrés Manuel, la izquierda y la prensa
Alejandro Páez Varela |
Sin embargo, lo anterior no justifica que López Obrador diga cada dos conferencias que la prensa es corrupta. ¿Toda la prensa es corrupta? ¿Yo soy corrupto? Perdóneme, Andrés Manuel, pero no es así. Yo soy prensa y no soy corrupto. A eso me refiero: de esas generalidades está compuesto todo un discurso. Si Andrés Manuel conociera a mis reporteros y editores en El Universal, en Día Siete, en Reforma, en El Economista, ahora en SinEmbargoMX, etcétera; si supiera cómo se las ingenian para vivir, con esos salarios tan jodidos en esta industria ingrata; si supiera que hace más de un año tuve a una editora que usó tres pantalones –los mismos– en dos años que trabajamos juntos (¡una editora!); si supiera de otra que me pedía quince minutos para correr a ver a su hijo, sería más justo, generalizaría menos. “Prensa vendida”, dice AMLO con mucha facilidad, cuando amanece enojado. Y no. No todos. No la mayoría, estimado señor. Como un hombre que lleva 20 años metido en la prensa –no como ofendido, aclaro– le diría que sí debe revisar, o deben revisar él y su gente, qué ha provocado esta relación de baja calidad con mucha prensa. Yo creo que hay mucho de “malentendidos”, de mal manejo de discurso y de trato. Y no es de ahora: es de años. Y es AMLO, pero también quienes manejan sus relaciones con la prensa a distintos niveles. ¿Por qué esa incapacidad para sentarse y ganar espacios? Deben revisarlo.
Déjenme decirles que al interior de los medios –soy tropa: sé de lo que hablo– he visto cómo, en los últimos años, se ha descompuesto la relación con Andrés Manuel. A nivel tropa, insisto. Dicen en privado lo que ahora escribo para el público: que AMLO cachetea parejo. Madrea. Yo sé que él mismo ha sido ofendido por prensa vendida y parcial; o por periodistas que, aunque no estén “comprados” como dice, no lo ven con buenos ojos. Pero eso no lo autoriza a (digamos, no le beneficia) madrear periodistas por igual. Es como si yo dijera: todos los políticos son corruptos y no distinguiera; qué ofendida se daría, ¿no? Diría lo que le dijo a Javier Sicilia: no me metas en ese costal. Pues muchos periodistas decimos lo mismo: no nos meta en el mismo costal, no sea ingrato. Hace tiempo que quería escribir este texto. Hace unos días estuve con López Obrador –solicitamos hacer el mismo ejercicio con Josefina y con Peña Nieto– en un avión. Estuve muy cerca de darle un consejo: oiga, señor, no hable generalidades; no nos madree parejo. Pero ese no es mi papel y tampoco hubo tiempo. Apenas para intercambiar algunas palabras, pocas. Lástima. Lo veo fríamente. Repito lo que señalé al principio: López Obrador y su gente deben revisar qué ha pasado en su relación con la prensa, por qué está tan podrida. Si son inteligentes –y lo son–, deben saber que no somos un sector homogéneo; que entre nosotros nos identificamos: sabemos quiénes son corruptos, quiénes se venden en cada elección. Y quiénes quieren hacer su trabajo, simplemente, de la manera más profesional. Y estos últimos son mayoría, o somos mayoría. Y somos, también, los más ofendidos cuando se refiere a nuestro gremio, en general, como una bola de corruptos y vendidos.
Por último, quiero decir que la razón por la que no me había atrevido a escribir este texto es porque tendré que vérmelas con los muchos que se han comprado este discurso de generalidades; los seguidores ardientes me golpearán aquí, sin entender que lo que hago es un ejercicio de honestidad del que AMLO debería ser el primer beneficiado. Pero, bueno, la elección es en unos días. Quizás este tema dé para mucho más, gane o pierda AMLO. Con más frialdad y sin pasiones, si no yo, la izquierda sí debe retomarlo y preguntarse de manera profesional: ¿Por qué Andrés Manuel tiene tan mala prensa? Con ganas de construir, pues; de aprender; de ganar algo. Deberían buscar expertos en el tema y preguntarse: ¿Por qué tantos y tantos años de mala prensa? O qué, ¿de verdad es sólo porque todos somos una bola de corruptos? ¿No cabría la posibilidad de que AMLO y sus más cercanos no han sabido qué hacer, en términos profesionales, para interpretar, ganar y usar (en el mejor sentido) esta complicada ensalada (también en el mejor sentido) de gente de carne y hueso?
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/25-06-2012/7759. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
José Cárdenas - Se ve, se siente… Peña Nieto Presidente
Si cada punto vale más o menos medio millón de votos, todo indica que más de 20 millones de electores preferirán la restauración del PRI.
José Cárdenas |
A menos que caiga una bomba nuclear. Las preferencias electorales medidas por las encuestas así lo pronostican.
Hasta esta mañana, Peña Nieto estaba por encima de sus opositores con 42%, de acuerdo con la más reciente medición de BGC-Excélsior.
…y por el estilo el resto de los sondeos promedian una ventaja de 15 puntos sobre el segundo lugar, peleado a puñetazos entre la aspirante panista y el candidato de las izquierdas.
El peor escenario para el PRI sería que Peña Nieto ganara “sólo” por ocho puntos.
Si cada punto vale más o menos medio millón de votos, todo indica que más de 20 millones de electores preferirán la restauración del PRI.
…porque el carismático Peña Nieto resultó un político fácil de “vender”; la gente sencilla lo ve con agrado; es un hombre práctico que reacciona con rapidez… y se cura pronto de las heridas; llevaba seis años en campaña; nadie había estado tanto tiempo en un lugar tan inalcanzable; su operación política dejó sin baluarte a los panistas del “corredor azul” y a los perredistas del “cinturón amarillo”.
…porque Peña Nieto mantuvo a Arturo Montiel seis años al margen de la política y a pesar de eso nunca negó su gratitud por el auxilio que le brindó en su juventud; también se deshizo de Humberto Moreira, Fidel Herrera,Mario Marín, y de casi todos los impresentables de su partido. Ninguno estuvo en su campaña… ni estará en su gobierno.
…porque la controvertida decisión de San Salvador Atenco no le manchó las manos de sangre: a los dos muertos se los cargó la Policía Federal que nunca admitió las recomendaciones de la CNDH. Peña sí las asumió y las cumplió, especialmente las que tuvieron que ver con las vejaciones y violaciones a 26 mujeres víctimas de la policía mexiquense.
Entre muchos otros, estos argumentos, sin contar el “lleno” por el cierre de campaña en el Coloso de Santa Úrsula, pesarán más que los argumentos de sus rivales.
…aunque Josefina haya surgido de la nada a la candidatura presidencial, en sólo 12 años; a pesar de los quebrantos durante su gestión en la SEP donde logró implantar el concepto de evaluación magisterial y las pruebas ENLACE para alumnos y docentes; Elba Esther no pudo acabar con ella; es una mujer integrada familiarmente; sus planteamientos de continuidad económica son lógicos, no dogmáticos; rectifica cuando se equivoca…
…aunque Andrés Manuel sea el único candidato con genuina visión social y las pensiones universales hasta sean bandera de sus opositores; a pesar de convivir con los grupos más violentos, nunca ha hecho correr la sangre; tiene una auténtica pasión política; es el único candidato que conoce palmo a palmo el país; ha anunciado un gabinete de excelencia; nunca se le ha probado un solo acto de corrupción; su pensamiento político ahora es menos beligerante y más conciliador; su diagnóstico sobre la desigualdad es el más certero; es el único político con auténtica madera de líder social…
MONJE LOCO: Bueno, y Quadri… en el sótano del sótano. –¿Habría que votar por él porque es un candidato registrado; porque es elocuente… y para que el Panal no pierda el registro… y, La Maestra Elba Esther, sus prebendas? Caray, no se me ocurre algo más.
josecardenas@me.com
@JoseCardenas1
http://josecardenas.net
Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=843335
Leo Zuckermann - Mi apuesta con Macario sobre Peña y una posible restauración
Si gana Peña con mayoría en el Congreso y comienza una restauración autoritaria, estoy dispuesto a aceptar públicamente que me equivoqué.
Leo Zuckermann |
Este fin de semana di un par de conferencias junto con mi colega Macario Schettino. Comparto muchos puntos de vista con él. Sin embargo, en esta ocasión tenemos una diferencia. Yo no sé todavía por quién voy a votar.Macario, en cambio, ha revelado que lo hará por Josefina Vázquez Mota. De hecho, está muy preocupado por el posible regreso del PRI a Los Pinos con la posibilidad de una mayoría en ambas cámaras del Congreso. Piensa que, de darse este escenario, vendrá una restauración del régimen autoritario. Yo no lo creo y por eso cruzamos una apuesta.
Schettino piensa que, de ganar Peña con mayoría en el Congreso, los priistas procederían a hacer lo que han hecho en los gobiernos de los estados, es decir, abusar del poder para acumular fortunas y perpetuarse en el gobierno. Dice que utilizarían los programas de combate a la pobreza con fines electorales. A diferencia de hoy, cuando existe transparencia, el nuevo presidente priista regresaría a la opacidad en estos programas para así utilizarlos a su antojo. Bajaría, por ejemplo, los padrones de beneficiarios de Oportunidades del internet. Yo no lo creo. Para empezar, el IFAI le ordenaría al presidente que cumpliera con la normatividad que exige transparencia en la política social federal. Además, la oposición pondría el grito en el cielo y muchos en los medios, incluyéndome, criticarían esta decisión.
Macario argumenta que los priistas le restarían independencia a instituciones como la Suprema Corte de Justicia. Dice que al próximo presidente le tocará nombrar a seis ministros y que tratará de hacerlo con aliados suyos. Esto es posible por la regla existente: el Ejecutivo decide quién ocupa la vacante en la Corte si el Senado no aprueba, con una votación de dos terceras partes, la terna de candidatos presentada por el presidente en dos ocasiones. Todo va a depender, entonces, de la oposición, ya que el PRI no va a tener las dos terceras partes de los votos. Digamos que la oposición siempre le rechaza las ternas al presidente. Tendríamos, entonces, una mayoría de ministros (seis a cinco) impuestos por Los Pinos. Difícil visualizar un escenario así. Amén de que el nuevo presidente se tardaría varios años en esta operación de imponer aliados suyos en la Corte.
Otro de los argumentos de Macario es que los priistas cambiarían el mandato del Banco de México para incluir el objetivo del crecimiento económico aparte de la estabilidad de los precios. De esta forma se perdería el foco de la política monetaria que podría ser más afín a objetivos electoreros promovidos desde Los Pinos. Para ello, sin embargo, se necesitaría una reforma constitucional. Schettino piensa que el PRI podría conseguir este cambio con la izquierda. Yo veo muy difícil que la oposición le otorgue sus votos al presidente para fortalecerlo en éste y otros temas que impliquen reformas constitucionales.
Lo mismo con la posibilidad de eliminar cien diputados plurinominales y desaparecer los senadores de representación proporcional. Esto, como bien apunta Macario, fortalecería la presencia del PRI en ambas cámaras. Pero para ello se necesitaría, otra vez, una reforma constitucional. Schettinopiensa que, en esta reforma particular, el PRI podría contar con los votos del PAN. Yo insisto en que la oposición no le va a dar nada al PRI para fortalecer a un presidente priista.
Hay muchos temas más de cómo podría darse una regresión democrática con un presidente priista con mayoría en el Congreso. Quisiera mencionar, sin embargo, el que más me preocupa porque involucra mi actividad profesional y la de mi colega Macario. Se trata de la libertad de expresión. No hay duda de que estos 12 años de gobiernos panistas los medios hemos tenido total libertad de decir lo que se nos pegue la gana. Las críticas al Presidente, por ejemplo, son cotidianas. Ya no hay instituciones “intocables” como en el pasado. Hasta las Fuerzas Armadas son objeto de la crítica. La pregunta es si los priistas van a aguantar las opiniones que les sean contrarias o van a operar para censurarlas.
Schettino, con razón, cita el caso de los gobernadores del PRI. En los estados controlan a los medios a billetazos. Cuando les disgusta la opinión de un periodista, en lugar de rebatirlo públicamente o de pedir espacio para la réplica, como se espera en una democracia, le hablan a los dueños de los medios a quejarse amenazando con que, si no se alinean a lo que ellos piensan, el gobierno les retirará el presupuesto de propaganda en ese medio. Y como hay mucho dinero involucrado, pues…
Es por eso que Macario prevé seis largos años de presiones gubernamentales a todos aquellos que opinamos en los medios. Yo me resisto a creerlo. Quizá los priistas tengan la tentación de hacerlo. Es costumbre de muchos de ellos. La pregunta es si vamos a dejarnos. Yo no. Tampoco Macario.
Todo lo cual me lleva a la apuesta que cruzamos. Si gana Peña con mayoría en el Congreso y comienza una restauración autoritaria, estoy dispuesto a aceptar públicamente que me equivoqué. Si, en cambio, el PRI regresa al poder respetando las instituciones democráticas y los derechos propios de una democracia-liberal, incluida la libertad de expresión, Schettinoreconocerá que él fue el que erró. Por el bien de México, querido Macario, espero ganarte.
Twitter: @leozuckermann
Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=843329
Salvador García Soto - La hora de la verdad
Con toda la carga de dramatismo y tensión, propia de nuestra idiosincrasia tropical y nuestra frágil democracia, los mexicanos llegamos a la última semana de campañas por la Presidencia con la sensación de que el país se juega todo en una sola jornada comicial: su futuro, su viabilidad, sus posibilidades de cambio; cuando en realidad muy poco cambiará, sea cual sea el resultado.
Porque al votar, si bien definimos una preferencia por un determinado personaje, por un estilo de gobernar y, en el mejor de los casos, por un proyecto social o político, la realidad es que gane quien gane hay problemas estructurales y males históricos que difícilmente alguien podrá resolver en seis años, por más promesas de campaña, “compromisos” o buenas intenciones que diga tener en busca del voto.
Aspiramos, en todo caso, a que quien llegue a la Presidencia logre atenuar y paliar esos eternos problemas -pobreza, desigualdad, desempleo, inseguridad, violencia, bajos salarios, mala educación- y si acaso, si el susodicho resulta eficiente y no se pierde en la impericia y el delirio de poder, logre sentar las bases para comenzar a resolver a futuro esas graves y profundas problemáticas y pensar, a partir de hechos y no de discursos, en la viabilidad de un país más justo y equitativo para sus habitantes.
¿Es normal llegar cada seis años a una elección como si se tratara de un cataclismo donde el país se calienta, los ánimos suben y la polarización se asoma en los rostros de la violencia verbal y física, la intolerancia y las amenazas de conflicto? No tendría por qué serlo, pero en nuestra versión tropicalizada de la democracia, parece imposible separar la pasión y la enjundia, propias de la humana disputa por el poder, de visiones mesiánicas o redentoristas en las que se cree que en las manos de una sola persona, ya sea por su buena imagen mediática, sus encendidos discursos o sus características de género, están las soluciones esperadas.
Es esa manera de ver la política y la democracia lo que nos llevó al punto donde ahora nos encontramos: creer y aceptar que el país se reinventa cada seis años y permitir que arriben al poder improvisados, ambiciosos, corruptos, ocurrentes, simples administradores de los problemas y, eso sí, hábiles creadores de fortunas para sí mismos y para un grupo selecto de familias y apellidos que representan a los verdaderos poderes que también votan y vetan en cada elección.
Así que convendría desapasionarnos un poco y, sin dejar de ejercer con convicción el derecho al voto y la exigencia de que se respete, enfriar los ánimos y aminorar tensiones, que después del 1 de julio el país seguirá y los millones de mexicanos que viven de su trabajo seguirán también en la lucha por la supervivencia.
Una vez que se sepa el resultado de las votaciones, si alguien no está de acuerdo, que lo impugne, que recurra a las vías legales que para eso existen; si alguien cree que hubo un fraude, que presente sus alegatos y sus pruebas, y quien afirme haber ganado, que espere la validación legal de su triunfo. Hasta ahí valdría esperar que todo se resolviera utilizando leyes e instituciones que tanto dinero nos han costado, y apostando a que esas instituciones sean capaces de dar a la elección certeza, transparencia y legalidad, pero sobre todo legitimidad.
Esa es quizá la hora de la verdad: qué tanto hemos madurado como sociedad y como democracia y qué tanto los vicios, el dinero excesivo, la manipulación mediática y las viejas prácticas electorales que aún prevalecen -del acarreo de votantes a la cooptación en las urnas- permite que al final todo termine con el resultado en la noche del 1 de julio.
sgarciasoto@hotmail.com | @sgarciasoto
Ricardo Alemán - Dan Vergüenza
Ricardo Alemán |
Muerto de risa, porque la Marina presentó ante los medios a los dos detenidos, como si se tratara de un golpe espectacular —a una semana de la jornada electoral presidencial— contra el narcotraficante y criminal más buscado del mundo, el sinaloense Joaquín Guzmán Loera, quien además es uno de los hombres más acaudalados del mundo.
Y "El Chapo" estaría muerto de risa, porque con la presunta detención de uno de sus hijos, el Gobierno mexicano trataría de inducir la especie de que está cerca de la captura del más encumbrado narcotraficante.
Y sin duda que El Chapo estaría muerto de risa porque la señora candidata del PAN a la Presidencia de la República hizo el ridículo al presumir, en la plaza pública, que ella sí creía en las instituciones mexicanas y en los especialistas nacionales encargados de combatir al crimen.
Y que el mejor ejemplo de esa confianza y eficacia —según dijo la señora Vázquez Mota en sus mítines de proselitismo— era la captura del “hijo del Chapo”. En otras palabras, que nadie le dijo a la candidata que la Marina se había equivocado. Y también se equivocó la candidata del PAN. Y claro, luego de la vergüenza, la PGR debió dar la cara para decir que no, que el detenido no era “el hijo de El Chapo”, en tanto que la señora Josefina Vázquez Mota ya no supo dónde meter la cara.
Lo cierto es que asistimos a uno de los más penosos ejemplos del grosero uso político electoral de la impartición de justicia. Y es que —lo acepten o lo nieguen en la casa presidencial— el supuesto golpe a "El Chapo" en realidad pretendió ser un golpe electoral en favor de la candidata presidencial azul. Pero la realidad la puso en ridículo, igual que hizo el ridículo la Marina y el propio Gobierno de Calderón. ¿Y que va a pasar? ¿A poco todo se va a quedar como si nada? ¿Y qué tal si una pifia igual o parecida tiene en arraigo a los generales de la Sedena acusados de presuntos vínculos con el crimen?
DAN PENA LOS CHAVOS DEL #132
Y en donde también dan “pena ajena” es entre la “dirigencia” del movimiento estudiantil motejado como #YoSoy132, cuyos “ternuritas” ya olvidaron todo aquello que reclamaban en sus arengas callejeras, tanto al Gobierno como a los medios, y resulta que hoy se comportan cual tiranos de una república bananera como la venezolana.
Si hacemos un poco de memoria, los “chamacos chamaqueados” salieron a las calles en demanda de democracia, apertura de los medios, respeto a la libertad de expresión y al derecho a la información, pluralidad informativa y por acabar las decisiones autoritarias del Gobierno. Claro, además de que reclamaban —sin tener la menor idea de lo que significa— impedir el regreso del PRI. Bueno, pues después de toda esa cantaleta —idéntica al locuaz reclamo de AMLO— “los ternuritas” mostraron un rostro profundamente autoritario y antidemocrático cuando se negaron a que el debate presidencial que organizaron se transmitiera —ya no en cadena nacional, como reclamaban que se transmitiera el segundo debate— sino que impidieron que televisoras y frecuencias de radio se colgaran para hacer la transmisión directa.
Pero ésa fue apenas la punta de la madeja de la moderna versión de los virreyzuelos en que se han convertido los “chamacos chamaqueados”. Y es que resulta que en su cuarta asamblea se les ocurrió la peregrina idea de que la discusión en general fuera a puerta cerrada.
Es decir, que “mandaron al diablo” todos sus reclamos a favor de la dizque “pluralidad informativa”, se olvidaron de “la libertad de expresión y el derecho a la información”, además de que escupieron para arriba y en un grosero acto de autoritarismo —que niega los básicos de la democracia y que confirma que tienen consigna para conspirar contra la democracia— acordaron deliberar el secreto, a espaldas de los ciudadanos.
Por eso la pregunta. ¿Qué esconden? ¿Qué acordaron como para impedir que se entere la sociedad en general y los millones de jóvenes no privilegiados? La respuesta parece elemental. Una primera filtración señala que habrían acordado una “chabacana rebelión” juvenil, si es que el domingo 1 de julio gana el candidato Enrique Peña Nieto.
En otras palabras, que los “ternuritas” serán la “carne de cañón” de la claque de López Obrador para iniciar en las calles la revuelta contra el resultado electoral; contra la democracia electoral mexicana.
¿Eso es lo que esconden? Si es así, se habrá confirmado que el movimiento estudiantil no es más que un ariete de AMLO para reventar el proceso electoral. Y no sería extraño que pronto aparezcan más evidencias de la manipulación del movimiento estudiantil.
Eso sí, lo políticamente correcto es criticar a los que censuran las torpezas y alucines del #132. Lo políticamente correcto es elogiar sin límite todo lo que hagan los jóvenes. Es bueno, brillante, aplaudible y benéfico para un país podrido, porque lo dicen y hacen los jóvenes. Y los críticos de esa chabacana estupidez son, por decirlo suave, traidores a la patria.
MAESTROS VERGONZANTES
Y sin duda que también dan pena los maestros de la CNTE, ésos que en Chilpancingo —en el Instituto de Educación Básica— destruyeron miles de cuadernillos de la prueba Enlace, en protesta por lo más básico de la educación, la evaluación de los conocimientos, capacidades y, claro, el nivel académico de los maestros.
Es vergonzosa la imagen que publica en su primera plana La Razón. Maestros de la CNTE secuestraron los exámenes, los destruyeron, chantajearon, impusieron la barbarie en Guerrero y… no pasó nada. ¿Quién hará algo… hasta cuando?
Por lo pronto, al encuentro con el SNTE sólo asistieron los candidatos presidenciales Enrique Peña y Gabriel Quadri. Los grandes ausentes son la señora Josefina Vázquez Mota —enemiga pública de la profesora Gordillo— y Andrés Manuel López Obrador, quien ha dicho que de ser presidente correrá a la señora Gordillo del sindicato magisterial.
Es evidente que el SNTE y la CNTE ya pactaron. Su voto será por el PRI en el Congreso y por Gabriel Quadri en la presidencial para mantener su registro. Y claro, como ya pactaron, ya dejaron en paz a la ciudad de México y a los capitalinos.
EN EL CAMINO
Sin duda que en Paraguay se cometió un golpe de Estado legislativo. Pero también había llegado al poder presidencial un emisario del Vaticano.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/danverguenza-1317848-columna.html
Rafael Loret de Mola - !Nos los cambiaron!
Rafael Loret de Mola |
Ayuno para panistas
¡Casi terminan las campañas! Y aunque los sonsonetes, con los timbres de las voces de los distintos aspirantes, nos retumben el cerebro, saber que el miércoles callarán es un tremendo alivio. Lo que no lo es, desde luego, más tiene que ver con la incertidumbre, las confusiones y los amagos de violencia de cuantos estiman defender a la democracia cancelando las vías políticas con las cuales no concuerdan. Esto es exactamente lo contrario de lo postulado por ellos en semánticos y retorcidos discursos. No reconocer la posibilidad de que los adversarios ganen es tanto como avivar las conciencias subversivas asumiendo la verdad como propiedad exclusiva, sin margen alguno para la equivocación. Así han pensado, a través de la historia, cuantos dictadores han sido, de derecha o izquierda –una clasificación bastante simplista debe reconocerse-, mientras atesoran fortunas fabulosas y rigen las vidas y expectativas de los demás.
A través de los tres meses de campaña, eso sí, los aspirantes a la Presidencia –y me temo también que la mayor parte de los postulantes a los gobiernos estatales y la jefatura del Distrito Federal, acaso con la excepción de Miguel Mancera-, no crecieron; todo lo contrario, parecieron disminuir como seres humanos y su autoridad moral fue perdiéndose al calor de distintas denuncias que salpicaron las clásicas autoexaltaciones del culto a la personalidad. Salió lo peor de cada uno de ellos, no lo mejor. Me parece que, al respecto, el caso más indicativo es el de Josefina Vázquez Mota quien fue otra en manos de su promotor catalán, Antonio Solá, y le dio incluso por la vulgaridad, tan ajena a su perfil de mujer digna e inteligente. Un giro tremendo, de ciento ochenta grados diríamos, como consecuencia de la ambición política. Ya veremos cómo actúa el próximo domingo y qué va a decir cuando ya no haya espacio para las especulaciones y los números “oficiales” comiencen a hablar desatando tormentas por la incredulidad general. A este horizonte nos ha condenado la clase política incapaz de modernización alguna.
Pero también Andrés Manuel López Obrador es otro pero, en situación de tensión, vuelve a mostrar su perfil pendenciero. Le aconsejaron, desde 2006, no pelearse con el mandatario en turno y llegó al extremo de ofrecer, primero, justicia y no venganza, para después comprometerse a “no perseguir” a Felipe, el mandatario de la violencia, ni posibilitar las causas judiciales a las que den lugar las indagatorias sobre los miles y miles de víctimas inocentes de su particular guerra, sin armisticio posible, tan inútil como sangrienta: no disminuyó la “exportación” de drogas hacia Estados Unidos pero sí nos envolvió la tragedia como en ninguna otra época de la historia, ni siquiera cuando en la Plaza de las Tres Culturas los francotiradores, por órdenes desde dentro del gobierno, abrieron fuego contra los estudiantes que ya se marchaban del lugar. La imagen de México se sustentaba en los Juegos Olímpicos y no en el futuro representado por la sangre nueva que corría por Tlateloco. Es imposible olvidar.
Por su parte, el ex gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, sacrificó gran parte de su carisma y “encanto” personales, en alas de su mágica “gaviota”, cuando se percató de las múltiples alegaciones contra priístas dist9inguidos que le acompañaron al principio del derrotero por la Presidencia y fueron diluyéndose en las aguas negras de la corrupción que afloró, de nuevo, gracias a los servicios de investigadores de importación que manejaron, a sus anchas, los números y estadísticas de la Secretaría de Hacienda, no para velar por los intereses del país sino más bien como consecuencia de una estrategia proselitista, viciada de origen, por la intromisión alevosa del gobierno de la República en cuestiones electorales. Igual que en 2006... cuando el omnipotente Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TRIFE) optó por dictaminar que las intervenciones oficiosas e ilegales del presidente en turno, Vicente Fox –y su consorte-, además de los empresarios patrocinadores de la “campaña negra”, no habían sido “determinantes” para el resultado final. ¡Y sólo se reconoció medio punto porcentual de ventaja! Esto es: cualquier inducción ilegal, aún la más discreta o pequeña, pudo ser definitoria de un proceso tan desaseado como arbitrario. Por desgracia, de este punto no hemos pasado y continuamos por la senda de la desconfianza.
Lo primero que se cuestionan los presuntos votantes es si las instituciones rectoras o calificadoras del proceso –el IFE y el TRIFE-, son, en serio, de confiar. No lo fueron, repito, hace apenas seis años bajo el imperio de los Fox y del dinero de los corporativos al servicio del gobierno; y ningún cambio se dio –salvo la renovación forzada del consejo general del IFE, más como venganza que como medida renovadora-, para darle a los electores mayores garantías de limpieza y justeza a la hora de colectar sufragios. Imagínense lo que puede suceder el próximo domingo si las “tendencias” que anuncie el consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, van muy al parejo y no permitan establecer una ventaja irreversible... salvo hasta tres días después de la contienda. Las aguas, ya muy agitadas, podrían salirse del cauce de la falsa normalidad con la que algunos tratan de disfrazar, con la madurez cívica de los mexicanos, los subterfugios oficiales y las trampas de una oposición sectaria que impidió, por ejemplo, la reforma política propuesta en 2009 que hubiera destrabado el conflicto actual, avizorando una segunda vuelta electoral. Debo reconocer que esta iniciativa presidencial fue una inteligente aportación aunque el mismo mandatario, Felipe Calderón, careció de arrestos y paciencia para defenderla en el Congreso. Fue más relumbrón que voluntad de cambio.
Y aquí estamos. A una semana de distancia de la jornada electoral y con las acusaciones, en un sentido y otro, rebotando en nuestras cabezas. Que si las mafias arropan a Peña quien acaso no pudo controlar a su equipo en el caso de los 56 mil millones de dólares destinados a “vender” su imagen en el exterior; que si Josefina viajó, varias veces, en los aviones de Pancho Colorado, indiciado en Texas por posibles nexos con el narcotráfico –un símil con cuanto ocurrió a Colosio en 1994 cuando igualmente viajó en un avión confiscado al célebre Amado Carrillo Fuentes, según información proporcionada por la DEA estadounidense-, y desvió fondos del SEDESOL; o bien, si Andrés Manuel está en tratos con los violentos e incluso ha formado un arsenal de bombas “Molotov” para defender con uñas y dientes su presunta “victoria” aunque lo separen quince puntos porcentuales del puntero; y, en fin, que Quadri, el entenado de la maestra Elba Esther, cobró por participar varias decenas de millones de pesos a sabiendas de que, además, lograría un posicionamiento nacional cuando antes de la campaña era muy poco conocido hasta en los círculos intelectuales.
El drama es el de los presuntos electores. Ni a quien irle, pero debemos resolver nuestra propia controversia interior, en menos de una semana, ya desde ahora. De otra manera, como tantas veces, nos pasará el tren de largo o nos arrollará sin remedio. Todos los postulantes tienen graves defectos; son humanos y se equivocan aunque jamás apuntan sus defectos. Y de ello debemos extraer, en la balanza de pros y contras, cuál es quien garantiza un futuro sin tanta violencia y un desarrollo sin tanta corrupción. ¿Erradicarlas? No me gusta caer en la utopía.
Mirador
Con el antecedente de Tamaulipas en 2010 -¡ya se fueron dos años de impunidad!-, cuando fue asesinado, el lunes anterior a los comicios, el médico Rodolfo Torre Cantú a quien favorecían las encuestas y los votos –su hermano Egidio, el sucedáneo encontrado por la dirigencia priísta, venció, sí, pero con una altísima abstenci8ón que hubiese anulado el proceso en las naciones con mayor solidez democrática-, debemos observar cada día, de aquí al próximo domingo, como un escenario de alto riesgo. Y después también porque las mafias andan sueltas y unas comulgan con uno y otras con otro... aunque Josefina deduzca que su valentía es co9nsecuencia de su decisión de no negociar con los narcos. La cuestión es: si tiene pruebas de que sus adversarios lo han hecho, ¿por qué, de una vez por todas, no las presenta judicialmente y acabamos con este sinfín de rumores y medias verdades?¿Tiene temor, aunque sea valiente, de ser revirada?
Lo saludable de todo esto es que se acortaron las campañas aun cuando se nos hicieran muy largas por efecto de las turbulencias sostenidas. Pero no crecieron los candidatos sino se achicaron, repito. Y esto es muy grave. Un ejemplo: si el PRI gana la elección presidencial, pese a los barruntos últimos y el malestar de los jóvenes, ¿cómo llegaría al Palacio Nacional su abanderado, Peña Nieto, cuando deba sopesar las posibles derrotas regionales de su partido en seis estados y el Distrito Federal? Es decir, el fenómeno Peña Nieto ya no se asemeja al fenómeno Fox de 2000 cuando el guanajuatense se llevó en las alforjas varias gubernaturas rompiendo algunos de los más sólidos monolitos priístas. Y este hecho es incontrovertible.
Las diferencias se perciben en las reaccionas que podrían tener los protagonistas: el “amor” que ahora dice exudar Andrés Manuel podría canalizarse hacia el odio –dicen que está muy cerca de lo primero-, con consecuencias inimaginables; la seguridad de Peña, en caso de revertirse los resultados, le obligaría a hacer uso de todos los recursos del PRI y su mafia para no ser desplazado; y en cuanto a Josefina, la aspirante oficial, es obvio que difícilmente reconocerá el próximo domingo, cuando se sepa de las “tendencias”, a reconocer que éstas no le favorecen.
La crispación, por desgracia, es lo único seguro en un entorno violento y complejo.
Por las Alcobas
En la misma línea del canto de las “chachalacas” de López Obrador en 2006, podemos anotar el “cuchi-cuchi” de la risueña y pícara Josefina, quien ha mostrado a todos un talante sorprendente, ajeno al de una mujer honesta y ponderada, discreta y cuidadosa de su imagen. La transformación de esta dama, sin duda, es uno de los episodios esenciales de la pugna presidencial.
¿Y qué es el “cuchi-cuchi”?¿Una alegoría simplona del amor entre una pareja?¿Alguna trama parecida al “Cucurrucucú, Paloma”, en condición de fastos adelantados? Pues, señores, se trata de investigar en las recónditas mentes de los catalanes, quienes se creen más vanguardistas que los genios del pasado, encargados de mover las fichas y preparar los escenarios del futuro... “haciendo presidentes”.
loretdemola.rafael@yahoo.com.mx
POR LO MENOS NOS QUEDA ESTE DOMINGO... PARA REZAR. Y SOÑAR TAMBIÉN CON UNA NACIÓN DEMOCRÁTICA EN DONDE NO HAYA HUESTES QUE AMENACEN A QUIENES NO PIENSAN IGUAL Y OPTEN POR OTRAS CONDICIONES. NUNCA SOBRA LA HUMILDAD DE ESPÍRITU.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/%C2%A1nosloscambiaron!-1312682-columna.html
Raymundo Riva Palacios - Suicidio marino
Raymundo Riva Palacios |
La política de comunicación social del gobierno federal en materia de lucha contra las drogas, tuvo finalmente su Waterloo. El protagonismo y la necesidad de incubar en la opinión pública que lo que se hace es legítimo, ha producido en cinco años una propaganda que ha violado derechos humanos y garantías individuales, estigmatizado a personas y modificado su vida. No es tema de si esta guerra era necesaria o no, sino de cómo, incluso a quienes se les probó su involucramiento en el narcotráfico, formaron parte de una doctrina donde el fin justifica los medios.
La propaganda no tuvo el éxito esperado en este colofón del sexenio. Las encuestas revelan que el número de mexicanos que apoyan o rechazan la estrategia gubernamental, es prácticamente el mismo. Pero al ver los niveles de aprobación a la guerra y cegarse ante los negativos, las autoridades se engolosinaron. Producto de esa práctica, este jueves se suicidó la Marina, y el tiro le pegó al presidente Felipe Calderón.
Sin ninguna necesidad de adelantar vísperas, la Marina se apresuró a informar a la opinión pública que habían detenido al hijo de Joaquín Guzmán Loaera, símbolo del narcotráfico en México. La Marina misma introdujo el elemento de duda sobre la identidad de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, cuando señaló que quien se identificó como Félix Beltrán León, era el “presunto” hijo de “El Chapo”. El “presunto” revelaba sospecha, pero la Marina ignoró la ética y la prudencia para evitar un posible daño moral contra el detenido. Peor aún, en medio del creciente escándalo sobre la identidad de Beltrán León, insistió que era el hijo de “El Chapo”.
La temeridad de la Marina se profundizó. La PGR mostró recelo, y echó a la Marina la responsabilidad de la identidad. La Marina se la devolvió a la PGR. La PGR determinó el viernes por la noche que Beltrán León no era Guzmán Salazar, y la Marina dijo que la DEA le informó de la ubicación del “presunto” hijo. La DEA replicó que Beltrán León trabajaba para Guzmán Salazar. En síntesis: la DEA informó mal y la Marina, que tiene fe ciega a la inteligencia que le da la DEA, se fue de bruces. El problema, sin embargo, no fue haber realizado el operativo, sino haber presumido la culpabilidad de quien, cuando menos de la imputación central, es inocente.
La Marina es verdugo y víctima a la vez. Desde el arranque del sexenio, la comunicación social en la guerra contra la delincuencia organizada se hizo en dos terrenos: la policial-militar y la propaganda. La primera tenía sus tiempos –investigación, acción, judicialización-, y a la segunda no le interesó el debido proceso. En televisión mostraban a presuntos responsables, que en los medios aparecían como culpables. En la primera etapa las imágenes se acompañaron con información que procedía de las averiguaciones previas, con lo cual el propio gobierno violaba la ley que impide revelar detalles de procesos abiertos. Aunque esto fue corregido meses después, no así la presentación sistemática de presuntos delincuentes—algunos, o muchos de los cuales fueron dejados en libertad por falta de pruebas.
Las violaciones a la ley y el daño moral infringido nunca llegaron a los niveles de la Marina la semana pasada cuando habló de “presunto”. El protagonismo se volvió en pesadilla pública y quizás una tormenta dentro del gabinete. ¿O no habrá consecuencias para el secretario de la Marina, almirante Francisco Saynez, quien por procedimiento, debe haber informado al presidente Felipe Calderón de a quién habían capturado? Los Pinos estaba enterado, no hay duda. La comunicación social del gobierno está centralizada, sobretodo cuando se trata de la guerra contra el narcotráfico. En este contexto, la Marina no sólo engañó a la opinión pública, sino también al presidente Calderón y a su gobierno.
El impacto negativo no se quedará sólo en la Marina, sino golpea al Presidente e indirectamente a la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota. Pero la culpa y la responsabilidad es del gobierno en su conjunto, donde no hubo voces que impidieran esa propaganda que rayaba en la ilegalidad y en cuyo frenesí desbocado, la Marina y todo el gobierno, quedaron exhibidos.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
Ciro Gómez Leyva - Y nunca dejaron de creer que era un imbécil
Ciro Gómez Leyva |
Ellos lo despreciaban, él prosperaba. Se agarraban a la frase de Carlos Fuentes de que era muy pequeño para los grandes problemas del país, mientras él afinaba estrategia y táctica. Parece que de los tres, Enrique Peña Nieto fue el único en comprender que estaba en una elección, no en un talk show de disfraces, insultos y puntadas.
El 29 de marzo, la víspera del inicio de la campaña, registraba un arrollador 47 por ciento de las intenciones de voto en la encuesta de seguimiento diario MILENIO-GEA/ISA. Hoy, a 72 horas de la meta, marca prácticamente lo mismo.
Los adversarios se asumieron superiores al afirmar que no sería capaz de articular tres frases al hilo. Lo catalogaron como producto chatarra que se podriría al tercer día a la intemperie. Y nunca dejaron de creer que era un imbécil.
Pero no lo pudieron masacrar en los debates. Ni lo vieron sucumbir o asustarse ante las humillaciones multitudinarias tras el surgimiento del #YoSoy132, ni siquiera cuando fueron a intimidarlo a las plazas. Estuvo en lo suyo, fiel al concepto de que una elección la gana el mejor candidato, no el que grita más.
Tuvo al mejor equipo de producción (“Este Peña Nieto los puede hacer pedazos”, La historia en breve, marzo 21) y al mejor estratega (Luis Videgaray). Expulsó sin tentarse el corazón a quienes le pudieran restar puntos (de Salinas y Moreira para abajo). Corrigió las veces que fue necesario, sin dejar de ser el mismo personaje.
“Se ganó la simpatía y la confianza de la mayoría de los mexicanos”, resumió ayer su antagonista y compañero Manlio Fabio Beltrones. De eso se trataban estos 90 días, de convencer a millones.
Y a eso se dedicó, mientras sus rivales lo tildaban de pendejo.
Denise Dresser - Pájaro enjaulado
Denise Dresser |
El PRI está a un paso de regresar a Los Pinos. Todo lo indica, todo lo sugiere, todo lo augura. Enrique Peña Nieto probablemente será el próximo Presidente de México y el partido que tantos lucharon para sacar del poder lo habrá reconquistado. Y volverá sin haberse modernizado. Regresará sin haberse reconfigurado. Resucitará sin haberse remodelado. Porque a lo largo y a lo ancho del país Persiste el PRI clientelar, el PRI corporativo, el PRI que realmente no cree en los contrapesos o en la participación ciudadana autónoma o en la apertura de la vida sindical al escrutinio público. México se enfrenta a la posible “Putinización” del poder; a la recentralización del mando en un partido que controlará las dos cámaras del Congreso; a la reinstalación de viejas maneras de pensar en el poder y ejercerlo.
La gran incógnita es qué hará Enrique Peña Nieto con el mando unificado que México le entregará. ¿Será un modernizador o un restaurador? ¿Promoverá reformas que el PRI ha rehuido u obligará a su partido a aceptarlas? ¿Coexistirá con el pluralismo que el movimiento #YoSoy132 promueve o intentará sofocarlo?
¿Pavimentará el camino hacia un País próspero e incluyente o mantendrá el capitalismo de cuates oligárquico y excluyente? Estas son las preguntas que persiguen al puntero priísta y para los cuales no ha ofrecido una respuesta clara. A veces Peña Nieto habla el lenguaje de la modernidad, a veces usa el vocabulario del plesitoceno. A veces promete reformas que cambiarían la naturaleza del PRI, a veces despliega sus peores prácticas. Peña Nieto encarna las contradicciones de un partido construyó el México del Siglo 20 y no sabe qué hacer frente al mundo del Siglo 21. Un partido que institucionalizó el modelo económico extractor que es origen fundacional de nuestro subdesempeño crónico como País. Un partido que diseñó la jaula dentro de la cual hay un pájaro –la economía mexicana– permanentemente enjaulado.
Como lo explican Daron Acemoglu y James Robinson en su magistral libro “Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty”, los países son ricos cuando cuentan con instituciones políticas y económicas incluyentes. Son pobres cuando permiten la extracción por encima de la representación; cuando apuntalan a élites rentistas por encima de ciudadanos participativos; cuando instalan sistemas oligárquicos por encima de sistemas plurales, abiertos, competitivos; cuando permiten la osificación de instituciones por encima de su adaptación. Y en México, durante demasiado tiempo, élites poderosas dentro de y apoyadas por el PRI, han creado reglas que benefician a pocos a expensas de muchos. Han concentrado el poder económico y político en manos de quienes controlan a la sociedad en lugar de permitir su participación. El PRI arrebató las riendas de una dictadura y creó otra: la de élites extractivas. La de monopolios rapaces y líderes sindicales corruptos y televisoras chantajistas y politicos impunes. Por eso la economía mexicana no crece a la velocidad que podría y debería. Por eso el letargo y la parálisis y la baja competitividad y la falta de innovación. Por eso la pequeñez del pájaro enjaulado.
Y por eso la diferencia entre Nogales, Arizona y Nogales, Sonora. Dos poblaciones muy diferentes, separadas por una frontera que define dos mitades. En Nogales, Arizona los habitantes tienen acceso a instituciones que les permiten adquirir educación y habilidades, que promueven sus empleadores a invertir en la mejor tecnología, que lleva a mejores salarios para ellos. También tienen acceso a instituciones políticas que les permiten participar plenamente en los procesos democráticos, elegir a sus representantes y sancionarlos si abusan del poder o lo ejercen mal. En consecuencia, los funcionarios públicos proveen servicios básicos –salud pública, escuelas, caminos, leyes – que los ciudadanos demandan. Los habitantes de Nogales, Sonora no son tan afortunados. Viven en mundos diferentes, creados por instituciones diferentes, con incentivos diferentes. Los nogaloenses al norte de la frontera avanzan con instituciones creadas para incentivar la prosperidad y la innovación; los nogaloenses al sur de ella padecen instituciones creadas para incentivar el statu quo y la extracción.
Y ¿qué hará una próxima presidencia priísta ante el microcosmos de Nogales y el resto de México? Transformar la realidad recalcitrante de un capitalismo excluyente y una democracia incompleta requeriría cambios institucionales de gran envergadura. Cambios que implicarían empoderar a la población y no sólo explotarla; regular a los monopolios y no sólo fomentar su colusión; proveer a la población de derechos políticos amplios y no sólo los que benefician a los partidos; crear un modelo económico enfocado al crecimiento económico acelerado y no sólo perpetuar el que beneficia a unos cuantos. México está atorado por un patrón institucional antitético al crecimiento. Antitético a la inclusión. Antitético al pluralismo que ahora sufrirá un golpe con el regreso del PRI y su propensión a mantener al pájaro enjaulado.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/pajaroenjaulado-1317845-columna.htmlLydia Cacho - Mi voto no es secreto
Lydia Cacho |
Ya escribí las razones por las cuales nunca he votado por el PRI ni lo haré. He pasado los últimos meses reflexionando sobre la posibilidad de anular mi voto. He reconocido el trabajo que Josefina Vázquez Mota llevó a cabo en Sedesol en tiempo de Fox, su capacidad para rodearse de la gente adecuada permitió una modernización de esa secretaría que el país necesitaba (aunque luego al gente de Calderón pulverizó la mayoría de los avances). Atestigüé los primeros meses de su gestión en la SEP y las batallas campales a las que se enfrentó con la anquilosada líder sindical tras las puertas añosas de ese edificio desde el cuál Elba Esther ha destruido el sistema educativo del País. Y supe de la batalla que dio cuando Calderón sacrificó a la educación por un pacto político con la lideresa del partido-negocio familiar Nueva Alianza.
Pero también seguí de cerca cómo Josefina quedó atrapada en la sombría ambigüedad entre su visión progresista del desarrollo social y su esencia de sumisión ante una élite religiosa profundamente corrupta, que defiende a toda costa la intromisión religiosa en los asuntos políticos y que trae consigo los valores del patriarcado más recalcitrante que defiende pederastas, se codea con políticos deshonestos y llena sus arcas con dinero sucio del narcotráfico. Vi cómo su miedo a ser aplastada por un Felipe Calderón iracundo y sexista, le impidió pronunciarse contra la absurda estrategia guerrera que nunca debió darse sin asegurar un nuevo sistema de justicia penal. Su miedo la acercó demasiado a las alas conservadoras de la SEMAR y el Ejército que promueven la guerra y no aceptarán volver a sus cuarteles. Inteligente, pero presa de un partido que se autodestruye sin remedio, Josefina no tiene posibilidades de ganar, y votar por ella sería regalarle el voto al PRI.
En Quadri no desperdicio más de dos líneas. Está allí para perpetuar el poder de Elba Esther Gordillo, una opción inadmisible.
Andrés Manuel López Obrador me parece todo menos un tipo peligroso. Pude escucharlo un par de veces en entrevistas privadas, un tipo transparente y predecible. Su disciplina le permitió gobernar el Distrito Federal de buena manera, se rodeó de malos y de buenos, como hacen la mayoría de políticos. Ciertamente es un hombre conservador y puritano con un discurso socialista bastante anquilosado, no se ha atrevido a asumir un discurso pro-feminista ni pro-igualdad porque su conservadurismo y vena religiosa se lo impiden, pero ciertamente se ha rodeado de personas que serán capaces, en caso de que gane, de impulsar políticas de igualdad similares a las que implantó Ebrard con gran éxito en el Distrito Federal. Dentro de los posibles miembros de su gabinete rescato a Juan Ramón de la Fuente que transformaría la educación; a Ebrard que sin duda reconstruiría la forma en que el Estado aborda los derechos humanos y crearía un clima de legalidad que ningún secretario de Gobernación ha logrado; buena falta le hace esa certidumbre a la sociedad y al empresariado mexicano.
No hay nadie en su gabinete que remotamente nos haga creer que va a privatizar las paraestatales, más allá de su discurso setentero, basta ver el currículo y escuchar a sus posibles Secretarios de Estado para entender que pretenden una modernización de Pemex y la CFE, así como la creación de programas de energías alternativas que le urgen al País. AMLO cree en la creación de empleos por la vía del turismo y por eso eligió a Torruco, un experto que busca el equilibrio con la economía del ramo y el medio ambiente.
Lo que me queda claro es que AMLO no se parece en absoluto a Chávez, carece de sus convicciones y de sus delirios dictatoriales. El tabasqueño es pacifista, si hubiera querido, con el poder de Morena habría desestabilizado al País más que el narco. Tiene las obsesiones de un patriarca que cuida de los ancianos y la infancia, quiere medios de comunicación libres aunque no le gusta ser criticado. Lee poca literatura y no sabe nada de cine, pero se ha rodeado de intelectuales que harían un buen papel en la cultura y la artes. Lo he dicho antes, me hubiera gustado que Marcelo Ebrard fuera el candidato de las izquierdas, pero no lo es. No admiro a López Obrador pero votaré por él y por legisladores del Movimiento Progresista, así si gana el PRI, al menos lograremos un Congreso que haga contrapeso al ignominioso autoritarismo neoliberal, corrupto y retrógrada del tricolor.
@lydiacachosi
Ciro Alegría - Muerte del cabo Cheo López
Ciro Alegría (1909-1967) |
Muerte del cabo Cheo López
Perdóneme, don Pedro... Claro que esta no es manera de presentarme... Pero, le diré... ¿Cómo podría explicarle?... Ha muerto Eusebio López... Ya sé que usted no lo conoce y muy pocos lo conocían... ¿Quién se va a fijar en un hombre que vive entre tablas viejas? Por eso no fui a traer los ladrillos... Éramos amigos, ¿me entiende?
Yo estaba pasando en el camión y me crucé con Pancho Torres. Él me gritó: “¡Ha muerto Cheo López!”. Entonces enderezo para la casa de Cheo y ahí me encuentro con la mujer, llorando como es natural; el hijito de dos años junto a la madre, y a Cheo López tendido entre cuatro velas... Comenzaba a oler a muerto Cheo López, y eso me hizo recordar más, eso me hizo pensar más en Cheo López. Entonces me fui a comprar dos botellas de ron, para ayudar con algo, y también porque necesitaba beber.
¡Ese olor! Usted comprende, don Pedro... Lo olíamos allá en el Pacífico..., el olor de los muertos, los boricuas, los japoneses... Los muertos son lo mismo... Sólo que como nosotros, allá, íbamos avanzando..., a nuestros heridos y muertos los recogían, y encontrábamos muertos japoneses de días, pudriéndose... Ahora Cheo López comenzaba a oler así... Con los ojos fijos miraba Cheo López. No sé por qué no se los habían cerrado bien... Miraba con una raya de brillo, muerta... Se veía que en su frente ya no había pensamiento. Así miraban allá en el Pacífico... Todos lo mismo...
Y yo me he puesto a beber el ron, durante un buen rato, y han llegado tres o cuatro al velorio... Entonces su mujer ha contado... Que Cheo estaba tranquilo, sentado, como si nada le pasara, y de repente algo se le ha roto adentro, aquí en la cabeza... Y se ha caído... Eso fue un derrame en el cerebro, dijeron... Yo no he querido saber más, y me puse a beber duro. Yo estaba pensando, recordando. Porque es cosa de pensar... La muerte se ríe.
Luego vine a buscar a mi mujer para llevarla al velorio y creí que debía pasar a explicarle a usted, don Pedro... Yo no volví con los ladrillos por eso. Mañana será.
Ahora que si usted quiere ir al velorio, entrada por salida aunque sea... Usted era capitán, ¿no es eso?, y no se acuerda de Cheo López... Pero si usted viene a hacerle nada más que un saludo, yo le diré: “Es un capitán”...
¿Quién se va a acordar de Cheo López? No recibió ninguna medalla, aunque merecía... Nunca fue herido, que de ser así le habrían dado algo que ponerse en el pecho... Pero qué importa eso... ¡Salvarse! Le digo que la muerte se ríe...
Yo fui herido tres veces, pero no de cuidado. Las balas pasaban zumbando, pasaban aullando, tronaban como truenos, y nunca tocaron a Cheo López... Una vez, me acuerdo, él iba adelante, con bayoneta calada y ramas en el casco... Siempre iba adelante el cabo Cheo López... Cuando viene una ráfaga de ametralladora, el casco le sonó como una campana y se cayó... Todos nos tendimos y corría la sangre entre nosotros... No sabíamos quién estaba vivo y quizá muerto... Al rato, el cabo Cheo López comenzó a arrastrarse, tiró una granada y el nido de ametralladoras voló allá lejos... Entonces hizo una señal con el brazo y seguimos avanzando... Los que pudimos, claro. Muchos se quedaron allí en el suelo… Algunos se quejaban... Otros estaban ya callados...
Habíamos peleado día y medio y comenzamos a encontrar muertos viejos... ¡El olor, ese olor del muerto!... Igual que ahora ha comenzado a oler Cheo López.
Allá en el Pacífico, yo me decía: “Quién sabe, de valiente que es, la muerte lo respeta.” Es un decir de soldados. Pero ahora, viendo la forma en que cayó, como alcanzado por una bala que estaba suspendida en el aire, o en sus venas, o en sus sesos, creo que la muerte nos acompaña siempre. Está a nuestro lado y cuando pensamos que va a llegar, se ríe…Y ella dice: “Espera”. Por eso el aguacero de balas lo respetó. Parecía que no iba a morir nunca Cheo López,
Pero ya está entre cuatro velas, muerto… Es como si lo oliera desde aquí… ¿No será que yo tengo en la cabeza el olor de la muerte? ¿No huele así el mundo?..
Vamos, don Pedro, acompáñeme al velorio... Cheo era pobre y no hay casi gente... Vamos, capitán… Hágale siquiera un saludo...
Leído en: http://es.scribd.com/doc/28778608/EL-AMULETO-Y-OTRAS-HISTORIAS-POR-CIRO-ALEGRIA pags 46 y 47.
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