¿Cómo llegó la Zona Rosa del DF, de elegantes y arbolados paseos con buenos bares, restoranes de primera y tiendas de ropa de grandes marcas a zona de guerra patrullada con metralletas? Se unieron el ansia de poder y el afán de lucro, la convicción de superioridad moral en los gobernantes del PRID y la convicción de que el fin justifica todos los medios para que el pueblo bueno llegue a la Presidencia. Más el desprecio que la izquierda, el PRI y el PRID han sentido siempre por el empresario, visto como explotador del proletariado y nunca como posible fuente de nuevos empleos directos, en su negocio, e indirectos en sus proveedores.
Con el primer jefe de Gobierno del DF, primero elegido por voto universal, Cuauhtémoc Cárdenas, era posible hablar. Con todo y su fama de esfinge, bastaba un señalamiento: el nuevo jefe policiaco fue miembro del Batallón Olimpia, y al otro día estaba despedido.
Pero en el 2000 llegó López Obrador, no a gobernar el DF, sino a trepar a la Presidencia en 2006.
En el mes de mayo disminuyeron en 2% las ejecuciones relacionadas con el crimen organizado. De 914 en abril de este año pasamos a 894 el mes pasado. Esto de acuerdo con la base de datos de Lantia, consultora especializada en temas de seguridad. Contabilizando el total de este tipo de homicidios en los seis primeros meses del sexenio del presidente Peña Nieto tenemos un total de cinco mil 953, un promedio de 33 por día.
En las cifras de Lantia hay una buena noticia: continúa la tendencia a la baja que comenzó desde abril de este año. Ese mes bajaron en 17% los homicidios relacionados con el crimen organizado con respecto de marzo. Ahora se suma una nueva caída de dos por ciento.