viernes, 14 de noviembre de 2014

Carlos Puig - Un jeque, un mexicano y el disfraz de la impotencia

“Un jeque árabe y un mexicano ofrecen comprar el vochito de Mujica”. No deja de darme vuelta en la cabeza este titular que leí hace unos días.
Algo está mal ahí, pienso.
Peor aún cuando me entero que el mexicano es un servidor público, el embajador de México en Uruguay, quien ofreció 10 camionetas de doble tracción a cambio del modestísimo auto del ex guerrillero convertido en presidente.
Un jeque y un funcionario mexicano compitiendo por comprar un cochecito.
Tengo la impresión, a lo mejor me equivoco, de que esos dos sujetos no tendrían que estar en la misma frase.


Francisco Martín Moreno - ¿De qué está hecho Peña Nieto?

¿Quién, en su sano juicio, puede aceptar que la irritante noticia relativa a la existencia de una mansión multimillonaria en las Lomas de Chapultepec, propiedad del Presidente de la República y de su esposa, fue producto de la casualidad cuando faltaban unos días para iniciar su viaje a China? La mano negra que mandó la información a diferentes medios y que sólo Carmen Aristegui publicó valientemente, ¿no tenía como objetivo absolutamente claro envenenar el viaje de Peña Nieto a Asia en el preciso momento en que, además, la nación protestaba airadamente por la desaparición de los 43 estudiantes guerrerenses? En el contexto de un ambiente social y político crispado, ante la manifiesta incapacidad de las autoridades para dilucidar los acontecimientos de Ayotzinapa y arrestar tanto a los asesinos intelectuales como los materiales de los muchachos inmolados, en esa terrible coyuntura en que México es exhibido en el mundo como una comunidad salvaje integrada por caníbales que resuelven sus diferencias con las manos como en el Paleolítico tardío, cuando se discutía si el presidente debería o no ir a China, de repente, así porque sí, se asesta un golpe de gracia en la nuca presidencial cuando la opinión pública, ya de por sí incendiada, fue informada a través de la prensa, de la existencia de una residencia propiedad del Jefe de la Nación en una de las zonas más caras de la capital del país. Un escandaloso insulto en un país sin leyes y en donde se encuentran sepultados 60 millones de mexicanos la pobreza. ¿Casualidad…? ¡Jaaaa!






Raymundo Riva Palacio - Guerrero: empezó la inserección (IV y fin)

Las imágenes dan la vuelta al mundo. El salón de sesiones del Congreso de Guerrero en llamas. Las sedes del PRI y el PAN, destrozadas. Ataques a propiedad de multinacionales y las vías de comunicación cercenadas. Las autoridades estatales no despachan en sus oficinas porque están tomadas, y gobiernan a salto de mata. Hay una insurrección en curso en Guerrero, que pretende la creación de un ente autónomo de la Federación.

Bajo la causa legítima de la exigencia para que aparezcan los 43 normalistas de Ayotzinapa, grupos anti sistémicos están operando activamente en el estado y proyectando caos, ingobernabilidad, y un gobierno arrodillado. Un documento del CISEN indica que el EPR y el ERPI, junto con sus organizaciones fachada, que se encuentran en el frente de masas, que moviliza la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), las policías comunitarias y una parte del clero radical, impulsan la consolidación de La línea de la Esperanza.






COLUMNA DE JUAN VILLORO - EL ABC DEL FUEGO


EL ABC DEL FUEGO

LEA LA COLUMNA COMPLETA EN ESTE LINK:

http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=275167 


PERIÓDICO CRITERIO, LA VERDAD IMPRESA

COLUMNA DE JOSÉ WOLDENBERG - MARCHAS, VIOLENCIA, ANTIPOLÍTICA


MARCHAS, VIOLENCIA, ANTIPOLÍTICA


LEA LA COLUMNA COMPLETA EN EL SIGUIENTE LINK:


http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=275060


PERIODICO CRITERIO, LA VERDAD IMPRESA

Jorge G Castañeda - El rumbo que necesita México

México no pasa por el momento de mayor violencia en tiempos recientes, pero sí por acontecimientos que han despertado una indignación y consciencia insólitas tanto dentro como fuera del país. Las decenas de miles de muertes y desapariciones del Gobierno anterior de Felipe Calderón fueron peores que las cifras de ahora; masacres como la de 72 hondureños en San Fernando, Tamaulipas, en el norte del país, rebasan el horror de los 22 ejecutados por soldados hace tres meses a cien kilómetros de Ciudad de México; la complicidad de las policías municipales y estatales con el hampa en la ciudad de Iguala, también cercana a la capital del país, no sorprende frente a casos anteriores como los de Ciudad Juárez, Torreón o Tijuana. Pero nada ha suscitado una reacción tan vehemente y duradera como las ejecuciones de Tlatlaya y los desaparecidos de Ayotzinapa en todos los ámbitos de la sociedad mexicana. Si a ello sumamos los nuevos episodios de cinco ejecuciones extrajudiciales por militares en Luvianos y tres jóvenes norteamericanos asesinados en Matamoros, a escasa distancia de la frontera con EE UU, se comprende por qué no es exagerado decir que el Gobierno de Enrique Peña Nieto pasa por su peor secuencia de desgracias. Se encuentra pasmado y desprovisto de buenas salidas en el corto plazo.






Ciro Gómez Leyva - Lo menos que el presidente Peña le debe a Iñaky es un aplauso

Apenas pudo verlo luego de que asumiera como gobernador interino de Guerrero, Iñaky Blanco le informó a Rogelio Ortega que dejaría el cargo de fiscal general del estado. La petición fue rechazada, pero Iñaky estaba decidido. Se fue el miércoles. Era lo mejor para todos, dicen que decía al despedirse.

Creo que el gobierno del presidente Peña Nieto queda en deuda con este servidor público de larga foja y experiencia. Cuesta imaginar en dónde estaría hoy la investigación de la tragedia de Iguala sin el trabajo prestado por Iñaky y su equipo en las horas en que fallar era gravísimo.








Gabriel García Márquez - Alguien desordena estas rosas

Gabriel Carcía Márquez

Alguien desordena estas rosas

Como es domingo y ha dejado de llover, pienso llevar un ramo de rosas a mi tumba. Rosas rojas y blancas, de las que ella cultiva para hacer altares y coronas. La mañana estuvo entristecida por este invierno taciturno y sobrecogedor que me ha puesto a recordar la colina donde la gente del pueblo abandona sus muertos. Es un sitio pelado, sin árboles, barrido apenas por las migajas providenciales que regresan después de que el viento ha pasado. Ahora que dejó de llover y que el sol de mediodía debe haber endurecido el jabón de la cuesta, podría llegar hasta el túmulo en cuyo fondo reposa mi cuerpo de niño, ahora confundido, desmenuzado entre caracoles y raíces.