13 Mar. 14
· CELEBRACIÓN
En virtud de nuestra historia política, la presencia, discurso y entusiasmo manifestado por Enrique Peña Nieto en la ceremonia con que los priistas celebraron el 85 aniversario de su partido pueden ser considerados como signos ominosos para la democracia de nuestro país.
El júbilo de los priistas reunidos en el auditorio Plutarco Elías Calles, el pasado 4 de marzo, se explica tanto por lacelebración del aniversariode su partido, por su regreso a la plenitud del poder y, sobre todo, por el anuncio del presidente del PRI en el sentido de que se acabó la "sana distancia" entre el gobierno y ese partido supuestamente establecida hace 19 años por Ernesto Zedillo como prerrequisito para la democratización de México. Con Peña Nieto, se dijo, lo que va a imperar en la relación entre la agrupación política que controló la Presidencia de manera ininterrumpida entre 1929 y 2000 y el gobierno será una "legítima, franca y sana cercanía".