jueves, 5 de julio de 2012

Ambrose Bierce - Diccionario del Diablo - Vocabulario electoral


El Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce algunas entradas pertinentes, o irónicas, o simplemente divertidas. Compartimos al respecto con los lectores una selección que el escritor y periodista estadounidense publicó hace más de un siglo.
Adepto. s. Secuaz que todavía no ha obtenido lo que espera.

Agitador. s.  Estadista que sacude los frutales del vecino… para limpiarlos de gusanos.
Alentador. Adj. Dar con una persona que se cree todo lo que dicen los periódicos.
Arena. s.  En política, ratonera imaginaria donde el estadista lucha con su pasado.
Campaña electoral. s.  Periodo durante el cual hay gente que se sube a un podio para decir que fulano es un genio y mengano un imbécil.
Candidato. s. Caballero modesto que renuncia a la distinción de la vida privada y busca afanosamente la honorable oscuridad de la función pública.
Compromiso. S. Arreglo de intereses en conflicto que da a cada adversario la satisfacción de pensar que ha conseguido lo que no debió conseguir , y que no le han despojado de nada salvo lo que en justicia le correspondía.
Congreso. s. Grupo de hombres que se reúnen para derogar leyes.
Convencido. adj. Equivocado a voz en grito.
Decidir. v. t. Sucumbir a la preponderancia de un grupo de influencia sobre otro grupo de influencia.
Delegado. s. Pariente de un funcionario. El delegado es, por lo general, un bello joven con una corbata roja y un intricado sistema de telarañas que baja de su nariz a su escritorio. Cuando el ordenanza le golpea accidentalmente con la escoba, despide una nube de polvo.
Demagogo. s. Adversario político.
Elector. s.  El que goza del sagrado privilegio de votar a un candidato que eligieron otros.
Oposición. s. En política, el partido que impide que el gobierno se desboque. 
Plebiscito. s. Votación popular para ratificar la voluntad del amo.
Política.  s.  Conflicto de intereses disfrazado de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.
Político. s. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo. 
Presidente. s. Figura dominante en un grupito de hombres que son los únicos de los que se sabe con certeza que la inmensa mayoría de sus compatriotas no deseaba que llegaran a la presidencia.
Recuento de votos. s.  En política norteamericana, nuevo tiro de dados que se acuerda con el jugador contra quien están cargados.
Referéndum. s. Ley que se somete a voto popular para constatar el consenso de la insensatez pública.
República.  s. Entidad administrativa manejada por una incalculable multitud de parásitos políticos, lógicamente activos , pero fortuitamente eficaces.
Senado. s. Cuerpo de ancianos que cumple altas funciones y realiza bajos hechos.
Sufragio.  s. Expresión de la opinión por el voto. El derecho de sufragio (que se considera también un privilegio y un deber) significa, tal como se interpreta comúnmente, el derecho a votar por el hombre que ha elegido otro hombre, y es altamente apreciado.
Voto.  s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre libre de hacer de sí mismo un tonto y de su país una ruina.

Meyer - Y cuando el dinosaurio despertó, seguíamos ahí

EL GRAN SAURIO

En el esfuerzo por mantener la esencia del pequeño cuento de Tito Monterroso, el título de esta columna no es fiel a la realidad del retorno del saurio priista. Y no lo es porque éste nunca estuvo dormido tras ser expulsado en el 2000 por la sociedad mexicana de su lugar de privilegio, sino en duermevela. Fue el espectacular fracaso de su sustituto, la derecha panista, y la debilidad de una izquierda derrotada en 2006 lo que despabiló y animó al PRI a recuperar lo que había sido suyo por 71 años: la Presidencia de la República. Sin embargo, el entorno social y político al que busca volver el saurio ya no es el que era, ya cambió.

La expulsión del PRI de "Los Pinos" pudo haber sido el principio de su decadencia y quizá de su desaparición, pero no fue el caso. Cuando esa criatura producto de nuestro siglo XX fue echada de la Presidencia, se marchó a reponerse y sobrevivir en aquellas zonas del país que no fueron muy afectadas por el cambio del clima político, como el Estado de México, Veracruz o Tamaulipas. Ahí, el PRI efectivamente recuperó fuerza, en tanto que su vencedor, el PAN, se desgastó a gran velocidad y la izquierda se dividió más de lo que ya estaba. Por eso el PRI ha vuelto al centro de la escena en el momento exacto y usando los métodos que históricamente le son propios.

Y que no se argumente que en su retiro el PRI cambió. Ese partido sigue fiel a sus orígenes y a su historia. Indicadores de esto abundan: la impunidad que Enrique Peña Nieto (EPN) dio a quien lo protegió, el ex gobernador del Estado de México Arturo Montiel; la forma como en 2006 EPN y Ulises Ruiz buscaron acabar con la protesta social en Atenco y Oaxaca, los acuerdos para hacer jugar a la televisión en estas elecciones al lado de EPN y documentados aquí y en el exterior, la manera ilegal e ilegítima en que se manipularon los recursos públicos de Coahuila, la compra de votos en gran escala, etcétera. Todos son ejemplos de que el tigre ni quiere ni puede quitarse las rayas.

No es posible saber cuál será el efecto final de este ya inminente retorno del PRI al poder, pero tenemos derecho a imaginarlo basándonos en el examen de su biografía tanto a nivel nacional como local, en el Estado de México.



LO QUE ESTÁ EN JUEGO

A diferencia de lo que asegura la prensa internacional (Financial Times, 2 de julio), en la elección del 2012 no se quiso hacer triunfar a una opción de centro. Desde hace casi tres décadas, la dirigencia priista optó por colocarse abiertamente a la derecha. Y la suya no es una derecha democrática, sino una forjada en la subcultura del que fuera el partido autoritario más exitoso del mundo en el siglo XX -y aquí éxito se define como el tiempo en que ese partido pudo mantenerse en el poder de manera ininterrumpida.

La tercera ola democrática de la historia moderna mundial, la que se inició en Portugal en 1974 y que llegó a su punto culminante en los 1990 con la implosión de la Unión Soviética, también llegó a México; en parte por eso el partido creado hace 83 años por Plutarco Elías Calles se vio obligado a aceptar su derrota en las urnas en el 2000.

Esa capitulación del PRI, aunada a la atmósfera creada en 2010 por una cuarta ola democrática iniciada con la caída de dictaduras en África del Norte y el Cercano Oriente, pudo haber hecho creer a los optimistas que partidos como el PRI se mantendrían marginados o de plano desaparecerían, ahogados por el peso de sus abusos y su corrupción y que finalmente se podía vislumbrar el tiempo de la izquierda. Sin embargo, lo ocurrido en Taiwán, donde el Kuomintang, otro partido autoritario, fue capaz de sobrevivir al punto que este año ganó la elección presidencial, debió alertarnos: los partidos autoritarios pueden reciclarse y volver. Hoy, la joven e imperfecta democracia mexicana está en camino de colocar en el centro del proceso político al que fue uno de sus enemigos más persistentes y más astutos.

En el 2000, a los vencedores, a los que "tomaron palacio" para supuestamente acabar con el autoritarismo, finalmente, les pareció conveniente que el partido desplazado no se convirtiera en historia, sino que sobreviviera, pues podía serles útil contra el verdadero enemigo: la izquierda. Y esa lógica explica, al menos en parte, que hoy la derecha identificada con el PAN y encabezada por Felipe Calderón no muestre pesar por dejar un poder que va ir a dar a manos del PRI de EPN.


LA RELACIÓN ENTRE LA MISMA ESPECIE

El PRI, como se sabe, no nació como un partido ordinario. Se le insufló vida desde la Presidencia no para que elaborara de manera independiente sus plataformas, designara a sus candidatos y compitiera electoralmente. No, simplemente nació para auxiliar al grupo ganador de la Revolución Mexicana en la administración del poder adquirido tras la guerra civil. En efecto, el PRI nació para obedecer a una voluntad superior y administrar una contradicción permanente: la que se dio entre el discurso del gobierno -democracia y respeto al marco legal- y el funcionamiento real de un sistema donde no había contrapesos, no había rendición de cuentas, la corrupción era sistemática y las elecciones se decidían antes de que se votara. Por una buena parte de los años que el PRI monopolizó el poder, la administración de la contradicción fue exitosa y aún lo es en casos como el del Estado de México.

Sin embargo, a partir del 2000, con la pérdida de la Presidencia, los gobernadores priistas -que son la mayoría- se independizaron políticamente de cualquier control superior y se convirtieron en señores de sus feudos. Si finalmente EPN es ungido Presidente, ¿podrá volver a imponer la disciplina y la centralización que antaño fue indispensable para el modus operandi priista? Bajo ese mismo supuesto, en el Congreso federal, ¿los legisladores obedecerán las órdenes de sus gobernadores o las del centro? Ahora bien, lo más importante va a ser no esa relación interna del PRI sino la externa: su relación con un entorno más de ciudadanos y menos de súbditos.



EL NUEVO HÁBITAT Y EL VIEJO SAURIO

En lo inmediato, el proceso político mexicano depende de cómo se procese el triunfo electoral que hoy reclaman como legítimo el PRI y todas las fuerzas que le apoyan o toleran, tanto dentro como en el exterior. Sin embargo, la izquierda, encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aún no acepta la validez del proceso electoral que acaba de tener lugar. Y sin esa aceptación, la legitimidad del supuesto vencedor no queda afianzada del todo; eso lo sabe por experiencia propia Felipe Calderón. Así, la forma como se resuelva la impugnación presentada por AMLO -esta implica reabrir los paquetes electorales, investigar la compra de votos y los gastos de la campaña- será determinante para la siguiente etapa del proceso, pues condicionará la manera como los adversarios se enfrentarán en las varias arenas de la política, cómo se ejercerá el poder y cómo se enfrentarán los grandes y muy complicados temas de las agendas económica, social y de seguridad del país.


LO QUE CAMBIÓ

Si finalmente llega a la Presidencia el hombre de Atlacomulco, el gran problema político será la relación entre esa Presidencia y el conjunto de intereses que representa -Televisa, los feudos sindicales, las grandes empresas, etcétera- con esa parte muy amplia de la sociedad mexicana que ya no está dispuesta a aceptar una restauración. Por otro lado, también cabe preguntar ¿cuánta energía estará dispuesta a invertir la sociedad en la defensa de lo ya ganado, en sostener y ensanchar el espacio democrático? Y es que hay que tener en cuenta lo señalado por Latinobarómetro en 2011, que apenas el 40% de los mexicanos dicen apoyar la democracia.

La actitud asumida por AMLO al cuestionar la legitimidad y la legalidad del triunfo priista es ya un indicador de que las agendas del PRI van a topar con resistencias. Las movilizaciones de los estudiantes del movimiento "#YoSoy132" son otro indicador. La Ciudad de México, en tanto bastión de la izquierda, será el escenario privilegiado de la confrontación entre los instintos antidemocráticos del PRI -el estilo Estado de México de gobernar- y la capacidad de la sociedad civil para oponerse.


EN SUMA

Todo indica que una parte -quizá la esencial- del proceso político mexicano en los años por venir será el esfuerzo de la parte más democrática de la sociedad mexicana -la izquierda, "#YoSoy132", las ONG y similares- por neutralizar la esencia autoritaria del PRI. Ojalá ese esfuerzo se hubiera dirigido a algo más constructivo, pero ese es un "hubiera sido" que ya no tiene caso lamentar.



Fuente: http://www.reforma.com/editoriales/nacional/664/1326641/default.shtm

Ciro Murayama - ¿Por qué es clave el recuento de votos?


Ciro Murayama
Miembro del Comité Técnico Asesor del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP)
El domingo votaron 49 millones de personas. Esa misma noche el consejero presidente del IFE dio a conocer los resultados del conteo rápido con las siguientes estimaciones: Josefina Vázquez Mota alcanzaría entre 25.1% y 26.03% de los votos, Enrique Peña Nieto entre 37.93% y 38.55%, Andrés Manuel López Obrador entre 30.9% y 31.86% y Gabriel Quadri entre 2.27% y 2.57%.
A partir de las 20:00 horas del 1 de julio se comenzaron a publicar las cifras del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Al cierre del PREP, el 2 de julio, se había alcanzado la cifra histórica de captura de 98.95% de las actas, con estos datos de la votación presidencial: Vázquez Mota, 25.45%; Peña Nieto, 37.95%; López Obrador, 31.79%, y Quadri, 2.31%.
Los resultados del conteo rápido del IFE y del PREP convergen con extrema precisión por una sencilla razón: el conteo rápido es una encuesta y el PREP un censo cuya fuente es la misma, las actas de escrutinio y cómputo llenadas a puño y letra por los funcionarios de casilla.
Apenas 24 horas después de cerradas las casillas, el IFE publicó en internet la imagen digitalizada de cada acta capturada en el PREP. Se trata de 426 mil 510 actas de las tres elecciones federales. Con las imágenes de las actas se puede corroborar la confiabilidad del PREP, que debe reflejar los datos asentados en las actas. A la vez, como el IFE les fue entregando desde el domingo esas imágenes de las actas a los partidos, éstos pudieron tener copia de las actas, aun de aquellas casillas a las que no enviaron representantes.
Ahora bien, toda la información del conteo rápido y del PREP es preliminar y no tiene consecuencias jurídicas para los resultados oficiales. El cómputo distrital inicia por ley al siguiente miércoles de la elección, por lo que ayer se reunieron los 300 consejos distritales del IFE. En cada consejo votan el presidente de la junta distrital —único funcionario del IFE— y seis consejeros electorales que son ciudadanos independientes de prestigio en su localidad. Adicionalmente, en dichos consejos hay representantes de los partidos, con voz pero sin voto.
Cada consejo debe hacer el cómputo distrital de la elección para presidente, luego al Senado y finalmente a la Cámara de Diputados. Por ley, si en algún distrito la diferencia entre primer y segundo lugar es de menos de 1%, deben recontarse todos los paquetes electorales. Asimismo, si en alguna casilla el acta es ilegible, si todos los votos son para un partido o si los votos nulos superan la diferencia entre primer y segundo lugar, también debe abrirse ese paquete electoral y hacerse el recuento.
El IFE anunció ayer que se haría el recuento en 78 mil casillas de la elección presidencial, en 87 mil de senadores y en 86 mil de diputados. Si los partidos muestran que es necesario recontar más, seguramente se hará, lo cual debe ser bienvenido. Entonces, en cada distrito se revisan las actas, si hay duda se recuentan los paquetes y finalmente se suman los resultados de cada casilla. Eso dará el resultado distrital. El 7 de julio sesionarán los 32 consejos locales del IFE —uno por entidad— y agregarán los resultados de sus cómputos distritales, lo que confeccionará los resultados oficiales por entidad. Aunque se llama “cómputo” no lo hacen computadoras, sino consejeros, delante de representantes de partidos, por lo que no hay riesgo de triquiñuela informática.
Por cierto, será clave el recuento en las muy reñidas elecciones de diputados federales. De acuerdo con el PREP, el PRI ganaría en 157 distritos, pero hay al menos una docena donde la diferencia es de menos de 1 por ciento. Si el PRI perdiera alguno de ellos, no alcanzaría mayoría en Cámara de Diputados incluso sumando a legisladores del PVEM y Panal. Es ahí donde está el interés del recuento, no en la elección presidencial.
@ciromurayama

Rafael Loret de Mola - El Recuento de AMLO/ El Verdadero Agravio

Rafael Loret de Mola
Me temo que Andrés Manuel López Obrador cuenta con su propio ábaco –en vez del perico, clásico apéndice de los piratas-, para atreverse a formular que se abran casi todos los paquetes electorales, más bien todos, y se cuenten, como ha sido su obsesión desde 2006 –cuando tenía más elementos para ello pero sin respaldo legal, al contrario de ahora-, todos los votos una vez más. Lo debe observar como una suerte de desagravio por cuantas penurias ha pasado en sus largos recorridos por México. ¿Pero, de verdad, lo cree necesario cuando la ciudadanía se comportó excepcionalmente y, por primera vez en muchos años, México es felicitado por la ejemplaridad de sus elecciones por los observadores del mundo que presagiaban huracanes de violencia? Salimos bien, pese a todo. No pudo contrarrestarse, porque no se legisló debidamente, la derrama excesiva de dinero y la compraventa de voluntades entre los más necesitados o aquellos que simplemente no les importa más que recibir prebendas cuando sufragan, los dos grandes vicios de nuestro sistema que, durante seis años, los legisladores –no digamos el presidente en ausencia-, no fueron capaces de confrontar con candados y sanciones-, lo suficientemente graves como para inhibir a los presuntos culpables. Ahora, de acuerdo a la ley, si se comprueba la derrama excesiva ello no inhabilitará a los responsables sino sólo serán objeto de una multa, más o menos millonaria de acuerdo a lo que se descubra. Ni inhabilitación ni mcho menos, cárcel, como se suscribe en el Distrito Federal y otras entidades pero no en el Código Federal. Más ruido que nueces.

Desde luego, no justificamos los excesos pecuniarios de la campaña ni, mucho menos, la distribución de tarjetas de débito para comprar en Soriana –empresa que también debería ser sancionada luego de su precaria defensa-, ni, desde luego, la distribución directa de dinero en efectivo a cambio de boletas en blanco, las de las casillas. Lo inexplicable, para el IFE, es cómo pueden tener en sus manos las falsificaciones los usureros electorales. Por aquí deberíamos comenzar. 

Ahora si hablamos de fraude –un término que estremece porque nos remite al indecoro de 2006 con consecuencias funestas durante todo el sexenio en curso, incluyendo la pérdida de autoridad moral del presidente y su vulnerabilidad ante las mafias del crimen y los mandos castrenses-, tal deplorable hecho comenzó no con los compradores de sufragios sino con la incapacidad del mayor quejoso, Andrés Manuel López Obrador, para cumplir con su propia palabra empeñada: asignar en todas las mesas electorales a un representante suyo...¡y eso que tenía a tres partidos detrás! Según los registros sólo pudo cubrir el 51 por ciento de las casillas, poco más de la mitad de las 143 mil instaladas, y con ello abrió verdaderamente, sobre todo en los lugares alejados de los núcleos urbanos, un tremendo boquete para propiciar el asalto de los votos. ¿Y de esto no rendirá explicaciones quien cree que su palabra es absoluta porque sus consejeros –algunos de ellos se dicen intelectuales- no se atreven a contradecirlo como si se tratara de un icono religioso sin nicho. Esta deificación gratuita e insostenible, es también uno de los grandes fraudes cometidos contra una población a la que le urgen líderes no falsos redentores, mentirosos además.

Este talante de Andrés Manuel, en quien tantos creímos hace años –de haberse mantenido en la sensatez estamos ciertos de que ya hubiera ganado la Presidencia-, es lo que lo lleva a lanzarse contra la prensa, es decir contra cualquiera que tenga una opinión distinta a la suya, por el solo hecho de hacerle preguntas incómodas que considera parte de la conjura en su contra. Todos deberíamos ser disciplinados y encumbrarlo como un personaje intocable. Un amigo de esta columna, a manera de broma con visos de certidumbre, me dijo con sorna:

--Andrés Manuel podría ser un buen presidente después de veinte años en el poder; porque éste llega y no se va.

El severo cuestionamiento pone en duda la condición de demócrata del personaje quien, aunque haya suscrito que no se reelegiría, no tendría razones para no proponer las reformas convenientes para convertirse en el “corazón –canceroso- de la patria”, como se hace llamar ya el venezolano Hugo Chávez. Recordemos a su “Alteza Serenísima” que mutiló el territorio nacional para salvarse de las manos de sus vencedores norteños tras la pírrica victoria de El Álamo, un motivo de satisfacción –aunque brutalmente sangriento con todo y la leyenda de David Crocket- para un pueblo mexicano siempre avasallado por los poderosos vecinos. Por los términos allí vamos: “es un honor estar con Obrador”, le gritan fervientemente sus incondicionales que están listos incluso a blindarlo durante las conferencias de prensa en las que se ofende a los representantes de los medios. ¿Y si ya fuera presidente qué cabría esperar de él en su relación con los críticos? Sólo la reaparición de las guillotinas, aunque haya prometido respeto. Otra de sus falacias.

Lo expresó el multipartidista Manuel Camacho Solís –el mayor saltarín de la historia, superando ya a Porfirio Muñoz Ledo, a quienes sólo les falta dirigir partidos que lleven sus nombres para sentir que han hecho historia, ahora incondicional de López Obrador y electo senador de la República para pasar factura, ante las pantallas de televisión, concretamente de Milenio, en donde dijo que esta empresa había atizado el fuego y, por ende, justificó el linchamiento contra sus reporteros y reporteras en una postura de absoluta concreción fascista. En mis años en el periodismo, jamás había escuchado tal falacia contra quienes ejercen como comunicadores, cada uno peor en el sentido de su crítica. Ya hemos señalado que no todos son monedita de oro y que los mercenarios han tomado importantes tribunas; pero la sanción debe darla la opinión pública, con el voto cotidiano de su lectura o su rechazo, y no un líder olítico con capacidad de manejar, a su antojo, a las masas enfebrecidas y a los jóvenes poco ninstruidos que ya se sienten redentores de la democracia porque saben conectarse por twitter.

Lo inadmisible, en todo caso, es la advertencia que mermas la libertad de expresión y tal es loo que hizo el longevo Camacho –en ese renglón, sí, sólo superado por Porfirio-, al intentar incendiar, el terrenos de la televisora citada, a los medios de comunicación en una especie de llamado a la revancha. ¿Por las encuestas? No, sino porque, según todos ellos, no hubo equidad en la contienda. ¿No la hubo? Pues que sepamos López Obrador contó con mayor cobertura masiva que sus adversarios –lo vimos hasta en la sopa-, y tampoco escatimó gastos, especialmente en el Distrito Federal, en donde arrollaron sus candidatos con enorme ventaja y gran reparto de canastas navideñas adelantadas. ¿O vga a negar que él no incurrió en la misma falta que adjudica a sus adversarios?

En 2006, este columnista descubrió en las zonas rurales de San Miguel de Allende, a cientos de panistas comprando votos con la misma metodología que ahora usaron los priístas en el Estado de México y otras entidades. Todos han usado las mismas fórmulas, por desgracia, y son por ello pecadores reincidentes. Por ello, no se vale sólo señalar a quien venció dejándose llevar por estas truculencias que, en definitiva, se dieron antes de los escrutinios y no después. El “voto por voto” no descubrirá el hilo negro, sólo restará respeto en el exterior para avanzar por la senda del “estado fallido”. 

Debate

¿Deberíamos cruzarnos de brazos ante los excesos cometidos, la compraventa de votos y el exceso de gastos, sobre todo? Desde luego que no. La cuestión, en todo caso, es porque estos vicios nos revientan durante las jornadas electorales y nadie se ocupa de encontrar mecanismos para contrarestarlos en los años intermedios. ¿No es para eso que sirve el Congreso con sus iniciativas?¿Y el presidente de la República?

Durante seis años, este columnista y otros, muy pocos por cierto, insistimos en la necesidad de prever estas condiciones mientras las rebatiñas entre el Legislativo y el Ejecutivo no cesaban, paralizando al país en su conjunto. ¿Quién entonces tiene autoridad moral para quejarse de los vicios que no fueron capaces de atajar, conociéndolos?¿O acaso esta es la estrategia para desestabilizar al país, con las protestas iracundas, y posibilitar la tutela –por no llamarla invasión- de las potencias deseosas de evitar el “estado fallido” e imponer nsu orden a rajatabla bajo pretexto de que los criminales han ganado el territorio nacional?

En este sentido, insisto, el fraude comenzó cuando el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano, contrariando la promesa central de Andrés Manuel, no fueron capaces de andar representantes a la mitad de las casillas abiertas. ¿Es ésta la manera de defender los más de quince millones de sufragios a favor de las “izquierdas”?

Por esta interrogante deberían comenzar quienes asaltan a los medios, los señalan como merecedores de la hoguera, al puro estilo de Torquemada –como bauticé a Manuel Bartlett, cooptado por López Obrador y vencido en Puebla en donde ya lo conocen de sobra-, dispuestos a instalar su propia y severa Inquisición. (Por cierto, ahora que Bartlett tocó el polvo del fracaso, reitero mi disposición a debatir con él sobre todo su turbio pasado... aunque el olfato de Andrés Manuel sea muy corto).

 ¿Ganó México? Es el punto de vista de los ganadores. Y en algo tienen razón: salimos bien de un berenjenal a pesar de los vicios reconocidos. No nos hundamos de nuevo.

La Anécdota

Quien prende la hoguera contra el periodismo –incluso el malsano que busca maridajes con el poder público- acaba con las manos quemados. Esto debieran saberlo Andrés Manuel y sus corifeos. ¿O acaso esperan que nos reiremos para que sólo quede, como en las naciones autoritarias, una gaceta oficial impregnada de lugares comunes al igual que de loas al gobernante impoluto?

Este columnista, por fortuna, perdió la gracia de López Obrador cuando conté la historia del asesinato imprudencial de su hermano José Ramón, a quien NADIE le hay dado seguimiento. Me topé con un dilema de conciencia y opté por cumplir con mi vocación. Por ello, quizá, merezco ser reo de la persecución... si los fascistas se imponen.

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx

Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/elrecuentodeamloelverdaderoagravio-1324296-columna.html

Bulmaro Pacheco Moreno - El regreso del PRI

Bulmaro Pacheco Moreno
Decía el historiador Gastón García Cantú a mediados de los sesenta del siglo pasado que: “en 154 años, los mexicanos combatimos once años por nuestra independencia de España y 35 años por establecer las instituciones republicanas; asedios de Europa; la segregación de un vasto territorio, el de Texas; una guerra de conquista cuyo resultado fue que nos arrebataran más de la mitad de nuestro territorio; tres años de lucha civil por hacer respetar una constitución liberal; cuatro años de intervención de Francia; dos dictaduras durante 34 años: casi tres años, en dos períodos de Santa Anna, 31 años de Porfirio Díaz y más de 100 invasiones armadas, despojos y agravios de los Estados Unidos.”

Sigue García Cantú: “en esos 154 años hemos tenido 15 instrumentos constitucionales y nos han gobernado una regencia, una junta provisional, un imperio, el de Iturbide ---el de Maximiliano jamás lo fue, como tampoco la regencia de arzobispos y generales que le antecedió, porque Juárez era Presidente de la República--- un supremo poder conservador y 56 presidentes.”

“Entre 1824 y 1857 con diversos ordenamientos constitucionales, México tuvo 37 presidentes en todas las modalidades. Con la Constitución de 1857 vigente durante 50 años México tuvo 14 presidentes, uno de los cuales Porfirio Díaz duró 31 años, un interino (León de la Barra) y un impostor (Victoriano Huerta)”. En el siglo XX fueron asesinados tres presidentes: Madero en 1913, Carranza en 1920 y el electo Álvaro Obregón en 1928.

Con la constitución de 1917 a la fecha México ha tenido 20 presidentes de los cuales uno fue interino (Adolfo de la Huerta) y otro provisional (Emilio Portes Gil). En 1934 se iniciaron en México los períodos sexenales.

Entre 1929 y el 2000 México fue gobernado por el PRI. El País alcanzó la modernización, resolvió muchos de los problemas ancestrales que limitaban su inserción en el mundo y el partido y sus gobiernos, sin duda, terminaron por construir un tramo importante de la historia de México que todavía ahí está. Se erradicaron las enfermedades infecciosas que antes devastaban a su población como la viruela y la polio, se comunicó a las regiones, se reformaron y crearon instituciones para regular el conflicto político y social, se impulsó la movilidad social a través de la expansión educativa, la seguridad social y la infraestructura. Se le dio un impulso notable a la creación de una fuerte clase media con la expansión de los municipios y las grandes ciudades a través de una política consistente de vivienda y servicios públicos como el acceso al agua potable, la electrificación, el pavimento y la regulación urbana. El PRI gobernó con estabilidad política y por primera vez en su historia reciente evitó la violencia en el relevo del poder presidencial. Con el tiempo se desgastó en el poder y entró en conflicto precisamente a la hora de decidir el relevo en el poder con sus tradicionales mecanismos, lo que le provocó frecuentes escisiones así como la formación de otras organizaciones políticas derivadas de rupturas y tensiones entre sus propios cuadros (PRD y Convergencia). En 1989 el PRI pierde el primer Gobierno Estatal; Baja California. En 1992 Chihuahua. En 1997 pierde el Gobierno de la capital y la mayoría en el Congreso de la Unión.

La crisis política estalló en la elección de 1988 cuando el PRI apenas le ganó por 250 mil votos a la suma total de los partidos y candidatos que compitieron ese año. Aun con las modernizadoras reformas institucionales y la firma del TLCAN con Canadá y los Estados Unidos, la crisis siguió y estalló peor en los años 1994 y 1995. La política interna, la rebelión chiapaneca y los asesinatos políticos envolvieron a la economía, se vino un empobrecimiento generalizado y el PAN capitalizó el malestar social y el evidente desgaste del PRI en el Gobierno. En la elección del 2000,Vicente Fox terminó por imponerse a Francisco Labastida Ochoa.

Con las instituciones y las leyes creadas en las sucesivas reformas políticas experimentadas por México de 1969 a 1996--mientras en otras realidades abundaban los golpes de Estado—el PRI propició lo que casi nadie creía y por lo que muy pocos apostaban, una alternancia pacífica, sin grandes convulsiones y a través de las urnas.

Los radicales de inmediato dieron por muerto al PRI. “Si era partido oficial, de estado y del Gobierno, perdiendo el Gobierno se acabó el partido y a otra cosa mariposa”, fue lo menos que del PRI dijeron sus detractores al tiempo que veían una larga permanencia del PAN en la Presidencia de la República.

Lo que no calcularon bien los críticos del PRI es que los años de acción política del partido lo llevaron a construir una estructura partidista nacional con presencia y fuerza territorial y con liderazgos reconocidos como no los tenía ninguna otra organización política.

Tampoco previeron que con independencia de quien gobierne, México ha requerido de gobernantes con un mínimo de experiencia política y de servidores públicos preparados para enfrentar la complicada problemática nacional con un mínimo de eficacia. A pesar de tener el bono democrático a su favor y la oportunidad de realizar reformas fundamentales como la fiscal, la educativa, la energética y la del campo, a Fox se le fue el tiempo en frivolidades, con políticas tibias y con un equipo seleccionado mayoritariamente del sector privado con procedimientos suí géneris que no supo o no quiso dar el paso fundamental para México. No tenían formación política, ni visión de estado, mucho menos la convicción de transformar de fondo el País. Muchos de ellos eran genuinos representantes de los intereses en juego que en mucho aportaron para llevar al PAN y a Fox al poder.

Por eso mismo, la elección del 2006 casi la pierde Felipe Calderón, el candidato del PAN ante Andrés Manuel López Obrador. Lo lógico: si la gente hubiera estado satisfecha con el Gobierno del PAN, no hubiera estado tan cerrada la votación y mucho menos hubiera estallado la crisis política de ese año con todo lo que derivó después, hasta la complicada y sorpresiva toma de posesión en el Congreso del nuevo Presidente de la República.

Entre 2000 y 2006, el PRI experimentó avances en su recuperación a través del voto en elecciones locales. Recuperó estados y capitales, mejoró su presencia en los congresos locales y en ayuntamientos. En 2006 de nuevo la ruptura y los conflictos generados en la selección de su candidato presidencial lo llevaron a otro descalabro en la elección presidencial de ese año. La primera ocasión en la historia que un candidato del PRI quedaba en el tercer lugar de la contienda.

Del 2006 en adelante el PRI se encargó de fijar la agenda nacional y con la fuerza de sus gobernadores, alcaldes y legisladores supo dar batallas electorales en lo local, y perfilar la unidad que se consolidó a partir de la Asamblea Nacional de Aguascalientes en el 2008. El nuevo Gobierno Federal, ante la legitimidad perdida por lo cerrado de la elección y el conflicto post electoral decidió por el combate directo al narcotráfico dejando de lado otras reformas importantes. El presidencialismo mexicano no cambió, al contrario, con todo y ser de otro color político y la alternancia—lo que mucho criticaron al PRI—el Presidente siguió manejando a su propio partido, seleccionando gobernadores y apoyando con todo al PAN. No hubo relevo de dirigencia, candidatura o elección donde no se sintiera la mano presidencial lo mismo con una hermana del Presidente como candidata en Michoacán, e incluso al final, cuando trató de imponer a su secretario de Hacienda Ernesto Cordero como candidato, contra el sentimiento de una parte muy importante de panistas que ya no lo apoyaban.

En el 2009 se presenta el primer llamado de las urnas, la economía no crece, cae la generación de empleos y el número de muertos con motivo de la lucha contra el hampa organizada aumenta notablemente y al PAN le va mal en esas elecciones. Los asesinatos—incluido el de un candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas—no se aclaran, el Gobierno trata de colonizar con panistas a todo el aparato de Gobierno sacrificando la eficacia y ante la falta de resultados en las principales preocupaciones de la gente, políticamente ésta empieza a voltear para otras partes.

El Gobierno reacciona y replantea su estrategia para concentrar sus acciones en los programas de vivienda, el Seguro Popular, en Oportunidades y en lo que pomposamente se ha llamado en el papel,--mas no en la práctica—la universalización de los servicios de salud.

El PRI con pragmatismo y viendo por su propia viabilidad asimiló derrotas, se repuso políticamente y reconstruyó su unidad en lo fundamental. Aprendió rápidamente a vivir sin su referente político principal que era el Presidente de la República, y resolvió pacíficamente en lo interno el proceso de postulación de su candidato a la Presidencia de la República con Enrique Peña Nieto, un gobernador exitoso, representante del priísmo de las nuevas generaciones, con renovadas propuestas y con indudable arrastre popular.

Fue el segundo candidato en la historia proveniente de un Gobierno Estatal (el primero fue Roberto Madrazo) el resto, entre 1934 y 1999, de Lázaro Cárdenas a Francisco Labastida habían surgido siempre del Gabinete presidencial, aunque algunos como Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Lázaro Cárdenas y el mismo Labastida, hayan fungido como gobernadores antes de llegar al Gabinete.

Peña Nieto nunca bajó en los sondeos a pesar de los ataques. Se mantuvo siempre en las preferencias en la mayoría de las encuestas en los últimos tres años. Como candidato nunca cayó en la provocación. Criticó y propuso.

Su campaña fue exitosa porque tuvo estrategia y organización. Motivó, y movilizó al priísmo. Lo unificó en torno a su candidatura y en torno a sus propuestas. Reconoció errores y corrigió de inmediato evitando con ello altos costos políticos. En cada acto de su campaña tuvo la paciencia necesaria para dejarse tocar y convivir con sus seguidores sin límite de tiempo en su proselitismo, eso le granjeó un gran apoyo popular y el reconocimiento político que lo mantuvo siempre como puntero en la carrera.

Su propuesta tuvo el talento de conciliar las demandas del interés general con las particulares del interés de las familias y las personas. No se perdió en frivolidades ni la oferta de paraísos de corto plazo. En mucho ahí estuvo la diferencia con sus adversarios. Supo combinar exitosamente las aspiraciones colectivas con los asuntos comunes de la gente pobre y sencilla en su problemática cotidiana. Los asuntos de los altos cobros de los recibos de la luz, la gasolina, el empleo, la prepa obligatoria, la situación de las jefas de familia, la pensión universal y el surtimiento de las recetas médicas entre otros asuntos, le granjearon simpatía y apoyo popular.

Al ganar el PRI la elección presidencial Peña Nieto ha ofrecido un Gobierno incluyente y una reconciliación política general para unir a México. Sabe que el PRI regresa porque la gente así lo ha decidido y porque doce años de Gobierno del panismo, no llenaron las expectativas de cambio de la sociedad mexicana. El PRI recibe una nueva oportunidad y en esa se juega su destino y su futuro. El PRI no podrá fallar a la confianza de los mexicanos y deberá trabajar arduamente para reconstruir a México de los pies a la cabeza. Ahí está el reto, ahí estamos todos. Nadie deberá sentirse ajeno a esta fascinante etapa de la historia de México que generacionalmente nos toca vivir, como no la ha vivido ninguna generación en México de 1824 a la fecha. Privilegio si, pero con mucha responsabilidad al mismo tiempo.

Leído en: http://tribuna.info/index.php?option=com_content&view=article&id=141076&catid=73

... VOTO X VOTO: AMLO

Conferencia de prensa AMLO del día 3 de julio de 2012







Raymundo Riva Palacios - Impugnación depurada (I)


Andrés Manuel López Obrador tiene que permitir que su impugnación a la elección presidencial tenga destino legal y legítimo, y no se descarrile políticamente. Tiene que impedir que su hostilidad hacia los medios y la creciente agresión de turbas en contra de periodistas, le cierren espacios en la opinión pública al provocar la alineación espontánea de plumas yvoces en su contra. Pero sobretodo, López Obrador debe dejar en manos de sus colaboradores los argumentos de la  impugnación.

La forma como anunció el lunes pasado que impugnaría la elección, levantó una tolvanera que lo hizo entrar encontradicciones por no saber explicarlo. Tuvo que salir su coordinador de campaña, Ricardo Monreal, a exponer los matices y las razones de la queja para que todo el posicionamiento cobrara sentido. En particular, el que se refiere a las encuestas que daban una ventaja aplastante de Enrique Peña Nieto sobre López Obrador. La lógica que lleva el reclamo sobre las mediciones es que alteraron el comportamiento de los electores, al construir en su mente un triunfador indiscutible.

López Obrador no se refiere a todas las encuestas, sino a un grupo en particular que no ha podido definir en su totalidad con precisión. Ese grupo lo integran GEA-ISA, que hizo encuestas y un tracking poll diario para Milenio, que daba 18 puntos de ventaja a Peña Nieto sobre su adversario (aproximadamente nueve millones de votos de diferencia); Consulta Mitofsky, que divulgaba sus datos en el noticiario de Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula, Parametría, que publicó en laOrganización Editorial MexicanaBuendía&Laredo y Asociados, que lo hizo en El Universal y el Dallas Morning News, que dieron una ventaja idéntica de 15 puntos (7.5 millones de votos) del priista sobre el candidato de la coalición de izquierda; y Ulises Beltrán y Asociados, que presentó sus mediciones en Excélsior, que lo puso 14 puntos adelante (7 millones de votos).

El resultado del PREP arrojó una ventaja de Peña Nieto sobre López Obrador de escasos seis puntos (alrededor de tres millones de votos), que dejó expuestas a las casas encuestadoras, colocadas hoy en el centro del debate político-electoral. La impugnación buscará documentar que las encuestas sirvieron como instrumentos de propaganda a favor de Peña Nieto y que fueron modelando la opinión ciudadana. Este es el trasfondo de la crítica abierta de López Obrador a Milenio durante su conferencia de prensa el lunes pasado, donde metió en el mismo saco a Televisa. Esta empresa no hizo encuestas de preferencia electoral, pero el ex candidato la ubicó en lugar prioritario de su crítica por las acusaciones en prensa de que durante más de seis años construyó a través de infomerciales y venta de contenido en espacios noticiosos, la candidatura de Peña Nieto.

La impugnación a través de las encuestas levantará –si se concreta-, una de las discusiones más apasionantes en años, alllevar al banquillo a los medios de comunicación y exhibir abierta y libremente sus relaciones con el poder público. Este es el gran debate pendiente en la transición democrática mexicana, incapaz de consolidarse precisamente por el enorme poder de los poderes de hecho, los medios de comunicación electrónicos, que pasaron de ser intermediarios entre gobernantes y gobernados, a actores centrales y definitorios en los procesos políticos. No fue sólo su influencia en la sociedad, sino la forma como han buscado alterar la realidad –ataques en noticiarios a gobernadores que no quisieron plegarse a sus deseos mercantiles, como recientemente Ángel Heladio Aguirre en Guerrero o anteriormente al senador Santiago Creel-, y acomodarla a sus intereses particulares.

La impugnación electoral a través de las encuestas es un terreno muy pantanoso al entrar al terreno de los subjetivo. Primero, ¿cómo demostrar que sí fueron instrumentos de propaganda? Y luego, ¿cómo probar que sí alteraron el comportamiento del electorado? Jurídicamente no parece que logrará el objetivo que busca, pero políticamente es la discusión que desde 1994 estápendiente, lo cual se agradece.

raymundo.rivapalacio@24-horas.mx | @rivapa


Félix Fuentes - Cedió el IFE al recuento de 78 mil paquetes


Félix Fuentes

Ahora actúa como salvador de la democracia y del país, para lo cual seguirá “hasta que se limpie la elección y no queden dudas”. Si hubo quienes creyeron a López Obrador cuando dijo que se iría a su rancho, llamado “La Chin…”, sigan los consejos de él de serenarse y tomar un té de tila, porque esto se prolongó con el recuento de 78 mil paquetes electorales. De todos modos no habrá mayor variación.
Si a Josefina Vázquez Mota no se le hizo el milagro de ganar la elección, el IFE debiera hacerlo a cuantos padecemos la diaria perorata de “estamos actuando de manera responsable en el marco de la legalidá”.
Periodistas que hoy están en peligro de ser escupidos, despojados de cámaras o celulares e impedidos a desempeñar la tarea de informar, además de soportar arengas, no quieren escuchar más de presuntos fraudes. Es suplicio agotador.
Prometió AMLO asumir una posición sobre el proceso después de asistir a los cómputos de ayer. A insistencia suya, el IFE aceptó el recuento de votos y desde ayer es revisado 54.5% del total.
Esto no se recuerda en ningún lugar del mundo, pero el IFE hizo bien en actuar así y acallar a López Obrador de una vez, luego de que soltó una retahíla de versiones: que hubo inconsistencias en 113 mil 855 actas o irregularidades en 81% de la votación, por lo cual exigió lo de hace seis años, el voto por voto. Y después del re-re-recuento ¿qué más?
Efectivamente, el gobierno mexiquense de Eruviel Ávila obsequia tarjetas a madres solteras y gente de la tercera edad desde el año pasado para adquirir mercancías en Soriana. Eso enerva a El Peje. Pero él y Marcelo Ebrard sí pueden obsequiar 934.95 pesos al mes a mayores de 68 años con dinero de fondos públicos en el DF y entregar más de 50 mil juegos de placas de ruleteo a los “piratas” asistentes a sus mítines. ¿No afirmó AMLO que el PRI lo imita o lo copia en cuanto a las dádivas? Además le da cuerda Ricardo Monreal, recordado por los zacatecanos por su estela de latrocinios, no como gobernador ejemplar. Tienen presente que él y su hermano David, quien va a ser senador, tuvieron pleitos de escándalo con la también perredista Amalia García, acusándose mutuamente de narcotraficantes.
Y Manuel Camacho Solís, quien aún padece la frustración de no ser candidato presidencial desde antes y después del homicidio de Luis Donaldo Colosio, afirmó anteanoche que López Obrador pudo convocar la “resistencia civil” el domingo pasado, cuando fueron conocidos los primeros resultados de los comicios. ¿O sea, la nación debe ser conducida a caprichos de ex priístas del “pasado corrupto” como López Obrador, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Manuel Camacho Solís?
A DISTANCIA, AMLO INSTRUYE al #YoSoy 132 para hacer mítines de protesta, siempre contra Peña Nieto, como se vio el lunes. Anteayer llegaron a bloquear los tres accesos del IFE y dos sujetos, no estudiantes, se tiraron en el Periférico para detener el tráfico vehicular.
Los reales estudiantes de la Ibero identifican al fin a los pelafustanes incrustados en su bando, como los calificó el panista Diego Fernández de Cevallos, muchos con facha de vendedores ambulantes y choferes de ruleteo.
Carlos Brito, vocero del #YoSoy132, deslindó a los estudiantes de los bloqueos y reconoció que “se nos han colgado grupos ajenos”. Así, AMLO juega a la “legalidá” y golpea a hurtadillas, con manos de otros.
DEBIDO A QUE la empresa IBOPE hizo pública la información confidencial de TV Azteca sobre mediciones de identidad de personas y ubicación de telehogares, así como los resultados de sus encuestas, la televisora procedió legalmente ante los “hechos que pueden ser constitutivos de delitos”.
Es inexplicable la conducta de IBOPE porque los reportes de medición y audiencia son estrictamente confidenciales y con base en ellos son tomadas decisiones de negocios y estrategias, a fin de decidir el tipo de producciones y programas a realizar. Fue claro el daño causado a la televisora.
www.felixfuentes.com.mx


Ciro Gómez Leyva - ¿Qué le ha parecido el desempeño de López Obrador, Presidente?


Ciro Gómez Leyva

El periodismo regala a veces momentos cargados de simbolismo. Ayer, por ejemplo, encontré en Los Pinos a un Felipe Calderón relajado, diría que de buen humor. Nada que ver con el del primer miércoles de julio de hace seis años que seguía en una oficina el agotador cómputo distrital de votos que terminaría dándole una victoria por 0.56 por ciento.
Parece que el único vínculo entre este y aquel julio se llama Andrés Manuel López Obrador.
-¿Qué le ha parecido el desempeño en las últimas 72 horas de su viejo conocido, López Obrador?
-Yo lo respeto –responde como calculando la respuesta--. Es un candidato que tuvo un buen desempeño en esta contienda electoral, y no quisiera juzgarlo. Tal vez te diría que en las últimas horas ha tenido un comportamiento predecible, vamos a llamarlo así.
-¿Predecible?
-Para muchos analistas, creo que incluso es tu propio caso, el comportamiento que está teniendo ahora sería algo predecible. Incluso antes de la elección.
El Presidente no irá más lejos. Capeará las preguntas sobre el posible conflicto poselectoral. Recordará que desde su mensaje del domingo en la noche advirtió de “ciertos señalamientos de preocupación de partidos y candidatos, y esos señalamientos se han venido reproduciendo, algunos más serios que otros”.
No quiere pleito. No sé si su actitud es la de un impecable Jefe de Estado, o el “esta ya no me toca a mí”, de quien piensa que ha peleado lo suficiente.
-¿Se va a reunir pronto con Peña Nieto?
-No está agendado, pero desde luego que me voy a reunir con él. O con quien resulte presidente electo.
O con quien resulte electo. Hay tardes en que el simbolismo es también democrático anticlímax.   
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/quelehaparecidoeldesempenodelopezobradorpresidente-1324362-columna.html

Cortometraje - La leyenda del Espantapájaros




Érase una vez un espantapájaros que no tenía amigos. Trabajaba en un campo de trigo. No era un trabajo difícil pero sí muy solitario. Sin nadie con quien hablar, sus días y sus noches se hacía eternas. Lo único que podía hacer era mirar los pájaros. Cada vez que pasaban, él los saludaba pero ellos nunca respondían. Era como si le tuviesen miedo

Un día hizo algo prohibido: les ofreció unas semillas. Pero aun así ellos no querían saber nada. Él se preguntaba por qué nadie quería ser su amigo. Así pasó el tiempo hasta que una noche fría, cayo a sus pies un cuervo ciego. El cuervo estaba tiritando y hambriento . El espantapájaros decidió cuidar de él .

Tras varios días el cuervo ciego mejoró. Antes de despedirse el espantapájaros preguntó por qué los pájaros nunca querían hacerse amigos de los espantapájaros y el cuervo explicó que el trabajo de los espantapájaros era asustar a los pobres pájaros que sólo querían comer; eran unos seres malvados y despreciables, unos monstruos. Ofendido, el espantapájaros le explicó que él no era malo a pesar de ser un espantapájaros.

Una vez más el espantapájaros se quedó sin amigos. Esa mima noche decidió cambiar su vida. Despertó a su amo y le dijo que quería otro oficio, que ya no quería asustar más a los pájaros. Aterrorizado, el amo despertó a todos sus vecinos, les contó que el espantapájaros había cobrado vida y que esto sólo podía ser obra del diablo.

Cerca del molino estaba el cuervo ciego. Sus compañeros le explicaron que los vecinos de la aldea estaban quemando un molino donde se intentaba esconder un espantapájaros con una bufanda muy larga. El cuervo ciego entonces les explicó que ese era el espantapájaros bueno, el que le había salvado la vida. Conmocionados por la historia, los cuervos quisieron salvar al espantapájaros pero era demasiado tarde y ya no podían hacer nada: el espantapájaros murió quemado.

Los cuervos esperaron hasta el amanecer y cuando no había llamas se acercaron a los restos del molino, cogieron las cenizas del espantapájaros y volaron alto, muy alto y desde lo más alto esparcieron las cenizas por el aire. El viento llevó las cenizas por toda la comarca . Las cenizas volaron junto con todos los pájaros y de esta manera, el espantapájaros nunca volvió a estar solo porque sus cenizas ahora volaban con sus nuevos amigos.

Y en recuerdo de la trágica muerte del espantapájaros, el cuervo ciego y todos sus compañeros decidieron vestir de luto y por eso desde entonces, en memoria del espantapájaros, todos los cuervos son negros.



 


Visto en Youtube

Cartones de hoy