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José Gil Olmos |
Dicen que estaba viendo un partido de beisbol cuando lo sorprendieron. Dicen que andaba solo y que trató de huir pero en la refriega con marinos resulto muerto. Dicen que le tomaron huellas, muestras de sangre para el ADN y fotos para identificarlo. Dicen que era el líder de Los Zetas y que lo dejaron en una funeraria. Dicen que el cuerpo fue rescatado por un grupo armado que se lo llevó. Ahora "El Lazca" es el muerto más buscado del país.
La Secretaría de Marina ha inaugurado un nuevo género de información oficial a partir de la supuesta muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, en el que la veracidad y la credulidad están en juego.
El pasado lunes en la noche sacó el boletín número 196/12 en el cual señaló: "El día de ayer, durante una agresión con granadas y armas de fuego contra personal naval, fueron abatidos dos presuntos delincuentes. Posteriormente, se supo que existen fuertes indicios de que uno de ellos corresponde al cuerpo de Heriberto Lazcano Lazcano (a) ‘El Lazca’, líder principal de la organización delictiva de Los Zetas".
La frase "se supo que existen fuertes indicios" no puede ser más que elocuente de las dudas que desde el principio existen sobre la muerte del famoso narcotraficante, principalmente porque ahora resulta que su cuerpo está ausente.
Esta frase quedará para la posteridad tanto en las oficinas de prensa oficial como en los medios, porque antes de difundirse seguramente el comunicado de la Marina pasó por la oficina de prensa de la Presidencia de la República y luego se difundió llevando consigo uno de los errores que en el periodismo se aprende a evitar, suponer cosas y darlas como un hecho.