sábado, 23 de junio de 2012

Carlos Puig - Llegando al final un poco como al principio


Carlos Puig

Hace casi dos años, en julio de 2010, unos días después de que la alianza PAN-PRD fuera exitosa en Oaxaca, Sinaloa y Puebla, Andrés Manuel López Obrador me dijo en entrevista: “En vísperas del 2012, a mediados o finales del 11, nosotros hablaremos con alguno de los partidos [el PRD, el PT y Convergencia] para decirles aquí está esto, ayudemos con el registro”, dijo.
“Si van los tres partidos, adelante. Pero ya nosotros no vamos a esperar. Nosotros vamos al 12, ya, que quede claro.
“Yo estoy apuntado, para que quede claro —insistió—. Yo no voy a permitir la manipulación de hacer creer a la gente que son distintos el PRI y el PAN y que con eso hay competencia política”.
¿Tú no vas a esperar ninguna encuesta?, le pregunté.
“No, no, no. En su momento veremos lo de las encuestas, pero ya te puedo decir que vamos al 12…”, respondió. “Vamos a enfrentar a la mafia del poder que tiene dos partidos, el Revolucionario Institucional y el PAN”. Es más, unos días después en el Zócalo presentó su (renovado) Proyecto Alternativo de Nación.
Exactamente un año exacto después, Enrique Peña Nieto, con una sonrisa de oreja a oreja, soltó las amarras que había puesto a sus más cercanos respecto a comenzar en serio la planeación para la candidatura y campaña presidenciales.
Como una táctica de disciplina dentro del equipo, el gobernador Peña Nieto había impuesto unos meses antes la prohibición de discutir sobre la carrera presidencial. La resolución exitosa de su sucesión no solo era condición sine qua non para su eventual candidatura, sino un extraordinario trampolín demostrando frente al partido sus habilidades como operador electoral.
Ya tenía la popularidad y el conocimiento en el país gracias a la tele. En esos días, recuperó a Luis Videgaray, a quien había enviado a coordinar la campaña de Eruviel, un poco como fogueo, otro poco por control. Y el equipo compacto comenzó a planear en serio el camino al 1 de julio de 2012.
Es decir, para la semana que inició el 4 de julio de 2011, teníamos ya los dos candidatos presidenciales que, según las últimas encuestas, quedarán en los primeros dos lugares.
Hace un año.
Ambos tuvieron escarceos con presuntos adversarios internos, pero estaba claro que no había manera de que no los viéramos en la boleta. Como bien me lo dijo AMLO desde julio de 2010.
En este tiempo han pasado las no campañas, las campañas internas, las precampañas, las intercampañas y las campañas.
La Feria del Libro y los debates.
La Ibero y el 132.
La encuesta más cercana a esa fecha que encontré y que los ponía frente a frente, una de Parametría, no da resultados tan lejanos a la última de GEA/ISA que publicamos ayer en MILENIO.
No tengo muy claro qué quiere decir eso.
Lo consigno porque creo que habría que pensarlo y que algo quiere decir.
Más preguntas que respuestas.
Por ejemplo.
La reforma electoral de 2007 quiso sobre todo controlar el dinero. No solo sacándolo de la relación con los medios electrónicos, sino que le dio al IFE facultades de meterse a las cuentas de los partidos, y en algunos casos hasta de proveedores relacionados. Le dio más herramientas y presupuesto para medir y controlar cómo gastan y en qué gastan.
Pero nuestros dos candidatos en cuestión llegaron al periodo “medible” ya armados. Peña Nieto había aprovechado las ventajas y el presupuesto del cargo hasta el límite. López Obrador creó asociaciones, organizaciones, recolectó dinero, y lo gastó en recorridos que parecían campañas. Presentaba planes y proyectos de nación.
La ley electoral intentó también hacer que nuestras campañas fueran más cortas. Pues… no solo por las fechas que recordaba yo en los primeros párrafos, pregunto: ¿hace cuánto andan estos dos mexicanos en campaña? No está en manos del IFE ni en la ley, tampoco tengo claro que debiera estarlo. Pero al menos de un lado o de dos, estoy seguro que se utilizará como argumento de un fraude o algo así, o imposición —como dirían los jóvenes del 132—, y lo de los recursos de López Obrador ha sido arma de PRI y PAN en estos últimos días. ¿Qué hacemos? ¿Cómo impedimos que un par de gobernadores arranquen en una semana por la ruta de Peña? ¿O que otro político haga un par de asociaciones civiles y se pase seis años recorriendo el país y luego, ya que sean los tiempos, pues resulta que ahora sí les digo bien lo del dinero?
Creo que volverá, como en 2006 y 2007, a haber intención de revisar lo reformado. Y que la intención vendrá, como en aquellos días, de los perdedores.
Si esto sucede, tal vez se debería pensar que tanto normar, tanto legislar, tanto prohibir, a veces no funciona. Como de alguna manera, creo, prueban las candidaturas de López Obrador y Peña Nieto.
Porque como dice un buen amigo colombiano: hecha la ley, hecha la trampa.
Twitter: @puigcarlos





Rosario Robles - ¿De qué tamaño será el conflicto poselectoral?

Rosario Robles
Coincido con Joaquín López-Dóriga. Hay ya un conflicto poselectoral anunciado. Estoy de acuerdo también con Ciro Gómez Leyva de que no habrá mucho espacio para el mismo. Si AMLO no gana, no reconocerá el resultado.

No importa si la elección se cierra o la diferencia es amplia, su discurso apunta a que habrá un fraude y que en consecuencia no se reconocerá el triunfo de otro que no sea él. Todas las encuestas le dan una amplia ventaja a Enrique Peña Nieto. Es cierto que solo son una fotografía y que de ninguna manera sustituyen la voluntad soberana que habrá de expresarse en las urnas. Pero las tendencias han sido muy consistentes a lo largo de toda la campaña y no hay razones para pensar que no se registrará un escenario similar el domingo electoral.

Desde luego que puede haber dos caminos a juzgar por lo sucedido en los últimos procesos electorales locales: o la elección se puede cerrar como pasó en Nayarit y Michoacán o ampliar la ventaja como aconteció en el Estado de México. Pero en ambos contextos el ganador fue el que aventajaba en las encuestas. Sin embargo, el desenlace será lo de menos. De resultar ganador Peña Nieto, el desconocimiento será inmediato. Se argumentará que es producto de la imposición de los medios que a lo largo de cinco años fueron apuntalando esa candidatura omitiendo que durante todo ese tiempo AMLO hizo campaña a lo largo y ancho del país a sus anchas, sin que nadie supervisara los gastos invertidos en ello y en la creación de una infraestructura paralela como lo es Morena.

Se dirá que los gobernadores intervinieron en el proceso (un argumento un poco cínico cuando el jefe de Gobierno hace campaña en un spot y en el DF hay un derroche de recursos públicos en despensas y toda clase de prebendas), que el IFE no realizó bien su trabajo porque no impidió que los celulares se utilizaran, que las encuestas de salida estaban encopetadas, que los representantes de casilla fueron comprados, en fin una larga lista de anomalías que, a juicio del candidato de las izquierdas, alterarán el desenlace de ese domingo tan esperado. Sin negar que localmente se instrumenten ciertas prácticas, lo que es cierto es que en el México de hoy ninguna maquinaria electoral puede construir un triunfo que no esté basado en la decisión de los ciudadanos.

Lo que natura no da, la operación tamal no provee por la sencilla razón de que los mexicanos han crecido como ciudadanos y han experimentado el valor de su voto. Si no fuera así serían impensables triunfos tan importantes como los registrados en el Distrito Federal en el 97, o más recientemente en Oaxaca o Puebla por poner algunos ejemplos.

Lo que AMLO se ha negado a ver en su obstinación por colocar a Peña Nieto como un producto de televisión, es que amplios sectores de la población tienen con el abanderado tricolor una empatía, que los jóvenes se identifican con un relevo generacional, y que una amplia mayoría de votantes en los estados le han dado su confianza al PRI incluso en los que estaban gobernados por la izquierda (como Zacatecas o Michoacán), lo que debiera llevar a una reflexión de los errores cometidos.

El crecimiento del PRI en el ánimo de la población es producto también de las omisiones de la izquierda, de su sectarismo y de su incapacidad de colocarse como una verdadera alternativa que hubiera permitido sembrar triunfos en el ámbito local para construir una base sólida para la disputa nacional. Esa incapacidad de autocrítica y de reconocer que los mexicanos han crecido como ciudadanos llevará a AMLO (de perder como parece será el caso) a no reconocer el triunfo de su contrincante. Pero ya ubicados en ese terreno, Ciro Gómez Leyva tiene razón. No es lo mismo un apretadísimo triunfo como el de hace seis años que incluyó la participación abierta del entonces presidente Fox, a una victoria holgada (de varios puntos y en consecuencia varios millones de votos) como la que parece tendrá EPN.

No habrá entonces espacio para un conflicto duradero que ponga en jaque además el relevo institucional como en 2006. Sí lo habrá para la disputa judicial (que está en la ley), por lo que esto no terminará el domingo 1 de julio. En fin, a nadie se le puede negar su derecho al pataleo.

Leído en: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9151169

Francisco Garfias - El Fichaje de Clouthier


“La invitación es a su gobierno, no a la campaña”, advierte. Y remata: “No hay utilización de nadie a favor de nadie”.

Francisco Garfias

Corría el año de 1999. Manuel Clouthier, director del periódico Noroeste, recibió una sorpresiva llamada. Era Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente nacional del PRD.
Cuenta el sinaloense que El Peje quería tratarle un asunto de capital importancia: las supuestas amenazas proferidas contra el Maquío, su emblemático padre, por un sujeto de apellido Calderón Ojeda (no recuerda el nombre).
Eran tiempos de relevos locales. El priista Juan S. Millán llegaba ese año al Palacio de Gobierno de Sinaloa con la intención de controlar la oposición desde la silla. Calderón Ojeda aspiraba a la presidencia estatal del PRD. El gobernador del PRI lo cobijaba, un motivo más para oponerse a la postulación.
Clouthier hijo le confirmó al Peje la versión de las amenazas contra su padre. “Hay una carta póstuma en la que hace responsable a Calderón Ojeda de cualquier cosa que pudiera sucederle”, le dijo Manuel, palabras más, palabras menos.
López Obrador le prometió que el mencionado Calderón no sería presidente del PRD en Sinaloa. “Me lo cumplió”, reconoce con gratitud el actual candidato presidencial independiente.
El dato lo comentó el propio Clouthier, cuando le llamamos para preguntarle por qué aceptó la propuesta de convertirse en “contralor ciudadano Anticorrupción” en un eventual gobierno de López Obrador.
La noticia no deja de sorprender. Andrés Manuel es el candidato de tres agrupaciones de izquierda opuestas radicalmente a Acción Nacional, partido que hizo diputado externo a Manuel y que postuló a su fallecido padre como candidato presidencial en 1988.
Clouthier confirmó que no ha visto personalmente a López Obrador. Busca una fecha para reunirse con él. Aceptó la oferta, dice, porque la lucha contra la corrupción es parte de su agenda. “Hace falta una cruzada para abatir este problema. En los doce años de gobiernos federales del PAN no se ha hecho nada”, asevera.
Aclara, sin embargo, que no le da un “cheque en blanco” a López Obrador. Tampoco se va a sumar, ni va a declinar a favor del candidato presidencial del Movimiento Progresista. “La invitación es a su gobierno, no a la campaña”, advierte. Y remata: “No hay utilización de nadie a favor de nadie”.
Manuel J. Clouthier murió en un accidente de automóvil el primero de octubre de 1989, a la edad de 55 años. En esa época se habló de un atentado. A pesar de la mencionada “carta póstuma”, el hijo del Maquíodescarta que Calderón Ojeda haya tenido que ver en la muerte de su padre. “Era un pleito viejo, databa de los setentas”, dijo.
Fin de semana de cierres en la Ciudad de México. Josefina lo hará hoy a medio día en la Plaza México, esperan 40 mil almas. Peña Nieto se aventó el tiro de hacerlo en el Estadio Azteca (105 mil personas). López Obradorlo hará hasta el miércoles en el Zócalo.
En la casa de campaña de Josefina esperan un lleno al estilo José Tomás. Va el gabinete, los gobernadores, diputados, senadores. Margarita Zavalaserá la gran ausente, pero se habla de que el presidente Calderón puede dar la sorpresa. “Vamos a salir con orejas y rabo”, aseveran.
En algún sector del PAN no les gustó lo que escribimos ayer bajo el titulo Le mueven el piso a Madero. “Ofende que tenga tan malas fuentes en el PAN”, reprochó una voz de ese partido. Está de acuerdo en que el presidente del azul tendrá que irse en caso de debacle electoral, pero no en los nombres de sus posibles sucesores que aquí manejamos.
“Con el escenario como viene, ni Roberto Gil ni Carlos Pérez Cuevas(ambos josefinistas) tienen chance. Juan Manuel Oliva (el yunquista gobernador con licencia de Guanajuato) depende del resultado en su tierra.
“El factor de la permanencia (de Madero) depende de la ponderación de costos del corderismo (nótese que ya no se habla de calderonismo) y el yunque. Ambos grupos deben pactar. El Consejo, en su mayoría, lo integran estos dos bloques”.
La fuente asegura que otros tres panistas están “apuntados” para suceder aMaderoRogelio CarbajalSalvador Vega y Mariana Gómez del Campo. “Han levantado la mano al interior del grupo corderista, pero aún no se tiene una posición fija y debaten la pertinencia de ocupar la jefatura nacional en esa coyuntura”, puntualizan.
Moraleja de la semana (cortesía de Antonio Machado, poeta español), la muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.
                www.elarsenal.net
                http://panchogarfias.blogspot.com

2012-06-23 03:06:00
Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=843107


Rafael Álvarez Cordero - Eres lo que comes


Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento.

Rafael Álvarez Cordero

KUWAIT, Kuwait.- Mi querido viejo: estoy aquí en un viaje relámpago para visitar uno de los mejores institutos de diabetes del mundo: el Instituto Dosman de Kuwait, que ha sido catalogado como ejemplo por la Organización Mundial de la Salud.
Como tú sabes, querido viejo, la diabetes mellitus, diabetes azucarada, es la enfermedad más grave del siglo XXI; las cifras de enfermos de diabetes suben cada año. Hay más de 300 millones de diabéticos en el mundo y más de ocho millones de México, y lo que es terrible, las consecuencias de la diabetes, cuando no es atendida adecuadamente son terribles: infartos del corazón, infartos del cerebro, ceguera, lesiones en piernas que ameritan amputación, insuficiencia renal que amerita diálisis cada tercer día, y una muerte lenta y dolorosa para millones de seres.
Pero lo peor es que la diabetes, que se suponía era enfermedad de adultos, se observa cada vez más en niños, y el porvenir de estos niños es muy negro, por eso el enfoque de los institutos de diabetes es la protección y educación de los niños.
Así se tiene en Kuwait, entre muchos otros programas, el llamado DAFNE, Dose Adjustment For Normal Eating (Ajuste a las dosis para la alimentación normal), que pretende nunca dar dietas ni hablar de prohibiciones, sino educar a niños y adultos para que aprendan y sepan comer sanamente, y eviten, entre otras enfermedades, la terrible diabetes.
¿Y por qué te digo esto yo, querido viejo?, porque los viejos debemos también ajustar nuestra alimentación para que sea sana, sabrosa y que nos permita disfrutar más cada día que la vida nos regala.
¿Cómo comes ahora?, ¿igual que cuando tenías 30 años?, ¿has limitado tu alimentación porque los dientes no están bien?, ¿la has limitado porque te caen mal las verduras, o los quesos o la leche, etc, etc, etc?, ¿la has limitado porque tienes mala digestión?, ¿tienes miedo de comer?, o ¿comes mal porque tus seres queridos te preparan sólo chopitas?
Desde hace siglos el gran Hipócrates dijo la frase que está al principio de este artículo: Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento, o sea, si aprendemos a comer como es debido, eso será mejor que todas las medicinas del mundo.
Y esto me lleva a preguntar, si estás tomando medicinas, ¿sabes si alguna altera el estómago o tiene efectos sobre tu apetito y las ganas de comer?, ¿sabes si al tomar tal o cual medicamento se cruza con tu digestión?; eso es importante y debes preguntar a tu médico, porque nosotros los médicos somos muy dados a recetar y recetar, sin medir las consecuencias indeseables de algunos medicamentos.
Somos lo que comemos, y si en estos años viejos comemos bien, sano, sabroso, equilibrado, seremos más sanos, más sabrosos y más equilibrados, y si tenemos limitaciones al comer, por cualquier causa, debemos encontrar la solución: arreglar los dientes, comer lentamente y disfrutar los alimentos, tomar sólo los medicamentos indispensables, pero sobre todo, lo más importante es buscar que cada día el desayuno, la comida y la cena sean gratos y causen placer, y recuerda lo que decía el Quijote: desayunar como reyes, comer como caballeros y cenar como pordioseros, y en pleno siglo XXI esto es una gran verdad.
                Médico y escritor
                raalvare2009@hotmail.com
                 http://www.bienydebuenas.com.mx
2012-06-23 00:00:00

Ricardo Alemán - Los gobernadores con Peña Nieto


Todos saben -o casi todos-, que si hoy fuera la elección presidencial, sin duda que el ganador sería Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, a nueve días de la jornada de votación, aún todo puede pasar y, en rigor, nadie puede darse por muerto y -en el extremo contrario-, nadie debe cantar victoria y, menos el puntero, Enrique Peña Nieto.

¿Por qué nadie se debe descartar y nadie puede gritar que ganó?

Porque si bien es cierto que las encuestas serias han sido consistentes con las tendencias que favorecen a Enrique Peña Nieto, pocos han reparado en el papel fundamental que tendrán los gobernadores -de todos los partidos-, en la elección del 1 de julio próximo.

¿Con quién se la van a jugar los gobernadores del PRI? ¿Es cierto que todos estarán con Enrique Peña? ¿Es cierto que todos los gobernadores azules serán leales a Felipe Calderón y a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota?

Lo cierto es que los últimos días de campaña y las últimas horas previas a la jornada de votación, los gobernadores son actores centrales en una febril negociación sobre el candidato y el partido que más garantías les ofrecen.

Es decir, que en los días previos a la elección, los candidatos no sólo van a la caza de los electores indecisos, sino que -a través de sus estrategas-, negocian con grupos de poder, gobiernos y fuerzas de influencia real.

Y el mejor ejemplo de esos acuerdos y negociaciones se dio en las semanas y días previos a la elección presidencial de julio de 2006, cuando los estrategas de Felipe Calderón “amarraron” el apoyo de gobernadores del PRI, sindicatos y grupos empresariales que se dijeron aludidos y parecían asustados por las amenazas que -en el convulso 2006-, lanzó en las últimas semanas de la contienda, el candidato de las izquierdas, el señor López Obrador.

GRITO DESESPERADO

Y sabedor de esa realidad -luego de los garrafales errores que hace seis años le hicieron perder la presidencial-, el candidato de las llamadas izquierdas recorre el país -en sus cierres de campaña-, llamando a los gobiernos estatales de PRI y PAN, a que traicionen a sus respectivos partidos -y a su candidato presidencial-, para que se sumen a su causa.

Y en lo que parece un mal chiste, les dice que si gana Peña Nieto, regresará el presidencialismo autoritario y se acabará “la libertad” que hoy tienen los gobernadores. En otras palabras, en un gesto que parece desesperado, el candidato López Obrador ofrece impunidad a los gobernadores para que se sumen a su causa. Y si tienen dudas, vean lo que dijo en su reciente cierre de campaña  en Nuevo León.
Pero además, López Obrador les promete que -si se la juegan con él-, su gobierno “será respetuoso” de su autonomía. Eso sí, les advierte que los perseguirá si cumplen con la cuota de votos que -según él-, les impuso el PRI para llevar a la victoria a Peña Nieto. En resumen, el desesperado candidato de las izquierdas llama a la traición, a cambio de protección.

Y pudiera tener razón el señor López Obrador cuando señala que existe una cuota de votos que deben entregar los gobernadores del PRI para garantizar la victoria de su abanderado. Lo curioso del asunto es que el candidato de las izquierdas olvida que el PRD, las izquierdas, y el mismísimo Obrador, hacen política y van a las elecciones a partir de acuerdos y negociaciones con grupos de poder, bajo la premisa de garantizar cuotas de votos.

CUOTAS Y COTOS

Pero el asunto es aún más ridículo, si se recuerda que en las elecciones presidenciales de julio de 2006, el PAN de Felipe Calderón convenció a media docena de gobernadores del PRI para que se sumaran a su causa, una vez que el candidato del tricolor, Roberto Madrazo, cometió la tontería de pelear con esos gobernadores.

Vale recodar que el PRI de ese 2006 estaba destruido, sin posibilidad alguna de triunfo en la contienda presidencial y que el PAN era la única alternativa de un gobierno sin sobresaltos. ¿La razón?, que el candidato de las izquierdas se negó a pactar con los gobernadores del tricolor, antes de la elección presidencial. Por eso se sumaron al PAN.

Hoy, sin embargo, el escenario es totalmente distinto. No existe ningún gobierno estatal del PRI -y menos del PAN y del PRD-, capaz de oponerse a la eventualidad de que Enrique Peña Nieto se convierta en presidente. ¿Por qué? Porque el eventual gobierno de Peña Nieto ya pactó con buena parte de ellos; porque algunos serán llevados al gabinete, y porque -a querer o no-, los grupos políticos del PRI -y también los del PAN-, se sienten más seguros y protegidos con un priista en Los Pinos, que con un eventual presidente como AMLO, que es un político de contentillo.

Y también en este caso tiene razón López Obrador, cuando dice que al llegar un presidente del PRI se limitarán de manera notable la impunidad y el feudalismo que prevalece entre los mandatarios estatales -sean del tricolor, sean del PAN o del PRD-, pero lo que no dice es que si el que llega a Los Pinos es López Obrador, entonces ese poder centralizado podría ser peor que con uno del PRI.

Y si tienen dudas, basta recordar la forma autoritaria, vertical y virreinal con la que López Obrador ejerció el poder en el GDF y en la presidencia del PRD.
Lo cierto es que AMLO también perdió a los gobernadores. ¿Cara o Cruz?

¿SE ACUERDAN?

Hace seis años, la batalla por el voto útil se encontraba en un punto álgido. Por un lado, Vicente Fox llamó a votar sólo por los punteros -Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador-, ya que -según el ex presidente-  un voto en otro sentido se convertiría en un sufragio por “más de lo mismo”.

Al mismo tiempo, la alianza por el bien de todos -PRD, PT y Convergencia- invitó a sus seguidores a incrementar la distancia entre su candidato –Obrador- y Felipe Calderón, y es que para ellos, si la distancia no era holgada, el PAN trataría de impugnar las elecciones.

Viene a cuenta recordar que a pesar de que López Obrador presumía una ventaja de hasta 10 puntos con respecto a la intención de voto de Felipe Calderón, el resultado electoral lo dejó 0.56% por abajo del panista, y fueron él y su claque quienes trataron de tumbar la “voluntad del pueblo”.

Y a propósito de triunfos adelantados, hace exactamente seis años, Andrés Manuel se encontraba tan confiado de su triunfo en la elección que ya se daba el lujo de regañar a la iniciativa privada. En una reunión con empresarios de Coahuila, Obrador exhortó a los empresarios a respetar el resultado electoral y a cooperar con el presidente.

ricardo.aleman@24-horas.mx | @ricardoalemanmx



Sin Embargo - "Primero disparo... luego verigüo", signo sexenal

Dice la leyenda que el general Francisco Villa repetía constantemente a sus huestes la frase: “Primero disparo… luego verigüo”. El que vivió el “Centauro del Norte” era un México de anarquía, donde la justicia se regía por la ley del más fuerte y poderoso.

Eso era hace 100 años. Sin embargo, durante todo el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, la técnica villista ha sido aplicada sin reparo, pese a que en el México del siglo XXI los mecanismos de aplicación de la justicia y de respeto a los derechos humanos están claramente escritos.

En su búsqueda por ganar aprobación entre la ciudadanía, y con la prioridad de la lucha contra el crimen organizado como bandera, el gobierno federal ha cometido centenas de gazapos judiciales en todo el país, fundamentalmente por la falta de pruebas al integrar sus averiguaciones.

El problema es que algunos de esos “grandes golpes” no han terminado en la consignación de los detenidos, sino sólo en un papelón de las instituciones federales de seguridad.

Se recuerdan claramente el “Michoacanazo” del 26 de mayo de 2009, que se produjo una semana antes de la elección federal intermedia. La Policía Federal Preventiva y el Ejército mexicano detuvieron entonces a 11 presidentes municipales, 16 altos funcionarios y un juez del estado de Michoacán, por presuntos vínculos con el crimen organizado, siendo gobernador de la entidad el perredista Leonel Godoy Rangel. Más de un año después, el 28 de septiembre de 2010, quedaron libres por falta de pruebas y sin una disculpa pública del Estado.

Unos meses antes de esa liberación, el 25 de mayo de 2010, las fuerzas federales encarcelaron a Gregorio Sánchez Martínez, “Greg”, acusado de vínculos con el narcotráfico. Gregorio Sánchez era, en el momento de su detención, el candidato del PRD al gobierno de Quintana Roo. El 20 de julio de 2011 fue liberado ante la incapacidad de la Procuraduría General de la República para presentar pruebas contundentes en su contra.

Luego, el 4 de junio de 2011, justo un mes antes de las elecciones estatales en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, fue detenido en la ciudad de Tijuana, Baja California, el empresario y político priista Jorge Hank Rhon por el delito federal de acopio de armas. Apenas 10 días después, el hijo del profesor Carlos Hank González salía libre por falta de pruebas.

Ahora, el pasado jueves 21 de junio, apenas nueve días antes de la elección presidencial del 1 de julio, el gobierno federal anunció con bombo y platillo la detención de un “hijo” del “narcotraficante más buscado del mundo” –según autoridades de Estados Unidos–, Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.

Pero apenas horas después de que la Armada de México presentara a la prensa a un joven de 26 años, a quien identificó como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, presunto hijo de “El Chapo” y uno de sus principales operadores financieros en el Cártel de Sinaloa, el “logro” del gobierno calderonista –que por cierto, le dio la vuelta al mundo en la prensa– se desvaneció.

El viernes, la madre del joven que la Secretaría de Marina presentó como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, negó toda relación con Guzmán Loera. “Mi hijo no es hijo del “Chapo”, él estaba de vacaciones, dijo Elodia León Vega en una conferencia de prensa en la Ciudad de México.

Su papá, añadió, “se llama Eladio Beltrán y es de Durango”. El nombre del muchacho presentado, fotografiado y exhibido a nivel nacional e internacional es Félix Beltrán León. La señora León Vega anunció que interpondrán un amparo contra la detención debido a que las autoridades se equivocaron de identidad y, además, informó que el otro detenido es Kevin Daniel Beltrán Ríos de 19 años, medio hermano de Félix.

Las averiguaciones de este caso siguen en curso, pero las revelaciones de León Vega han puesto en un nuevo predicamento al gobierno federal, criticado ya por su tendencia a dar “grandes golpes” contra el crimen, justo días antes de que los ciudadanos vayan a las urnas o contra enemigos políticos.

Casos como éstos, menos mediáticos, se han repetido por todo el país, de forma que el sexenio calderonista ya ha quedado marcado entre el “aiga sido como aiga sido” y el “primero disparo, luego verigüo”.

¡Feliz fin de semana!

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/23-06-2012/7727   Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Juan José Huerta - Mi pesimismo optimista

Juan José Huerta
A escasos 10 días de la jornada electoral del 1º de julio, y en el contexto de la recién Cumbre del Grupo de los 20, en Los Cabos, Baja California Sur, se multiplican en México las opiniones de funcionarios gubernamentales, empresarios y analistas acerca de que no se prevén situaciones de desestabilización económica en nuestro país. En palabras de la Confederación de Cámaras Industriales, “ni en las finanzas públicas, la deuda pública, la inflación o en las tasas de interés, se perciben señales que hagan tambalear la estabilidad macroeconómica… aun con los episodios de inestabilidad en los mercados financieros globales”. El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijo: “si las cosas no llegan a un nivel catastrófico en Europa vamos a tener volatilidad en los mercados, pero siempre los fuertes fundamentos en la economía mexicana, mantendrán la estabilidad en el mercado mexicano”. En el “Tablero de México”, exposición preliminar del grado de cumplimiento de nuestro país de recomendaciones de política del G-20 en 16 rubros económicos, empresarios mexicanos no detectaron ningún “foco rojo” y solamente 4 “focos amarillos” (Maricarmen Cortés, El Universal, 19jun12).

Pues muy bien que así sea, a nadie conviene que nuestro país entre en una nueva crisis o desaceleración económica, pues bastante ya hemos tenido recientemente desde que se desató la Gran Recesión del 2008 …Y sin embargo… no parece de ninguna manera prudente que sigamos con la inerte política económica aplicada, por más aplausos ortodoxos que acarree, ya que está enfocada principalmente a la creación de empleos de maquila, mal pagados e insuficientes para la tremenda fuerza laboral mexicana, en tanto que los bienes que son producidos dependen fuertemente de la demanda externa, principalmente de Estados Unidos. En los mejores años de este sexenio nuestra economía apenas crea medio millón de empleos formales, menos de la mitad de los que se requieren, por lo que los buscadores de trabajo tienen que luchar por algún ingreso en la economía informal, sin prestaciones y sin seguridad social, en un sector que mal emplea ya a la mitad de la fuerza total de trabajo. Desde 2005 a la fecha, el salario real, de por sí muy bajo, apenas ha crecido en términos reales 0.4 por ciento al año. El mercado interno sigue, en consecuencia, permanentemente deprimido, y no se crean alicientes para la inversión nacional, por lo que seguimos con el modelo de tratar a toda costa de que sea la inversión extranjera el motor de la economía.

Aparte de la economía informal, otra válvula de escape para los mexicanos que buscan trabajo sin encontrarlo era, por supuesto, la emigración a Estados Unidos, con todos los peligros y el sufrimiento familiar que ello significa. Pues bien, la situación migratoria ha cambiado; a partir del 2007 se ha ido reduciendo fuertemente la emigración de mexicanos a Estados Unidos, ya sea por la mala situación económica allá o por las políticas restrictivas que hacen mucho más difícil y más oneroso a los migrantes permanecer y encontrar trabajo en ese país. Aún más, en total, 1.4 millones de mexicanos —incluidos alrededor de 300 mil niños nacidos en Estados Unidos— se movieron a México entre 2005 y 2010… y el flujo no está disminuyendo” (American Children, Now Struggling to Adjust to Life in Mexico, artículo de Damien Cave, New York Times, 18jun12). ¿Cómo va a dar la economía mexicana trabajo digno a toda esta gente?

En la rama de producción agrícola andamos mal, por supuesto; en 2011, se redujo en 17.6 por ciento en promedio la producción, respecto a 2010, de cinco granos básicos, maíz, frijol, trigo, arroz y sorgo, en primer lugar la de frijol, en 50.6 por ciento, y en segundo lugar la de maíz, 23 por ciento. Claro, las importaciones se disparan, las de maíz aumentaron 113.8 por ciento en el primer trimestre de 2012 respecto al mismo periodo del año anterior (La Jornada, 11jun12). Total, la autosuficiencia alimentaria sigue en riesgo, y con la tremenda sequía que por dos años ha agobiado a muchos estados empeora la situación, con 48 millones de mexicanos afectados (informa el INEGI), los campos de labrantío convertidos en desiertos, la muerte de cientos de miles de cabezas de ganado, los pueblos abandonados, graves desgracias que, por lo que se ve, no impresionan a los que, desde su alta investidura oficial, deberían estar al frente de una movilización masiva de la sociedad para tratar en todo lo posible de aliviarlas.

Pero, eso sí, en Los Pinos se destaca que el presidente Felipe Calderón, como presidente de la reunión en Los Cabos del Grupo de los 20, “puso sobre la mesa el tema de la Seguridad Alimentaria ante el hecho de que hoy en día más de mil millones de personas en todo el mundo padecen hambre y desnutrición”, por lo que los líderes del G-20 decidieron “promover una mayor inversión público-privada en agricultura y desarrollar la tecnología para incrementar la productividad…”. ¡Ah, si tan sólo el gobierno federal pusiera en la atención a la sequía en México la mitad del tesón que pone en la autopromoción y propaganda de sus labores!

Son notables, asimismo, nuestras fallas y rezagos en relación a la distribución más equitativa del ingreso nacional, con lo que la desigualdad económica es un lastre que no deja avanzar al país; en educación millones de jóvenes no encuentran la oportunidad de seguir sus estudios casi desde la secundaria; es apremiante una lucha verdadera contra la corrupción, que sigue tan campante. En materia de exploración, inversión y administración, se deja debilitar cada vez más a Pemex, el gran financiador del gobierno federal. ¿Qué pasará si siguen bajando los precios promedio de la mezcla mexicana de exportación de petróleo crudo?

Sí, México es sin duda un gran país, con un gran potencial económico, que necesita con urgencia, sin embargo, ser mucho mejor administrado y conducido. Claro que hay potencial, pero cuando cese la inseguridad; se promueva el campo, una nueva política industrial, se den buenos salarios, se promueva la igualdad económica y social. El Centro de Estudios Económicos el Sector Privado, nos informa La Crónica (reportaje de Lindsay H. Esquivel, 18jun12), “considera que son necesarios cambios adicionales que propicien tasas más elevadas de crecimiento de la economía, que fortalezcan la posibilidad de aumentar los puestos de trabajo en el sector formal de la economía, con sus consecuentes beneficios, como mejores salarios, seguridad social y planes de retiro… (también) consideró urgente de que la economía siga creciendo, pero para lograrlo es vital mantener la estabilidad macroeconómica, mejorar la distribución del ingreso y acelerar el ritmo de crecimiento”. Aún con matices para insistir en la estabilización, prácticamente lo mismo recomiendan los líderes del G-20 en su Declaración de Los Cabos: “combatir el desempleo a través de reformas del mercado laboral que fomenten el empleo digno y los trabajos de calidad –con derechos laborales, cobertura de seguridad social y salarios dignos–, en especial para los jóvenes y otros grupos vulnerables, que han sido severamente lastimados por la crisis económica”. Igualmente recomiendan invertir en obras públicas y usar la innovación, la educación y la inversión en infraestructura para impulsar el crecimiento económico.

Ahí, en todos esos lineamientos, está la clave de una nueva estrategia de desarrollo para nuestro país, ya no como exportador de mano de obra barata, sino como una economía consolidada y autosostenible. En suma, podemos ser optimistas si ante los desafíos presentes y los riesgos que se vislumbran, el nuevo gobierno que los mexicanos elegiremos el 1º de julio toma la senda de un manejo económico a la vez más eficiente, más audaz y con visión de largo plazo.

huertajj02@hotmail.com

Leído en: http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=670827

Jorge Fernández Menéndez - El único pacto es la ley

Jorge Fernández Menéndez
Las elecciones del domingo primero de julio costarán, sólo en términos presupuestales, es decir entre lo que gastan las autoridades para organizarlas y lo que se le entrega a los partidos para que hagan campaña, unos 10 mil millones de pesos. En realidad es mucho más: habría, por ejemplo, que contabilizar los miles de millones de pesos que implica el regalo de millones de spots de radio y televisión a los mismos partidos y candidatos (y a las distintas autoridades electorales); los franqueos gratis de correo; las colaboraciones privadas, reconocidas o no y que pueden ser millonarias, y muchos otros capítulos que se involucran en uno de los procesos electorales más caros del mundo.

Se ha dicho, en parte con razón, que el costo tan alto de la democracia es equivalente a la desconfianza en el sistema. Y es verdad en parte porque la desconfianza en el sistema la propician los mismos que crearon, administran y utilizan ese sistema electoral que son los partidos políticos. La verdad es que nuestro sistema electoral es muy confiable: se pueden cometer errores, hay cosas que podrían estar mejor hechas y problemas mejor resueltos, pero la mayoría de los problemas los han generado los partidos complejizando un sistema electoral con tantos candados y tan sofisticado que, paradójicamente, al ser tan poco flexible, permite realizar con mayor facilidad las acusaciones de que se ha hecho trampa. El hecho es que desde las elecciones de 1994 hasta hoy, no se ha hecho trampa en las elecciones, mucho menos se ha cometido un fraude electoral.

Puede ser muy atractivo para López Obrador esgrimirlo desde el 2006 hasta la fecha, pero en ese año no hubo fraude: las cifras del conteo rápido, del PREP y de la votación final dieron prácticamente el mismo resultado. Se abrieron casi un tercio de los paquetes electorales, todos en los que había dudas, y el resultado se confirmó. Y el hecho es que López Obrador perdió por medio punto, mientras que Angela Merkel ganó su primera elección como primera ministra de Alemania por unos 2 mil votos y nadie protestó; Al Gore ganó la elección de diciembre del 99 en Estados Unidos pero terminó perdiendo la presidencia en un proceso mil veces más confuso y cuestionado que el mexicano y no se está cortando las venas desde entonces o denunciando el supuesto fraude. En las democracias se gana o se pierde. 

Pero además, argumentar la existencia de un real o presunto fraude en un proceso en el que cada candidato tendrá por lo menos cien mil representantes de casilla (algunos muchos más, por la confluencia de distintos partidos); donde el IFE tendrá a millones de ciudadanos como funcionarios de casilla seleccionados en forma aleatoria; donde habrá miles de observadores nacionales y extranjeros y donde votarán por lo menos 60 millones de mexicanos, es una irresponsabilidad total. Se vota con credencial de elector, con padrones con fotos, con tinta indeleble.

Por eso mismo resulta tan incomprensible que a una semana de las elecciones, los consejeros del IFE y los principales centros empresariales del país tengan que solicitarle a los candidatos que firmen un acuerdo o pacto de civilidad en el que especifiquen que van a respetar los resultados electorales. En realidad lo que están haciendo es pedirle a López Obrador que los respete si no gana y que no se repita el vergonzoso episodio del bloqueo de Reforma y el Centro Histórico o de aquella presidencia legítima hoy tan olvidada. Resulta extraño también que Andrés Manuel haya dicho una y otra vez que respetará los resultados, pero al mismo tiempo que pida que se evite el fraude en curso, o que asegure que sí aceptaría un pacto pero que él no lo firmaría sino algún representante suyo. Es una absoluta falta de seriedad con las instituciones, con los electores, con quienes participaran en el diseño y la organización de la jornada electoral. Con sus propios militantes y representantes de casilla.

En realidad, en una democracia no es necesario pacto alguno: ya están las leyes, las regulaciones, las normas, las instituciones, los observadores, los representantes para garantizar ese respeto a los resultados. Cada uno de los partidos y candidatos que se embolsan millones de pesos para participar tendrían que tener como principio desde el momento en que aceptan las leyes, las normas, las instituciones y los recursos, respetar esos resultados. No es nada ético participar en un proceso y esperar a que se conozcan los resultados para saber si se aceptan o no. Es como si usted necesitara firmar un pacto o un acuerdo con las autoridades para especificar que sí va a respetar las leyes.

Desde 1994 hasta la fecha en nuestro sistema electoral no ha habido fraudes, ni en el ámbito federal ni en la enorme mayoría de las elecciones locales. Haberlo logrado ha costado recursos enormes, esfuerzos políticos, públicos y privados, gigantescos, la participación de millones de personas. Nadie debería necesitar un pacto para respetar lo que la ley lo obliga a respetar.

leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-unico-pacto-es-la-ley

Sergio Sarmiento - AMLOencuesta

Sergio Sarmiento
Andrés Manuel López Obrador ha venido insistiendo en distintos medios que todas las encuestas mienten… o casi todas. En una entrevista radiofónica este miércoles 20 de junio, el candidato de la izquierda me dijo que la del periódico Reforma, que ahora lo coloca a 12 puntos porcentuales de Enrique Peña Nieto pero que antes lo ubicaba a cuatro puntos, no miente, pero sí está equivocada.

La única encuesta que no está cuchareada y tampoco equivocada, según López Obrador, es una que tiene él, pero que hasta ahora nadie había visto. El miércoles que lo entrevisté le pedí que me la hiciera llegar y, efectivamente, así lo hizo.

El documento que he recibido pone a Andrés Manuel en primer lugar con 27.8 por ciento de las preferencias (sin eliminar la no respuesta). En segundo puesto, a una distancia de 1.4 puntos, está el priísta Enrique Peña Nieto con 26.4 por ciento. La panista Josefina Vázquez Mota ocupa el tercer peldaño con 18.4 por ciento. Gabriel Quadri de Nueva Alianza tiene 2.5 por ciento en este ejercicio.

Además de estas preferencias, la encuesta registra que el 6.8 por ciento de los encuestados dice que no votaría por ningún candidato, 13.8 por ciento responde que no sabe por quién votar y el 4.4 por ciento no contesta.

El documento registra que el levantamiento se hizo entre el 13 y el 17 de junio, pero no apunta el nombre de alguna empresa o encuestador responsable. Añade que “se tiene una muestra de 1,315 opiniones, lo que nos da un margen de error de +2.7% con una confianza del 95 por ciento”.

La información sobre la metodología es escueta. El documento apunta que se entrevistó una población 44.9 por ciento masculina y 54.9 por ciento femenina. Se detallan también los rangos de edad de los encuestados. En cuanto a nivel socioeconómico, 3 por ciento pertenece al alto, 28.5 por ciento al medio y 68.5 por ciento al bajo.

Hasta el momento el resultado de este estudio es atípico. Ninguna otra encuesta, ni siquiera la de Covarrubias y Asociados, que ha sido tradicionalmente la encuestadora de López Obrador, coloca al candidato de la izquierda en primer lugar. La diferencia de 1.4 puntos porcentuales entre López Obrador y Peña Nieto se encuentra dentro del margen de error que señala la propia encuesta. El que no se conozca ni a la empresa ni al equipo responsable, y se tenga poca información metodológica, no ayuda mucho a darle credibilidad al estudio.

Al final, sin embargo, esto no cambia las cosas. Andrés Manuel puede decir que todas las demás encuestas están cuchareadas o equivocadas y los encuestadores profesionales pueden cuestionar el estudio que me ha sido entregado por el candidato. Las encuestas no son, al final, más que un simple e imperfecto intento por medir la intención de un elector.

En México las discrepancias entre las encuestas parecen ser mayores que en otros países con mayor tradición democrática. Esto sugiere que algunas sí son manipuladas. Al parecer esto es consecuencia de que nuestros políticos creen que un grupo importante de los ciudadanos mexicanos apoya acríticamente al candidato que se encuentra en primer lugar en los sondeos de opinión.

Yo tengo una visión distinta. No percibo que las encuestas influyan de manera decisiva en los resultados electorales; y, si lo hacen, es de forma imprevisible. Muchas veces, por ejemplo, una encuesta que muestra a un candidato en segundo lugar hace que sus simpatizantes salgan a votar en mayor número, mientras que cuando un candidato parece ir adelante con holgura los votantes no piensan que es tan importante salir a sufragar. De hecho, quizá un candidato podría beneficiarse de no ser el puntero en las encuestas.

VOTO ÚTIL

El 20 de junio SDPnoticias.com distribuyó una nota con mi foto en la que se afirmaba que yo había firmado un desplegado pidiendo el voto útil para López Obrador. Aclaro: Nunca firmo desplegados, nunca apoyo a candidatos.

Twitter: @sergiosarmient4

Ñeído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/amloencuesta

Carlos Ramírez - Obama: Lento, ido y olvidadizo

Carlos Ramírez
» Obama: Lento, ido y olvidadizo
» FastFuriousGate, narcoderrota

Cuando era flamante senador en 2007, Barack Obama criticó duramente al presidente George W. Bush por usar el privilegio ejecutivo y bloquear la exigencia del congreso para que a asesor Karl Rove testificara ante comisiones por el despido de nueve fiscales estadounidenses.

Enojado, Obama dijo en la sala de sesiones del Senado:

“El pueblo estadounidense merece saber lo que está pasando allí”.

Y agregó que el presidente Bush “tiene la tendencia a esconderse detrás del privilegio ejecutivo cada vez que hay algo poco inestable que está teniendo lugar”.

Ahora Obama es el que esconde información al congreso. El fracaso de la Operación Rápido y Furioso, venta controlada de armas a cárteles mexicanos para descubrir la ruta del tráfico, se está convirtiendo en una derrota personal del presidente Obama. Aunque el privilegio ejecutivo es una figura sin sustento legal, de todos modos el derecho positivo estadounidense lo ha reconocido como la capacidad del presidente de ocultar información delicada. Nixon lo invocó para evitar el enjuiciamiento y no se lo dieron, Clinton lo convocó para que no indagaran sus encuentros sexuales con Mónica Lewinsky y tampoco se lo reconocieron y Bush sí lo impuso porque apeló a la seguridad nacional.

A pesar de todo, la Operación Rápido y Furioso esconde puntos delicados en el ejercicio de las políticas de seguridad nacional de la Casa Blanca:

1.- Obama autorizó la operación sin tener el conocimiento ni la experiencia estratégica ya espaldas del Congreso.

2.- Falta saber si la Operación tuvo la aprobación del Gobierno mexicano porque implicó acciones operativas de la DEA en territorio mexicano.

3.- Existe una responsabilidad Obama en la entrega -vigilada o no por autoridades estadounidenses- en la entrega de dos mil armas a cárteles mexicanos, una de las cuales presuntamente se usó para asesinar al agente de migración de los EU, Jaime Zapata.

4.- Por tanto, por error o fallas, el asunto es que una decisión de Obama fortificó a cárteles mexicanos con armas de alto calibre que es están usando en actividades criminales.

5.- Las sospechas sobre el fracaso de la Operación Rápido y Furioso radican en la posibilidad de que hubiera casos de corrupción de autoridades estadounidenses involucradas en el asunto.

El asunto de la operación le cayó a Obama en el peor de sus momentos: Las dificultades para establecer una ventaja frente al precandidato republicano Mitt Romney; las encuestas señalan que en los últimos tres meses la ventaja de Obama es de menos de 3 puntos. Asimismo, coincide con la publicación de libros reveladores sobre el pasado de Obama, entre ellos dos: Uno que publica fotografías de Obama joven fumando mariguana y otra que revela las mentiras del presidente sobre su pasado familiar, entre ellas la que su madre había muerto de cáncer porque el seguro no se hizo cargo de los gastos, cuando los datos investigados señalan que el seguro sí pagó las facturas y que Obama manipuló los datos para provocar lástimas y ganar algunos votos.

Asimismo, en México el caso de Rápido y Furioso se localiza en un escenario especial que le regresa a los EU la corresponsabilidad en el crecimiento del narco en la relación bilateral. Asimismo, aporta un elemento para el análisis de la campaña de la Casa Blanca contra México para darle al narco el status de insurgencia y de problema número uno de seguridad nacional.

Y uno de los temas derivados de la operación radica no sólo en quién lo aprobó, sino en saber los nombres de los narcos mexicanos que participaron en el mecanismo y las razones por las cuales los EU no iniciaron arrestos de sus contactos. Asimismo, la forma del operativo representó una forma de negociar con delincuentes. Además, los documentos que Obama se ha negado a entregarle al Congreso contienen las evidencias de los funcionarios responsables del fracaso de la operación. Dos mil armas fueron entregadas por miembros del Gobierno de los EU a narcos mexicanos para seguirles la pista, pero los narcos fueron más inteligentes que los estadunidenses y se burlaron de las autoridades del Departamento de Justicia y de su titular, Eric Holder. Por tanto, el fracaso de la operación está obligando a Obama a cesar a más funciones del área de seguridad nacional, entre ellos Aduanas, Migración, DEA, Justicia y la Casa Blanca.

Lo gravísimo del tema se localiza en el hecho de que dos mil armas llegaron a narcos por errores de operación de los EU y el presidente de los EU quiere ocultar las responsabilidades bajo la falda de la seguridad nacional. Eso sí, Washington ha sido demasiado insidioso en caracterizar al narco mexicano como insurgencia para aumentar su grado de penetración militar y estratégica. En este punto la argumentación es delicada para la Casa Blanca porque entonces habría que exigir explicaciones de las razones que tuvo el Gobierno de los EU para entregar armas --así sean marcadas-- a organizaciones criminales transnacionales --como las caracteriza Washington-- que son sospechosas de terrorismo e insurgencia.

La decisión del Congreso de los EU de exigir documentos a la Casa Blanca comienza a ser caracterizada allá como el Watergate de Obama. Nixon se negó a dar documentos al fiscal especial y se vio obligado a renunciar porque el privilegio ejecutivo se asume como un abuso de poder del Ejecutivo. Por lo pronto, la negativa a entregar documentos podría estar escondiendo otras ilegalidades de la Casa Blanca en la política antidrogas.

Los mecanismos jurídicos en los EU son suficientes para proteger al pueblo, en tanto que en México se sigue regateando la ley de seguridad nacional que le daría mayor certeza jurídica y mejores instrumentos de acción al ejército mexicano en su lucha contra el crimen organizado.

carlosramirezh@hotmail.com

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/obama-lento-ido-y-olvidadizo

El planeta tendrá un segundo más

Los relojes de todo el mundo se atrasarán un segundo para compensar los últimos 3,5 años. El próximo 30 de junio se va a corregir la "pereza" de la tierra.




Los relojes del mundo se atrasarán un segundo. De ese modo se compensará el atraso acumulado los últimos 3,5 años. 

El planeta está rotando cada vez más y más lentamente. Según los científicos, cada año hay un desfase de 0,4 segundos. Así que dentro de 5.000 millones de años, un día durará 48 horas, en vez de las 24 de ahora.

A pesar de que por el momento se trata de discrepancias menores, los especialistas del Servicio Internacional del Sistema de Rotación de la Tierra (IERS, por sus siglas en inglés), organismo encargado de vigilar la velocidad de rotación del planeta, prefieren seguir con las prácticas del ajuste. Insisten en que es muy importante unificar la medición del tiempo, medidas y pesos para que en cualquier situación que requiera esta magnitud como referencia se puedan dar valores con la mayor exactitud.

Por más insignificante que parezca, un segundo es tiempo suficiente para que cambie el destino de las cosas, por ejemplo para perder una licitación o quebrar en la bolsa de valores. Detallan que por eso se ha elegido un sábado para que los más de 300 relojes atómicos del mundo, al unísono, incorporen un segundo extra en la vida de todos. De este modo, un segundo adicional dentro de los 86.400 que componen un día normal, afectará lo menos posible a las transacciones 'online' en el mundo.

Leído en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/47582-El-planeta-tendr%C3%A1-un-segundo-m%C3%A1s

Héctor Murena - El gato

Héctor A. Murena
(1923-1975)

El gato

¿Cuánto tiempo lleva encerrado?

La mañana de mayo velada por la neblina en que había ocurrido aquello le resultaba tan irreal como el día de su nacimiento, ese echo acaso más cierto que ninguno, pero que sólo atinamos a recordar como una increíble idea. Cuando descubrió, de improviso, el dominio secreto e impresionante que el otro ejercía sobre ella, se decidió a hacerlo. Se dije que quizá iba obrar en nombre de ella, para librarla de una seducción inútil y envilecedora. Sin embargo, pensaba en sí mismo, seguía un camino iniciado mucho antes. Y aquella mañana, al salir de esa casa, después que todo hubo ocurrido, vio que el viento había expulsado la neblina, y, al levantar la vista ante la claridad enceguecedora, observó en. el cielo una nube negra que parecía una enorme araña huyendo por un campo de nieve. Pero lo que nunca olvidaría era que a partir de ese momento el gato del otro, ese gato del que su dueño se había jactado de que jamás lo abandonaría, empezó a seguirlo, con cierta indiferencia, con paciencia casi ante sus intentos iniciales por ahuyentarlo, hasta que se convirtió en su sombra.

Encontró es pensionsucha, no demasiado sucia ni incómoda, pues se preocupaba por ello. El gato era grande y musculoso, de pelaje gris, en partes de un blanco sucio. Causaba la sensación de un dios viejo y degradado, pero que no ha perdido toda la fuerza para hacer daño a los hombres; no les gustó, lo miraron con repugnancia y temor, y, con la autorización de su accidental amo, lo echaron. Al día siguiente, cuando regresó a su habitación, encontró al gato instalado allí; sentado en el sillón, levantó apenas la cabeza, lo miró y siguió dormitando. Lo echaron por segunda vez, y volvió a meterse en la casa, en la pieza, sin que nadie supiera cómo. Así ganó la partida, porque desde entonces la dueña de la pensión y sus acólitos renunciaron a la lucha.

¿Se concibe que un gato influya sobre la vida de un hombre, que consiga modificarla?

Al principio él salía mucho; los largos hábitos de una vida regalada hacían que aquella habitación, con su lamparita de luz amarillenta y débil, que dejaba en la sombra muchos rincones, con sus muebles sorprendentemente feos y desvencijados si se los miraba bien, con las paredes cubiertas por un papel listeado de colores billones, le resultaba poco tolerable. Salía y volvía más inquieto; andaba por las calles, andaba, esperando que el mundo le devolviera una paz ya prohibida. El gato no salía nunca. Una tarde que él estaba apurado por cambiarse y presenció desde la puerta cómo limpiaba la habitación la sirvienta, comprobó que ni siquiera en ese momento dejaba la pieza a medida que la mujer avanzaba con su trapo y su plumero, se iba desplazando hasta que se instalaba en un lugar definitivamente limpio; raras veces había descuidos, y entonces la sirvienta soltaba un chistido suave, de advertencia, no de amenaza, y el animal se movía. ¿Se resistía a salir por miedo de que aprovecharan la ocasión para echarlo de nuevo o era un simple reflejo de su instinto de comodidad? Fuera lo que fuese, él decidió imitarlo, aunque para forjarse una especie de sabiduría con lo que en el animal era miedo o molicie.

En su plan figuraba privarse primero de las salidas matutinas y luego también de las de la tarde; y, pese a que al principio le costó ciertos accesos de sorda nerviosidad habituarse a los encierros, logró cumplirlo. Leía un librito de tapas negras que había llevado en el bolsillo; pero también se paseaba durante horas por la pieza, esperando la noche, la salida. El gato apenas si lo miraba; al parecer tenía suficiente con dormir, comer y lamerse con su rápida lengua. Una noche muy fría, sin embargo, le dio pereza vestirse y no salió; se durmió en seguida. Y a partir de ese momento todo le resultó sumamente fácil, como si hubiese llegado a una cumbre desde la que no tenía más que descender. Las persianas de su cuarto sólo se abrieron para recibir la comida; su boca, casi únicamente para comer. La barba le creció, y al cabo puso también fin a las caminatas por la habitación.

Tirado por lo común en la cama, mucho más gordo, entró en un período de singular beatitud. Tenía la vista casi siempre fija en las polvorientas rosetas de yeso que ornaban el cielo raso, pero no las distinguía, porque su necesidad de ver quedaba satisfecha con los cotidianos diez minutos de observación de las tapas del libro. Como si se hubieran despertado en él nuevas facultades, los reflejos de la luz amarillenta de la bombita sobre esas tapas negras le hacían sombras tan complejas, matices tan sutiles que ese solo objeto real bastaba para saturarlo, para sumirlo en una especie de hipnotismo. También su olfato debía hacer crecidos, pues los más leves olores se levantaban como grandes fantasmas y lo envolvían, lo hacían imaginar vastos bosques violáceos, el sonido de las olas contra las rocas. Sin saber por qué comenzó a poder contemplar agradables imágenes: la luz de la lamparita -eternamente encendida- menguaba hasta desvanecerse, y, flotando en los aires, aparecían mujeres cubiertas por largas vestimentas, de rostro color sangre o verde pálido, caballos de piel intensamente celeste...

El gato, entretanto, seguía tranquilo en su sillón.

Un día oyó frente a su puerta voces de mujeres. Aunque se esforzó, no pudo entender qué decían, pero los tonos le bastaron. Fue como si tuviera una enorme barriga fofa y le clavaran en ella un palo, y sintiera el estímulo, pero tan remoto, pese a ser sumamente intenso, que comprendiese que iba a tardar muchas horas antes de poder reaccionar. Porque una de las voces correspondía a la dueña de la pensión, pero la otra era la de ella, que finalmente debía haberlo descubierto.

Se sentó en la cama. Deseaba hacer algo, y no podía. Observó al gato: también él se había incorporado y miraba hacia la persiana, pero estaba muy sereno. Eso aumentó su sensación de impotencia.

Le latía el cuerpo entero, y las voces no paraban. Quería hacer algo. De pronto sintió en la cabeza una tensión tal que parecía que cuando cesara él iba a deshacerse, a disolverse.

Entonces abrió la boca, permaneció un instante sin saber qué buscaba con ese movimiento, y al fin maulló, agudamente, con infinita desesperación, maulló. (*)

(*) Fuente: Héctor Murena, "El gato", en la Antología de la literatura fantástica, compilada por Jorge Luis Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo, Editorial Sudamericana, pp. 301-304.

Leído en: http://www.temakel.com/node/230