Sergio Sarmiento |
La única encuesta que no está cuchareada y tampoco equivocada, según López Obrador, es una que tiene él, pero que hasta ahora nadie había visto. El miércoles que lo entrevisté le pedí que me la hiciera llegar y, efectivamente, así lo hizo.
El documento que he recibido pone a Andrés Manuel en primer lugar con 27.8 por ciento de las preferencias (sin eliminar la no respuesta). En segundo puesto, a una distancia de 1.4 puntos, está el priísta Enrique Peña Nieto con 26.4 por ciento. La panista Josefina Vázquez Mota ocupa el tercer peldaño con 18.4 por ciento. Gabriel Quadri de Nueva Alianza tiene 2.5 por ciento en este ejercicio.
Además de estas preferencias, la encuesta registra que el 6.8 por ciento de los encuestados dice que no votaría por ningún candidato, 13.8 por ciento responde que no sabe por quién votar y el 4.4 por ciento no contesta.
El documento registra que el levantamiento se hizo entre el 13 y el 17 de junio, pero no apunta el nombre de alguna empresa o encuestador responsable. Añade que “se tiene una muestra de 1,315 opiniones, lo que nos da un margen de error de +2.7% con una confianza del 95 por ciento”.
La información sobre la metodología es escueta. El documento apunta que se entrevistó una población 44.9 por ciento masculina y 54.9 por ciento femenina. Se detallan también los rangos de edad de los encuestados. En cuanto a nivel socioeconómico, 3 por ciento pertenece al alto, 28.5 por ciento al medio y 68.5 por ciento al bajo.
Hasta el momento el resultado de este estudio es atípico. Ninguna otra encuesta, ni siquiera la de Covarrubias y Asociados, que ha sido tradicionalmente la encuestadora de López Obrador, coloca al candidato de la izquierda en primer lugar. La diferencia de 1.4 puntos porcentuales entre López Obrador y Peña Nieto se encuentra dentro del margen de error que señala la propia encuesta. El que no se conozca ni a la empresa ni al equipo responsable, y se tenga poca información metodológica, no ayuda mucho a darle credibilidad al estudio.
Al final, sin embargo, esto no cambia las cosas. Andrés Manuel puede decir que todas las demás encuestas están cuchareadas o equivocadas y los encuestadores profesionales pueden cuestionar el estudio que me ha sido entregado por el candidato. Las encuestas no son, al final, más que un simple e imperfecto intento por medir la intención de un elector.
En México las discrepancias entre las encuestas parecen ser mayores que en otros países con mayor tradición democrática. Esto sugiere que algunas sí son manipuladas. Al parecer esto es consecuencia de que nuestros políticos creen que un grupo importante de los ciudadanos mexicanos apoya acríticamente al candidato que se encuentra en primer lugar en los sondeos de opinión.
Yo tengo una visión distinta. No percibo que las encuestas influyan de manera decisiva en los resultados electorales; y, si lo hacen, es de forma imprevisible. Muchas veces, por ejemplo, una encuesta que muestra a un candidato en segundo lugar hace que sus simpatizantes salgan a votar en mayor número, mientras que cuando un candidato parece ir adelante con holgura los votantes no piensan que es tan importante salir a sufragar. De hecho, quizá un candidato podría beneficiarse de no ser el puntero en las encuestas.
VOTO ÚTIL
El 20 de junio SDPnoticias.com distribuyó una nota con mi foto en la que se afirmaba que yo había firmado un desplegado pidiendo el voto útil para López Obrador. Aclaro: Nunca firmo desplegados, nunca apoyo a candidatos.
Twitter: @sergiosarmient4
Ñeído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/amloencuesta
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