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Ring Lardner ( 1855 - 1933 ) |
Corte de pelo
Los sábados hago venir de Carterville a otro peluquero para que me ayude, pero el resto de la semana puedo manejarme solo. Usted habrá visto que este pueblo no es Nueva York, y además, la mayoría de los muchachos trabaja el día entero, de modo que no tienen tiempo para venir a embellecerse.
Usted es un recién llegado, ¿no? No me parece haberlo visto antes por aquí. Espero que el lugar le agrade y se quede. Como le digo, esto no es Chicago o Nueva York, pero nos divertimos. No tanto desde que Jim Kendal murió. Cuando vivía, él y Hod Meyers mantenían el pueblo en una constante algazara. Apuesto que se reía más aquí que en cualquier otra ciudad de igual tamaño de América.
Jim era cómico y hacía excelente pareja con Hod. Desde que Jim murió, Hod se esmera por mantener el mismo tono, pero es muy difícil cuando no hay con quién trabajar.
Los sábados solíamos tener mucha diversión aquí. El local se llena desde las cuatro de la tarde en adelante. Jim y Hod aparecían después de la comida, como a eso de las seis. Jim se instalaba en aquella silla grande, junto a la salivadera azul. Cualquiera que estuviera sentado en su silla, se la cedía apenas entraba.