En 2008, el presidente Calderón presentó una iniciativa de reforma energética que contemplaba la participación de la iniciativa privada en la exploración y explotación de petróleo a través de contratos de riesgo. El gobierno propuso un esquema donde Pemex le pagaría a las empresas privadas sus costos más una utilidad preestablecida, sobre todo en pozos de aguas profundas. ¿Suena familiar? Desde luego: es, de alguna manera, lo que ahora está proponiendo el presidente Peña con los contratos de utilidad compartida.
Después de que Calderón presentó su propuesta, la izquierda dijo que no votaría a favor de una reforma energética que liberalizara el régimen existente. Los perredistas se convirtieron en la principal fuente conservadora del statu quo. Varios liderazgos de la izquierda aprovecharon el tema para revivir políticamente. Atestiguamos el regreso a la palestra de sus dos líderes históricos: Cuauhtémoc Cárdenas y AndrésManuel López Obrador. ¿Suena familiar? Desde luego: es lo que está ocurriendo actualmente frente a la propuesta del presidente Peña.