miércoles, 23 de mayo de 2012

Leo Zuckermann - Por qué Peña le agradecería a AMLO



Si hay algo que une a los panistas y progresistas es que son bien antipriistas. No quieren que el PRI regrese al poder, una postura política legítima y respetable. Pero tienen un problema: que el voto antipriista está dividido.

De acuerdo a la última encuesta de Consulta-Mitofsky, Peña tiene 47% de las intenciones de voto efectivas. Esto quiere decir que hay 53% del electorado que rehúsa sufragar por el candidato del PRI. Sin embargo, este porcentaje está dividido en un conjunto de 26% de electores que prefiere a López Obrador, 25% a Vázquez Mota y 2% a Quadri. Súmense los porcentajes que traen los candidatos panista y progresista y se tiene un total de 51% del electorado, cuatro puntos porcentuales más que Peña: el antipriismo es mayor que el priismo.

No por nada se escuchan voces para que Josefina decline por AMLO o viceversa. No va a ocurrir porque, también de acuerdo a las encuestas, si uno de estos candidatos se retira de la competencia, sus votos no se trasladarían automáticamente al candidato antipriista. De acuerdo a la encuesta de Consulta-Mitofsky, si la elección sólo fuera entre Peña y Josefina, ganaría Peña. Lo mismo si la competencia sólo fuera entre Peña y AMLO. Lo que quiere decir es que los votantes panistas rehúsan votar por López Obrador, y los progresistas por Josefina.

Esto, desde luego, a seis semanas de los comicios, sin un candidato único que aglutine al voto antipriista y sin una campaña cuyo eje central sea si el electorado quiere o no el regreso del PRI a Los Pinos. Lo interesante es imaginar el escenario donde el PAN y la izquierda hubieran acordado lanzar a un candidato único, atractivo para ambos bandos, que enfrentara en una elección de dos a Peña y donde el tema fuera impedir el retorno del PRI al poder. No se trata de un sueño guajiro. Hay que recordar que era lo que quería una parte importante del PAN y de la izquierda todavía el año pasado.

De hecho, el experimento lo llevaron a cabo en algunas elecciones estatales de 2010 con un magnífico resultado. Las famosas alianzas antiPRI ganaron en estados tan importantes como Puebla, Oaxaca y Sinaloa. El primero con un candidato del PAN, Rafael Moreno Valle, el segundo con uno de la izquierda, Gabino Cué, y el tercero con un priista inconforme, Mario López Valdez. Fue tan exitoso el resultado de ganarle a las poderosas maquinarias priistas en estos estados, que los defensores de las alianzas querían volver a hacerlo en 2011 en el Estado de México para ganarle al PRI esa gubernatura y propinarle un durísimo golpe al entonces gobernador, Enrique Peña Nieto.

A escena entró López Obrador. Desde entonces era evidente que el gran beneficiario de una posible alianza electoral antiPRI sería Marcelo Ebrard. A un año de la elección, el PAN no tenía un candidato de peso. Y, al parecer, los panistas sí estaban dispuestos a votar por el jefe de Gobierno capitalino. No así por AMLO. Los albiazules no le perdonaban al tabasqueño el conflicto postelectoral de 2006. Por eso, para citar a Germán Martínez, ex presidente del PAN, “con AMLO, ni a la esquina”.

Ya en 2011 era claro que el candidato natural de una posible coalición antipriista sería Ebrard. AMLO, quien quería volver a ser el candidato de la izquierda en 2011, y que pensaba que ideológicamente no era correcto hacer una alianza con la derecha panista, hizo todo lo que pudo para dinamitar la alianza PAN-izquierda en el Edomex. Lo logró. No hubo alianza y el candidato del PRI, Eruviel Ávila, arrasó. De esta forma, gracias a López Obrador, quedó sepultada la posibilidad de una alianza con posibilidad real de ganarle al PRI las elecciones presidenciales. Hoy esa posibilidad está muerta, aunque el antipriismo sea mayor que el priismo.

Si como indican las encuestas y apuestas, el primero de julio se levanta Peña con la victoria, el priista tendrá que mandarle un telegrama de agradecimiento a López Obrador. Gracias a él, el voto antipriista se dividió en esta elección.

Froylan López - Marchantes políticos

Azoros, algarabías, enojos, suspicacias y desconciertos han sido expresiones que suscitaron y suscitan las marchas, preponderantemente de muchachadas de la Universidad Iberoamericana, de la Universidad Nacional Autónoma de México y, con algunas semejanzas, jóvenes de la Universidad michoacana principal, también con agregados del Instituto Politécnico Nacional y del mismo Tecnológico de Monterrey.

Perredistas y panistas conocidos estiman que estos movimientos efímeros, pero ya establecidos, y hasta programados, crecientes, serán definidores de las votaciones y elecciones del 1o. de julio. Expresiones de estudiantes, y amigos que les acompañan, se han dirigido contra Enrique Peña Nieto, el PRI, Televisa y Televisión Azteca. Las marchas no han sido multitudinarias, hasta la fecha.

Los vaticinios y consideraciones sobre su significado, origen y culminación son confusos, aunque es patente que convergen en repudios precisos, los más sobre personajes ahora mayores, televisoras de lucro, partidos, sobre todo el PRI y el PAN. No se equiparan del todo estos activismos circunstanciales, su jefatura, aunque en esto se asemejen a expresiones europeas y norteamericanas.

Porque hay festejos y reconocimiento del ejercicio de protesta y repudio, así Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, se ha tratado de indiciar a estos políticos como inductores de las procesiones, mítines y alharacas justificables y sobre todo explicables. Por la presencia e identificación de un buen número de jóvenes, protestantes políticos, se entiende que revelan inconformidades, se diría, de índole ideográfica o señalativa, de nuevos mexicanos que, por lo menos, disfrutan patrocinio familiar, de su amparo y que cuentan con los haberes de su ímpetu y buena fe inexperta en las faenas reales del poder. No hay discernimiento de su clasificación social, no se les imputan actitudes de "pirrurris", ni mucho menos.

Salidor, como se dice de "entrones" que no dejan ocasión para hacerse notar o saber, Felipe Calderón virtió otro de sus dislates al considerar no han sido contra él las manifestaciones, como si los repudios contra la señora Vázquez Mota no fueran de su incumbencia o partido. Se le replicó prontamente: es que no tiene importancia, sino desfalleciente, sus restos como presidente legalizado. En menos de dos meses sus juicios no serán tomados en cuenta. Quizás en el grave conflicto entre militares del Ejército Nacional y su condición menor ante la Armada.

Los manifestantes juveniles leen, estudian, están ya atentos a los juegos de los centros de comunicación, de seguro en este día merecerán estimaciones o explicaciones de las causas de que "no lo pelen", como dicen los jóvenes; no solamente de hogaño, por cierto.

Al no haber identificación ni creencia de que las marchas y encuentros sean trama de partidos o políticos, no se piensa que estos activismos sean engendros de partido o agrupación política estable o añejada. Sobre todo a partir de 1968, no hay sectores juveniles o por lo menos de "Injuves" que agrupen, instruyan u orienten a los manifestantes. El reclutamiento de huestes juveniles partidarias es insignificante, desconocido generalmente, con ciudadanos "achamacados", lucradores como en el partido que se disfraza de verde, de ecologista; a pesar de que apareció por allí un elefante usado para hacerse notar, como Josefina con lo que sea atendible.

En otras partes del mundo, en países árabes, en Estados Unidos de América, las callejeadas políticas, las congregaciones, son novedosas, equívocas y apreciadas. Actúan sin definiciones plenas, de entraña ideológica, patrones marchitos así los marxismos periféricos de importación o resabios fascistas tal en la abatida Grecia.

De verificarse la posibilidad de definición, no se sobreviene que sean decisivos, no obstante sus anticipables influjos en la determinación y saldo comiciales de este año.

Está claro que, por ser estudiantes universitarios (aunque concurran también mocetones "ninis" o trabajadores y empleados), hasta el momento no vale afirmar que manifiesten, se quejen o denuesten, juventudes de pobres o clasemedieros humildes.

Aunque está rala, incipiente, la mayoría de los juveniles han obtenido que les "hagan la barba" algunos políticos que soñarían con su captura y aún militancia afín. Frescos, confundidos, infiltrados, alborotados, ilustrados, tendrán que encarar una etapa humana harta, enojada, impaciente y confundida.

Gravity

Aguayo - ¿Podemos creerle?

¿Quién es y cómo gobernará Enrique Peña Nieto? Nos promete una "presidencia democrática"; la evidencia lo contradice.

Estaba Peña Nieto dialogando con los estudiantes de la Iberoamericana el 11 de mayo cuando le preguntaron sobre lo sucedido en el 2006 en Atenco, Estado de México. Asumió la responsabilidad pero mintió al asegurar que "la Suprema Corte" había "validado" su "decisión de emplear [...] la fuerza pública"; de hecho, el máximo tribunal concluyó que "hubo graves violaciones a los derechos humanos". Los jóvenes se encresparon y expulsaron a gritos a Peña Nieto; ahí empezó un movimiento de consecuencias impredecibles.

En los días que siguieron el PRI continuó torciéndole el cuello al rigor informativo. Maquillaron lo sucedido con un video color de rosa, pusieron en duda la legitimidad de los estudiantes e intimidaron a los más activos contando para ello con la complicidad de algunos medios.

El priismo también agredió físicamente a pequeños grupos que intentaron protestar contra Peña Nieto. Lo que sucedió en Córdoba, Veracruz, fue replicado en Saltillo y en Colima: una treintena de manifestantes fue agredida primero por un funcionario estatal y después por unos 80 integrantes del grupo priista Juventud Dinámica. La policía municipal se hizo la desentendida y sólo intervino para detener a siete inconformes.

Durante esa semana Peña Nieto respaldó la tesis de conspiración (la "izquierda orquesta protestas en mi contra") y en ningún momento reconoció que en Atenco su gobierno violó masivamente los derechos humanos ni condenó explícitamente a los militantes de su partido que utilizaron la violencia en las tres ciudades. El lunes hizo una rectificación de fondo cuando presentó ante el grupo de intelectuales y empresarios conocidos como "los preguntones", un Decálogo del Buen Demócrata.

En una maniobra sorpresiva -y tal vez sincronizada- Televisa pasó del silencio o el desdén a una cobertura equilibrada. En el programa de análisis Tercer Grado del pasado miércoles 16 ya hubo críticas al PRI y elogios a los jóvenes y el lunes 21 Carlos Loret de Mola dedicó un amplio espacio a la insurrección juvenil. ¿Bastará un pequeño viraje para apaciguar y desmovilizar a los jóvenes?

Mi primera impresión es que la efervescencia juvenil es un rechazo frontal a una forma de hacer política asociada con el PRI pero imitada, con mayor o menor gracia, por los otros partidos. Están justificadamente enojados por la inseguridad, el subempleo o desempleo, por el manoseo intencionado y permanente que las televisoras y otros medios hacen de la información y con la corrupción y el derroche ejemplificados por la hija del líder petrolero Carlos Romero Deschamps.

Pasemos a la geopolítica de la protesta. La fuerza de este movimiento está en la capital y en las redes sociales: de una protesta de 300 universitarios se pasa, una semana después, a una marcha de 46 mil (cifras de Reforma). El Distrito Federal les ha brindado simpatía y respaldo porque va en nuestro interés hacerlo. En caso de ganar el PRI vendría el asedio sobre una ciudad con una democracia en floración. Me declaro "peñaescéptico" porque entre la promesa de una "presidencia democrática" y los hechos, pesan más estos últimos.

Comparemos al DF con Veracruz y la forma como 12 medios veracruzanos cubrieron la golpiza a los manifestantes que intentaban protestar ante Peña Nieto. A excepción de La Jornada de Veracruz, que dedicó una amplia nota, el resto hizo lo posible por silenciar o minimizar los hechos. Tres medios impresos (entre ellos El Sol de Córdoba) no publicaron absolutamente nada y los otros centraron la cobertura en especular sobre la posible militancia de los inconformes y en resaltar el mensaje de Peña Nieto de que no había que "caer en provocaciones".

En una situación tan fluida es imposible anticipar lo que sucederá. Por ahora lo único cierto es que las elecciones entran en una etapa de turbulencias e incertidumbres, muy propicia para las consecuencias inesperadas. Por ejemplo, el viraje en la política informativa de Televisa tal vez desmovilice a los jóvenes pero es igualmente posible que lleve el germen de la inconformidad a otras ciudades.

En tanto se aclaran las aguas, el PRI y sus candidatos andan inquietos. Peña Nieto primero aceptó, luego canceló y finalmente se presentó en la Cumbre Ciudadana donde subrayó que no habría regreso al México autoritario. En Jalisco el candidato a la gubernatura Aristóteles Sandoval anunció que no se presentaría al diálogo con la comunidad del ITESO (Universidad Jesuita de Guadalajara) el 29 de mayo argumentando la posible presencia de grupos "hostiles" y de "terceros" involucrados.

El PRI de Peña Nieto es un peligro para nuestra incipiente democracia y los jóvenes movilizados son un obstáculo para la tentación autoritaria. Acompañémoslos con respeto a sus tiempos y estilos.



Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/658/1315170/

Rocha - ‘De los estudiantes, hay que aprender’

En el 68 a mí nadie me obligó ni me lavó el cerebro para participar en el movimiento: marché porque quería marchar; pinté porque quería pintar y boteé porque quería botear. Si no estuve en Tlatelolco fue debido a la familia Servitje, sí, la de Bimbo. Y es que además de estudiar en Ciudad Universitaria trabajaba en una agencia de viajes y un cambio de itinerario nos obligó a rehacer sus boletos hasta la madrugada. Yo me enteré días después de lo que realmente ocurrió porque ni en los periódicos ni en la tele dijeron nada. Por eso a mí el 2 de octubre menos se me olvida. 

Si relato lo anterior es porque pocas cosas me indignan más que la creencia ignorante o tramposa de que los jóvenes son siempre manipulables. En mis tiempos se trataba de una conjura comunista maquinada en Moscú. Ahora es una u otra mente diabólica la que maneja lo mismo a estudiantes de la Ibero, Anáhuac e ITAM que a los de la UNAM, el Poli o la UAM, porque los jóvenes, según esta anciana y decrépita tesis, son incapaces de pensar y menos aún de decidir por sí mismos. 

El problema es una viciada concepción de origen: suponer que las audiencias, sobre todo de los grandes medios, son idiotas y por tanto se les puede engañar fácilmente; a eso corresponde no sólo el bajo nivel de los programas de todo tipo, sino las campañas seudoperiodísticas y noticiosas para exaltar o destruir a los personajes públicos. Esa actitud arrogante es la que más irritó a los jóvenes a partir del incidente de Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana. Un pésimo control de daños que quiso justificarse con la consabida descalificación de “acarreados” y “manipulados”, que lo único que originó fue multiplicar y exponenciar la irritación y convertirla en rabia. 

Igualmente importante es considerar que la indignación juvenil no nace en los acontecimientos recientes; ahí sólo se cataliza y se manifiesta. Lo que ha ocurrido es una gestación de meses y años de fallidos gobiernos que han cancelado el futuro de nuestros jóvenes: con 8 millones de ninis y 6 millones de analfabetas, ¿con qué rostro mirar los años que vendrán? ¿Qué se supone que harán, dónde trabajarán y qué oportunidades tendrán todos estos universitarios al terminar sus carreras? 

Aun así, asombra la miopía de partidos y candidatos que no han acertado a una propuesta inteligente y audaz para darles una posibilidad de futuro a nuestros jóvenes. Y ello a pesar de números más que contundentes: de los 78 millones de empadronados 30% son jóvenes, un millón 218 mil tienen 18 años, un millón 758 mil tienen 19, 9 millones 684 mil tienen entre 20 y 24, 9 millones 897 mil tienen de 25 a 29. En paralelo, sufragarán por vez primera para presidente 14 millones de jóvenes; si todos votaran por un mismo candidato estarían decidiendo la elección. 

Por ello y más, permítanme reproducir un fragmento de mi última entrevista con el inmenso Carlos Fuentes en enero de este año: 

–Dijiste en uno de tus discursos recientes que te gustaría que los jóvenes te dieran lecciones a ti, porque nos traen noticias del porvenir… ¿No se supone que nosotros los adultos somos los que tendríamos que enseñarles a nuestros jóvenes? –No, qué va… esa es una actitud muy arrogante, muy tonta. Mira, a mí me gusta mucho dar clases y conferencias para acercarme a los muchachos y oír sus preguntas, porque me entero de lo que de otra manera no sabría; así que siempre espero poder aprender de la gente joven de este país”.


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/de-los-estudiantes-hay-que-aprender

Riva Palacio - La revolución de Peña


De reflejos rápidos –constante en su campaña-, Enrique Peña Nieto presentó este lunes su Manifiesto por una Presidencia Democrática, el documento más importante hasta la fecha en términos de visión y definición de gobierno, al cual incorporó como tema inicial uno que apenas días antes ni siquiera tenía contemplado con claridad: la democratización de los medios de comunicación. No fue una iniciativa ideológica, en el sentido de estar comprometido con esa idea, sino producto de una circunstancia y una percepción –que él es el candidato presidencial de Televisa y que con dinero puso a los medios detrás de él- que, de ser Presidente y cumplir lo ofrecido, habrá que agradecer a todos los jóvenes que con sus gritos, provocaron la inflexión de los tótems políticos.

Peña Nieto entró a un tema que ha sido tabú, por un lado, y combatido por los medios por el otro. En el punto número tres de su manifiesto, tras expresar su compromiso con la libertad de manifestación –evocación de las marchas en su contra, contempladas por cierto en la Constitución-, y con la libertad de expresión –que consagra también la Carta Magna pero que extiende a la seguridad de los periodistas-, afirmó: “El gobierno debe establecer una relación con los medios de comunicación acorde con una cultura democrática.

“Como Presidente de la República impulsaré una reforma constitucional para crear una instancia ciudadana y autónoma que supervise que la contratación de publicidad de todos los niveles de gobierno en medios de comunicación se lleve a cabo bajo los principios de utilidad pública, transparencia, respeto a la libertad periodística y fomento del acceso ciudadano a la información.  Sólo un país bien informado garantiza una cultura democrática”.

Curiosamente, los medios no resaltaron esta parte del mensaje, lo más revolucionario que un político ha hecho en ese tema desde que en 1992 el gobierno de Carlos Salinas comenzó con una transformación de la perversa y corrupta relación institucional con los medios de comunicación. En aquél año, ante las críticas en el mundo que el gobierno mexicanocontrolaba a la prensa mediante el papel, anunció la privatización de PIPSA, la paraestatal que producía el insumo central de la prensa durante una reunión con todos los dueños de los periódicos y revistas del país, quien en ese evento, le aplaudieron.

Días después, una comisión encabezada por el entonces director de La JornadaCarlos Payán, le pidió anular la orden, pues los afectaría. En efecto, se oponían al fin de canonjías –créditos blandos y almacenaje del papel gratis-, que los obligaría a acudir al mercado privado de la publicidad para sobrevivir. El presidente Salinas matizó la instrucción. Demoraría la privatización, pero permitiría la importación de papel para quien así lo quisiera. Hubo medidas cosméticas, como la reducción al 50% del pago de servicios de viaje para periodistas que acompañaban al Presidente en sus giras, pero más adelante, el secretario de Hacienda, Pedro Aspe, introdujo la medida que modificó totalmente la relación financiera con los medios: el impuesto de 2% a las nóminas.

Los controles políticos a través de la persuasión, hostigamiento, o amenazas fiscales, se mantuvieron hasta 1994, cuando el levantamiento zapatista y el asesinato del candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio, provocaron su colapso y el esfuerzo depropaganda se concentró en crear las condiciones para una elección presidencial legal y legítima. El Ejecutivo, con la complicidad de los medios, introdujo una campaña del miedo que, junto con el aún misterioso retiro de Diego Fernández de Cevallos de la contienda presidencial durante un mes tras ganar el debate, llevó a Ernesto Zedillo a una victoria clara en la elección de verano.

La semilla estaba sembrada. Los dos siguientes años sucedió, parafraseando al multifacético ensayista francés Alan Minc, la borrachera democrática de los medios. Los abusos y los excesos proliferaron, y cuando se acercaba el siguiente milenio y había comenzado la transición democrática en México, los medios, en lugar de estar a la altura de las circunstancias, se convirtieron en los principales traidores de la democracia.

CARTA DE UN PERRO VIEJO A SU AMO.



Aquí estoy, tirado en un rincón. Sobre el charco de orín que yo mismo he provocado y que vos estás cansado de limpiar. Las moscas sobrevuelan mi comida, desde ayer que la pusiste en el plato....es que ya no tengo hambre... ni ganas de levantarme....estoy todo el día echado....y casi sin moverme.

Me siento cansado. Aunque no hago nada, igual estoy cansado. No sé, pero siento que me pesan los huesos. Y eso que estoy tan flaco que tan solo el pellejo me sostiene. Pero por sobre todo estoy triste. Pero no tanto por mí, que me veo así como un trapo viejo. No. Más que nada por tí, ¿sabes?, que ya no me prestas atención y que veo que cada vez te molesto más.

Yo sé que es incómoda mi presencia ahora en la casa. Que ya ni hasta las pulgas me quieren. ¿Pero qué puedo hacer? Son muchos años que estamos juntos y tu sabes que desde siempre te serví como a mi dueño. Más que eso todavía...fuí tu amigo.

A tí te veo mal. Te noto taciturno. La indecisión ronda tu cabeza. Y yo sé de qué se trata. Un amigo te lo dijo el otro día:
-¡Así no pueden seguir ! Hazme caso. ¡ Sacrificalo, es la única solución ! ¿ O a tí te gusta verlo sufrir ?. Yo sé que ese amigo tuyo no tuvo mala intención. Pero, por favor, no lo hagas....no! no quiero que me maten

- Viejo y todo como estoy a mí me gusta la vida. Busca alguna otra cosa. Fijate si no hay otra alternativa. Yo quiero seguir luchando. No te entregues todavía. Y si ya no hubiera más remedio, si por más que quisieras no encuentras algo que me alivie la vida, entonces dejame morir en paz, cuando llegue mi día...





http://elperroperfecto.blogspot.mx/2010/11/carta-de-un-perro-viejo-su-amo.html


José Saramago - Las palabras.

José Saramago
(1922-2010)

Las palabras.

“Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas e inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, vienen en los libros, los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y en los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan , eliminan. Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubrificadas con aceite de paciencia. Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas. Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace.  

Hay muchas palabras.

Y están los discursos, que son palabras apoyadas unas en otras, en equilibrio inestable gracias a una sintaxis precaria hasta el broche final: “Gracias. He dicho”. Con discursos se conmemora, se inaugura, se abren y cierran sesiones, se lanzan cortinas de humo o se disponen colgaduras de terciopelo. Son brindis, oraciones, conferencias y coloquios. Por medio de los discursos se transmiten loores, agradecimientos, programas y fantasías. Y luego las palabras de los discursos aparecen puestas en papeles, pintadas en tinta de imprenta —y por esa vía entran en la inmortalidad del Verbo. Al lado de Sócrates, el presidente de la junta domina el discurso que abrió el grifo fontanero. Y fluyen las palabras, tan fluidas como el “precioso líquido”. Fluyen interminablemente, inundan el suelo, llegan hasta las rodillas, a la cintura, a los hombros, al cuello. Es el diluvio universal, un coro desarmado que brota de millares de bocas. La tierra sigue su camino envuelta en un clamor de locos, a gritos, a aullidos, envuelta también en un murmullo manso represado y conciliador. De todo hay en el orfeón: tenores y tenorinos, bajos cantantes, sopranos de do de pecho fácil, barítonos acolchados, contraltos de voz-sorpresa. En los intervalos se oye el punto. Y todo esto aturde a las estrellas y perturba las comunicaciones, como las tempestades solares.

Porque las palabras han dejado de comunicar. Cada palabra es dicha para que no se oiga otra. La palabra, hasta cuando no afirma, se afirma: la palabra es la hierba fresca y verde que cubre los dientes del pantano. La palabra no muestra. La palabra disfraza.

De ahí que resulte urgente mondar las palabras para que la siembra se convierta en cosecha. De ahí que las palabras sean instrumento de muerte o de salvación. De ahí que la palabra sólo valga lo que vale el silencio del acto.

Hay, también, el silencio. El silencio es, por definición, lo que no se oye. El silencio escucha, examina, observa, pesa y analiza. El silencio es fecundo. El silencio es la tierra negra y fértil, el humus del ser, la melodía callada bajo la luz solar. Caen sobre él las palabras. Todas las palabras. Las palabras buenas y las malas. El trigo y la cizaña. Pero sólo el trigo da pan”.

Fragmento De este mundo y del otro http://algundiaenalgunaparte.wordpress.com/category/fragmentos/
Sitio oficial de Saramago: http://cuaderno.josesaramago.org/