domingo, 15 de julio de 2012

La historia de Abebe Bikila.

Recomendacion de Arpegio.

Recuerdan a este corredor de la Marathon ?


Saludos.

Rafael Loret de Mola - Cóctel Completo/ De Gobernadores


Rafael Loret de Mola

Para cualquiera que conozca, de cerca, la situación nacional, la aparición del terrorismo no es sorpresiva. Se esperaba. De hecho, luego de los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York, hace ya más de una década, la posibilidad creció y nos fuimos salvando como si tal acontecimiento no hubiera afectado nuestro entorno. Los talibanes prefirieron apuntar hacia Madrid en donde, en marzo de 2004, colapsaron la estación ferroviaria de Atocha.
Desde entonces nos hemos peguntado si la estrategia de los terroristas del Islam no ha sido la de dejar abiertas sus rutas por México, hacia los Estados Unidos, evitando llamar la atención sobre el vulnerable territorio mexicano. No obstante, el recrudecimiento de la violencia, los reacomodos entre “cárteles” y la debilidad manifiesta de un gobierno bajo presión, acotado política y operativamente, modificaron el escenario y acaso igualmente la perspectiva de quienes se creen con derecho, como en Morelia, a disponer de las vidas ajenas hasta por mero capricho. Los “zetas” detenidos como autores de la matanza del “día del Grito” lo confirman.
No es, pues, una casualidad ni consecuencia de factores externos. El flagelo del terrorismo no conoce fronteras ni tienen patente de exclusividad sobre los territorios afectados severamente por sus acciones. Después de septiembre de 2001 fue evidente que ni la mayor potencia, militar y económica, de todos los tiempos podía escapar de la acción criminal de los extremistas fanáticos dispuestos a cobrarse muy caro cuanto dicen haber sufrido, aunque en esto, desde luego, se abre un abanico de intenciones.
Porque, desde luego, los hilos conductores entre grupos como Al Qaeda y el ETA vasco, digamos los dos frentes terroristas más conocidos en el mundo por sus capacidades operativas, se reducen a la expresión del terror y la consiguiente siembras de muertes entre inocentes. Por lo demás, los fundamentalistas de Medio Oriente alegan cobrarse las afrentas infringidas por occidente hacia ellos –de lo cual existe un largo listado-, mientras los etarras promueven un nacionalismo descocado que inhibe las libertades en el territorio que reclaman como suyo.
Los primeros han sido acosados, aun cuando sus reacciones sean criminales y por tanto indefendibles, y los segundos mantienen una lucha sorda, exacerbando sus pasiones regionalistas, sin que puedan decirse representantes de toda la comunidad vasca. De hecho, la mayoría rechaza, en el llamado País Vasco, las convocatorias segregacionistas del llamado “lendakari”, quien guerrea ahora con el Supremo Tribunal español, tras considerar esta institución “inconstitucional” el pretendido referéndum promovido por la autoridad vasca con evidentes intenciones balcanizadoras.
Patxi López, claro, extiende las trampas y esconde las manos, esto es como si sólo fuera listo él y los demás tontos, pero nada dice del “infierno” –así descrito por quienes están en él- de cuantos no se suman a las tendencias independentistas y son repudiados, vulnerados, agredidos y, en muchos casos, asesinados, por el solo hecho de no coincidir con los violentos y sentirse españoles contra la oleada indignante de xenofobia absurda. Esto es como si los vascos que simpatizan con la secesión no fueran españoles. Mala cosa fue llamar “País Vasco” a la autonomía regional que surgió de las reformas democráticas con el propósito de zanjar los tremendos saldos negativos de la dictadura.
El terrorismo tiene, pues, distintas caras y muchos matices. Y el que ha aparecido en México es, para nuestro entender, el peor de todos. Sí, habíamos creído estar exentos del flageo y cuando se nos aparece se plantea como el más ponzoñoso y brutal. Lo es, sí, porque otros grupos, descocados si se quiere, asumen la vieja táctica de los guerrilleros –golpear y esconder la mano-, aduciendo propósitos nacionalistas basados en una compleja maraña de ideas bajo la ofuscación de los extremismos. Matan y se creen héroes de una causa que sólo ellos entienden pero, sin duda, no sólo proceden por el mero afán de asesinar. Este columnista, desde luego, repudia su accionar pero no puede soslayar el hecho de que, lo mismo talibanes y etarras, dicen defender posiciones históricas.
¿Y qué exaltan los narcoterroristas que se muestran ahora con sus rostros afectados por la perversidad? Sus vendettas no son sino para asegurar su preeminencia en el complejo escenario del tráfico de estupefacientes, ampliando coberturas y penetraciones a la estructura gubernamental, con una sociedad de rodillas ante el imperio del mal. No puede existir nada peor a esto: matar, sin ton ni son, para extender las redes del vicio, sin un gobierno capaz de atemperar el clima violento –aun cuando presuma por haber capturado a los autores materiales de los bombazos de Morelia-, porque teme enfrentarse a los grandes, verdaderos “padrinos” incluso incrustados dentro de los palenques políticos. Nos hemos cansado de decirlo y, sin embargo, quienes debieran actuar sencillamente se desmarcan y pretenden pasar la hoja con un simplismo desbordante.
Nos ha tocado, subrayo de nuevo, el peor de los escenarios. Sobre todo porque, por cuanto hemos visto hasta hoy, nuestro superior gobierno parece acotado ante quienes se reparten el territorio nacional como si ya fueran los vencedores de la guerra sorda entre los mafiosos desbordados y la clase gubernamental infiltrada. En medio estaos los demás, en estado de indefensión, acaso esperando un milagro que no llega.
Mirador
La descomposición es tal que, en cada entidad federativa, con alguna excepción, se señala a los gobernadores como enclaves intocables de “cárteles” y bandas multinacionales. Las oposiciones, en cada caso, promueven los linchamientos morales aun cuando no les sea factible aportar pruebas.
Confirmo que he recibido, en los últimos días, abundante correo electrónico que insiste en las remociones de los gobernadores de varias entidades, bajo alegatos de conexiones non santas aun cuando no puedan más que expresarse sospechas, sin pruebas concluyentes en la mayoría de los casos, motivadas incluso hasta por la rivalidad política. Pero sucede que aseveran que hay motivos para señalarlos –por ejemplo, en Tamaulipas-, a la vista de la contaminación de sus corporaciones policíacas o por las evidencias de sus acumuladas fortunas en muy poco espacio de tiempo. También hay quienes han hecho uso de la represión para intentar acallar las denuncias en su contra, confirmando con su reacción las hipótesis de fondo.
Estamos hablando de la tercera parte, o más, de los mandatarios en funciones. Porque algunos parecen salvarse, hasta hoy, de ser acorralados por la opinión pública como ha sucedido con quienes hemos citado líneas arriba. Por supuesto, tal me obliga, como profesional de la comunicación a dar seguimiento a cada asunto en busca de evidencias para extender acusaciones o vindicar a los señalados. De eso se trata, precisamente, la objetividad.
Por el momento, lo importante es insistir en que los temores colectivos por la ausencia de gobierno o porque éste sea sólo un furgón más del tren de los mafiosos, se van extendiendo a través de todo el país sin que, de modo alguno, se atempere la ansiedad general. Es tal la contaminación que, desde luego, toda sospecha debe tener cabida si bien con prudencia porque tampoco se trata de extender los linchamientos por efecto de las pasiones políticas malsanas.
¿No es momento de crear alguna instancia federal, con el consenso previo de los protagonistas, para posibilitar la realización de auditorías a los cuerpos de seguridad pública, no sólo administrativas sino también en cuanto a la operatividad, sin detenerse en la exacerbación de las soberanías estatales para impedir la demandada claridad? Tanto se habla de coordinación y se colectan aplausos fáciles con discursos repetitivos y nadie se atreve a dar el primero de los pasos sustantivos: sanear, a fondo, las estructuras infectadas evidentemente.
Por las Alcobas
El permanente desafío entre autoridades federales y estatales no es cosa nueva ni está marcado por las tendencias partidistas distintas. Digamos que se tocó fondo durante el malhadado régimen delamadridiano.
En esos tiempos despachaba Manuel Bartlett en el Palacio de Burcareli y un gobernador del Golfo, previa cita, llegó hasta la antesala de su despacho. Allí permaneció cerca de dos horas sin siquiera las cortesías elementales. Finalmente, cuando las puertas de la oficina del “ministro” se abrieron, el mandatario le saludó, cortés, y le dijo:
--Sólo esperé, señor secretario, para decirle que no volveré más por acá. No olvide que soy un gobernador legítimo, electo por sus coterráneos, y como tal representante de una entidad soberana. Y usted no tiene ningún derecho a no respetar mi tiempo que es también el tiempo de mis gobernados.
Bartlett, tartamudo, intentó forzar una sonrisa y se quedó mirando como el personaje aquel salía de su sede. Si hubiese más incidentes así, ya verían ustedes como cambiaban los prepotentes, los soberbios y cuantos se creen perdona-vidas.
E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx




María Elena Morera - Cultura de la legalidad

María Elena Morera
La consigna de candidatos y partidos para mantenerse vigente en la opinión pública es que el proceso electoral del 2012 aún no termina. Mientras unos buscan anular la elección; los otros defienden el triunfo, exigen pruebas y se alistan para transitar al poder. AMLO tiene derecho a impugnar la elección, pero también debería tener la obligación de sustentar su dicho con pruebas documentales y asumir la responsabilidad cívica de evitar litigar en los medios de comunicación, evitar las confrontaciones y la polarización. Los ciudadanos merecemos respeto a nuestra vida democrática. 

Por supuesto que la compra de votos, uso excesivo de recursos e inequidad son condenables, pero lo son para todos los partidos. Suponer que esto sólo lo hace un partido resulta por lo menos tonto. Si hablamos, por ejemplo, de equidad, EPN hizo campaña mientras fue gobernador, AMLO la hizo paseando por el país y JVM en menor medida en la Cámara de Diputados, en este sentido sólo se la deben a Quadri. Así que terminar una campaña con votos limpios para unos y sucios para otros, considero, es un sinsentido. 

Para dar un ejemplo, en días pasados estuve en Guerrero, platiqué con muchos ciudadanos que me confirmaron que, efectivamente, les ofrecieron dinero, cemento, varilla, tinacos y demás a cambio de su voto. Un hombre me dijo: “…pero doña, cómo iba a votar por el PRI, el PRD y el PAN al mismo tiempo...!”. Lo que debería preocuparnos, avergonzarnos y ocuparnos es la cultura de ilegalidad generalizada, fomentada desde el poder. 

Debemos exigir que a cualquier partido que haya incurrido en prácticas ilegales se le castigue, porque es la única forma de evitar otros abusos. Pese a todo, me resulta casi imposible pensar que el TEPJF anulará la elección. En primer lugar porque el margen es muy amplio y todos los votos cuentan y, en segundo lugar: hasta el momento no hay evidencias que vinculen a los candidatos presidenciales directamente en los actos violatorios de la ley. 

La pregunta que muchos nos hacemos es qué va a pasar después de que el Tribunal Electoral emita su fallo. Considero indispensable que todos acatemos, nos guste o no, lo que ahí se decida. Eso dice la ley y eso fue el acuerdo explícito que los candidatos y partidos firmaron días antes de las elecciones, no una sino dos veces. Sin embargo, no todos son problemas y preocupaciones, esta elección también tuvo novedades positivas, la participación activa de la sociedad civil organizada fue enorme. A diferencia de las elecciones pasadas, muchos grupos organizados comprometieron a los candidatos y partidos con propuestas importantes. Por lo que se abren nuevas oportunidades para demostrar que sí podemos organizarnos mejor. 

Los partidos ya tienen el documento de la Cumbre Ciudadana con más de 100 propuestas aprobadas por todos los partidos, propuestas de seguridad y justicia del Movimiento por la Paz y la del Colectivo de Juicios Orales, así como propuestas de grupos empresariales. Si quienes iniciaron #YoSoy132 logran no ser desvirtuados por los partidos, serán la punta de lanza para exigir al nuevo gobierno promover y garantizar las condiciones para el nacimiento y desarrollo de medios plurales públicos, privados y comunitarios. 

Si el tribunal califica y reconoce el triunfo de Peña Nieto, exigiremos cumpla lo que ofreció, esperemos ver un PRI renovado, no reciclado. En este mismo orden necesitamos que exista una oposición responsable, no deplorable. Y que todos comencemos a construir los consensos necesarios para el desarrollo del país. En momentos como éstos es cuando nos damos cuenta que es urgente trabajar por una cultura de la legalidad que nos dé plena certidumbre de que la justicia y la democracia sí son posibles. Trabajemos en ello. 

María Elena Morera, Presidenta de Causa en Común, AC

@maelenamorera


Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/culturadelalegalidad-1331246-columna.html

María Amparo Casar - Las primeras 13 lecciones de la elección

María Amparo Casar
NOTA DEL EDITOR: María Amparo Casar es licenciada en Sociología por la UNAM; maestra y doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la University of Cambridge, King's College; catedrática e investigadora del Departamento de Estudios Políticos del CIDE; columnista en el diario Reforma; miembro de los comités editoriales de la revista Nexos y el Fondo de Cultura Económica, y colaboradora en espacios de análisis como el programa Primer Plano de Once TV México.

Van unas primeras reflexiones sobre los que creo que aprendimos de las campañas y las elecciones del pasado 1º de julio.
De los partidos:
  • Que todos estuvieron dispuestos a violar las normas electorales que se dieron ellos mismos y que el gen priista que predispone al uso y abuso de recursos públicos (o privados) y prácticas clientelares no es exclusivo de su progenitor sino que está inoculado en todos los partidos.
Del PRI:
  • Que la unidad y alineación del partido y el candidato junto con la fortaleza de las estructuras territoriales son clave para la victoria. Claro, además del dinero.
Del PAN:
  • Que sus divisiones internas e ineficacia fueron mucho mayores que su vocación de poder
Del PRD (y Morena):
De los electores:
  • Que el voto de castigo no fue tanto contra el proyecto de los presidentes del PAN sino contra ineficacia para concretarlo. Y digo que no tanto el proyecto porque la plataforma y programa de gobierno que Peña Nieto y el PRI ofrecieron a la ciudadanía guarda más similitudes que diferencias con los de los últimos 12 años. Quizá lo único que se espera del nuevo gobierno es mayor eficacia.
  • Que todavía no están dispuestos a entregarle todos los fierros al presidente y se sienten más cómodos con la pluralidad y los contrapesos que ella conlleva. ¡Por suerte!

  • De la sociedad (incluido el #YoSoy132, el movimiento de Sicilia, la Cumbre Ciudadana y los intelectuales preguntones):
    • Que es capaz de elevar la deliberación pública y poner en aprietos a los candidatos
    • Que la participación vale la pena pero que si no se mantiene pasadas las elecciones de poco habrá servido 

    De las reglas electorales:
    • Que urge una nueva reforma para hacer más equitativa la competencia; para tener mayores y mejores instrumentos de fiscalización; para rediseñar la relación medios-elecciones y para hacer menos costosas las elecciones. Durante el 2012 entre el IFE, el TEPJF, la FEPADE, los partidos y las campañasse habrán gastado la friolera de 18 mil millones de pesos. Esta cifra no incluye lo que se gastó en elecciones locales ni contabiliza lo que habría costado el tiempo de radio y televisión otorgado a los partidos y al IFE

  • Del IFE:
    • Que es una institución eficaz con una enorme capacidad para organizar elecciones, involucrar a los ciudadanos, dar certeza en el proceso y resistir las presiones políticas pero que le faltan instrumentos para monitorear y castigar con oportunidad las conductas ilegales de los candidatos y partidos

    De los medios de comunicación:
    • Que tienen agenda, que siguen teniendo un poder endiablado en los procesos electorales y que ese poder deberá ser limitado y no precisamente a través del COFIPE sino a través de una reforma en telecomunicaciones
    • Que las redes sociales importan pero que todavía no son determinantes

    De la mayoría:
    • Que vale la pena participar porque el voto sí cuenta, se cuenta y se recuenta


René Delgado - ¿Sin remedio?

René Delgado
¿Tiene remedio el país? Qué incómoda pregunta, pero esa duda ocupa cada vez más frecuentemente el lugar de la esperanza.

Se puede desde luego recurrir al socorrido argumento de que México es más grande que sus problemas o advertir como tantas otras veces que cuando el país se divide, sufre la nación. Lo cierto, sin embargo, es que ya son décadas de vivir en la mediocridad, sin realizar una hazaña o una gesta que llene de orgullo a la nación y la impulse a realizar otra y otra hasta tomar un derrotero distinto al del desánimo y la frustración.

¿Cuándo fue la última? No, no es la de la alternancia de hace ya 12 años. No lo es porque, a la postre, ese promisorio giro se redujo a una cuestión de turno en el poder. Quizá, entonces, la última gesta se dio en los años setenta, cuando, ante la amenaza de la lucha armada, se impulsó la reforma política para sumar a la participación institucional a las organizaciones proscritas, principalmente la comunista y la sinarquista, y se replantearon los términos del entendimiento político.

Luego de esa hazaña, lo demás fueron reformas y contrarreformas electorales -la obsesión por reglamentar el reparto del poder sin reformar el poder-, así como pequeños y acompasados pasos que, hoy, en vez de consolidarla, colocan absurdamente a la democracia contra la pared.

No faltarán los teólogos del gradualismo a paso lento reclamando reconocer que ya no es lo de antes, que mucho se ha cambiado y que, de seguir así, en algún momento el país será distinto por eficaz. No ponen en duda la ruta ni la velocidad porque, aun cuando no esté muy claro el destino, creen que por hacer bien lo que está mal, el país terminará por progresar. Es cosa de seguir igual.

No faltarán tampoco los teólogos de la resistencia, instando a reclamar pero sin romper un solo vidrio ni entrar a negociar la razón histórica que les asiste porque ésta resplandecerá en cuanto se reconozca su indubitable triunfo. Piden, entonces, continuar por el sendero donde van sin subirse a la banqueta ni a la montaña, porque la lucha es pacífica y civilizada y el destino el del cambio verdadero.

Entre ambos, los acólitos del bien común están terriblemente confundidos. No acaban de entender cómo es que olvidaron su doctrina al perder su partido sin ganar el gobierno pero disfrutar de la administración, y no ven pastor al cual recurrir. Se miran entre sí, sin atinar qué procesión seguir o decidir si no es mejor irse a confesar.

Hoy, después de 12 años perdidos, cuando supuestamente urgía tomar una decisión ante al porvenir, la frustración mayor no puede ser.

El porvenir resulta ser el de antes, el mismo de siempre, el de la incertidumbre política y jurídica que vulnera la posibilidad del desarrollo y coloca en posición de remate a la elección. Circunstancia frente a la cual, se propone el sobado menú de conformarse o inconformarse y, si no, de resignarse o resistir. Consomé sin pollo, caldo de agua para todos.

Sí, desde luego, todo en el marco de la cultura de la legalidad en la que nadie cree, donde de nuevo los magistrados asumirán el rol del gran elector -el voto queda como algo colateral- que terminará por validar quién es el ganador de la elección, sin con ello asegurar que encabezará con soberana majestad la Presidencia de la República.

Como tantas otras veces, la estabilidad y la inmovilidad están garantizadas. El tiempo dará solución a los problemas y la inercia el ritmo del desarrollo.

Así, no habrá ni dictadura ni democracia; ni reforma ni revolución; ni unidad ni ruptura; ni continuidad ni cambio; ni concordia ni discordia; ni resignación ni rebelión; ni acuerdo ni desacuerdo... no habrá nada de eso porque esos son extremismos ajenos a nuestra idiosincrasia política y la apuesta no es decidir sino mantener el punto de equilibrio, marcado por la mediocridad; por la filosofía de hacer de lo deseable, lo posible; de lo necesario, lo imprescindible; de lo importante, lo urgente; de la reforma estructural, el parche coyuntural; del gobierno dividido, el gobierno confrontado.

Que con todo derecho y libertad, cada quien escoja el gris de su predilección...

Mientras los magistrados dan luz al país, el crimen retoma su actividad porque una cosa es la veda electoral y otra dejar de trabajar. Repone lo que técnicamente ya se puede denominar "la normalidad violenta", pero intensificada.

Tan pronto como el fin de semana siguiente al del domingo electoral, el crimen cubrió rápidamente el déficit acumulado de ejecuciones para que la sangre retomara su nivel y atentó contra la libertad para dejar en claro que una cosa es ir a votar y otra suponer que se vive en democracia, en el marco de un Estado de derecho.

Se valide o no la elección, el crimen quiere aprovechar el vacío hasta el próximo 1o. de diciembre para asegurar dominios porque, con tanta incertidumbre, quién sabe qué pueda ocurrir con el próximo gobierno y es sabido que el crimen no pacta con políticos -no, perdón, esa expresión es al revés aunque a veces no.

Retoma el crimen su actividad, con una ventaja: el comandante en jefe de la guerra inexistente ya ni siquiera los increpa con declaraciones de salva ni con vistosos pero inútiles operativos porque, de seguro, a punto está de tocar la retirada y rendir el parte final.

A su vez, el administrador de la República se congratula también del término de la veda electoral porque una cosa es trabajar y otra no poder hablar sin importar el tema. De paso, repone la acostumbrada confrontación entre los poderes porque, si ya se va cómo se va, ni caso tiene modificar la conducta.

Venga la controversia constitucional por la ley de víctimas, suscríbase el acuerdo a pesar de la recomendación senatorial de no hacerlo, cárguese la factura de la administración a la cuenta del Legislativo y los gobernadores, y recojan y limpien lo que puedan porque ya nos vamos. A ver cómo, pero ya nos vamos.

Por lo demás, de seguro, en el fondo de su corazón, el administrador agradece la veda electoral porque le evita rendir cuentas de algunas cuestioncillas. El hijo de El Chapo que no es su hijo. Los policías federales que resultaron no ser muy buenos en el aeropuerto. El arraigo de los generales que nomás no puede consignar. Los ex gobernadores de Tamaulipas que, a punto, estuvo de atrapar...

Todo mientras los poderes fácticos se frotan las manos porque, en el mercado de la incertidumbre, sus acciones se cotizan al alza frente al derrumbe de la política y, entonces, les garantiza impresionantes fondos de concesiones y privilegios.

¿Tiene remedio el país?

sobreaviso@latinmail.com

Leído en: http://noticias.terra.com.mx/mexico/politica/rene-delgado-sin-remedio,4bca98d9ae588310VgnVCM20000099cceb0aRCRD.html

Jaime Sánchez Susarrey - El expediente de AMLO

Jaime Sánchez Susarrey
AMLO jamás ha pasado la prueba de fuego de todo demócrata: reconocer la derrota y actuar en consecuencia. Habrá que ver si ahora, aunque le sea adverso, respeta el fallo del Trife.

El expediente de AMLO no le ayuda. En 2006 mintió reiteradamente. Lo hizo en el Hotel Marquis el 2 de julio, pasadas las 11 de la noche, y en el Zócalo la madrugada del 3 de julio. Afirmó entonces que los conteos rápidos le otorgaban una ventaja de 500 mil votos. Nunca hubo tal.

Mintió de nuevo la tarde del 3 de julio cuando proclamó que las cifras del IFE no checaban y que habían desaparecido 3 millones de votos. Lo hizo con premeditación porque él, como sus más cercanos, sabía que esos millones de votos se podían consultar en un archivo para actas con inconsistencias.

Mintió, también, cuando presentó un video de una casilla y alegó que se había fraguado un fraude a la antigüita. Y cuando la representante de la Coalición por el Bien de Todos, Juliana Barrón Vallejo, salió a desmentir el hecho, con displicencia y cinismo la descalificó. Maicearon a nuestros representantes, sentenció.

Mintió cuando afirmó que un algoritmo alteraba el Programa de Resultados Preliminares. Dicho de otro modo, entraban unas cifras, pero salían otras favorables a Felipe Calderón. Se trataba de un fraude cibernético.

La denuncia no tenía pies ni cabeza. Pero se volvió creíble porque el honorable rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, guardó un silencio cómplice. No aclaró, primero, que algoritmo es un término para referirse a distintas fórmulas de cálculo. Pero sobre todo, omitió decir y respaldar al PREP que había sido diseñado con la cooperación de científicos de la UNAM.

Mintió, a principios de abril de 2006, cuando afirmó que contaba con una encuesta que le otorgaba 10 puntos de ventaja. Y a lo largo de todo mayo y junio siguió proclamando su mentira por todo el país. 

Hoy, todo indica, ha vuelto a las andadas. Las cifras van y vienen como si fueran ciertas. La denuncia del fraude orquestado con la complicidad de la cadena Soriana es ejemplar.

López Obrador exhibió en una conferencia de prensa 3 mil 500 tarjetas de Soriana con un logo de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), afiliada al PRI. Esa documentación notariada fue presentada ante el Tribunal Electoral Federal como prueba de la compra de votos.

Sin embargo, Humberto Fayad, director general de Soriana, hizo una doble aclaración: las tarjetas Soriana-CTM funcionan desde 2010 y forman parte de un programa de puntos y beneficios para los trabajadores. No se puede depositar en ellas dinero.

De hecho, Fayad ha ido más lejos y ha denunciado un montaje deliberado. Según su dicho, la única tienda que registró un tumulto de consumidores el lunes 2 de julio está ubicada en Iztapalapa. Los anaqueles fueron vaciados y a partir de ahí se dijo que fueron compras masivas de todos aquellos que habían vendido su voto a cambio de una tarjeta Soriana.

El problema está en que eso sólo ocurrió en una de las 600 tiendas de Soriana y donde, por pura coincidencia, se encontraba un fotógrafo de La Jornada que tomó imágenes de los anaqueles vacíos. Posteriormente, la tienda fue clausurada por presuntas irregularidades en cumplimiento del reglamento.

Lo notable del asunto está en que, por una parte, el PRD arrasó en la delegación Iztapalapa, como en el resto del DF. Y por la otra, el propio Ebrard reconoció que en la Ciudad de México no había habido compra de votos. ¿Quiénes eran entonces los consumidores arrebatados?

Pero además, el propio Fayad recordó que durante la administración de López Obrador, Soriana emitió tarjetas donde los adultos de la tercera edad recibían depósitos de las pensiones que otorgaba el gobierno del Distrito Federal.

Y por cierto, quién no recuerda la asistencia multitudinaria de cabecitas blancas a los informes de gobierno de López Obrador en el Zócalo de la Ciudad de México. ¿Iban por su propio pie o pasaban lista con la amenaza de suprimirles la pensión?

Con el asunto de Monex sucede algo similar. Para empezar, la denuncia del PAN se hizo hasta finales de junio. Solicitó entonces que el IFE congelara las cuentas porque presumía que ese dinero se utilizaría para comprar votos. La respuesta del IFE fue negativa, porque no encontró indicios de tal cosa, y posteriormente fue ratificada por el Tribunal Electoral Federal.

Ricardo Monreal ha agregado que se depositaron 240 millones de pesos de esa cuenta en 143 mil tarjetas, es decir, el promedio en cada plástico sería de mil 678 pesos. Pero si ese promedio se multiplica por los 5 millones de votos que, según AMLO, se compraron da un total de... 8 mil 391 millones de pesos.

Igual se podría hablar de 20 o 30 mil millones de pesos. Sumar no empobrece. La denuncia afirma, también, que los gobernadores priistas fueron claves en la compra de voto. Pero si así fue, cómo se explica que el PRI perdió en Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz.

Por último, una consideración elemental. En algún momento de la campaña, Felipe Calderón se vanaglorió de que las manifestaciones no eran contra él, sino contra uno de los candidatos.

Y sí, efectivamente así fue. Pero fue así por una razón simple: la candidata del PAN no encabezaba las encuestas. Porque de haber sido el caso, la campaña y las manifestaciones se habrían orientado contra "el espurio" que orquestaba un nuevo fraude.

Y hoy, las denuncias no serían contra el PRI y la supuesta compra de 5 millones de votos, sino contra "el espurio", el Programa Oportunidades y el Seguro Popular que le habrían permitido doblegar voluntades y robarse la elección una vez más.

Escribí hace unas semanas que AMLO jamás ha pasado la prueba de fuego de todo demócrata: reconocer la derrota y actuar en consecuencia. Habrá que ver si ahora, aunque le sea adverso, respeta el fallo del Trife. Ojalá, pero lo dudo.

Leído en: http://noticias.terra.com.mx/mexico/politica/jaime-sanchez-susarrey-el-expediente-de-amlo,c6a7bbac2e588310VgnVCM20000099cceb0aRCRD.html

Juan Villoro - El libro aprende a leer

Juan Villoro
Cuando San Agustín vio leer a San Ambrosio a fines del siglo IV, fue testigo de una peculiar manera de expresar la devoción: el sorprendente erudito leía en silencio.

Agustín atesoró la escena y no dejó de incluirla en sus Confesiones: “Cuando Ambrosio leía, pasaba la vista sobre las páginas penetrando su alma, en el sentido, sin proferir una palabra ni mover la lengua [...] Yo entiendo que leía de ese modo para conservar la voz [...] En todo caso, el propósito de aquel hombre era bueno”.

Durante siglos, la escritura no eliminó la oralidad. Entender la letra significaba pronunciarla. Aunque se tratara de un acto individual, el texto se recitaba; requería de sonido para suceder. San Agustín fue testigo el viraje cultural que se fraguaba en el siglo IV.

Después de Gutenberg, los libros impresos facilitarían leer al modo de San Ambrosio.

A partir de entonces la lectura ha representado el vínculo secreto entre dos mentes. De manera significativa, el libro electrónico comienza a alterar esta costumbre. En un interesante artículo publicado en el Wall Street Journal, Alexandra Alter reflexiona sobre las consecuencias de leer descargas en Amazon o Google.

Por primera vez los editores disponen de pistas sobre la forma concreta en que los libros son utilizados. Pueden saber en cuántas horas se lee un texto, cuántas veces se interrumpe, qué otros libros se leen entretanto, qué pasajes se saltan, qué frases llaman la atención y merecen subrayado luminoso.

Los hábitos de los lectores se precisan con tal detalle que se teme una nueva invasión de la privacidad. Al mismo tiempo, esto despierta el interés de los autores. Todos sentimos curiosidad por descubrir el modo en que somos leídos.

Si subes al Metro y ves que alguien lleva un libro tuyo, te acercas sigilosamente y estudias sus reacciones. ¿Se quedará dormido o se reirá con el chiste que -según calculas- está en esa página? Como el destino es inclemente, ese hipotético lector se baja en la siguiente estación y te quedas con la duda.

No sabemos quién nos lee y controlamos con discreción lo que leemos (si un periodista pregunta qué libro tienes en el buró, mencionas La Eneida para no tener que explicar por qué estás leyendo la biografía del Pibe Valderrama).

A veces, ocultar la lectura es cuestión de supervivencia.

Un amigo chileno me contó que después del golpe de Estado de Pinochet, forró un libro para leerlo en público (era un estudio sobre el cubismo, pero temía que los militares pensaran que trataba de la revolución cubana).

Gracias a Kindle es posible detectar no sólo el título de la obra sino qué pasajes interesan más. Leer una escena erótica ya no es un acto íntimo sino algo que detecta una máquina, circunstancia típica de una época en que Google Earth supervisa el nudismo de azotea.

No todos los datos que aportan las descargas son novedosos. En los primeros meses de lectura electrónica se ha “descubierto” que los lectores de no ficción leen a saltos y los de novela lo hacen de principio a fin, que los de ciencia ficción son más veloces y los literarios más exigentes y proclives a abandonar el libro.

La frase más subrayada pertenece a la novela de moda Los juegos del hambre: “A veces las cosas importantes le suceden a la gente que no está preparada para lidiar con ellas”. Bien mirada, la expresión define nuestra extrañeza ante la tecnología.

Una paradoja esencial de los inventos es que recuperan atavismos. La segunda frase más subrayada plantea una situación que muchos juzgarían superada. Se trata del comienzo de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen: “Es una verdad universalmente aceptada que un hombre soltero en posesión de una buena fortuna deba estar en busca de una esposa”.

La ilusión de mezclar el dinero con el matrimonio no sólo tiene vigencia en las telenovelas.

Los libros electrónicos leen a sus lectores. Aún es difícil detectar reacciones psicológicas o estéticas, pero no sería raro que en el futuro se midiera el impacto emocional de un personaje o una metáfora.

¿Llegaremos a la satisfacción vicaria de sentir que un libro nos lee mejor que otro?

Por el momento ya hay libros interactivos. En ciertas novelas policiacas es posible descartar culpables para contribuir al desenlace y en novelas románticas se puede escoger al novio de la protagonista.

De acuerdo con Italo Calvino, el libro es la única parte de la casa donde podemos estar a solas. Esto comienza a cambiar. ¿Comprometeremos la sinceridad de nuestras reacciones al saber que dejan huella o admitiremos la lectura como una práctica semipública? El hábito de leer no se modificaba tanto desde el siglo IV.

La asombrosa introspección que San Agustín observó en San Ambrosio perdura en los libros impresos. El e-book pertenece a una comunidad. Dejamos un rastro luminoso que puede tener testigos. Mientras leemos, alguien lejano nos descifra.

Leído en: http://www.criteriohidalgo.com/notas.asp?id=103932

Tiaré Scanda - Cada quién su boda

Tiaré Scanda
NOTA DEL EDITOR: Tiaré Scanda es actriz de cine, teatro y TV. En 1996 fue nominada al Ariel a mejor actriz de reparto por “El callejón de los Milagros” y en 2001 a la Diosa de Plata a mejor coactuación femenina por “De ida y vuelta”. En la telenovela "Por ella soy Eva", de Televisaes "Marcela Noriega", mujer víctima del machismo y la violencia intrafamiliar.

Hace muchos años, en Rockotitlán un muchacho del público agredió a Cecilia Toussaint, que estaba en el escenario cantando, porque siendo también actriz, estaba actuando en una telenovela. Sin enojarse, ella respondió al agresor: “Yo no sé quién está más jodido, si yo que las hago o tú que las ves”.
Jamás podré olvidar esa frase. La recuerdo a más alto volumen cuando algunas personas me llaman incongruente por desear un país más justo y no por ello, dejar de ejercer mi oficio de actriz en telenovelas, así como películas, obras de teatro, espectáculos de cabaret y programas del INBA para promover la lectura.
El entretenimiento ha sido una necesidad humana desde que el mundo es mundo y la gente siempre ha tenido un cariño especial por los cómicos por ayudarles a reír o a llorar.
Eugenio Derbez es un hombre muy trabajador que le ha hecho pasar buenos momentos a mucha gente con su creatividad y sentido del humor. Alessandra, una actríz, conductora y cantante pop que siempre ha hecho bien su trabajo y ha sido cercana con su público.
Ambos son mis amigos y el sábado llegué muy peinada y luciendo un hermoso vestido al Claustro de Sor Juana, donde se iban a casar en una ceremonia televisada, dado que los dos son muy famosos y dado que se les dio la gana hacerlo así porque, ultimadamente, cada quién su boda.
A lo largo y amargo de este proceso electoral, ninguno de los dos hizo ningún spot ni ninguna declaración en favor de Peña Nieto. ¡Al contrario! Eugenio lamentó la mala memoria de todos aquellos que votaron por el PRI. Sin embargo, un grupo de gente muy enojada, supuestos integrantes de #YoSoy132, se manifestaba en la entrada de la iglesia, contra Televisa. Exigían democracia y afirmaban que Enrique Peña Nieto jamás sería su presidente.
Cabe mencionar que @soy132MX ya dijo en Twitter que no convocó ni a la mega marcha antiEPN –aunque se solidarizó con ella- ni a boicotear la boda de Eugenio.
Mi acompañante y yo, que como muchos mexicanos, incluido el propio Eugenio, simpatizamos en principio con la exigencia del movimiento #YoSoy132 de recibir información completa y de que ningún medio favorezca o imponga a ningún candidato, nos dimos cuenta que sería imposible ingresar al Claustro -institución educativa que también ha apoyado la causa de dicho movimiento- sin un escupitajo en el vestido o por lo menos tres mentadas de madre completamente inmerecidas.
Decidimos abortar la misión y regresar a casa con un sabor de boca difícil de describir.
Me preocupa pensar en el descontrol que puede generarse en un movimiento estudiantil o ciudadano cuando empieza a crecer en número. Prácticamente cualquier provocador puede hacerse una pancarta y afirmar pertenecer al grupo aunque no sea cierto, y dar rienda suelta a sus conductas antisociales contra quien sea, afectando con ello los principios del propio movimiento: apartidista, democrático, pacífico.
No se nos puede olvidar que no todos pensamos igual pero cada uno tiene derecho a pensar y actuar como crea conveniente, siempre y cuando respete los derechos del de al lado.
El enojo es comprensible, somos muchos los que estamos enojados y decepcionados, pero... Si alguien se enojara con Slim, ¿sería correcto que intentara boicotearlo agrediendo a las meseras de Sanborns, o a los empleados de Telmex?
¿Dejan de ser personas las personas famosas? ¿Se merece el Claustro de Sor Juana, siempre solidario con las causas nobles, que Anonymus le haya hackeado la página web?
En el caso concreto de las televisoras, ¿No tendría más sentido apagar la televisión y ponerse a leer un buen libro? ¿Salir a alfabetizar para que otros puedan leer? ¿Reclamar, sí, y proponer, como el verdadero #YoSoy132 lo ha venido haciendo, en las trincheras adecuadas.? ¿Seguir haciendo debates y cuestionamientos interesantes con valentía y con respeto?
¿Pero qué tanto habrá aportado a la democracia arruinarle la boda a una pareja y agredir a sus invitados?
Si la intención era sabotear un programa de televisión con mucha audiencia, hubiera sido más útil movilizarse para sacar del aire a la Señorita Laura, tan nociva para la salud, cuyo público es justamente el perfil de quienes reciben las despensas del PRI: gente muy pobre que no ha tenido oportunidad de educarse y se cree lo que sea.
Deseo de todo corazón que el movimiento #YoSoy132 sea autocrítico, se organice de la mejor manera, y no permita que una causa tan justa se les salga de las manos a causa de provocadores colados que no persiguen los mismos objetivos democráticos que han planteado los estudiantes.




CACAROOOO!!! PRIMERA FUNCIÓN

Il Sorpasso (La escapada) 
(1962) 
País: Italia 
Director: Dino Risi




SINOPSIS Bruno Cortona, un simpático juerguista, encuentra casualmente a Roberto, un tímido estudiante, y lo invita a pasar con él un día de vacaciones fuera de Roma. Durante el viaje, el joven se siente cada vez más atraído por la alocada forma de vida de su maduro compañero. Tras permanecer unas horas en compañía de la familia de su nuevo amigo, el viaje continúa hacia un final inesperado.








CACAROOOO!!! SEGUNDA FUNCIÓN

Un verano para toda la vida
(December boys)
((2007)
País: Reino Unido, Australia, USA
Director: Rod Hardy

Sinopsis:
Historia de cuatro huérfanos que salen del orfanato durante el verano para pasar las vacaciones en un pueblo de Mar. Allí corre el rumor de que una pareja quiere adoptar a uno del grupo, lo que causará tensiones entre ellos.







UN POEMA DE:

Pedro Miguel Obligado
(1892 - 1967)


NO TIENE IMPORTANCIA


Esta pena mía
no tiene importancia.
Sólo es la tristeza de una melodía,
y el último ensueño de alguna fragancia.


-Que todo se muere,
que la vida es triste,
que no vendrás nunca, por más que te espere,
pues ya no me quieres como me quisiste-.


No tiene importancia...
Yo soy razonable;
no puedo pedirte ni amor ni constancia:
!si es mía la culpa de no ser variable!


¿Qué valen mis quejas
si no las escuchas;
y qué mis caricias, desde que las dejas,
quizá despreciadas porque fueron muchas?


!Si esta pena mía
no es más que el ensueño de alguna fragancia,
no es más que la sombra de una melodía!
Ya ves que no tiene ninguna importancia...









 EL HOMBRE SENSIBLE

Pobre el hombre sensible!
todo es crueldad para el!
Lo conmovera la dicha
lo entristecera el placer,
y lo ahogara una ternura
penosa, al sentir el bien.
Quiza encuentre quien le quiera
no quien le sepa querer...
Sera un ramaje vibrante
con su pesadumbre fiel.


Obligado, Pedro Miguel.




James Thurber - La última flor

James Thurber
(1894 - 1961)

La última flor
La duodécima guerra mundial, como todo el mundo sabe, trajo el hundimiento de la civilización. Pueblos, ciudades y capitales desaparecieron de la faz de la tierra. Hombres, mujeres y niños quedaron situados debajo de las especies más ínfimas. Libros, pinturas y música desaparecieron, y las personas sólo sabían sentarse, inactivos, en círculos.

Pasaron años y más años. Los chicos y las chicas crecieron mirándose estúpidamente extrañados: el amor había huido de la tierra. Un día, una chica que no había visto nunca una flor, se encontró con la última flor que nacía en este mundo. Y corrió a decir a las gentes que se moría la última flor. Sólo un chico le hizo caso, un chico al que encontró por casualidad.

El chico y la chica se encargaron, los dos, de cuidar la flor. Y la flor comenzó a revivir. Un día una abeja vino a visitar a la flor. Después vino un colibrí.

Pronto fueron dos flores; después cuatro… y después muchas, muchas. Los bosques y selvas reverdecieron. Y la chica comenzó a preocuparse de su figura y el chico descubrió que le gustaba acariciarla. El amor había vuelto al mundo.

Sus hijos fueron creciendo sanos y fuertes y aprendieron a reír y a correr.

Poniendo piedra sobre piedra, el chico descubrió que podrían hacer un refugio. Muy deprisa toda la gente se puso a hacer casas. Pueblos, ciudades y capitales surgieron en la tierra. De nuevo los cantos volvieron a extenderse por todo el mundo.

Se volvieron a ver trovadores y juglares, sastres y zapateros, pintores y poetas, soldados, lugartenientes y capitanes, generales, mariscales y libertadores. La gente escogía vivir aquí o allí.

Pero entonces, los que vivían en los valles se lamentaban por no haber elegido las montañas. Y a los que habían escogido las montañas, les apenaba no vivir en los valles…

Invocando a Dios, los libertadores enardecían ese descontento. Y enseguida el mundo estuvo nuevamente en guerra. Esta vez la destrucción fue tan completa que nada sobrevivió en el mundo.

Sólo quedó un hombre… una mujer… y una flor.







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