He allí el infierno al que ingresa cualquier ciudadano en busca de la justicia a la cual tiene derecho. He allí la tortura diaria de cualquier mexicano que quisiera obedecer la ley pero se enfrenta a instituciones que la tuercen o la ignoran. Extorsionado. Abandonado. Huérfano. Víctima de un sistema evidenciado por la investigación del CIDE sobre la “Justicia cotidiana”.
Un sistema que está lejos de ser expedito, y que no logra emitir resoluciones de manera pronta, completa e imparcial, como lo exige la Constitución. En lugar de recursos sencillos, enfrentamos trámites complejos. En lugar de procesos rápidos ante tribunales competentes, enfrentamos procesos tortuosos mal llevados por tribunales incompetentes.
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RECOMENDACIONES Y COLUMNAS DE OPINIÓN
domingo, 10 de mayo de 2015
Marta N.Robles - ¿Por qué quisiste tenernos?
¿Por qué quisiste tenernos?
-Mami, cuéntanos otra vez por qué quisiste tenernos.
-Pues...iba yo paseando por el parque un día cuando un niño pequeño tropezó conmigo y me hizo caer. Y pensé: “qué bonito sería caerme con mi hijo en brazos”.
Al día siguiente vi correr a una madre detrás de su hija con un bocadillo en la mano y pensé: "qué divertido jugar así a pillar con mi hija". Dos días después oí a un padre gritar a su hijo muy fuerte y pensé “seguro que yo podría gritar más fuerte que un papá”. La siguiente semana vi a una madre que empujaba un carrito de bebé con una mano mientras con la otra agarraba de la chaqueta a su hijo que se quería marchar corriendo y sujetaba con los dientes el bolso y pensé: “qué suerte poder practicar todos los días para tener cada vez más agilidad”. Otro día fui a visitar a una amiga y vi una casa llena de juguetes tirados por el suelo. Y pensé: “¡qué bien me vendría agacharme y levantarme varias veces al día para estar en forma”. Más tarde vi dos hermanos discutiendo y pensé: “esto es lo que yo siempre quise ser de mayor: juez de paz”. A los pocos días vi a un papá poniendo una curita en la rodilla de su hija y pensé: “¡yo también quiero jugar a los médicos!”. Entonces llegué a casa y le dije a papi:
- Tenemos que tener dos hijos.
-¿Y nos hiciste como tú querías?
-Sí, exactamente como yo quería. Yo quería niños que corrieran entre mis piernas, que se escaparan corriendo cuando yo quería que comieran o se acostaran, que me enseñaran a gritarles cada vez más fuerte, que me convirtieran en una madre malabarista y en la más veloz del mundo, que me hicieran hacer mucho ejercicio jugando a ordenar y desordenar, que se pelearan todo el día para que yo pudiera pasarme la vida enseñándoles a pedirse perdón y a compartir, y que me hicieran estudiar para ser médico-enfermera-profesora-limpiadora-cocinera-escritora-inventora-maga.
-¿Por eso nos dices tantas veces que nos quieres mucho?
-¡Por eso mismo! Porque no pude fabricar unos hijos más perfectos, maravillosos y estupendos. ¡Vosotros habéis superado todas mis expectativas y habéis conseguido que todos mis sueños se cumplieran!
Marta N.Robles
Leído en http://www.guiadelnino.com/ocio-para-ninos/cuentos-infantiles/4-cuentos-cortos-para-el-dia-de-la-madre/(part)/3
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