lunes, 11 de marzo de 2013

Dos formas de vivir el poder.


Por Gustavo Orozco

Los dos son personajes que en díasrecientes han dejado de gobernar, es más; uno de ellos ya dejo esta vida, parabien o para mal lo hecho, hecho esta. No vamos a entrar a descurtir losalcances ni los meritos de cada uno de ellos, no es la intención de esta brevenota, tan diferentes en sus maneras de ejercer el poder, como diferente fue elmodo en que lo dejaron.


Uno ellos, Benedicto XVI, si el Papa;simplemente hacer notar que mediante su renuncia, su reconocimiento que lasalud, las energías, ya no le eran suficientes.

Tal vez la necesidad de darle a la Iglesia católica una nueva  forma de ver la vida que nos está tocandovivir.
El que se nos adelanto, Hugo Chávez, francay llanamente aferrado al poder, sin importar que la salud ya no le daba ni parahacer actos públicos. Presidente hasta el último momento, pareciera que aunsigue al mando.

Gracias por sus comentarios.


Denise Dresser- País herido


11 Mar. 13

¿Y si su hijo o su esposo o su hermano desaparecieran un día cualquiera? ¿Y si pasaran semanas y meses sin saber de él? ¿Y si colocara fotos y descripciones y peticiones de ayuda -"Delgado, moreno, de pelo corto"- en lugares públicos? ¿Y si después de años no supiera nada sobre su paradero? ¿Y si después se enterara que las fuerzas de seguridad -el Ejército o la Marina o la policía- estuvieron involucradas en su desaparición? ¿Y si después su cuerpo fuera encontrado en una fosa común? ¿Y si le entregaran los restos de su ropa en una bolsa de plástico? ¿Y si las autoridades responsables no le prestaran atención? ¿Y si el gobierno le dijera que no puede intervenir porque "es un asunto del Ejército"? ¿Y si, aunque usted contara su caso cientos de veces, prevaleciera el silencio? Estas preguntas son las que el país entero debería hacer. Estas son la preguntas que Human Rights Watch intenta responder en su informe Los Desaparecidos de México: Los Costos de una Crisis Ignorada.