Jaime Sánchez Susarrey |
No deja de ser grotesco que López Obrador haya rendido el martes pasado homenaje a las víctimas del 68, reivindicado la lucha de los jóvenes y definido como idénticos a Díaz Ordaz y Peña Nieto
A la memoria de Rodolfo Armenta Scott.
Desde hace 43 años la consigna es la misma: ¡2 de octubre, no se olvida! Y en efecto, cada año la corean jóvenes, muy jóvenes, que no estuvieron allí e ignoran muchas cosas, muchas más de las que se imaginan.
Para empezar el número real de víctimas. Inmediatamente después de la represión se mencionaron diversas cifras, desde 300 a 500 muertos. El relato de la periodista italiana Oriana Fallaci le dio la vuelta al mundo.
Treinta y tantos años después, Pablo Gómez, siendo diputado, encabezó una comisión parlamentaria. Las investigaciones más serias consignaron 34 nombres y 10 víctimas no identificadas. Luis González de Alba ha insistido en el hecho de que no pudieron ser más, porque un desaparecido o un muerto siempre deja huellas (el hermano, la mamá o el primo que lo recuerda).