Ante los temas de tratado de comercio libre, relaciones directas con el presidente Trump, crimen transnacional y migrantes sudamericanos en México y mexicanos en los Estados Unidos, los cuatro candidatos presidenciales carecieron de una propuesta de gobierno para el próximo sexenio.
Esos sí, los cuatro fueron pródigos en ofrecer mundos ideales sin explicar los cómo, los cuatro respondieron con demagogias, ninguno pudo ofrecer un programa concreto para algunos de los problemas planteados.
Como en el debate anterior y en los discursos de campaña, los cuatro se desviaron en generalidades, repitiendo las argumentaciones de siempre. Sus discursos fueron complacientes. A pesar de debatir el trato con Trump, ninguno aclaró cómo será la relación con el Trump que ha ofendido y humillado a México.
Los dos conductores desaprovecharon la oportunidad para explorar respuestas en los candidatos y fueron demasiado insistentes en buscar respuestas a sus propias convicciones o ideas, y a veces lo hicieron con impertinencia hasta grosera y gestos de fastidio.
Esos sí, los cuatro fueron pródigos en ofrecer mundos ideales sin explicar los cómo, los cuatro respondieron con demagogias, ninguno pudo ofrecer un programa concreto para algunos de los problemas planteados.
Como en el debate anterior y en los discursos de campaña, los cuatro se desviaron en generalidades, repitiendo las argumentaciones de siempre. Sus discursos fueron complacientes. A pesar de debatir el trato con Trump, ninguno aclaró cómo será la relación con el Trump que ha ofendido y humillado a México.
Los dos conductores desaprovecharon la oportunidad para explorar respuestas en los candidatos y fueron demasiado insistentes en buscar respuestas a sus propias convicciones o ideas, y a veces lo hicieron con impertinencia hasta grosera y gestos de fastidio.