Las reuniones secretas de la Secretaría de Gobernación con los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se desarrollaron en una casa-oficina que tiene el subsecretario Luis Enrique Miranda en Virreyes, una zona exclusiva de las Lomas de Chapultepec en la ciudad de México. Siempre fue Miranda el interlocutor de los líderes del magisterio en rebelión. Juntos, presionaron a la Secretaría de Hacienda –para que les resolviera el problema del dinero-, y al ISSSTE –para que les diera de alta plazas que irregularmente crearon -. Relegaron sistemáticamente a la Secretaría de Educación, y humillaron sin piedad al gobernador de Oaxaca Gabino Cué.
A esas reuniones asistían regularmente representantes del gobierno de Oaxaca, y en ocasiones Cué, pero rara vez los dejaron hablar cara a cara con la Sección 22 de la CNTE. Los atendía Miranda y una vez que terminaban, ya no había necesidad de pedirles que se retiraran, pues ya sabían que no eran bien recibidos. La Sección 22 dijo desde un principio de la negociación con el Gobierno Federal que arrancó en mayo, que en el primer momento que estuviera Cué o sus subalternos, ellos se retiraban de toda negociación. ¿Qué buscaban? Recursos, prebendas –que Oaxaca estuviera excluida de la Reforma Educativa- y un pretexto político para mantener el metabolismo magisterial, de acuerdo con funcionarios que saben los detalles de esas reuniones.