Lógico: Peña Nieto agradeció al Congreso, desde Panamá, el repechaje económico.
Se planteó como Reforma Hacendaria, después se rebajó a Miscelánea y terminó como Miss Gordillo: a nadie le gusta, (alguien diría que como Miss Universo, pero no sabemos si a las concursantes les hagan lo que nos van a perpetrar). No pagaremos IVA por la colegiatura, pero sí por el perro que le compramos al niño para que haga la tarea. Y además, por las croquetas del can o las whiskas, si es que la mascota es gato o expresidente. Un peso más de impuesto al refresco azucarado afectará a la industria de la construcción, pues con un Titán le echan más ganas los chalanes, no así a los antros, porque los chavos toman con light. Impuesto especial a los cosméticos, lo que ya no preocupa a doña Elba, ni a doña Marisela, la cónsul en Milán. Gravamen a las golosinas de chocolate —no de Cocoa Calderón— y a las Marinelas del señor Bimbo, que ya nos tiene bombos con tanta declaración. ¿Y qué nos dice usted del incremento al Impuesto Sobre la Renta? Afortunado Brozo quien, para diluir ingresos, puede cobrar también como Víctor Trujillo y como la Beba Galván o el ingeniero Cárdenas que preside la Fundación de Papá y Mamá, es canciller de Miguel Ángel Mancera y, dicen, aspirante a dirigir el PRD. ¿Pero los que no tenemos ni perro que nos ladre? (Bueno, teníamos, pero ayer lo regalamos, por el impuesto).