sábado, 19 de noviembre de 2011

Peña Nieto, las encuestas y la arrogancia por Carlos Puig


Cada vez más una conversación invade las sobremesas de nosotros los que andamos en este oficio. Si regresa el PRI, ¿qué es exactamente eso que regresa? ¿De qué se va a tratar?
Una alianza vale más que mil palabras.
Enrique Peña Nieto será el candidato del PRI, por supuesto, pero irá acompañado de dos partidos más. El Partido Nueva Alianza de la señora Elba Esther Gordillo y el Partido Verde Ecologista de México, franquicia de los González y amigos que quieran acompañarlo.
Comencemos con el primer aliado de Enrique Peña Nieto, el Verde Ecologista de México. De los quehaceres del PVEM, pues ni hablar. En su historia ha sido gran acompañante de candidatos.
De su dueño, siempre acompañado de mujeres jovencitititas, prefiero dejar este espacio a los expertos. Cito una muy reciente nota —casi homenaje— del sitio quien.com, cuyo redactor se nota embelesado por las habilidades del líder político y senador de la República:
“Si algo tiene Jorge Emilio González es que le gusta la vida social y sus fiestas privadas; según nos cuentan fuentes cercanas, son de lo más divertidas.
“El escenario perfecto puede ser un yate, alguno de sus departamentos en la ciudad o la playa, o en su casa ubicada cerca del hotel Las Brisas en Acapulco, Guerrero.
“Cuentan que le gusta el mariachi y por eso siempre lleva uno, de preferencia en un yate que comparte con dos de sus amigos.
“Los músicos amenizan las reuniones, en las que suele haber una gran variedad de bebidas, comida y gran diversión, ya que suelen terminar en after party. Una fuente consultada por Quién nos relató que ella acudía a las fiestas organizadas por Jorge Emilio desde que tenía 15 años.
“Y como a El Niño Verde le gusta ser un gran anfitrión, no pierde oportunidad de también organizar algo en un yate en Saint-Tropez, Francia”.
Estoy seguro de que cualquier senador de la República envidiaría esa descripción de su persona. Por cierto, el divertido joven Jorge Emilio fue exhibido hace unos años en un video pidiendo una lanita en Cancún para arreglar un asuntito. Y ahora se le involucra en una fiesta donde terminó muriendo una chica búlgara. Elsocialité —y a veces senador— ha dicho que se siente difamado.
Ése es el aliado de Peña Nieto. Ya lo era, por cierto, desde el Estado de México.
Luego está el Panal de Elba.
La corrieron del Revolucionario Institucional a patadas hace unos años. Desde entonces ha amasado más poder en el sindicato del que tuvo en el PRI, y tiene hasta partido político donde la estrella es… su hija, pues si no quién.
Es un debate más amplio y más complicado definir con exactitud cuál es su responsabilidad en el estado actual de la educación en México. Nadie puede dudar que ha sido una efectiva líder sindical que ha provisto a la mayoría de sus agremiados de buenas condiciones de trabajo.
En lo político, dejó el espacio a Jorge G. Castañeda, que escribió hace poco esto de Elba, a quien el ex canciller conoce bien:
“Pero la contrapartida de la habilidad sindical de Elba es la radical ausencia de estrategia política, o si se prefiere, la incapacidad también radical de poner el enorme poder sindical al servicio de una causa, más allá de la personal.
“En política se construye, se planifica, se preparan las cosas con larga anticipación; en política democrática y provista de sentido, existe una brújula, que es un programa, una agenda, una idea. De todo esto Elba ha carecido siempre. No por falta de inteligencia, sensibilidad o compromiso, sino porque le gana, como es lógico, su vocación sindical.”
La señora Gordillo, justa o injustamente, tiene una de las calificaciones más bajas en cualquier encuesta sobre actores políticos en México.
Y estos dos actores políticos han negociado y firmado con el líder del PRI, Humberto Moreira, de quien después de muchas semanas de escándalos y deuda, ya dijo Peña Nieto, están sometiéndolo a una campaña de lodo. Pobrecito.
La pregunta es: ¿para qué necesita un político que tiene 20 puntos de ventaja en todas las encuestas desde hace años aliarse con El Niño Verde y la señora Gordillo?
O hay mucha arrogancia: nada me puede hacer daño, o no se entiende.
Porque no es que alguno de los dos partidos sea semillero de grandes ideas, o grandes hombres, o grandes propuestas o grandes nada.
Entonces, por qué el mexiquense habría de necesitar que sus adversarios puedan andar en campaña con fotos de él abrazándose con Elba y Jorge Emilio.
Más importante, para respondernos la pregunta original, ¿Le importa a Peña Nieto que lo mejor que se conoce de Jorge Emilio es, para citar a Quién, lo divertidas que son sus fiestas en sus yates?
Ahora, Peña Nieto y Moreira no han tenido mejor idea que maltratar a Manlio Fabio Beltrones, que está a punto de hacer un mal gesto.
Una vez más, ¿qué necesidad? ¿Podrá sin Manlio, pero con Elba y El Niño?
O los 20 puntos ya no son colchón, se convirtieron en motivo para la arrogancia.

AMLO 'reloaded' por Jorge G. Castañeda





Desde hace más de dos años en distintas tribunas he insistido en que a pesar de consejos, deseos y buenas intenciones de la comentocracia, políticos y empresarios, el candidato de la izquierda unida iba a ser AMLO. A quienes veían en Ebrard una esperanza de modernización/renovación de la izquierda; o una opción ciudadana; o una candidatura socialdemócrata -en lo personal nunca pude descubrir el origen de esas virtudes- les insistí que había un pequeño problema con esa tesis: se llama AMLO.

No existió posibilidad alguna de que Ebrard le arrebatara la candidatura del PRD. Pero de haberse dado AMLO ya tenía el plan b: Convergencia y el PT. Que eso hubiera llevado a la izquierda al "precipicio", como dijo Ebrard, es posible pero irrelevante: era una amenaza, un chantaje contra el cual no había antídoto posible. Ebrard siempre lo supo y llevó la posibilidad de su candidatura lo más lejos que pudo por dos motivos. Primero, no ser un "lame duck" antes de tiempo y perder el control de la ciudad; segundo, para lograr el mayor número de posiciones en las demás boletas del 2012. Pensar otra cosa era ingenuo, mañoso o simplemente la evidencia de una de las idiosincrasias mexicanas más socorridas, sobre todo en política: lo que deseo va a suceder sólo porque lo deseo.

Hay varios perdedores en esta aventura y varios ganadores también. Entre los ganadores destacan el propio AMLO y quienes estuvieron a su lado durante su travesía por el desierto. También figuran aquellos rivales de AMLO en la contienda presidencial que piensan que Ebrard hubiera sido un candidato más fuerte, pero que supieron jugar. Y, por último, aquellos que sostienen que México no necesita una izquierda reformista, globalizada, democrática y "aggiornata". Sino más bien una izquierda pura y dura, casi revolucionaria, que no ande con las medias tintas de chilenos, uruguayos y brasileros.

Los perdedores son más numerosos. Primero, los que se hicieron ilusiones y jugaron contra el Peje y hoy regresarán con la cola entre las patas o serán desterrados del edén tabasqueño. En segundo lugar, aquellos que por creer y querer que Ebrard fuera el "deus ex machina" de la izquierda, de la ciudadanía y del país no buscaron o construyeron una opción que podía no ser tan atractiva como Ebrard, pero que hubiera tenido un mérito: existir. Quisiera destacar el caso de un personaje que por el poder y habilidad que implica, y por la enorme oportunidad que desaprovechó, es digna de ser reseñada. Me refiero a Elba Esther Gordillo. Como escribí en Enfoque hace casi seis meses, Elba iba a dejar sus cartas tapadas hasta último momento, pero el último momento llegó antes de lo esperado. No construyó una alternativa ciudadana e independiente por esperar a Ebrard, ya sea con el PRD o con Nueva Alianza. Hoy, ante lo que parece ser la victoria de Josefina Vázquez entre panistas, tampoco tiene la opción del PAN: después de lo que ambas se han dicho no parece probable que se reconcilien y marchen juntas. Tal como dicen los medios, lo más probable es que Nueva Alianza y Elba se vayan con el PRI y Peña hoy mismo, pero es un momento en que Peña puede ponerse sus moños pues llega a la negociación, con quien sea, con 20 puntos sobre sus rivales. Todos sabemos que ese margen se va a estrechar durante la campaña, pero una cosa es negociar con esos 20 puntos y otra con los 7 u 8 que quizás tenga dentro de unos meses. Es el riesgo del tacticismo: sin estrategia no hay rumbo.

Apuesto a que muchos de los que sí le encontraron atributos de renovador de la izquierda, del Lula mexicano, en Ebrard; hoy van a descubrir esas virtudes en el propio AMLO. Van a congratularse de que ya fue a Estados Unidos y España; que se reúne con empresarios; que ya tiene un discurso para las clases medias; que se va a comprometer a no hacer plantones ni mandar a las instituciones al "diablo". Allá ellos. Lo único que muere después de la esperanza es el autoengaño.




En defensa de los políticos por José Woldenberg







Un fuerte abrazo para Alonso Lujambio.


O una primitiva nota metodológica. O por el gusto de llevar la contraria.

Muchas "cosas" pueden erosionar la democracia. La violencia expansiva con su carga de muerte e incertidumbre, la economía petrificada incapaz de ofrecer trabajo y horizonte a millones de personas, el contrahecho Estado de derecho que se traduce en el reino de la impunidad y de la preeminencia de los más fuertes, las profundas desigualdades que marcan nuestra convivencia social, y súmele usted. Pero hay una que de manera lenta, sorda, indolora, puede también acabar haciendo estragos: la multiplicación inercial de la retórica antipolítica.

Baste abrir un periódico, prender la radio, ver la televisión para toparse con un discurso reiterativo, sin gracia, en el cual todos y cada uno de los problemas tienen una sola fuente de origen: los políticos. Las cámaras empresariales y las organizaciones sociales, los sindicatos y los grupos monotemáticos, no batallan para encontrar a los culpables de nuestros males: los políticos. El cómico sin humor explota un recurso probado y el analista avezado coincide en que la vida sería luminosa si no nos topáramos con una piedra mayor: los políticos. El caricaturista y el profesor, el taxista y el cantante se quejan con voces desafinadas de la encarnación del Mal: los políticos. Manantial de todos los desarreglos, responsables de nuestras tragedias, principio de nuestras desgracias, los políticos se han convertido en explicación fácil, coartada para la reiteración cansina, análisis que nada explica.

En el extremo, son la encarnación de todos los antivalores, mientras en contraposición retórica aparece de manera invariable una sociedad impoluta, un pueblo noble. Como en las viejas películas del oeste, los villanos tienen un rostro inconfundible (los políticos), mientras los héroes a veces se visten con los ropajes del pueblo y en otras con los de la sociedad.

Lo primero que salta a la vista -o que debería saltar a la vista- es que estamos frente a un esquema maniqueo y por ello mentiroso. Bastaría con revisar las pulsiones discriminatorias, elitistas, persecutorias (y sígale usted) que anidan en nuestra sociedad, para ver que nuestros problemas trascienden a la sociedad política.

Lo más paradójico, sin embargo, es que la insistencia en colocar la responsabilidad únicamente en los políticos y en las instituciones que habitan -congresos, gobiernos- no ayuda ni a comprender la profundidad de nuestros problemas ni a acercarse a los retos que el país enfrenta. (Y antes de que el respetable empiece a impacientarse digo: claro que hay políticos impresentables, pero como en todo conjunto humano, es menester detenerse en las diferencias).

El expediente más común es elemental: se empieza por simplificar el quehacer político. Se presume que es sencillo, claro. Los objetivos no merecen mayor precisión, pero sobre todo las rutas para alcanzarlos nunca requieren una ponderación medianamente compleja. Todos deseamos lo mismo y lo queremos alcanzar a través de la misma vía. No se entiende -o no se quiere entender- que las metas de una sociedad suelen ser diversas -más allá de las nociones generales que a (casi) todos arropan, como educación, empleo, vivienda, salud, y sígale usted-, pero que sobre todo los diversos caminos no necesariamente llegan a Roma. De un marco "conceptual" como el enunciado se desprende que no hay problemas, sino agentes torpes o corruptos o descerebrados o los tres atributos conjugados.

Si ello fuera poco, se compara a la serpenteante y difícil política real contra el ensueño de una política transparente, idílica, operada por personalidades arcangélicas (o casi). Se añora la política sin contradicciones ni fricciones, sin jugarretas ni negociaciones, es decir, un paraíso perdido que jamás existió. Y no faltan aquellos que ponen sobre la mesa la quimera de un mando vertical, unificado, "auténtico" representante del pueblo.

En las últimas décadas en México se creó un nuevo contexto en el que se hace la política. Diversidad, competencia, empate de fuerzas, pesos y contrapesos institucionales, son nociones que no acabamos de asimilar. Una lucha sorda, complicada, desgastante -hay que tener estómago para aguantar- cruza la vida de los partidos, las organizaciones sociales y por supuesto la confrontación entre partidos y proyectos. Además, los políticos de hoy se encuentran más acotados por los medios, las normas que regulan su actuación, la vigilancia de sus pares, la rendición de cuentas y las leyes de transparencia. Una opinión pública más vigilante, medios con agendas propias, instituciones antes inexistentes y una inédita correlación de fuerzas, construyen un auténtico terreno minado, espinoso, enredado. Y si a ello le sumamos los poderes supranacionales, destacadamente el circuito financiero, que gravitan sobre la toma de decisiones, quizá podamos medio imaginar la nueva densidad de la política. Porque si no recuperamos la complejidad de la misma, difícilmente podremos siquiera pensarla.


  

Informarse deprime por René Drucker Colín

Todos los días los medios de comunicación nos presentan las noticias supuestamente más relevantes que ocurren en México y el mundo. Si bien cada medio tiene cierta inclinación política, algunos acontecimientos que ocurren son reportados de manera similar en todos, sobre todo cuando nos informan sobre sucesos concretos.

En este escrito me permito hacer una lista de noticias recientes que, desde luego, no agota el caudal adicional que podría uno detectar. Sólo menciono algunas que me parece que no podrían o deberían ocurrir en un país supuestamente en desarrollo.

El número de mexicanos que laboran en la economía informal, sin acceso a los beneficios de la seguridad social, rebasa a los que laboran en actividades formales. En la economía informal laboran 13 millones 438 mil 600 personas y en la formal laboran 12 millones 904 mil 903, según el Inegi, órgano oficial. Estos datos han sido confirmados por estudios del Tec de Monterrey. Esto señala un grave retroceso en la generación de empleos, pues durante el sexenio del supuesto candidato del empleo, llamado Calderón, se falló lamentablemente.

El 4 de noviembre, la Junta General Ejecutiva del IFE acordó otorgar a las oficinas de la Consejera Electoral y los cuatro consejeros electorales del instituto un techo presupuestal adicional de 150 mil pesos mensuales, ante la carga de trabajo, producto de la falta de tres consejeros electorales, ya que los diputados no se han puesto de acuerdo para nombrarlos.

Pobrecitos consejeros, tienen que trabajar más. Pues propongo que en todos lados, empresas y/u oficinas públicas, aumenten el sueldo a todos cuando se eleve la carga de trabajo, por la razón que sea (a los médicos, por ejemplo, cuando hay demasiados pacientes).

Noticia sobre Moreira. Qué cara dura se necesita para no renunciar ante tanta sospecha de malos manejos con dinero público. No sé si da vergüenza el PRI todo, o el tipo que supuestamente es su líder.

Noticia sobre Larrazabal. Otro caradura es ese alcalde de Monterrey, que se aferra a su puesto cuando lo único decente hubiera sido que renunciara.


Noticia impactante y triste para la salud. Resulta que el consumo de leche bajó 10 por ciento y aumentó 25 por ciento el consumo de refrescos. Así, pronto vamos a resolver el problema de la obesidad y diabetes.

Noticia acerca de que un penal, en Acapulco, era un centro de diversiones. Había gallos de pelea, mujeres y no sé qué tantas otras cosas. La corrupción en su máxima expresión.

Reporte de que el Museo Nacional de Arte se renta para fiestas, bodas y telenovelas. Bueno, hasta dónde alcanzan las redes de complicidades.

Noticia de que con violencia desalojaron de las calles a los manifestantes del sindicato de Mexicana de Aviación. Las reglas sobre manifestaciones que afectan a terceros son claras, pero aquí cabe preguntar por qué no se hace lo mismo, o sea desalojar a grupos como los de Antorcha Campesina, que vienen y se plantan en Bucareli durante semanas y no los tocan ni con el pétalo de una rosa. Recientemente hasta desviaron la ruta del Metrobús para no molestarlos. ¿Será que extorsionadores profesionales tienen derecho de piso?

La lamentable noticia del asesinato de un investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, el doctor Ernesto Méndez Salinas, de 50 años, quien junto con los otros miles de mexicanos más ha tenido que pagar con su vida la ineptitud y corrupción que impera en el país y en Morelos en particular. Aunque exijamos la captura de los cobardes agresores, seguramente será como dijo Jaime Avilés en su columna: Si Jesucristo hubiera muerto en México, aún no sabríamos quiénes son los culpables.

Bueno, uno podría seguirse con noticias que azoran, algunas alarmantes e increíbles, pero que conforman nuestra triste realidad. Noticias buenas, sí las hay, pero están rodeadas por la abrumadora cantidad de noticias negativas. ¿No será ya hora de cambiar esto?


Palabras por Sergio Aguayo Quezada



Pablo Neruda sentenció en sus memorias que las palabras "tienen sombra, transparencia, peso". Entonces podrían servir de indicadores de las esencias sociales de un régimen. Probemos el enunciado con Argentina y México.

El 26 de octubre se derrumbaron en Argentina tres décadas de complicidad estatal con los represores. Ese día la justicia dictó sentencia contra 16 personajes ligados a la siniestra ESMA, Escuela de Mecánica de la Armada (entre ellos Ricardo Cavallo desenmascarado por Reforma en 2000). Atrás quedaron las excusas y evasivas de gobernantes timoratos.

Uno de los puntos luminosos de ese proceso es el alegato elaborado por los fiscales especiales Mirna Goransky y Pablo Ouviña. Esperaba la jerga propia de los abogados y encontré una sofisticada y delicada crónica tejida, sobre todo, con las palabras cuidadosamente seleccionadas de los 79 supervivientes que relataron a la justicia de su país la travesía por el infierno (los textos completos en www.sergioaguayo.org).

En entrevista telefónica Mirna Goransky aclara que fue deliberada la claridad y la ausencia de términos jurídicos: "Queríamos un texto accesible y comprensible". Lo lograron. Su respeto a la prosa armoniza con la precisión con la que nos llevan por una detallada descripción del edificio de la ESMA. Delimitado el espacio viene una escrupulosa relación del vía crucis de las 5 mil víctimas que se estima cruzaron los portones: primero la tortura física, después los intentos deliberados por aniquilarles el espíritu, que en el caso de las mujeres incluía la violencia y el sadismo sexuales. Después su ejecución. Uno de los métodos empleados era subirlos a un avión para lanzarlos vivos después de cortar su cuerpo para que la sangre derramada atrajera a los tiburones. Mientras tanto saqueaban las propiedades de los torturados. Los asesinos se consideraban dioses cuando eran viles ladrones.

Neruda añade: "Qué buen idioma el mío". Estos alegatos lo confirman. Cada palabra tiene el sitio adecuado para conmover y convencer a los tres magistrados que terminaron condenando a varios de ellos a cadena perpetua, mientras sentaban precedentes jurídicos de diverso tipo. Uno de ellos, que en delitos de lesa humanidad sí es posible la justicia internacional (aquella a la que contribuyen diversos países).

En México las palabras oficiales se han devaluado con el incesante manoseo y mal uso del idioma. La Fiscalía Especial creada por Vicente Fox para propósitos similares a los mencionados en Argentina se distinguió por los destrozos causados al lenguaje y por su incapacidad para cumplir con el compromiso de verdad y justicia. Es tanta la indolencia y el descuido que la Procuraduría General de la República ahora tiene perdidos los archivos de esa Fiscalía. El fiasco no desalentó a los familiares de las víctimas que encontraron en el extranjero lo que su país les negó. Lo demuestro con un par de casos paradigmáticos de la violencia estatal y criminal.

En 1974 desapareció en un retén militar Rosendo Radilla. En noviembre de 2009 la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló en contra del Estado mexicano al cual responsabilizó del hecho. A una conclusión similar llegó la Corte en el caso del Campo Algodonero de Ciudad
Juárez. En noviembre de 2001 fueron encontrados los cadáveres mutilados de ocho jovencitas. Las familias de Claudia González, Esmeralda Herrera y Berenice Ramos metieron en el armario su miedo y se lanzaron a exigir justicia que obtuvieron con el apoyo de organismos civiles de México y el extranjero.

Salvo contadas excepciones, los representantes del Estado se resisten, renuentes a asumir a plenitud las consecuencias de sus actos pasados o presentes. Manipulan las palabras y las obligan incluso a encubrir la realidad. Una parte del informe Ni seguridad, ni derechos, de Human Rights Watch, presentado la semana pasada se titula "Retórica peligrosa", ahí recuerdan que el presidente Felipe Calderón ha "señalado en varias oportunidades que 90% de las personas que pierden la vida en hechos de violencia vinculados al narcotráfico son miembros de bandas de delincuencia organizada". Califican de infundadas esas declaraciones porque de los 35 mil homicidios registrados por el gobierno federal sólo han investigado 997 que derivaron en 22 condenas. Las declaraciones presidenciales carecen de base fáctica.

En Argentina el Estado obsequia justicia envuelta en una prosa luminosa y precisa; en México recibimos evasivas adornadas con una jerga gris, opaca, imprecisa. En ambos países la resistencia social mantenida durante años y décadas confirma ser un antídoto para la impunidad y el olvido. El poeta bien pudo haber escrito (aunque de manera infinitamente más bella que la mía) que la justicia y la verdad son de quienes las trabajan.


Comentarios:

www.sergioaguayo.org; Twitter: @sergioaguayo; Facebook: SergioAguayoQuezada

Colaboró Luz Ramírez González.

Se utilizó información de Reforma; y para el caso argentino de Clarín, La Nación y Página/12.



Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/634/1266628/default.shtm