Grande fue mi sorpresa el día de ayer cuando leí en el SDP Noticias una columna de Federico Arreola donde manifestaba que un taxista le dijo que Matamoros se encuentra en paz gracias a los militares y Policías Federales y que daba gracias a que la policía municipal ya no patrullaba.
Esa es la percepción real de quien vive en áreas de conflicto, de quienes sufren en carne propia la inoperatividad de los gobiernos locales, de quienes ven en las fuerzas federales un trabajo palpable en favor de la seguridad publica y por ende a favor de la sociedad.
¿Dónde quedo ese discurso de Arreola en donde aseguraba que la gente no quiere a los militares?¿Donde quedaron esas encuestas cuchareadas donde supuestamente la gente manifestaba que los patrullajes militares no sirven? ¿Dónde quedaron todas las consignas de izquierda en contra del trabajo de las fuerzas federales?
De antemano debo reconocer la honradez de Federico Arreola al manifestar lo que el taxista le dijo ¿o fue pendejismo? Les dejo la columna de Arreola.
"Estoy en el aeropuerto de Matamoros, Tamaulipas. Volaré en unos minutos a la Ciudad de México.
Hace rato crucé, caminando, el puente internacional que conecta a Matamoros con la ciudad de Brownsville, Texas.
Por asuntos personales tuve que visitar la Isla del Padre.
En cuanto crucé el puente internacional, tomé un taxi.
¿Cómo están las cosas en Matamoros? Fue lo primero que pregunté al taxista.
Su respuesta fue: “Matamoros, de maravilla. ¡Ya van varias semanas sin balaceras!”.
Añadió el taxista: “Vivir sin balaceras es vivir en el paraíso”.
La gente se conforma con estar en paz. ¿Matamoros el paraíso? Carajo. ¡Pero si es la ciudad más fea del mundo! Mal pavimentada, sucia, con un clima horrible, con malas vialidades…
Pero las pocas semanas en que no ha habido balaceras son, para ese taxista, maravillosas. Por eso él se siente en el paraíso.
¿Y cómo se logró parar las balaceras en Matamoros?
Ele taxista me dijo: “Quitaron a toda la policía municipal, que trabajaba para los mañosos, y ahora la ciudad la patrullan los soldados, los marinos y los policías federales”.
En el trayecto del puente internacional al aeropuerto vi a decenas de militares, utilizando camionetas de la policía municipal, patrullar Matamoros.
“Ojalá que no se vayan nunca los soldados”, me dijo el taxista.
Carajo. En muchos lugares de México solo el ejército da felicidad a las personas.
A lo que ha llegado la sociedad mexicana por culpa de la guerra perdida de Calderón.
Por cierto, el taxista de Matamoros habló muy mal de los dos paisanos suyos que han sido gobernadores de Tamaulipas y que ahora cuestiona la PGR, Manuel Cavazos Lerma y Tomás Yarrington.
Cuando le dije al taxista que soy amigo de Yarrington, desde la escuela, me dijo: “Eso no habla bien de usted”.
Qué cosa. Mi amigo del Tec en tan serios problemas. Ni modo. Ojalá los resuelva con las armas de la ley, las únicas que todos deberíamos usar en México."