martes, 13 de octubre de 2015

Ciro Gómez Leyva - Por fin se escucha la voz de alguien como Sara

Disipado el ruido que produjo la confluencia del informe de los expertos de la CIDH y el primer aniversario luctuoso de los hechos del 26 de septiembre, sostengo las dos preguntas que he repetido aquí: Una, ¿por qué el gobierno del presidente Peña Nieto y la procuraduría de Arely Gómez no levantan la frente y expresan que la investigación más completa sigue siendo la de la PGR de Jesús Murillo Karam? Dos, ¿por qué con la evidencia disponible no afirman, como estadistas, que es muy doloroso, pero a los normalistas los sometieron, mataron, quemaron y tiraron al río?

Cuesta entender las vacilaciones de un Presidente y una procuradora que, pese a que no desaparecieron a los 43, insisten en moverse con un gran temor ante ciudadanos y grupos sociales que no les creen hoy ni les creerán nunca, expongan y demuestren lo que sea. Aceptar una versión oficial sería negar la razón de ser de esos opositores. Para ellos, se trató de un crimen de Estado. Cualquier otra versión debe ser liquidada.







Denise Maerker - Sembrando el populismo

Toda denuncia entraña una buena dosis de optimismo. Revelar lo grotesco, lo abominable, lo frívolo, lo penoso, lo bárbaro, lo ilegal, sólo puede tener razón de ser, si pensamos que los demás comparten una escala de valores que ubica los comportamientos denunciados en el ámbito de lo inaceptable. Por ejemplo: que respetar la ley es importante. O que robarse dinero público es escandaloso. Que alardear con el poder es ridículo, penoso o reprobable. Que la incompetencia debe ser castigada.

Cada denuncia imagina una audiencia y que entre quienes escuchan hay alguien con la capacidad de enmendar el entuerto. Puede ser, casi siempre debería ser la autoridad, la que a través de sus instituciones reaccione y haga respetar los valores comunes convertidos en leyes. Queda sino la esperanza de que la sociedad toda se horrorice al descubrir la fechoría en cuestión y con la fuerza que conlleva su rechazo avergüence a los perpetradores y restablezca un mínimo de justicia.







Carlos Ramírez - Icaza-CIDH-OEA-EU Vs. Ejército; ¿entregar plazas a delincuentes?

De manera inusual y violando los protocolos diplomáticos, el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, el activista Emilio Álvarez Icaza, entró la semana pasada en una línea de confrontación directa contra el Ejército mexicano.

En pocas palabras, el funcionario internacional quiere regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles y quitarlos de labores, dice, de seguridad pública. Lo de menos es su ignorancia jurídica y constitucional --es sociólogo y no jurista-- porque el ejército no hace labores de seguridad pública sino de seguridad interior amparadas por la Constitución por casos que amenazan la seguridad nacional.

El trasfondo del asunto es más sencillo: Al retirar a las fuerzas armadas de tareas de seguridad interior contra el crimen organizado trasnacional que surte de droga a los consumidores de EU, el territorio nacional quedaría a merced de esos grupos criminales que han rebasado, comprado y sometido a fuerzas de seguridad municipales, estatales y federales, y funcionarios de todos los niveles.








Raymundo Riva Palacio - Aurelio el magnífico

Apenas habían pasado las 8 de la mañana cuando el secretario de Educación, Aurelio Nuño, cantó victoria contra la disidencia magisterial. La mayoría de los maestros están dando clases, proclamó, al sugerir que el paro convocado por los rebeldes había fracasado. La realidad decía otra cosa. Miles de niños no tuvieron clases en los bastiones de la Coordinadora Magisterial en Guerrero, Michoacán y el Distrito Federal. En Oaxaca, sede de la Sección 22, 54 mil maestros de una plantilla de 83 mil, atendieron a sus líderes y desoyeron a las autoridades. Moisés Robles, director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, admitió que dos de cada tres escuelas en el estado, acataron las órdenes de sus líderes. En Tabasco, los maestros se fueron a bloquear carreteras y se enfrentaron con la Policía. Hechos contra dichos, la dicotomía de la reforma educativa.

La realidad se antepuso a la retórica del secretario, pero Nuño no necesariamente mintió, sino jugó a la propaganda, que es la manipulación de las verdades para apuntalar una idea. Apoyado por los medios amplificadores acríticos de sus dichos, Nuño pudo reclamar el triunfo en el discurso, aunque los hechos no lo apoyaran. En todo caso, lo que ayuda a mostrar las escaramuzas entre las dos partes es algo que va más allá de la dinámica de conflicto entre la verdad y lo verosímil que se puso en juego este lunes, entre una disidencia magisterial con oficio y experiencia, y un secretario que está lleno de aire.







Sergio Sarmiento - Expediente abierto

"La mejor arma de una dictadura es el secreto... la mejor arma de una democracia debe ser la apertura".

Niel Bohr

La Procuraduría General de la República ha colocado ya en su página de internet una "versión pública" de la averiguación del caso Iguala. No es que las autoridades mexicanas súbitamente hayan aceptado la transparencia.





Lea la columna completa aquí http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=334822





Eduardo Ruiz Healy - Colima fatal

Fernando Moreno Peña fue gobernador de Colima del 1 de noviembre de 1997 al 31 de octubre de 2003. Ayer fue baleado en un restaurante de la ciudad de Colima y su estado es grave.

Su sucesor, Gustavo Vázquez Montes, fue electo para el período que iba del 1 de noviembre de 2003 al 31 de octubre de 2009. Sin embargo, al demostrarse que Moreno Peña intervino para favorecer su elección, tuvo que competir de nuevo en la elección extraordinaria que tuvo que realizarse después de que la Sala Regional Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anulara la elección ordinaria.








Horacio Quiroga – Juan Darién

Horacio Quiroga  ( 1878 - 1937 )

Juan Darién

Aquí se cuenta la historia de un tigre que se crió y educó entre los hombres, y que se llamaba Juan Darién. Asistió cuatro años a la escuela vestido de pantalón y camisa, y dio sus lecciones correctamente, aunque era un tigre de las selvas; pero esto se debe a que su figura era de hombre, conforme se narra en las siguientes líneas.

Una vez, a principio de otoño, la viruela visitó un pueblo de un país lejano y mató a muchas personas. Los hermanos perdieron a sus hermanitas, y las criaturas que comenzaban a caminar quedaron sin padre ni madre. Las madres perdieron a su vez a sus hijos, y una pobre mujer joven y viuda llevó ella misma a enterrar a su hijito, lo único que tenía en este mundo. Cuando volvió a su casa, se quedó sentada pensando en su chiquillo. Y murmuraba:

-Dios debía haber tenido más compasión de mí, y me ha llevado a mi hijo. En el cielo podrá haber ángeles, pero mi hijo no los conoce. Y a quien él conoce bien es a mí, ¡pobre hijo mío!

Y miraba a lo lejos, pues estaba sentada en el fondo de su casa, frente a un portoncito donde se veía la selva.

Ahora bien; en la selva había muchos animales feroces que rugían al caer la noche y al amanecer. Y la pobre mujer, que continuaba sentada, alcanzó a ver en la oscuridad una cosa chiquita y vacilante que entraba por la puerta, como un gatito que apenas tuviera fuerzas para caminar. La mujer se agachó y levantó en las manos un tigrecito de pocos días, pues aún tenía los ojos cerrados. Y cuando el mísero cachorro sintió el contacto de las manos, runruneó de contento, porque ya no estaba solo. La madre tuvo largo rato suspendido en el aire aquel pequeño enemigo de los hombres, a aquella fiera indefensa que tan fácil le hubiera sido exterminar. Pero quedó pensativa ante el desvalido cachorro que venía quién sabe de dónde y cuya madre con seguridad había muerto. Sin pensar bien en lo que hacía llevó al cachorrito a su seno y lo rodeó con sus grandes manos. Y el tigrecito, al sentir el calor del pecho, buscó postura cómoda, runruneó tranquilo y se durmió con la garganta adherida al seno maternal.