martes, 8 de enero de 2013

Pepe Grillo - PAN - 2013

El reto del PAN para el 2013 es dejar atrás la secuencia de derrotas y vislumbrar la posibilidad de triunfo.

En democracia, los derrotados de ayer pueden ser los vencedores de mañana. El ejemplo del PRI es contundente, irrebatible.

A los reveses electorales del 2012 siguió, en Acción Nacional, la nota sobre el refrendo de su militancia, que lo mostró como un partido abandonado a su (mala) suerte.

Fue un ejercicio frustrante.

No obstante, la fuerza de un partido no está en el número de militantes con credencial, sino de votos que pueda conseguir, que son dos cosas diferentes. Menos militantes, pero más comprometidos, suelen generar más votos.


Ricardo Alemán - Con Peña, el cartel Bejarano-Padierna

En las semanas y meses siguientes a la elección presidencial del 1988 –en la que compitieron Salinas, Cárdenas y Clouthier–, los prohombres del naciente PRD no sólo iniciaron una severa crítica contra la alianza PRI-PAN, sino que motejaron sus logros como lo más cercano al infierno político.

Sin embargo, y por increíble que resulte, la alianza entre tricolores y azules fue procesada por el entonces “hombre” de Salinas, el brillante Manuel Camacho Solís –con la ayuda de Marcelo Ebrard–, quienes hicieron los arreglos con el entonces “hombre” de Luis H. Álvarez, el también inteligente Carlos Castillo y su operador de confianza, Juan Miguel Alcántara.

En términos generales, la alianza consistió en reconocer la legitimidad del gobierno de Salinas, a cambio de la promesa de una reforma político lectoral que hiciera posible la alternancia y la transición democráticas, a partir de nuevas reglas del juego que garantizaran el sufragio efectivo, elecciones libres, confiables, transparentes, equitativas y legales.


Leo Zuckermann - Sobre la ‘princesa’ Paulina, ‘infanta’ del ‘rey’ Enrique


"El otro amor del Presidente. Por qué Paulina Peña está robando cámara", así anuncia Quién su artículo principal de su más reciente edición. En la portada de la revista de sociales aparece una foto de Enrique Peña con su hija mayor, muy sonrientes los dos. En el interior aparece un texto de Laura Manzo acompañado de 15 fotos muy bien escogidas. Se presume que la "aún adolescente está acaparando los reflectores con su fuerte presencia y su tremendo potencial. Habrá que seguirle la pista". Por diversas razones, este artículo, que claramente contó con el apoyo de Los Pinos, me parece un error del Presidente.
Primero porque este tipo de prácticas no se ven nada bien en un régimen republicano como el nuestro. Aquí se supone que creemos en la meritocracia: en que las cosas se ganan por las capacidades de un individuo y no por los genes que se heredan. En el caso de la política democrática, el poder se conquista por los méritos de un candidato al ganarse la confianza de la mayoría del electorado. Eso lo logró Enrique Peña Nieto. Pero, ¿cuáles son los méritos de su hija? Quizá tenga muchos (yo no la conozco) pero en el artículo mencionado sólo destaca por ser la hija mayor del Presidente, como si se tratara de la infanta heredera al trono.


Federico Reyes Heroles - Lecciones

O P I N I Ó N
F E D E R I C O  R E Y E S  H E R O L E S
Lecciones

Endilgar culpas sirve de poco. Miremos hacia adelante. Felipe Calderón tomó la decisión de atacar sin miramientos al crimen organizado. Lo hizo por petición de ciertos gobernadores. Lo hizo por la pérdida de control en varias áreas del País. Motivos concretos los había. Algunos afirman que lo hizo también como una forma de buscar legitimación. El hecho es que embarcó a las Fuerzas Armadas y al País en una dinámica de violencia insostenible. Es cierto, la violencia ya estaba allí pero la escalada fue brutal. Seis años después los resultados obligan a una revisión del camino seguido. Las preguntas básicas vuelven a surgir.

Qué se persigue: a) acabar con los grandes capos; b) recuperar control sobre el territorio; c) disminuir el consumo interno; d) garantizar seguridad a la ciudadanía; e) destruir plantíos e incautar droga; f) todos a la vez. El hecho es que el consumo no se detuvo, la destrucción de plantíos e incautación disminuyó, la inseguridad se extendió territorialmente y se disparó. Sin embargo, en estos dolorosos años todos hemos aprendido. Hoy hay mucha más información sobre un enemigo común. Las lecciones están ahí para ser utilizadas. Recomiendo ampliamente el número 420 de Nexos, diciembre 2012, dedicado al tema, en particular el artículo de Eduardo Guerrero de quien retomo algunas ideas.


Francisco Rodríguez - Defecciones


Desde Los Pinos, Felipe Calderón dirigió a capricho al Partido Acción Nacional del que su propio padre se desafilió cuando al seno del blanquiazul llegaron “políticos” como su mismo hijo: meros empleados de los grandes capitales o, como se dice ahora, de los poderes fácticos.
Sabía don Luis Calderón Vega lo que por tal sucedería. Lastimosamente para su memoria, fue su vástago quien cumplió lo que aquél profetizó: la desaparición del PAN. O ya casi…

Y es que tras su desastrosa gestión marcada por el “haiga sido como haiga sido”, el michoacano deja hoy también desangrado al partido que formalmente dirigió –durante el zedillato– y que, nos dicen, ha perdido al 80% por ciento de sus afiliados.

Muchos de quienes han abandonado al panismo, cierto, lo hacen por mero interés. Por conveniencia se adhirieron. Por utilidad es que ahora están fuera de él. Vicente Fox y su muy interesada actual esposa, Marta Sahagún son el mejor de todos los ejemplos. 


Carlos Loret de Mola - Elba Esther amenaza con demandarme


La amenaza me pescó de vacaciones. Vibró mi celular mientras dormía. Era el mensaje de un entrañable colaborador que me notificaba el amago y otro que me mandaba la transcripción de las palabras de la poderosa “Maestra”.
“Este Consejo exige al señor Carlos Loret de Mola compruebe que el compañero Liberato Montenegro cobra millones de pesos mensualmente. De lo contrario, se le demande y se le finquen responsabilidades”, exclamó con ademán autoritario y voz enfática Elba Esther Gordillo, la dirigente vitalicia del sindicato de maestros, al clausurar los trabajos de la 35 Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el pasado 20 de diciembre.
Un día antes, en Primero Noticias, el noticiario matutino que tengo a mi cargo en Televisa, se presentó un reportaje que abordaba el escándalo de los “comisionados”. Así se les denomina en la burocracia a quienes cobran como maestros, pero trabajan de políticos: personas que tienen plaza de maestro, pero que en lugar de estar frente a un grupo dando clases son operadores sindicales y electorales de Gordillo (pagados con dinero de todos los ciudadanos).


Katia DArtigues - Bazbaz y la inteligencia... financiera


Alberto Bazbaz Sacal es un joven abogado, egresado de la Universidad Anáhuac, en la cual ha sido académico en las áreas de Derecho Penal y Procesal. El próximo 24 de octubre cumplirá 40 años.
Fue designado procurador del Estado de México en marzo de 2008 por el entonces gobernador Enrique Peña Nieto. ¿Recuerdan la controversia por la foto de su toma de posesión? Se tomó días antes de ser ratificado por el Congreso local, debido a que Peña Nieto saldría de vacaciones. Bazbaz defendió esta actitud y dijo que no había cometido ninguna falta.
— El desempeño del cargo de procurador, a final de cuentas, lo inicié después de protestar ante el secretario de Gobierno.
En su currícula también figura haber sido director general de Procesos Penales Federales de la PGR. Pero en marzo de 2010, un caso conmovió a la opinión pública: la desaparición de la niña Paulette Gebara Farah, de cuatro años de edad. En medio de una investigación llena de e(ho)rrores, las autoridades encabezadas por Bazbaz dieron a conocer su dictamen. Pese a todas las investigaciones (hasta las autoridades dijeron que participaron agentes del FBI), revisiones y cateos que se hicieron, el cuerpo de la menor fue ubicado en un espacio entre el colchón y los pies de la cama en el que dormía la niña. Ni las personas que ayudaban a las tareas de la casa, que hicieron la cama varios días después de su desaparición y en donde durmieron otras personas, vieron al cuerpo de la menor.


Ciro Gómez Leyva - Pues no me bautizo y sigo siendo católico


¿Te gusta este PAN?, le pregunté ayer a Diego Fernández de Cevallos para tratar de comprender la temporada desarreglada que atraviesa el partido.
Pareciera de repente una farsa sin más finalidad que la de hacer reír. Por ejemplo, la dirigencia del PAN se embarca en un proceso de depuración del padrón de militantes y adherentes. El resultado es una merma de espanto, se pasa de 1.8 millones de panistas a poco menos de 380 mil.
 “No, de ninguna manera me gusta”, afirmó el Jefe Diego, candidato a la Presidencia de la República en 1994 y quizá el más emblemático de los legisladores en la historia del blanquiazul. “Estoy totalmente en contra de la mayoría de las decisiones que se están tomando en mi partido. Pero los pormenores de mi inconformidad prefiero decirlos adentro, porque se trata de que se arreglen las cosas, no de que se compliquen”.


Julio Cortázar - Continuidad de los parques

Julio Cortázar
1914 - 1984
Continuidad de los parques

Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.

Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Leído en http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/jc.htm