martes, 8 de enero de 2013

Ricardo Alemán - Con Peña, el cartel Bejarano-Padierna

En las semanas y meses siguientes a la elección presidencial del 1988 –en la que compitieron Salinas, Cárdenas y Clouthier–, los prohombres del naciente PRD no sólo iniciaron una severa crítica contra la alianza PRI-PAN, sino que motejaron sus logros como lo más cercano al infierno político.

Sin embargo, y por increíble que resulte, la alianza entre tricolores y azules fue procesada por el entonces “hombre” de Salinas, el brillante Manuel Camacho Solís –con la ayuda de Marcelo Ebrard–, quienes hicieron los arreglos con el entonces “hombre” de Luis H. Álvarez, el también inteligente Carlos Castillo y su operador de confianza, Juan Miguel Alcántara.

En términos generales, la alianza consistió en reconocer la legitimidad del gobierno de Salinas, a cambio de la promesa de una reforma político lectoral que hiciera posible la alternancia y la transición democráticas, a partir de nuevas reglas del juego que garantizaran el sufragio efectivo, elecciones libres, confiables, transparentes, equitativas y legales.



Como se sabe, el éxito de la alianza PRI-PAN no sólo consistió en que durante la década 1988-1999 se concretó la impensable reforma electoral –la más importante en la historia mexicana–, sino que el PAN se consolidó como la segunda fuerza político electoral y, lo más importante, que el partido de la derecha azul consiguió echar del poder presidencial al PRI.

Es decir, que se hizo posible la primera e histórica alternancia en el poder –que terminó con la historia de más de siete décadas del PRI en el poder–; que fue llamada de “terciopelo”, porque fue civilizada, pacífica y legal.

Lo curioso del caso es que durante casi 20 años –tiempo en el que maduró la alianza PRI-PAN–, los partidos de la izquierda mexicana, en especial el PRD y, en particular, su doble candidato presidencial, AMLO, intentaron construir su imagen de opositores a partir de motejar al “PRIAN” como la sucursal del infierno político. De hecho el partido Morena se construye a partir de idéntico paradigma.

Sin embargo, el tiempo arrojó resultados que permitieron confirmar que en aquel 1988, el PAN y su alianza con el PRI no sólo fueron la decisión correcta en la ruta trazada por los azules para alcanzar el poder presidencial, sino que el diseño de alianza con los adversarios antagónicos era digno de ser exportado. Y copiada, claro.

Y viene a cuento la historia porque luego de la elección presidencial de julio de 2012 –a 24 años de pactada la alianza PRI-PAN–, los prohombres de la izquierda mexicana, los del PRD en general y, los llamados “Chuchos” en particular, son los responsables de dar el primer paso en una impensable e inédita alianza PRD-PRI.

Sí, por increíble que parezca, 24 años después de que Carlos Castillo Peraza y Luis H. Álvarez entendieran que la mejor ruta para derrotar al tricolor y alcanzar el poder era la alianza con el PRI, resulta que los “Chuchos Zambrano y Ortega y el tercero de ese grupo, Carlos Navarrete, abrieron los ojos y entendieron lo mismo que los antiguos jefes del PAN. Por eso “Los Chuchos” se adelantaron a todos –incluso al PAN–, para establecer lo que hoy es públicamente conocido como El Pacto por México.

Pero lo cierto es que no han terminado las curiosidades derivadas de la alianza PRI-PRD. Ahora resulta que los otrora adoradores de AMLO, los jefes de la mafia Bejarano-Padierna también decidieron subirse a la cama de los amoríos con el gobierno de PRI y hasta le disputan a “Los Chuchos” los besos y los apapachos del “copetón” presidente Peña Nieto. Y si, todos a tragar sapos y serpientes.

Y sólo es cuestión de tiempo para ver al cártel Bejarano-Padierna levantando la mano a Peña Nieto, en una nueva edición del Pacto por México. Pero no, que nadie se equivoque. En la historia contemporánea, sobre todo la segunda mitad de 1996, el multicitado AMLO también pactó su llegada a la jefatura de gobierno del DF, con el presidente Zedillo, del PRI. Claro, hoy todos se hacen como el “Tío Lolo”, lo demás, los gritos y los sombrerazos, son parte de la escenografía engañabobos. Al tiempo.

EN EL CAMINO

Dice la propaganda que “Go! Fitness es un concepto innovador de gimnasios”. Y tienen razón, incluye una banda de ladrones que desvalijan los casilleros de los clientes… A propósito, un pillo como Mario Di Costanzo, otrora adorador de AMLO, ahora quemará incienso a Enrique Peña, quien lo nombró titular de la Condusef. ¿Qué tal, radicales o vividores sin escrúpulo?... El jefe de gobierno, Miguel Mancera, puso en marcha los juicios orales. ¿Para qué tanto cuento? La ALDF tiene un método justiciero más rápido y expedito. ¡Sí, cambiar la ley, y punto!

Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/con-pena-el-cartel-bejarano-padierna-1357632248

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