lunes, 28 de mayo de 2012

EduardoAntonio - Así o mas claro? (3)


Con especial interés de la atención de  RamnR, quien se ha esmerado en constatar y recién convidarnos una columna sobre la 8ava opción, y también para Arpegio, quien muestra cierta incredulidad de que tal opción exista y podamos ejercerla el próximo 1º de julio.

Les recuerdo a todos los ciudadanos, que se nos brinda para la próxima elección:

1.Si del elenco de la partidocracia ya tienes a tu preferido para Presidente, por que sus promesas y currícula te convencen, y no  por ser el menos pior, pues  adelante, tienes 7 casillas (sólo 4 candidatos) para dejar constancia de tu voto.

2.Si no te convence el elenco, pero quieres evitar que los tramposos utilicen tu boleta, acude a la urna y deja constancia de tu queja, utilizando la opción constitucional de la 8ava casilla. Inclusive, si te consideras capaz, autovota por ti y escribe tu nombre.

3.Los votos así emitidos, suman para el tope mínimo que deben lograr los partidos, principalmente los “patitos”.

No ir a votar, o anular su boleta, benefician a que los “patitos” tengan mayor oportunidad de sobrevivir y seguir sangrando el presupuesto, pues estos casos no acumulan para conocer de cada casilla, la votación emitida por los ciudadanos.

Y, entratándose de la elección para el próximo congreso, tenemos una enorme posibilidad de cobrarles el agravio a la nación, ya que en el poder legislativo durante el sexenio próximo a concluir, se la pasaron sin cumplir por lo que cobraron, posponiendo dentro de la inseguridad legislativa, la autorización o rechazo de las propuestas urgentes para las reformas que dicen son necesarias para mejorar la convivencia mexicana. En el pecado han llevado la penitencia.

Si todos votamos para el siguiente congreso, anotando el favorito que se tenga, dentro de la 8ava casilla u opción, no gana ninguno de los de la partidocracia ni habría existencia de mas pluris. Nos ahorraremos el costo del legislativo, como poder mas improductivo e incumplidor de las tareas para las que fueron elegidos desde hace 3 o 6 años, o beneficiados con el dedazo-fuero plurinominal.

Les invito a que lean la siguiente columna, caso de la vida real:

Para un país ofendido, un candidato sin partido

por: Fernanda de la Torre


Existe un quinto candidato a la Presidencia que logró lo que Jorge Castañeda y más recientemente Manuel J. Clouthier no pudieron: postularse sin un partido ¿Quién es? Se llama Esteban Ruizponce Madrid, alumno aventajado que estudió Derecho en la Universidad Iberoamericana, donde obtuvo un promedio de 9.9. Todo un logro, sobre todo porque al mismo tiempo estudiaba Ciencias Políticas en la UNAM. Posteriormente cursó en la Universidad de Harvard una maestría en Derecho y otra en Ciencias Políticas. Además de su candidatura a a la Presidencia, es aspirante al doctorado en Economía Política por la Universidad de Oxford.
Conocí, o debo decir mejor que “reconocí” a Esteban en una comida de ex alumnos de la Ibero el viernes pasado donde me contó su historia. La idea de ser candidato llegó mientras daba sus clases de Derecho Consitucional en la UNAM. Consideraba muy difícil estar repitiendo cada semana que la soberanía reside esencial y directamente en el pueblo o que todos tenemos derecho a ser votados y ver que no era lo que sucedía en la realidad. Pasó mucho tiempo dándole vueltas al tema, finalmente, el 21 de marzo de 2012, se presentó ante el IFE para solicitar su registro como candidato independiente con un documento de 15 páginas en dónde exponía sus argumentos para obtenerlo.
En principio el IFE lo negó. Le respondió como a otros 55 “intrépidos, audaces, locos” ciudadanos —como los llama Esteban—, que la idea de ser candidato independiente no era posible, argumentando que este tipo de candidaturas no estaban contempladas explícitamente en la Constitución y que además lo prohibe el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) que en su artículo 218. Fracción 1 que dice: “Corresponde exclusivamente a los partidos políticos nacionales el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular”.
Esteban no claudicó. Decidió leer con cuidado la Constitución y revisar el texto con toda inocencia y con toda seriedad posible. Le respondió al IFE que estaba violando su libertad de asociación, su garantía de igualdad, libertad de expresión y derechos políticos. Además, la resolución contravenía los tratados internacionales sobre el tema y la carta de derechos humanos de la ONU. A pesar de ello, el IFE respondió que lo relevante en este tema era lo que decía el COFIPE, que es la ley que regula al instituto.
Esteban entonces se dedicó a estudiar esa ley y encontró que el artículo 265 textualmente dice: “el presidente le entregará las boletas de las elecciones para que libremente y en secreto marque en la boleta únicamente el cuadro correspondiente al partido político por el que sufraga, o anote el nombre del candidato no registrado por el que desea emitir su voto”. ¡Eureka! Como decían en las caricaturas. La figura de candidato independiente es ilegal porque no está contemplada en la Constitución y porque la prohibe el artículo 218 de la Cofipe; sin embargo, la figura de candidato no registrado es perfectamente legal, existente y la regula el propio código electoral.
El 8 de mayo de 2012 el IFE, le notificó que sin que esté en el recuadro, le reconoce el derecho a participar como candidato sin partido a las Presidencia, (cosa que el TEPJF prohibió a todos los demás candidatos independientes) pero nada más. Para él no habrá dinero, tiempos oficiales y demás prerrogativas que tienen los otros candidatos. Sin éstos, es prácticamente imposible que conozcan sus propuestas y decidan votar por él. A pesar de ello, Esteban pidió que registraran su nombre y que lo contabilizaran, ya sea que voten por él como Esteban, Ruiz o Ruiz Ponce o Esteban Ruiz Ponce Madrid y la palabra “conciencia”, ya que su movimiento apartidista llamado Conciencia Ciudadana, tiene como slogan “voto x conciencia” que puede conocerse en Facebook.
Esteban encontró la rendija para poder participar en la contienda presidencial porque considera que es indispensable ciudadanizar la política. Ésta no debe pertenecer a los partidos, sino a los ciudadanos.
Para Esteban los temas fundamentales que hay que ocuparse son: pobreza, democracia y desarrollo económico. Considera que debemos ser la última generación de mexicanos que se puede permitir la inmoralidad de tener a la mitad de sus hermanos viviendo por abajo de la línea de pobreza. “Es inadmisible para la novena economía del mundo y para cualquier sociedad”. Me dice en tono serio. Esteban avizora un tsunami de participación ciudadana y espera que pronto los partidos políticos sean cosa del pasado.
Esteban, además de demostrar su sapiencia jurídica al conseguir lo que otros han intentado por años sin éxito como Jorge Castañeda, abre un camino para muchos que al igual que él, quieren un cambio para México pero no creen que éste deba ser por la vía de los partidos políticos. Si piensas como él, “para un país ofendido un candidato sin partido”, el primero de julio tienes otra opción además de las conocidas: Esteban Ruizponce Madrid.

Dresser - Ideas y Palabras

Bertolt Brecht pregunta si en los tiempos oscuros habrá canto, Y responde: "Sí. Habrá el canto sobre los tiempos oscuros". El canto joven que comienza en Santa Fe se escucha en el Zócalo, llega hasta el Ángel de la Independencia, cobra fuerza en la Estela de Luz, cobra claridad frente a las instalaciones de Televisa.

Un canto de combate al estoicismo, la resignación, la complicidad, el silencio y la impasibilidad de tantos; razones por las cuales un país tan majestuoso como México ha sido tan mal gobernado. Marchan con la boca abierta: demandando, exigiendo, confrontando. Hablando bien de los ríos claros y transparentes, pero hablando mal de los medios opacos y tramposos; hablando bien del país pero hablando mal de quienes se lo han embolsado.

Marchan entendiendo que el oficio de ser un buen ciudadano parte del compromiso de llamar a las cosas por su nombre. De descubrir la verdad aunque haya tantos empeñados en esconderla. De decirle a los manipuladores que lo han sido; de decirle a los abusivos que deberían dejar de serlo; de decirle a quienes han expoliado al país que no tienen derecho a seguir haciéndolo; de mirar a México con la honestidad que necesita; de mostrar que somos mejores que nuestra clase política y no tenemos los medios que merecemos. De vivir anclados en la indignación permanente: criticando, proponiendo, sacudiendo. De alzar la vara de medición. De convertirse en autores de un lenguaje que intenta decirle la verdad al poder, con pancartas que dicen "Voto mata copete", "Televisa te idiotiza, TV Azteca te apendeja". Porque, como lo advertía Martin Luther King, hay pocas cosas peores que el apabullante silencio de la gente buena. Entienden que ser ciudadano a ciencia cierta es saber que la obligación intelectual mayor que tienen es rendirle tributo a México a través de la crítica, a través de la protesta.

Hay un gran valor en la primavera mexicana, en el espíritu de oposición permanente y constructiva versus el acomodamiento fácil. Hay algo intelectual y moralmente poderoso en disentir del statu quo. El valor de enfrentar a televisoras chantajistas y los políticos que encumbran. El valor de decir "así no" a un resultado electoral que parece predeterminado por fuerzas más allá de nuestro control. Por ello se vuelve imperativo criticar la colusión, defender la transparencia, retar a la autoridad a rendir cuentas. Por ello se vuelve fundamental seguir denunciando las casas de Arturo Montiel y los abusos de Atenco y los feminicidios en el Estado de México y los abusos de Carlos Romero Deschamps y el escandaloso Partido Verde.

Se trata –marchando– de mantener vivas las aspiraciones eternas de verdad y justicia en un sistema político que se burla de ellas. Se trata –marchando– de jugar un papel puntiagudo, punzante, cuestionador. Se trata –marchando– de hacer las preguntas difíciles, confrontar los hechos aparentemente consumados, demostrar que el país ha cambiado y que habrá que gobernarlo de otra manera. Representar a las personas y a las causas que muchos preferirían ignorar. Aspirar a ciertos estándares decentes de comportamiento de parte del Gobierno. Saber que la violación de esos estándares debe ser detectada y denunciada: con pancartas, con demandas, con propuestas, con un contexto de exigencia que los jóvenes están dispuestos a crear.

Quienes han tomado las calles de manera entusiasta están intentando resistir las imágenes convencionales, las narrativas oficiales, las justificaciones circuladas por televisoras poderosas o candidatos que los han impulsado. Buscan desenmascarar versiones alternativas y desenterrar lo olvidado. Forman parte del incipiente equipo de rescate de un país secuestrado por gobernadores venales, líderes sindicales corruptos y duopolios rapaces. No perciben la realidad como un hecho dado, inamovible, incambiable, sino como una situación contingente, resultado de decisiones humanas. La crisis del país se convierte en algo que es posible revertir, que es posible alterar mediante la acción decidida y el debate público intenso. La crítica se convierte en una forma de abastecer la esperanza en el país posible.

Y por ello mi reconocimiento a los que desde las calles ejercen a cabalidad el oficio de la ciudadanía crítica. A los que alzan un espejo para que un país pueda verse a sí mismo tal y como es. A los que dicen "no". A los que resisten el uso arbitrario de la autoridad. A los que asumen el reto de la inteligencia libre. A los que piensan diferente. A los que declaran que el emperador está desnudo. A los que se están involucrando –desde la UNAM, el ITAM, el Tec de Monterrey, el Politécnico y muchos sitios más– en causas y en temas y en movimientos más grandes que sí mismos. A los que en tiempos de grandes disyuntivas éticas no permanecen neutrales. A los que se niegan a ser espectadores de la injusticia o la estupidez. A los que critican a México porque están cansados de aquello que Carlos Pellicer llamó "el esplendor ausente". A los que cantan en la oscuridad porque es la única forma de iluminarla.


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/primavera-al-fin

San Juana Martínez - ¿Todos son #yosoy132?



Ahora resulta que sobran manipuladores de la idea original del movimiento 132; ahora resulta que todos somos #YoSoy132, hasta Cocoa Calderón o el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán; ahora resulta que todos se asumen como parte del movimiento… 


¿Eso es bueno o es malo? Sinceramente ver a los políticos capitalizando el éxito de las recientes movilizaciones estudiantiles es patético, pero ver a los panistas utilizando el emblema #YoSoy132 y colocandole el color de su partido es esperpéntico e inaceptable. Si Coca quiere convertirse en la #133 deberá despojarse antes que nada de su partido. 


¿O acaso las movilizaciones estudiantiles de las universidades privadas agrupadas en “Somos Más que 131” son panistas?… 


Y surge una pregunta que anda en el aire y tiene múltiples respuestas: ¿Qué connotación ideológica tienen las protestas? ¿O acaso son AMLOistas? 


Los estudiantes han dejado claro que no pertenecen a ningún partido, que no están haciendo proselitismo, que no quieren ser utilizados electoralmente por nadie, que no les interesa identificarse con ningún candidato. Entonces, ¿por qué insisten en manipularlos? 


Lo que está claro es que el movimiento surgió con una clara connotación anti PRI o anti Enrique Peña Nieto, pero dejo claro los principios generales que guían su causa: “en esencia, este movimiento busca la democratización de los medios de comunicación, con la finalidad de garantizar información transparente, plural e imparcial para fomentar una consciencia y pensamiento críticos, es por eso que exigimos competencia real en el mercado de medios de comunicación, en particular a lo referente al duopolio televisivo”. 


La causa que guía a los jóvenes universitarios nos incumbe a todos los mexicanos, pero especialmente a los periodistas. Somos corresponsables de las demandas del nuevo movimiento estudiantil. ¿Por qué entonces los periodistas no responden? Primero, porque en México no existe el gremio como tal. He vivido en varios países y en ningún otro he experimentado la soledad y la desunión que existe entre los colegas mexicanos. Ni con violencia, ni con agresiones, ni con decenas de asesinatos, los periodistas logran unirse y formar un solo bloque para tener una voz unánime. Una pena. 


En México hay dos tipos de periodistas: los críticos y los propagandistas. Unos están buscando espacios para publicar verdades ocultas, realidades distorsionadas, mensajes censurados; otros en cambio, tienen todos los espacios para aplaudir las decisiones gubernamentales, para enaltecer cualquier acción del “Señor de Los Pinos”, para escribir los panegíricos a las fuerzas vivas de la nación. 


Los propagandistas se autodenominan periodistas, aunque son en realidad merolicos al servicio del poder en turno. Merolicos porque repiten la propaganda programada para cada espacio, porque trabajan para monopolios y duopolios cuyas “líneas editoriales” (para llamarlo elegantemente) exigen la disciplina del halago fácil, el aplauso palero, la pregunta hecha para exhibir las bondades del personaje. 


Estos merolicos-pseudoperiodistas decidieron desde hace tiempo que iban a apoyar a Enrique Peña Nieto en su cuestionada carrera a la Presidencia. En realidad, quien decidió apoyar a @EPN fueron los dueños de los medios donde trabajan. Por tanto, ellos simplemente acataron, obedecieron y se sometieron cabalmente a la voluntad del jefe, no sin antes mostrar absoluta convicción al respecto. Por tanto, es muy difícil solicitarle a este tipo de informadores, entre comillas, (en realidad su labor es desinformar) que formen parte de la democratización de los medios porque son ellos los representantes de la telecracia de sus grupos, telecracia que incluye: tele, radio y prensa escrita. Sin embargo, los jóvenes fueron sumamente coherentes en sus decisiones y advirtieron: “Peña, la tele es tuya, las calles son nuestras”. Y en las calles han logrado lo que nunca imaginó el estamento político de este país: el despertar de las conciencias. Un plato suculento que todos los candidatos pretenden capitalizar. 


El problema es que la calidad moral de algunos de esos candidatos no permite lugar a dudas: ¿Con qué cara capitalizan las manos sucias del PAN el nuevo movimiento estudiantil si son ellos los continuadores de la época corrupta del PRI? 


Seamos serios: ¿Cómo se atreven los candidatos panistas empezando por Josefina Vázquez Mota a sentirse parte de ese despertar estudiantil y utilizarlo electoralmente? ¿Quién le sugirió o aconsejó rentabilizar las protestas a su favor? Es un error garrafal creer que los estudiantes de las universidades privadas encabezadas por la Ibero son panistas. Lo dudo mucho. 


La inteligencia de los jóvenes no puede permitir sentirse identificados con un partido cuya última política gubernamental fue iniciar una guerra delirante que ha dejado 60 mil muertos y 30 mil desaparecidos; que ha empobrecido más al país, que ha generado millones de desempleados; que ha convertido a México en un país ensangrentado sumido en las tinieblas de la impunidad. El nuevo movimiento estudiantil, la Primavera Mexicana, va bien, pero ha llegado el momento de pasar a las propuestas, es urgente y necesario evitar que sean utilizados por los partidos o candidatos y para ello se requiere toma colectiva de decisiones. Si en verdad quieren generar cambios, los “#YoSoy132” deberán empezar por saber con precisión qué es lo que quieren, cómo y en dónde se ven en el futuro inmediato o a largo plazo; y de que manera van a mejorar a México. Finalmente ese es el objetivo. ¿O no? 

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/28-05-2012/7181. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Hiriart - Va por el movimiento estudaintil



Cuando López Obrador dice que no va a intentar capitalizar el movimiento estudiantil, la experiencia indica que hay que tomarlo con las reservas del caso.

Va tras el movimiento, sin duda, lo que no quiere decir que los estudiantes lo acepten.

A él le basta con que los jóvenes hagan suyas sus demandas y que continúen las manifestaciones aun después de finalizadas las campañas, en poco menos de un mes.

Quiere unas elecciones calientes para soltar sus impugnaciones a la elección, y justificar la persecución a Peña Nieto donde éste se presente.

Es que AMLO suele hacer exactamente lo contrario de lo que dice.

Ante la detención del ex gobernador perredista de Baja California Sur, Narciso Agúndez, López Obrador dijo: “Yo no tenía relación con este señor”.

Después de ver sus fotos con Agúndez, tal vez debió decir: “Yo no tenía relación con este señor al que le estoy levantando el brazo”.

Debió añadir: “Es mi partido, el PRD, el que lo está defendiendo por conducto del comité estatal que encabeza la hermana de Leonel Cota Montaño, pero yo no”.

Cuando afirma que las teles tienen a su candidato, y “quieren imponer a un Presidente” —Peña Nieto—, hay que ver los números del IFE para percatarse que no es así.

En el monitoreo realizado por la UNAM por acuerdo con el IFE, entre el 30 de marzo y el 22 de abril (El Universal, 29-IV-12), que cubre 493 noticieros de radio y televisión. Josefina Vázquez Mota tuvo 311 horas de tiempo aire emitido.

López Obrador tuvo 205 horas de tiempo aire.

Peña Nieto tuvo 180 horas de tiempo aire emitido.

¿De qué se queja? Protesta porque necesita hacerse la víctima y siempre hay quienes estén dispuestos a creerle.

Pide “democratizar los medios de comunicación”. Es otra demanda que suena bien y ha tenido acogida.

Sin embargo cuando fue Jefe de Gobierno otorgó el 50 por ciento de su publicidad destinada a medios impresos a un solo periódico. Su incondicional. Su Granma.

A los medios críticos no les entregó nada de publicidad. Cero.

Llamó a los reporteros de Crónica, cuando yo lo dirigía, a protestar contra la línea editorial del periódico.

¿En qué lugar del mundo un gobernante exhorta a los trabajadores de un medio a levantarse contra las posturas del diario?

Yo conozco dos, y el ejemplo no les gusta a sus seguidores, pero es real: la Venezuela de Chávez y el Ecuador de Correa.

Cuando sus grupos afines, los Panchos Villas y los círculos bolivarianos, fueron a Crónica y nos pusieron sellos de “clausurado”, los manifestantes iban escoltados por patrullas del gobierno de López Obrador.

No cerremos los ojos: así entiende él “democratizar a los medios”: subordinación.

Por eso es bueno saber si el movimiento estudiantil seguirá o no la agenda de López Obrador. Él y sus medios cercanos lo están intentando, pero creo que los jóvenes no se van a dejar utilizar.

http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=123823

Camarena - PRI: de manifiestos y realidades



Ernesto Gándara busca una senaduría. Su partido, el PRI, lo apoya y es uno de sus candidatos a los escaños correspondientes a Sonora. Gándara quiere este nuevo puesto luego de haber sido el presidente municipal involucrado en la infausta fecha del 5 de junio de 2009, cuando 49 niños murieron en la guardería ABC y más de setenta sufrieron graves daños a la salud.

Padres del Movimiento 5 de Junio ven a Gándara como uno de los responsables de lo que le ocurrió a sus hijos hace ahora casi tres años. Cuando el ministro Arturo Zaldívar defendió en la Corte su proyecto de resolución, en junio de 2010, explicó que “su función era la de señalar la existencia de violaciones graves a las garantías individuales y la responsabilidad constitucional, política y ética de los servidores públicos que por acción u omisión incurrieron en ellas”, según consigna la crónica realizada por la propia Corte. El proyecto de Zaldívar, agrega la relatoría, “estableció la violación grave de los derechos del niño y su interés superior (…) por parte de los diversos servidores públicos, entre ellos autoridades del IMSS, autoridades del gobierno del Estado de Sonora y autoridades del Ayuntamiento de Hermosillo”. En el pie de página se menciona a Ernesto Gándara. Después la Corte, por mayoría de votos, señalaría que Gándara “no estaba involucrado en tales conductas”.

¿Debe alguien que fue investigado en un caso como la tragedia ABC seguir en la vida pública?

Pongamos otro ejemplo. Fernando de las Fuentes fue el Líder del legislativo coahuilense al que le metieron gol con los documentos falsificados con los que se adquirieron miles de millones de pesos del moreirazo. Y también era el presidente del Congreso de Coahuila que validó sin más el refinanciamiento de esa megadeuda. Ahora es candidato a diputado federal por el PRI. Por su parte, Salomón Juan Marcos era el presidente de la Comisión de Finanzas de esa misma legislatura local y también quiere hoy una curul federal por el tricolor. Ambos tienen posibilidades de ganar y no hay ley que, como a Gándara en Sonora, les impida aspirar a esa nueva chamba, ¿pero tienen derecho después de haber postrado financieramente a su estado?

Cuando uno lee el manifiesto “Por una presidencia democrática” (¿hay posibilidad de que la presidencia no sea hoy en México democrática?) o cuando uno escucha el discurso del candidato Enrique Peña Nieto pidiendo a su partido romper con su pasado, no queda más remedio que regresar al mismo punto: estamos ante manifestaciones que pretenden contrarrestar la mayor crítica que ha surgido durante la campaña priista, la de los jóvenes. La virtud implícita en la reacción del equipo del candidato –su oportunidad y algunos de los puntos del manifiesto— alimenta sin embargo la añeja interrogante sobre si puede el PRI cambiar. Porque no sólo Peña Nieto sigue acompañado de una vieja guardia que atenta y orgullosa lo oía en el Consejo Político Nacional del viernes, sino que rumbo al poder viajan con él personajes como Gándara, De las Fuentes y Juan Marcos, por mencionar los aquí reseñados, hombres que en la lógica de las responsabilidades éticas o de la omisión política no podrían aspirar nunca más a un puesto de elección popular en una nación democrática. Lo mismo aplica, por supuesto, al panista Juan Molinar Horcasitas.

Zamarripa - El tren

Un hondo malestar cultural confluye con una fractura política y, con el empuje de los jóvenes, han colocado en la encrucijada no solo al proceso electoral sino a las abusivas formas de ejercer el poder en el país.

Prendidos por una chispa (la visita de Enrique Peña a la Universidad Iberoamericana) en realidad los fogones estaban listos, animados y prendidos desde hace bastante tiempo.

El malestar cultural y la fractura política tienen rato y guardan un denominador común: su fuente es el desprecio por audiencias y ciudadanos y el abuso de poder por quienes lo detentan en los diferentes frentes de la vida pública.

Las manifestaciones juveniles de los últimos 15 días enarbolan un cuestionamiento a los monopolios mediáticos, sus contenidos y esencialmente lo que denominan manipulación informativa.

Es una rebelión de las audiencias frente a medios que suponían tenerlos cautivos. Una rebelión cultural.

La fractura política tiene que ver con el golpe en el centro de la naturaleza de la política facciosa que desprecia al ciudadano y que envilece al político. Es un movimiento que cuestiona los enriquecimientos de los políticos, la corrupción y la carencia de rendición de cuentas. Y la fabricación de figuras anodinas por medio de los pactos oscuros con las televisoras.

El movimiento de los jóvenes decidió ubicarse en el centro del proceso político: las elecciones. Y ha retado a los dos principales factores históricos de despolitización y abstencionismo: las televisoras y los partidos.

La campaña electoral más afectada sin duda es la de Enrique Peña Nieto, cuyo equipo suponía que su candidato era puntero por gracia divina y así, por tanto, sería por los siglos de los siglos. Los muchachos advirtieron, en todas las repulsas recibidas tras sus cuestionamientos a Peña, que enfrentaban algo más que una estrategia electoral de apabullamiento. Entendieron eso como el intento de una imposición y de ahí su rebeldía.

En el equipo de Peña hay desconcierto. Lleva una quincena fuera de su guión, a la defensiva, con extremas medidas de seguridad cotidianamente burladas, con una imagen resquebrajada donde suponía tenerla blindada.

Presumía una presencia invicta en redes sociales. Hacía de una gracejada un trending topic y vapuleaba con miles de mensajes generados por robots a sueldo las críticas recibidas. Hoy el deporte preferido en redes sociales es burlarse de Peña Nieto, sin encontrar gran resistencia.

Era una campaña que presumía un mensaje y un compromiso. Los compromisos han sido objeto de cuestionamiento y hace una quincena que Peña no posiciona algo diferente. Su decálogo democrático resultó un acróstico de la escuela primaria repetido mecánicamente en plazas y auditorios, pero hueco. Las evaluaciones de los estrategas de Peña tienen algo más que alarmas: en apenas una semana cayó cuatro puntos de preferencia.

A decir verdad, la responsabilidad de la expansión del antipeñismo proviene de las campañas negras, particularmente las que lanzó el PAN. El bombardeo de "Peña no cumple" tuvo su efecto, similar quizás al "Peligro para México", slogan de campaña sucia que caló en 2006. Lo paradójico es que la candidata presidencial del PAN no ha capitalizado esa beligerancia de spot. Nadie sabe para quién trabaja.

El malestar cultural es hondo y la fractura política no se resuelve con una férula o una prótesis.

Los muchachos han apostado al voto y deberán entender -siempre y cuando la contienda sea limpia y equitativa- que hay ganadores y perdedores. Pero la sociedad y sus instituciones deben perfilar la apertura de espacios y ambientes para que la inquietud juvenil crezca y florezca, después de la elección.

El sistema político no puede seguir funcionando atado a los intereses mediáticos. Y los instrumentos de expresión de los jóvenes y los ciudadanos deben expandirse no solo con la competencia en cadenas televisivas sino también en un mejor servicio de internet.

Para ello hay que quebrar los monopolios y evitar las asociaciones ilegales que pretenden hacer uso indebido del espectro en detrimento de los derechos de usuarios.

El nuevo gobierno, el que sea, y la nueva Legislatura deben tomar en serio el estímulo de servicios públicos gratuitos de internet en escuelas y plazas públicas de todo el país y zonas rurales y alejadas.

Con ello, incorporar medidas que inserten con mayor amabilidad y productividad a los jóvenes en la vida política y cultural. Debe definirse ya la reducción de la edad para votar a los 16 años de edad. Las plazas llenas, los argumentos en redes sociales, la activa participación pública de los muchachos es el mejor argumento para entender que ya es hora de que tengan una intervención directa en los procesos democráticos.

La próxima elección es apenas una estación de parada en el tren juvenil. México necesita de esa energía para un cambio en sus modos de hacer política y de hacer gobierno. No solo de sus votos. Han subvertido una elección que parecía anodina. Faltan otras estaciones y, también, los intentos de descarrilarlos.



Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/659/1316386/default.shtm

Las lavanderas - Elena Poniatowska.

Elena Poniatowska
(1932)
Las lavanderas.

EN LA HUMEDAD gris y blanca de la mañana, las lavanderas tallan su ropa. Entre sus manos el mantel se hincha como pan a medio cocer, y de pronto revienta con mil burbujas de agua. Arriba sólo se oye el chapoteo del aire sobre las sábanas mojadas. Y a pesar de los pequeños toldos de lámina, siento como un gran ruido de manantial. El motor de los coches que pasan por la calle llega atenuado; jamás sube completamente. La ciudad ha quedado atrás; retrocede, se pierde en el fondo de la memoria.

Las manos se inflaman, van y vienen, calladas; los dedos chatos, las uñas en la piedra, duras como huesos, eternas como conchas de mar. Enrojecidas de agua, las manos se inclinan como si fueran a dormirse, a caer sobre la funda de la almohada. Pero no. La terca mirada de doña Otilia las reclama. Las recoge. Allí está el jabón, el pan de a cincuenta centavos y la jícara morena que hace saltar el agua. Las lavanderas tienen el vientre humedecido de tanto recargarlo en la piedra porosa y la cintura incrustada de gotas que un buen día estallarán.

A Doña Otilia le cuelgan cabellos grises de la nuca; Conchita es la más joven, la piel retirada a reventar sobre mejillas redondas (su rostro es un jardín y hay tantas líneas secretas en su mano); y doña Matilde, la rezongona, a quien siempre se le amontona la ropa.

-Del hambre que tenían en el pueblo el año pasado, no dejaron nada para semilla.

-Entonces ¿este año no se van a ir a la siembra, Matildita?

-Pues no, pues ¿qué sembramos? ¡No le estoy diciendo que somos un pueblo de muertos de hambre! 

-¡Válgame Dios! Pues en mi tierra, limpian y labran la tierra como si tuviéramos maíz. ¡A ver qué cae! Luego dicen que lo trae el aire.

-¿El aire? ¡Jesús mil veces! Si el aire no trae más que calamidades. ¡Lo que trae es puro chayotillo!

Otilia, Conchita y Matilde se le quedan viendo a doña Lupe que acaba de dejar su bulto en el borde del lavadero.

-Doña Lupe ¿por qué no había venido?

-De veras doña Lupe, hace muchos días que no la veíamos por aquí.

-Ya la andábamos extrañando.

Las cuatro hablan quedito. El agua las acompaña, las cuatro encorvadas sobre su ropa, los codos paralelos, los brazos hermanados.

-Pues, ¿qué le ha pasado Lupita que nos tenía tan abandonadas?

Doña Lupe, con su voz de siempre, mientras las jícaras jalan el agua para volverla a echar sobre la piedra, con un ruido seco, cuenta que su papá se murió (bueno, ya estaba grande) pero con todo y sus años era campanero, por allá por Tequisquiapan y lo querían mucho el señor cura y los fieles. En la procesión, él era quien le seguía al señor cura, el que se quedaba en el segundo escalón durante la santa misa, bueno, le tenían mucho respeto. Subió a dar las seis como siempre, y así, sin aviso, sin darse cuenta siquiera, la campana lo tumbó de la torre. Y repite doña Lupe más bajo aún, las manos llenas de espuma blanca.

-Sí. La campana lo mató. Era una esquila, de esas que dan vuelta.

Se quedan las tres mujeres sin movimiento bajo la huida del cielo.

Doña Lupe mira un punto fijo:

-Entonces, todos los del pueblo agarraron la campana y la metieron a la cárcel.

-¡Jesús mil veces!

-Yo le voy a rezar hasta muy noche a su papacito...

Arriba el aire chapotea sobre las sábanas.

(Fragmento del libro De noche vienes publicado en 2002).

Leído en: http://www.elpais.com.uy/Suple/Cultural/09/02/13/cultural_397915.asp


Acuario en hotel de Berlín.

The Radisson Blu Hotel In Berlin, Germany may look like just another luxury hotel, however once you enter it, you will be blown away by the enormous 82-feet high aquarium in the heart of the hotel’s lobby atrium.