domingo, 19 de febrero de 2012

LA SEMILLA DEL MAL.

por  Héctor Rivera.


François Gibault vio entrar a Jean-Marie Loret en su despacho. Muy decidido, le soltó de golpe: “Soy hijo de Adolfo Hitler”.
Por donde quiera que se le vea, la historia de Jean-Marie Loret es por lo menos una tragedia descomunal. Vive sus días como muchos hombres y mujeres que desconocen su origen preciso en ausencia de su madre o de su padre, o peor aún, de los dos. Sabe algo de sus primeros años de vida, pero sólo vagos trazos de un retrato de época que alguna vez le dibujó su madre. Una muy mala época en realidad. Y no ha dejado nunca de hurgar bajo las piedras del pasado, en los rincones de la historia y en buena parte de la geografía.
Un día de 1979, el abogado François Gibault vio entrar a Jean-Marie Loret en su despacho parisino. Muy decidido, se plantó frente a su escritorio y le soltó de golpe: “Soy hijo de Adolfo Hitler; dígame qué debo hacer”. De entrada, el litigante le aconsejó no indagar más sobre la identidad de su padre y dejar el pasado donde estaba. Si su padre fue el hombre que privó de la vida a millones de personas con los peores modos y puso de cabeza a buena parte del mundo con sus ambiciones criminales, no conocería sino vergüenza y odio. Si no era, tendría que seguir viviendo con ese vacío que atormentaba su existencia, condenado a buscar sin cansancio el origen de su identidad, como un personaje de tragedia griega.
Jean-Marie Loret lo interrumpió para dejar en claro sus motivos, más allá de la persecución del fantasma de su padre. Quería cobrar su herencia: lo que le podría corresponder por los derechos de autor del libro Mi lucha, el ideario que Hitler escribió mientras purgaba una condena carcelaria por su intento de golpe de Estado en Alemania en noviembre de 1923, del que se hicieron circular millones de ejemplares hasta que fue finalmente prohibido, luego de la guerra. Quería disponer también de los jugosos fondos que el Führer mantenía en secreto en una cuenta bancaria en Suiza.
Llevado tal vez por esa sombría ambición, el hombre echó mano de todos los recursos a su alcance, que no fueron poco. Para empezar, indagó entre los historiadores, vagabundeó por los viejos paisajes de su infancia, interrogó a los lugareños, acudió luego a solicitar los servicios de una experta en identificación por el método de la fisonomía comparativa, y buscó la ayuda de especialistas del Instituto de Antropología y Genética de la Universidad de Heidelberg, que encontraron finalmente que él y su presunto padre pertenecían al mismo grupo sanguíneo, y realizaron luego complicados estudios comparativos psicografológicos entre ambos. Jean-Marie Loret obtuvo finalmente lo que buscaba: los expertos dictaminaron que sí, que era sin duda el hijo de Adolfo Hitler. Una serie de referencias fotográficas avalaba el veredicto: había un aire de familia entre ambos. Sin embargo, para su angustia y frustración, los historiadores serios pusieron el grito en el cielo. Entonces Loret expuso también su testimonio. Habló de sus recuerdos, de los soldados alemanes que durante el periodo de la ocupación de Francia por las tropas nazis llevaban en el mayor sigilo sobres con dinero en efectivo, que entregaban a Charlotte Lobjoie, su madre. Relató cómo, a sus 16 años, Charlotte había conocido a Hitler en los días de la Primera Guerra Mundial. El Führer era entonces un joven soldado del ejército alemán que combatía contra las tropas francesas; durante un descanso, llegó a un pequeño poblado cerca de Lille, donde llamó la atención de las jóvenes aldeanas por sus empeños en dibujar y pintar escenas de su vida cotidiana. Charlotte se le acercó para que le hiciera un dibujo. Se frecuentaron luego durante algunas semanas y unos meses más tarde nació Jean-Marie.
Entre sus recuerdos mira a su madre contándole apenas cómo eran aquellos días y reconstruyendo la imagen del supuesto autor de sus días: lanzaba encendidos discursos por doquier, aunque nadie lo escuchara, y hablaba con elocuencia de la historia de Prusia, Austria y Munich. Charlotte nunca lo entendió, entre otras razones porque no hablaba alemán. Se distanciaron, se separaron y Jean-Marie, marcado por el estigma de ser un hijo de boche, como llaman con desprecio los franceses a los alemanes, nunca fue reconocido. Peor aún, Charlotte, fallecida a comienzos de los años 50, lo entregó en adopción a otra familia.
Jean-Marie, que ha vivido sin padre ni madre, escribió en 1981 un libro, Tu padre se llamaba Hitler. El resultado fue idéntico al que obtuvo con sus averiguaciones científicas: nadie le prestó la más mínima atención.
Hoy, a sus 94 años, no deja de buscar el reconocimiento legal de su figura paterna. El semanarioLe Point revivió el tema hace unos días y contó su historia como una exclusiva: “El hijo francés escondido de Adolfo Hitler”. El asunto brincoteó por la prensa francesa durante un rato largo hasta que otra publicación semanal, Marianne2, lo atrapó con mucha sorna bajo el encabezado: “El hijo francés escondido de Adolfo Hitler… no es el hijo francés escondido de Adolfo Hitler, excepto en Le Point”.



AMLO "vs" AMLO.

por Federico Berrueto.


El periodo de silencio perjudica más a López Obrador porque es quien está más necesitado de romper el lugar que guarda en las preferencias. Seis semanas es mucho. Además, su persona misma ha transitado a una polémica nada favorable derivada de sus propias palabras. Queda claro que no es el mismo que el de la contienda presidencial pasada, ha perdido fuerza y carisma.
Decaído. Febrero de 2012. Foto: Mónica González
El impasse del silencio tiene consecuencias importantes en la elección. Bajo el supuesto —incierto— de que el gobierno federal no aprovechará la tregua electoral obligada por la ley, sus efectos perjudican más a López Obrador. Tardó el Panal en definir candidato, Gabriel Quadri; pasó rozando la bala a Josefina, de haber sido mujer. Pero lo relevante es la competencia auténtica, la que se da entre los dos opositores y, también, de éstos con la candidata del partido gobernante.
El periodo del obligado silencio perjudica más a López Obrador porque es quien está más necesitado de romper el lugar que guarda en las preferencias. Seis semanas son muchos días. Además, su persona misma ha transitado a una polémica nada favorable derivada de sus propias palabras. Queda claro que más para mal que para bien, AMLO no es el mismo que el de la contienda presidencial pasada, ha perdido fuerza y carisma, además de que disputa la misma base social que el PRI, con la diferencia monumental que media entre Madrazo y Peña Nieto. El tercer lugar puede arrastrar al DF.
Tampoco favorece a Josefina Vázquez Mota la interrupción de campañas. Su inercia ascendente queda en suspenso por un absurdo calendario electoral. De cualquier manera, su situación es favorable y llega no sólo en segundo sitio, sino con la legitimidad por una elección competida, la que ganó con claridad respecto a Ernesto Cordero y Santiago Creel. El PAN se reagrupa en torno a su candidatura. Su fortaleza es la de todo candidato del partido gobernante, con la cuota adicional de poder sumar aquellos que quieren un cambio en la política. Una mujer en la Presidencia es una seducción nada desdeñable, la que Josefina ha ido deslizando con inteligencia. 
Peña Nieto es el beneficiario mayor del congelamiento de las campañas. Por eso el PRI debe estar alerta ante la determinación de Los Pinos de utilizar la justicia como medio para alterar las coordenadas políticas que favorecen al candidato del PRI. Finalmente, aunque con timidez, los diputados y senadores demandan al Presidente sacar las manos de la elección. También Pedro Joaquín Coldwell ha salido con energía a denunciar la parcialidad e intervencionismo del gobierno federal. Lamentable que Gustavo Madero del PAN, en el afán de ganar el favor presidencial, recurra al denuesto para cuestionar la legalidad de la elección de Michoacán; país de malos perdedores. Reclaman a AMLO, cuando son los primeros en hacer lo propio. Nada bueno resulta cuando el partido gobernante golpea a los gobernantes que inician, cuando por delante está la violencia y la inseguridad. Fausto Vallejo, por razones de Estado, requiere de apoyo sin reserva.
La elección de 2012 va bien, a pesar de una nueva legislación electoral que genera incertidumbre y plantea un calendario absurdo, como es el actual periodo de silencio. La mayor amenaza para una elección justa la representa el presidente Calderón al utilizar la agenda judicial como medio para modificar los términos de la competencia. ¿Por qué las revelaciones oficiales sobre presuntas responsabilidades de connotados adversarios políticos se dan hasta hoy, cuando su origen es de hace años, como es el caso de Tomás Yarrington? Efectivamente, los tiempos judiciales no deben someterse a los electorales y eso es lo que el país ha estado viendo en estas últimas semanas.
A pesar de la interrupción de las campañas presidenciales, el cuadro electoral habrá de modificarse. No resultará de lo que hagan los candidatos, sino de la manera como cada partido resuelva las candidaturas concurrentes a la presidencial. Hoy el territorio importa más que siempre. Casi 60 por ciento de los electores tendrán comicios locales concurrentes y tales contiendas y las de legisladores pueden potenciar o minar la situación de las preferencias de los candidatos presidenciales. Es un cuadro complejo que apunta hacia la incertidumbre.
El deseo de alternancia es la variable más estable. Poco más de una tercera parte quisiera que el PAN continuara en el poder, proporción mayor a la que AMLO se adjudica; dice que a él le basta 26%, ya que los de él si van a votar, una concesión simpática al realismo mágico electoral. Al PRI sí le ha hecho daño lo que ha ocurrido de septiembre a la fecha, pero consolida su condición de principal opción de anhelo de alternancia.
A eso habrán de remitirse las campañas: la decisión ciudadana es si habrá más de lo mismo o es necesario un relevo en el partido gobernante. En eso está la fortaleza de Josefina Vázquez Mota al no ser la exponente del calderonismo y por su condición de mujer. Allí está la base de la campaña de Enrique Peña Nieto: el deseo de un mejor gobierno por una mayoría abrumadora. Ese es el desafío de López Obrador, quien llega al periodo de silencio en el desgaste provocado por sus propias palabras.




LA GUERRA DE SCHERER.

por Jorge Fernández Menéndez.


Me formé como periodista en una escuela que tenía varios íconos, dos de ellos casi intocables: Julio Scherer García y Manuel Becerra Acosta, que habían sido el director y el subdirector del viejo Excélsior y que habían fundado Proceso y el Unomásuno, dos medios sin los que no se podría entender el proceso de transición democrática que vivió el país desde los años ochenta.
De las luces y sombras, de la genialidad y las debilidades de donManuel, que fue mi director durante varios años y un verdadero maestro, ya hemos escrito en varias oportunidades. De Scherer lo hicimos muchas veces y sobre todo cuando publicó uno de sus últimos libros, llamado La terca memoria, que me gustó realmente mucho. Ahí escribe Scherer que le escuchó decir al periodista uruguayo Carlos Quijano “que la verdad, la verdad incontrovertible, es tema de Dios y la verosimilitud, asunto de los hombres”. Es verdad, agrega Scherer, “y si alguien cree poseerla, sólo se encierra en una cárcel que construye con sus propias manos”.
Si su plática, porque no fue una entrevista, con Ismael El MayoZambada, y la foto de portada en Proceso abrazado al narcotraficante eran desconcertantes, indignas del periodismo de toda una vida, su más reciente libro, Calderón de cuerpo entero, es sencillamente lastimoso.Scherer, en su guerra personal con Felipe Calderón, decide develar la “verdadera personalidad” de un Presidente en funciones y quiere cebarse, sobre todo, en su supuesto alcoholismo. Por supuesto que está en su derecho a hacerlo; lo que resulta lamentable es que para ello, en lugar de un verdadero trabajo profesional, se valga de tres entrevistas a tres enemigos de Calderón, que no han tenido jamás un trato cercano con él y que le dé a esas pláticas de café un valor testimonial indubitable.
Ya Ciro Gómez Leyva abordó el tema del supuesto alcoholismo que denuncia Manuel Espino en una forma lastimosa por sibilina, cargado, él también, de un profundo rencor. Pero ése es un problema de Espino. Lo increíble es que Scherer le dé ese valor a los dichos del ex presidente del PAN, sin interrogarlo siquiera acerca de cómo llegó a la dirigencia de ese partido, cómo operó en el mismo, con qué aliados y con cuáles objetivos, sin decir que fue el operador de la precampaña deSantiago Creel o por qué se dio el enfrentamiento con Calderón y todo su equipo.
Cómo no cuestionarse, sobre todo cuando Scherer y Espino hablan de la seguridad y el narcotráfico, sobre el expediente de EspinoManuel y otro de los tres entrevistados por SchererAlfonso Durazo (antes secretario particular de Luis Donaldo Colosio, después de Vicente Fox y ahora cercanísimo de Andrés Manuel López Obrador), fueron quienes colocaron como director de giras de la Presidencia de la República a Nahum Acosta Lugo, detenido en 2005, acusado de recibir sobornos y pasarle información a los Beltrán LeyvaNahum no tenía siquiera visa de Estados Unidos (se la habían quitado porque durante su paso por el Instituto Nacional de Migración había firmado credenciales de narcotraficantes haciéndolos pasar como agentes) cuando Espino y Durazo lo llevaron a Los Pinos. Cuando fue detenido, el presidente Fox reconoció que “el narcotráfico había penetrado en Los Pinos”. Nahum estuvo preso cerca de un año y fue liberado porque el juez del caso, en una decisión por lo menos cuestionable y que se consideró relacionada con el proceso de sucesión panista, decidió no tomar en cuenta las grabaciones de pláticas telefónicas entre  Nahum yArturo Beltrán Leyva. Al ser liberado Acosta, la investigación de la conexión con Durazo y Espino, “la conexión Sonora”, le llamaba el luego fallecido José Luis Santiago Vasconcelos, también debió ser archivada.
No son temas secretos; hemos escrito al respecto en varias oportunidades: en el libro De los Maras a los Zetas, publicado a principios de 2006, escribí un largo capítulo (tan largo como todo el libro de Scherer sobre Calderón) titulado “El PAN y el narcotráfico”.Proceso, en su momento, también abordó ese mismo caso.
Es una absoluta falta de profesionalismo pretender escribir un “retrato completo” de un Presidente con sólo tres entrevistas que, para el autor, así dice la contraportada, son “testimonios comprometedores y categóricos sobre el comportamiento discutible, por decir lo menor, del actual mandatario”.
¿Qué hay de “comprometedor y categórico” en tres charlas de café con tres enemigos políticos de una persona, quien sea?, ¿cómo se puede construir “un retrato completo” con dichos que no tienen respaldo documental alguno o por lo menos de otros testimonios que los avalen? Es como si hiciéramos el “retrato completo” de Scherer García con “los testimonios comprometedores y categóricos” de Regino Díaz RedondoJosé Andrés  Barrenechea y Juan Francisco Ealy Ortiz.
Es triste comprobar cómo uno de los periodistas más importantes del siglo XX, atrapado en el rencor, olvidando las lecciones que pregonó durante décadas, haciendo de lado el oficio de toda una vida, termina encerrándose intelectualmente, como diría Quijano, en una cárcel que construyó con sus propias manos.
2012-02-17 01:22:00Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=811192


La leccion de Oro.

Recomendado por Arpegio.

Seisetsu fue Maestro Zen en Engaku y requirio de enormes espacios donde pudiera enseñar la doctrina Zen. Un comerciante de nombre Umezu Seibei decidio donar 500 piezas de oro para acondicionar la escuela y evitar con ello que los salones se saturaran.

El dinero llego a manos del Maestro, el cual gustoso lo acepto. Umezu dio al preceptor el saco con el oro, pero estaba insatisfecho con la actitud del Maestro que en ningun momento le agradecio la generosa donacion.

El mercader le señalo de nuevo que en el saco habia 500 piezas de oro solido. El maestro solo respondio.

... - Ya me lo habias dicho antes -....

- Maestro- , Umezu le contesto, ... - Hasta para un hombre rico como yo 500 piezas de oro macizo es muchisimo dinero. Lo menos que puedo esperar de usted son las gracias - ...

A lo que Seisetsu respondio :

... - Por que deberia dartelas ? El donador deberia de ser el agradecido por el bien que esta haciendo a los demas - ...


El apego al "yo" nos convierte en ciegos ante cualquier acto que realicemos para romper con el Karma. El dar significa mucho mas que el recibir, pero lo importante del dar es tener la conciencia en humildad para hacer sin esperar nada a cambio, pues sus beneficios no son las palabras de agradecimiento, sino que nuestro "yo" vaya perdiendo apego y lo podamos convertir en un verdadero camino de iluminacion. ( entiendase crecimiento interior ).

Tomado del libro "Las Parabolas sabias del Budismo" de Yumal Chiver.

ELECCIONES CON/SIN CIUDADANOS.

por Carlos Ramírez.


+ Elecciones con/sin ciudadanos
+ La verdadera crisis de México

Los primeros datos en las encuestas sobre el proceso electoral han comenzado a causar preocupación:
--El alto porcentaje de abstencionismo anunciado hasta ahora, que podría llegar a 50%.
--El alto porcentaje de indecisos que no han decidido su voto podría estar cerca del 40%.
--El crecimiento del estado de ánimo de cierto sector de la sociedad en función del voto nulo o voto en blanco.
Si se revisan las encuestas, existen pocos indicios de que el proceso electoral haya prendido en el ánimo de los ciudadanos; el único dato novedoso sería la nominación de Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN y por tanto con posibilidades de ganar porque representa al partido en el poder. Pero fuera de ese indicio, no se ven aún perspectivas de que las elecciones vayan a animar a los electores.
Dos datos contextualizan ese escenario aún frío:
--El fracaso de la reforma política y la decisión de la bancada del PRI de congelar las candidaturas ciudadanas o independientes, justo cuando el voto duro de los partidos se encuentra en su nivel más bajo.
--La violencia del crimen organizado tampoco ha logrado prender el ánimo de los electores porque ha quedado la sensación, en los primeros posicionamientos de los candidatos, que no habría grandes cambios en el siguiente sexenio.
Las élites políticas enfrentan una verdadera y profunda crisis de expectativas.  En el 2000 se registró la votación del 64% del electorado, pero luego el ánimo se enfrió y llegó a 58% en las presidenciales del 2006 y cayó a 44% en las legislativas federales de 2009. La tendencia esperada en el 2012 estaría en el nivel de 60%, pero algunos analistas la sitúan en 50% o menos.
Los ciudadanos se sienten decepcionados de la política. Las redes sociales han sido utilizadas por los ciudadanos para burlarse de la política o para criticar a todos los precandidatos. La elección primaria en el PAN apenas pudo sacar a votar a menos de un tercio de los militantes y adherentes y en los medios hubo cierto revuelo sólo por el hecho del enfrentamiento entre el candidato preferido del presidente Calderón, Ernesto Cordero Arroyo, y la primera mujer panista que competía por la nominación sin la bendición presidencial, Josefina Vázquez Mota; pero fuera de ello, no hubo ningún dato que atrajera la atención de los ciudadanos.
A este enfriamiento de la competencia presidencial ha contribuido el IFE con sus reglas absurdas para los debates, la competencia y los mensajes de campaña; a veces se tiene la impresión de que el IFE quisiera una campaña de bastón y de bombín y sin siquiera el atractivo de los duelos con pistola o espada. Una cosa es evitar la guerra sucia pero otra es quitarle dinamismo a las campañas.
El temor central de las autoridades electorales se localiza en frenar las campañas anónimas de insultos. Pero hay mecanismos de control. En los Estados Unidos, por ejemplo, ningún medio de comunicación electrónico puede transmitir algún spot de partido o de candidato sin que al final el propio candidato diga: “soy… y avalo este mensaje”. Y aun así, los propios candidatos ponen las reglas porque al final de cuentas se trata de una competencia entre políticos que tienen muchos hoyos oscuros en sus biografías políticas y de poder.
El ciudadano carece de atractivos. Hacia el 2000, el detonador de la participación fue la posibilidad de derrotar al PRI y de terminar con poco más de setenta años del PRI en la presidencia de la república; a ello se agregaba la novedad de una campaña más abierta, con medios de comunicación menos controlados por el gobierno y con un PRI que en 1997 había perdido la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y que también había perdido el control del legislativo por la creación de una coalición de toda la oposición, además de no haber podido ganar el gobierno del DF que por primera vez se había llevado a elección directa. Al ánimo social contribuyó el perfil mediático de Vicente Fox.
Pero el fracaso de Fox ante el desafío del cambio político y su decisión de aliarse con el PRI para la administración de la crisis y apenas algunos cambios superficiales desanimó a los ciudadanos; las elecciones de medio sexenio de 2003 no jalaron votantes a las urnas, ni siquiera por la campaña del PAN de pedirle al electorado la primera mayoría. Luego vino la elección del 2006 con un López Obrador radicalizado, un Calderón manejando la campaña de peligrosidad del candidato perredista y la desinflada campaña de Roberto Madrazo.
Los incentivos para votar no son mediáticos sino de ofertas a la ciudadanía. Y no existen novedades: el PRD elaboró una propuesta de república amorosa que no caliente los ánimos, el PAN podría obviar alguna revisión del saldo calderonista con el perfil de género de su candidata mujer y el PRI sigue manejando la expectativa mediática y el acarreo de siempre que llena plazas pero que no se refleja en las tendencias de voto; inclusive, la insistencia de que Peña lleva una ventaja cómoda podría meterlo en problemas porque muchos votantes no acudirían a las urnas con el argumento de que Peña “ya ganó”.
En las ofertas de partidos no hay cambios y los ciudadanos de nueva cuenta fueron marginados de los procesos electorales. La política económica no sufrirá variación; peor aún, el PRD ya dejó en claro que no cambiará la política económica y que basará su manejo en la disminución de la corrupción y en el despido de funcionarios para ahorrar presupuesto, aunque luego de años de descalificar la política neoliberal de los gobiernos priístas y panistas. El PRI va a mantener el mismo rumbo económico y el PAN tampoco hará cambios.
Lo que queda es ver definiciones en materia de seguridad, pero todo se reduce a mantener al ejército en la lucha contra el crimen organizado o regresarlo a sus cuarteles, pero sin ninguna propuesta concreta novedosa.
Al final, el fracaso de la reforma política y la negativa a candidaturas ciudadanas enfrió el ánimo de los ciudadanos para participar en política. Lo que queda es prever cuál de los tres partidos se va a beneficiar con el desánimo social.

LA VERDADERA CRISIS DE MÉXICO

Los partidos han encontrado el camino fácil para sus campañas presidenciales: tratar de meter como tema central de debate la violencia criminal; sin embargo, como hemos insistido aquí, la inseguridad es efecto y no causa. El verdadero problema de México es el de la falta de un crecimiento económico alto, sostenido y generador de bienestar.
Y la expresión más clara de la crisis económica es el desempleo… o la falta de empleo remunerado y generador de bienestar. Todos los críticos de la estrategia gubernamental contra el crimen organizado coinciden en prometerempleo para alejar a los jóvenes de la delincuencia. Buen razonamiento, sin duda. Pero cómo crear esos empleos.
La creación de empleos exige una política de fomento a la inversión y al desarrollo. Hay cálculos diferentes pero el más cercano señala que la creación de un empleo en el sector formal podría llegar a costar 20 millones de pesos porque requiere de infraestructura y sobre todo de una amplia gama de bienes de capital, facilidades en el factor trabajo y sobre todo educación y tecnología para lograr competitividad. Y no hay otro camino para atraer la inversión privada que la utilidad directa o indirecta.
De ahí que el problema número uno de México sea la política económica, cuando en México todos los partidos y todos los aspirantes a cargos públicos hablen en realidad de economía política. Y la política económica debe llevar a un modelo de desarrollo que tenga por objetivo el bienestar de las mayorías. Si se revisan las propuestas de los partidos y los candidatos, ahí se contienen sólodemagogia electoral, no un pensamiento económico racional; es decir, cada partido ajusta sus ofertas económicas a sus compromisos ideológicos y éstosnada tienen que ver con llevar a México a una nueva fase de desarrollo económico consistente, dinámico y de beneficio social.
Las tres preguntas básicas son las siguientes:
1.- ¿Qué meta de PIB, cruzada con qué tasa de inflación?
2.- ¿Como reorganizar el modelo productivo para conseguir esos objetivos?
3.- ¿Cómo terminar con los cuellos de botella que frenan la producción y que obedecen a compromisos ideológicos de los partidos?
El origen de los males sociales del país está en el agotamiento del modelo priísta de desarrollo que ha puesto los compromisos de una economía estatista por encima de la dinamización de la producción vía el sector privado. Sin producción nacional no habrá demanda de empleo y el desempleo se ha cubierto en México con subempleo en el sector informal.
Al final nada hay de entregarle la economía al sector privado, porque sin un Estado encargado de la redistribución de la riqueza se llegaría a una concentración de beneficios en pocos mexicanos. Luego del fracaso del Estado como sector productivo, hasta la izquierda se ha ruborizado al mantener las políticas económicas y de desarrollo neoliberales. Pero lo que se requiere es un Estado fuerte, lo suficientemente fuerte para regular la producción privada y redistribuir la riqueza. Pero la izquierda confunde Estado regulado con Estadoproductor y de ahí a la crisis es cuestión de poco tiempo.
La elección presidencial del 2012 se ha negado a discutir en serio la crisis; todo se agota en dardos inofensivos entre candidatos o discursos amorosos dedistracción de incapacidades ideológicas. El tema central debería ser la política económica y el modelo de desarrollo; lo demás es sólo pérdida de tiempo político.










CALDERÓN Y LOS FISCALES A MODO.


por Jesusa Cervantes.


MÉXICO, D.F. (apro).- En junio de 2010, legisladores del PAN interpusieron ante la secretaria general de la Cámara de Diputados una demanda de juicio político contra el entonces gobernador de Veracruz, el priista Fidel Herrera Beltrán.
Se le acusaba de apuntalar con recursos del erario estatal a su delfín Javier Duarte y, como prueba, los panistas presentaron grabaciones en donde se daban instrucciones para apoyar con todo al candidato priista a la gubernatura. Las denuncias incluso llegaron a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), encabezada entonces por Arely Gómez.
Las denuncias del panismo no prosperaron en el recinto legislativo de San Lázaro pero tampoco ante la fiscal electoral, pues Arely Gómez consideró que no había pruebas suficientes para fincar responsabilidad al aún gobernador Fidel Herrera.
Entonces, la furia de Felipe Calderón recayó sobre ella… a sólo cinco días de que se realizaran elecciones en Sinaloa, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo, Hidalgo, Zacatecas, Chihuahua y Veracruz, Gómez fue removida del cargo y en su lugar se nombró a José Luis Vargas Valdez.
El rechazo de la fiscal a procesar las denuncias panistas fue razón suficiente para que su cargo de tres años y medio se fuera a la basura. A Calderón Hinojosa no le importó que hubiera un proceso electoral en curso, lo único que valía era la afrenta de no irse con todo en contra del gobernador Fidel Herrera.
Lo cierto es que las conversaciones grabadas eran razón suficiente para que la Fepade abriera un expediente y dictara una resolución. Pero Arely Gómez no lo hizo y tuvo que abandonar su cómoda posición en una fiscalía que nunca ha realizado una indagación que valga la pena.
Al siguiente año, el 18 de marzo de 2011, al entonces procurador general de la República, Arturo Chávez, se le pidió que abriera averiguaciones previas en contra de algunos exgobernadores priistas. El punto era preparar “los expedientes negros” contra el PRI.
La orden presidencial no gustó a Chávez Chávez, quien prefirió renunciar antes que llegar “al uso político de temas judiciales”. El 31 de marzo su lugar fue ocupado por Marisela Morales, quien ya antes había confeccionado las averiguaciones en el lamentablemente célebre michoacanazo, y en el que se involucró a presidentes municipales en activo de PRI y PRD, principalmente, con el narcotráfico.
Por cierto, Marisela Morales contaba y cuenta con todo el respaldo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), instancia que formaba parte de la estrategia para acusar a políticos priistas y perredistas de participar con el crimen organizado.
Ahora, el rechazo de José Luis Vargas a pronunciarse en contra de los resultados de las pasadas elecciones en Michoacán, presuntamente enturbiadas por “la presión del narco” y su llamado a no votar por el PAN y respaldar al PRI, lo llevó al mismo punto que Arely Gómez: ser destituido de la Fepade.
Los panistas y el propio Calderón pretendían que la Fepade descalificara los resultados electorales en Michoacán, donde ganó el PRI y perdió Luisa María Calderón, hermana del presidente de la República. No lo hizo y el castigo fue su remoción fulminante.
A sólo cinco meses de la contienda electoral más relevante, después de 2006, la presidencial, Calderón no la pensó más y decidió remover a su fiscal; en su lugar se colocó a Imelda Calvillo Tello, una mujer que de temas electorales parece no saber mucho, si se atiene unos a su currículum:
“Fungió como delegada estatal de la Procuraduría en Puebla, Quintana Roo y Tlaxcala, y como subdelegada de Procedimientos Penales y de Control de Procesos Penales y Amparo”, pero del tema electoral, nada.
Pero a Calderón lo que menos le importa es que los fiscales o procuradores sepan algo de asuntos electorales o judiciales; lo que ha demostrado en estos años de tortuoso gobierno para los mexicanos y las víctimas de “su” guerra contra el narcotráfico, es que los funcionarios estén a su disposición para usar la ley como arma electoral. Y al que no le guste… a hacer maletas.
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx



UN POEMA DE:

PEDRO BONIFACIO  PALACIOS:
(ALMAFUERTE)
1854-1917.




Décimas




Yo soy flor que se marchita
al sol de la adversidad,
el arbolito en mitad
de la llanura infinita.

La paloma, pobrecita
que arrastran los aquilones,
entre oscuros nubarrones
de tempestades airadas,
soy la barca abandonada
en el mar de las pasiones.

Soy el ave que al bajar
de los aires fatigada,
no tiene ni una enramada
ni un árbol en que anidar;

y si vuelve a levantar
las tristes alas del suelo,
encuentra nublado el cielo
y desecha la tormenta,
y el pájaro se lamenta
y vuelve a tender su vuelo.

Yo no canto por llamar
la atención que no merezco,
yo canto porque padezco
penas que quiero olvidar;

que tan solo con cantar
se va al viento nuestra pena,
y yo tengo el alma llena
de pesares y amarguras,
¡Más que en La Pampa hay anchura
más que en la mar hay arena!

¡Adiós primorosa flor!
Adiós lucero invariable,
solamente comparable
a la estrella de mi amor;

cuando sientas un dolor
parecido al que yo siento,
Dios quiera que tu lamento
no sucumba en la ignorancia,
y atraviese la distancia
sobre las olas del viento.







EL FALSO MAESTRO.



Era un renombrado maestro; uno de esos maestros que corren tras la fama y gustan de acumular más y más discípulos. En una descomunal carpa, reunió a varios cientos de discípulos y seguidores. Se irguió sobre sí mismo, impostó la voz y dijo:
- Amados míos, escuchad la voz del que sabe.
Se hizo un gran silencio. Hubiera podido escucharse el vuelo precipitado de un mosquito.
- Nunca debéis relacionaros con la mujer de otro; nunca. Tampoco debéis jamás beber alcohol, ni alimentaros con carne.
Uno de los asistentes se atrevió a preguntar:
- El otro día, ¿no eras tú el que estabas abrazado a la esposa de Jai?
- Sí, yo era -repuso el maestro.
Entonces, otro oyente preguntó:
- ¿No te vi a ti el otro anochecer bebiendo en la taberna?
- Ése era yo -contestó el maestro.
Un tercer hombre interrogó al maestro:
- ¿No eras tú el que el otro día comías carne en el mercado?
- Efectivamente -afirmó el maestro. En ese momento todos los asistentes se sintieron indignados y comenzaron a protestar.
- Entonces, ¿por qué nos pides a nosotros que no hagamos lo que tú haces?
Y el falso maestro repuso:
- Porque yo enseño, pero no practico.
*El Maestro dice: Si no encuentras un verdadero maestro al que seguir, conviértete tú mismo en maestro. En última instancia, tú eres tu discípulo y tu maestro.
Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.