miércoles, 13 de marzo de 2013

Zepeda Patterson - ¿Peña Nieto demócrata o demagogo?

Cualquiera de nosotros habría apostado en contra, y perdido dinero, si alguien nos hubiera dicho que en 100 días el nuevo Presidente de México plantearía una reforma educativa de fondo, metería a la cárcel a Elba Esther Gordillo, lanzaría una promesa de hambre cero, se declararía apóstol de los derechos humanos y pondría en jaque a los monopolios de las telecomunicaciones. ¿No se suponía que iba a ser títere de Televisa?

Ahora resulta que la reforma sobre televisión, radio, telefonía y servicios digitales excedió incluso las expectativas de los optimistas. Tanto por lo que respecta a la tercera y cuarta cadena como, sobre todo, la prohibición de que cualquier actor tenga más del 50 por ciento en estas áreas. Y abre la competencia al 100 por ciento a la inversión extranjera, lo cual termina con los mercados protegidos de Slim, Televisa y TV Azteca tan rentables como escasos en calidad. No es casual que el valor de las acciones de América Móvil (Telcel) y las televisoras haya caído de inmediato. ¿Hay gato encerrado en todo esto?

Sergio Aguayo - ¿Y la izquierda?

Mientras Enrique Peña Nieto sigue poniéndose las medallas de reformista, la izquierda es incapaz de reformar a fondo los lugares que gobierna. Revisemos el vodevil desencadenado por el delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, integrante de Nueva Izquierda (la tribu de los Chuchos).

Primer acto. El 25 de febrero Reforma publicó unos correos enviados por Toledo a Rodolfo Reus Medina, abogado de una constructora. Toledo le pidió más dinero para que siguiera una obra: "800 mil extras y allí queda"; y le aclaró: "si publicas algo te mando matar, cabrón". El abogado opta por denunciar para "que la verdad se conozca" y anuncia que demandará al político por extorsión y amenazas. El delegado contraataca y acusa al licenciado de "utiliz[ar] un BlackBerry falso, un chat falso, una comunicación falsa para ensuciarme. Ése no es mi BB".