Gobernadores y poder nacional
En el pasado reciente, el PAN ha buscado debilitar a los mandatarios estatales y, de paso, alterar las bases del pacto federal. Aunque se presenta como un argumento de partido la crítica a esos gobernantes, la realidad es que ninguna sigla tiene el monopolio de la incompetencia.
FEDERICO BERRUETO
29/12/13 2:51 AM
JUEGO DE ESPEJOS
De siempre uno de los prejuicios del centro ha sido la reserva a los gobernadores. En la gestión del presidente Calderón se agravó por convicción y conveniencia; las dificultades en muchos de los frentes no se remitieron a la incapacidad propia o a la torpeza para obtener el apoyo de la oposición para las reformas, las culpas se trasladaron a los gobiernos locales, como fue evidente en la inseguridad. La cuestión es que la política cada vez es más local y la solución a los problemas necesariamente requiere de la participación de las autoridades estatales, municipales y del DF.
En el pasado reciente, el PAN ha buscado por todos los medios debilitar a los mandatarios estatales y, de paso, alterar las bases del pacto federal. Aunque se presenta como un argumento de partido la crítica a los mandatarios estatales, la realidad es que ninguna sigla tiene el monopolio de la incompetencia. Allí están los casos de Gabino Cué con la CNTE en Oaxaca o Ángel Aguirre con las autodefensas en Guerrero; antes, las malas cuentas de Amalia García en Zacatecas o Emilio González en Jalisco. Es evidente que hay casos de abuso, pero son más los ejemplos positivos, aunque esos no hacen la nota.