Entre quienes se arman para resolver la crisis de seguridad
cuando la policía ha demostrado su incapacidad o complicidad con el
crimen, ¿cómo evito que el indignado, el sádico, el prepotente con arma
pueda disparar sin rendir cuentas?.
Otra: dicen las normas que el ingreso a una fuerza de policía se debe hacer mediante un riguroso proceso de selección que elimine, desde la solicitud misma, al sádico, al débil mental, al incapaz de distinguir los derechos de un detenido. Pero cuando no se llama “policía de Parangaracutirimícuaro” es correcto que cualquier vecino se levante en armas sin selección ni filtrado.