Niñ@s y adultos quedan atrapados en conflictos interminables y laberínticos en los que, en no pocas ocasiones, gana el que tiene más influencia, el que mejores abogados tuvo o quien logró hacer valer su condición de poder frente al otro, en tribunales que lo permiten o lo toleran.
Sistemas de justicia familiar en los que los conflictos entre ex parejas se vuelven más acendrados. Lugares donde los que llegan, en un primer momento, tan solo distanciados terminan por desarrollar los odios más profundos.
Circuitos infernales que terminan por trastocar y envenenar la existencia de las personas.