lunes, 20 de julio de 2015

Denise Dresser - La noche más triste

En México una tragedia tapa otra tragedia y el país se olvida de muchas cosas que no debería. Pasta de Conchos. Villas de Salvárcar. San Fernando. News Divine. Tlatlaya. Apatzingán. Y la barbarie se va asimilando, normalizando, atenuando. Deja de sorprender. Deja de horrorizar. Deja de sacudir. Pero en cada una de esas instancias hay viudas y huérfanos y madres con hijos asesinados o torturados. La aritmética de la angustia, las matemáticas de la matanza. Más de 23,000 mexicanos desaparecidos. La herida abierta, el corazón espinado, el puño encrispado o ese dolor para el cual ya ni siquiera sirve el llanto. Aquello que motivó a Esteban Illades a preguntarse en el libro La noche más triste qué pasó con los 43 normalistas de Ayotzinapa. A averiguar si hay algo más allá de la "verdad histórica" que la PGR ha grabado con cincel sobre el granito que es la historia oficial.




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Raymundo Riva Palacio - La fuga, paso a paso

El Código Rojo para blindar el penal de máxima seguridad de el Altiplano y establecer retenes perimetrales en sus afueras para evitar la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán la noche del 11 de julio, no se activó 18 minutos después de que desapareció de los monitores de video vigilancia, como aseguran las autoridades federales. En ese momento, a las nueve de la noche con 10 minutos, lo que comenzó fue la histeria, no la persecución, que vendría tiempo después.

La última vez que apareció “El Chapo” Guzmán en los tres monitores de vigilancia de las autoridades del penal, el área de inteligencia de la Policía Federal, y el CISEN, que como a otros internos de alta peligrosidad, observaba desde una oficina en el área administrativa del Altiplano, fue a las ocho de la noche con 52 minutos. Los 18 minutos son lo que tardaron en reaccionar para enviar a un custodio a mirar su celda. Nada más.







Ciro Gómez Leyva - Qué llevó al Gobierno a crear la chapologética

Uno de los aspectos dignos de atención tras la fuga de “El Chapo” Guzmán ha sido la narrativa del gobierno del presidente Peña Nieto. Entre asombrado y deslumbrado, el gobierno que un día se empeñó en eliminar las imágenes e historias de violencia de los medios electrónicos, terminó construyendo una chapologética.

El jueves, en una extraordinaria entrevista con Adela Micha en Televisa, el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, se dijo y mostró sorprendido por lo que ocurrió. Cámara al hombro, recorrieron pasillos del penal de Almoloya (supongo que pronto será demolido), explicando cómo deben funcionar esclusas, cámaras de seguridad. Se metieron a la famosa celda 20 del módulo 1, donde Rubido detalló la fuga con puntualidad de académico en un aula de posgrado.

Su rostro era de derrota, pero hablaba de la “impredecible fuga” casi como un inigualable acto de magia. El túnel de 80 centímetros, el hoyo de 50 por 50… Colaba frases tipo “es una fuga que lastima a todos los mexicanos”, pero lo toral era una descriptiva que se postraba ante la inteligencia y habilidad de la exitosa operación.







Sergio Sarmiento - Aceras libres

"Debe haber una demarcación entre espacio público y espacio privado."

Jane Jacobs

Si lo que a usted realmente le gusta es caminar entre puestos de carnitas o fritangas, este lugar no es para usted. En San Miguel de Allende, Guanajuato, las autoridades parecen tener la peregrina idea de que las aceras deben ser para los peatones y no para puestos de comercio. Para un visitante de la ciudad de México esa libertad de utilizar las vías públicas tiene un encanto enorme... quizá porque los capitalinos no la tenemos.

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Jesús Silva-Herzog Márquez - De responsabilidad política

Curiosa comparecencia, la de los funcionarios responsables de la seguridad en las prisiones. Tras la fuga del delincuente, el Secretario de Gobernación se presenta orgullosísimo de su trabajo. La cárcel del ridículo internacional es presentada como un ejemplo para el mundo. Todo funcionó de maravilla. Se nos escapó el Chapo pero, aparte de eso, todo funciona como relojito. El político enlista el cumplimiento de todos los deberes de vigilancia penitenciaria. Es una cárcel certificada, repite presuntuoso. La fuga parece un detalle menor que no tendría por qué manchar la reputación de los funcionarios que tienen a su cargo la reclusión de los presos. El político incompetente se disfraza de burócrata escrupuloso. Coteja sellos, repite rutinas, sigue puntualmente el manual. y se desentiende de la realidad. El efecto de la conducta le parece irrelevante. El comisionado de seguridad se extraña cuando se le pregunta si ha considerado la renuncia. El político responde con la excusa de oficinista: ¿por qué habríamos de renunciar si cumplimos con todos los "protocolos"?



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Peter H. Reynolds - Él era yo

Peter H. Reynolds  (1961)

Él era yo

Cuando crecemos muchas veces la rutina, los "deber ser" y las obligaciones nos llevan a olvidarnos de quién realmente somos: aquel niño o aquella niña que soñaba, que creía que todo era posible.