Aprovecho la gira a Londres y Escocia para hablar de la fatalidad. De cómo sortear la fatalidad.
A finales de enero, en Los Pinos se tenía la confianza de que lo peor de la crisis de imagen había pasado. La caída en los índices de aprobación del presidente Peña Nieto se detuvo ligeramente arriba de 30 por ciento. Asumiendo que no bajarían más, se diseñó una, llamémosla así, estrategia del regreso.
Febrero fue un mes de razonable tranquilidad en cuanto a la imagen presidencial y marzo abría con una oportunidad para recuperar terreno: el viaje al Reino Unido, con sus palacios de Buckingham, carruajes, fracs, Financial Times, lores, primeros ministros, reinas y estrellas. Big time, good show. Un banquete de sensaciones y percepciones.
A finales de enero, en Los Pinos se tenía la confianza de que lo peor de la crisis de imagen había pasado. La caída en los índices de aprobación del presidente Peña Nieto se detuvo ligeramente arriba de 30 por ciento. Asumiendo que no bajarían más, se diseñó una, llamémosla así, estrategia del regreso.
Febrero fue un mes de razonable tranquilidad en cuanto a la imagen presidencial y marzo abría con una oportunidad para recuperar terreno: el viaje al Reino Unido, con sus palacios de Buckingham, carruajes, fracs, Financial Times, lores, primeros ministros, reinas y estrellas. Big time, good show. Un banquete de sensaciones y percepciones.